Soccer Story

29 de noviembre de 2022
PC, PlayStation, Xbox, Switch
PanicBarn / No More Robots

Soccer Story no es lo que mucha gente podía esperar. Desde que se publicara un exitoso Golf Story que enamoró a tantos gracias a la particular idea de mezclar deporte y RPG, Sidebar Games lanzó el gancho del combo total con el anuncio de Sports Story, previsto para este mismo mes y que servirá para calmar las ganas de su público. Parece claro que el equipo de PanicBarn, totalmente ajeno a Sidebar, quería anticiparse un poco a esto con su propio RPG en versión fútbol, pero parece claro que el resultado no ha sido el esperado.

La premisa de Soccer Story nos traslada a un mundo en el que, un año antes, una malvada corporación llamada Soccer Inc. ha acabado con los cimientos del fútbol tal y como lo conocemos. Nuestra misión, claro, será restaurarlos para que todo vuelva a ser como antes y este deporte se pueda practicar libremente en los campos y las calles de todo el mundo, y no solo en la Apple Cup que organizan los malos de la historia. La introducción es juguetona, interesante y hasta tiene su gracia, pero se viene abajo desde bien prontito cuando mandamos a nuestro personaje a buscar un misterioso balón de fútbol que ha caído del cielo y parece la noticia menos impactante de la semana. A pesar de que un par de NPCs a los que puedes ir preguntando por la calle sí se escandalizan con la pregunta, sorprende la naturalidad con la que otros te dan indicaciones como si fueras un turista preguntando por un sitio donde tomar algo. Ni siquiera la presencia de los señores trajeados de Soccer Inc. (que parecen tener la labor de evitar que, ya sabéis, el orden mundial vuelva a restaurarse con la vuelta del fútbol), parece importar lo más mínimo a pesar de que, en teoría, son los dueños del cotarro.

Resulta extrañamente incómodo que, en un mundo donde el deporte rey está terminantemente prohibido, te puedas encontrar un reto de regates cada dos pasos, dianas por todas partes a las que claramente hay que chutar con un balón y una gran cantidad de personajes que hablan sobre fútbol ajenos a su, en teoría, estricto veto en todas partes.

A pesar de que rápidamente se empaña un inicio simpático que quiere recordarnos a los RPGs más clásicos, la cosa no mejora cuando encontramos el balón y entran en acción sus posibilidades jugables. La pelota siempre irá con nosotros y servirá para avanzar en la historia y en las pequeñas misiones que nos encontraremos por la ciudad, una idea interesante aparentemente que prometía darle un tono particular a este juego a pesar de su pobre ejecución. Los pequeños desafíos de regate repartidos por el mapa no tienen ninguna chicha (consisten en poco más que ir de un punto a otro o, en el caso más enrevesado, probar en cualquier dirección para encontrar la meta antes de que se acabe el tiempo hasta dar con ella), las misiones secundarias son esencialmente siempre la misma (buscar cosas a las que disparar con el balón, obligándote a recorrerte las mismas zonas varias veces porque en muchos casos solo empieza a contar cuando te encomiendan la tarea) y los partidos son exactamente igual de torpes, caóticos y poco explicativos que en la beta que se abrió hace unas semanas, y que muchos queríamos pensar que correspondía a una versión más antigua del juego y no a su edición final.

No corresponde tampoco con su interpretación del RPG, porque lo que tiene de este género son unas estadísticas que se pueden ir mejorando (el tiro, la velocidad, la fuerza y la resistencia) que funcionan más como un metroidvania en el que solo podemos hacer ciertas cosas cuando alcanzamos unos atributos concretos. Por ejemplo, solo será posible llegar a algunas de las mencionadas dianas que están más situadas algo más arriba gracias a la subida del nivel de disparo, que sirve para aumentar la altura de los tiros, y para poder acceder a algunas de las zonas bloqueadas en un principio en este juego que se definía como mundo abierto será necesario llegar a un punto en la historia que nos dé algún objeto clave (por poner otro ejemplo, el acceso a la zona playera solo nos estará permitido cuando nos den las botas aptas para andar por la arena).

Sería deshonesto no hacer también una breve mención a los bugs constantes y a unos cuadros de diálogo que, al menos en su versión traducida al castellano, nos ponen difícil entender lo que está pasando y constantemente se manchan con un pequeño mensaje de «Revisar» que nos recuerda que está la cosa a medio cocer. Cuesta, eso sí, culpar de esto a un estudio que parece que ha tenido que  sacar a la carrera un juego que se anunció hace solo unos pocos meses y que apunta a un desarrollo apresurado y con muchas ideas que no se han terminado de ejecutar como seguramente el equipo habría querido.

Soccer Story es un juego encantador a la vista y que partía de unas bases interesantes. Se pueden entrever buenas ideas en su interpretación del propio balompié, en que cualquier espacio entre dos árboles, farolas o papeleras puede usarse como la excusa ideal para inventarse una portería y disfrutar del deporte más popular del mundo sin que nadie te diga cómo hacerlo, pero al que lastran un sinfín de problemas técnicos y de un diseño tedioso que hacen que se quede en poco más que un intento de acercar la parte desenfadada del fútbol a los mandos de sus seguidores más apasionados.

[ 5 ]

  1. Gordobellavista

    Pues qué chasco.
    Lo instalé anoche pero creo que no lo voy ni a arrancar. Seguiremos esperando el Sports.

    1. pachuli

      @gordobellavista
      No es mejor que lo pruebes tu mismo antes de descartarlo?

      1. Gordobellavista

        @pachuli81
        Me fio del análisis. Y así tengo ese tiempo para emplearlo en juegos buenos.

  2. El Jugador Medio

    Ah, ¿que esto no lo hacen los mismos que Golf Story? ¿Que gesto más feo, no?

  3. JT'Salas

    Pude escucharte antes de leerte y recomiendo combinar ambos análisis. Incluso de los juegos que salen un poco pochos salen cosas interesantes.