Análisis Spyro Reignited Trilogy

Las tendencias de explotación de las marcas dentro de la industria del videojuego han sufrido el mismo recorrido, aunque algo desincronizado, que las del cine. Hemos tenido la época de la secuelas y las precuelas, floreciendo junto con el auge de los juegos de narrativa tradicional, seguida por una breve fase de spin-offs, hasta llegar, en el mismo momento en el que nacen los universos cinematográficos, a las modas de los remásteres, remakes y reboots que intentan actualizarnos las historias que ya habíamos disfrutado antes. La inclinación principal de la crítica y de los analistas culturales pasa por tratar a todos estos productos como una masa homogénea porque, en muchas ocasiones, son difíciles de valorar: ¿debemos criticar una obra derivada por sí misma o tener presente el trabajo previo que le da alas? 

Este mismo año la quinta versión de A Star is Born —una que por imitar usa hasta los mismos elementos en la campaña de marketing de la primera— convencía a crítica y público por igual mientras que el remake de Luca Guadagnino de Suspiria alejaba a muchos fans de la cinta original ante lo que percibían como una cinta distinta de aquella que le daba nombre. Siendo los videojuegos más costosos de producir, el remake que resulta un calco del original parece la apuesta más segura, tal y como apunta el éxito de Crash Bandicoot N. Sane Trilogy. Sin embargo, yo quiero mucho más. Una chispa de creatividad que trace una línea entre un juego y otro. Entre un equipo y su predecesor.

Buscándola, me fui a salvar dragones.

Spyro Reignited Trilogy es una remasterización que incluye Spyro El Dragón, Spyro 2: En busca de los talismanes y Spyro: El año del dragón, tres plataformeros, nacidos a finales de los 90, que Toys for Bob trata con el cariño y el respeto que muchos fans exigen. El nuevo Spyro es exactamente el mismo juego que pudimos disfrutar de niños, un título enormemente satisfactorio de jugar, que ahora luce más bonito que nunca. Es casi imposible no «perder» los primeros minutos en la Reignited Trilogy observando al pequeño dragón morado escupir fuego, esquivar y correr por unas praderas que, aunque ahora sean más verdes, siguen siendo idénticas a las que conocimos en 1998.

La mecánica principal en los tres juegos es la exploración y la recolección de diversos objetos, estando la dificultad en acceder a todas y cada una de las partes del mapa. La trilogía de Spyro ofrece diferentes tipos de coleccionables según nuestro nivel: dragones o talismanes para los jugadores más casuales, huevos de dragón para los más hábiles y rápidos, y gemas para los obsesivos coleccionistas. La guía que podemos encontrar en el menú, que explica qué porcentaje del nivel hemos conseguido, resulta un aliciente efectivo para volver a recorrer escenarios y repasar qué tipo de secretos hemos podido pasar por alto, resultando especialmente útil para volver a los minijuegos o a las pantallas de habilidad (como las de vuelo) una vez hemos aumentado nuestro nivel como jugadores.

La Reignited Trilogy es como la protagonista de una romcom tras quitarse las gafas y soltarse la coleta, ha cambiado de aspecto para resultar más atractiva aunque que en el fondo siga siendo la misma. Spyro nació como una saga para acercar a toda una generación de niños a PlayStation, una consola cuyo catálogo solía obviar a la generación que creció jugando en Game Boy. Por eso, estamos ante un juego especialmente intuitivo (y sin violencia explícita) en la que con solo tres mecánicas, el vuelo/salto, la embestida y la habilidad de escupir fuego, podemos conseguir todos los hitos: desde vencer al enemigo más grande y fiero hasta lograr un 100% en todos los niveles. Toys for Bob ha decidido mantener también muchos de los defectos típicos en los juegos de la época como esos enemigos que solo te detectan si estás justo en frente o la necesidad de hacer «saltos perfectos» para llegar a las zonas más exclusivas.

Para el jugador actual,la trilogía de Spyro, con solo una manera de resolver las cosas, sus miles de pantallas de carga y la necesidad de volver a hacer las mismas tareas una y otra vez para recibir recompensas distintas (como eliminar a los enemigos de un nivel para ganar gemas y volver a hacerlo solo por orbes), resulta poco estimulante y, en ocasiones obtusa. Sin embargo, para el que se acerca desde la nostalgia o con la intención de aprender sobre la historia del medio, es esencial. La propuesta de Toys for Bob consigue derribar la barrera de los gráficos —que no la de la accesibilidad— y, a la vez, entregar la misma experiencia a los que la necesitan.

Pero no se puede decir nada de la Reignited Trilogy que no pudiéramos aplicar al juego original. Estamos ante una copia bonita, un calco decorado de los tres primeros juegos, que no experimenta, no arriesga, ni inventa. Que juega todas sus cartas a la emoción del reencuentro. Un agradable y esperado reencuentro. [7]