Análisis de Tales of Vesperia: Definitive Edition

Decía Gardel que veinte años no es nada, una verdad que empieza a ser dolorosamente real a medida que uno envejece. En esta industria, sin embargo, veinte años son una eternidad e incluso diez suena a algo lejanísimo. Curiosamente, una de las mejores cosas que se pueden decir de este Tales of Vesperia: Definitive Edition, con más de una década ya a sus espaldas, es que ha aguantado sorprendentemente bien el paso de los años.

Porque sí, aunque esto sea una versión remasterizada, lo cierto es que el aspecto y la jugabilidad de esta edición han cambiado muy poco respecto al original. Ha aumentado la resolución a 1080p (en el modo portátil de Switch se queda en 720p y en PC podemos llegar a 4K) y ahora va a 60 frames por segundo (con matices según la plataforma), pero no hay grandes mejoras visuales más allá de eso. De hecho, hay algún petardeo ocasional. Por suerte, el cel shading utilizado sigue siendo muy resultón y los planos fijos del juego, diseñados para que todo se vea siempre desde el ángulo perfecto, le hacen mucho bien. En general, en todo lo que atañe al apartado técnico, en ningún momento he tenido la sensación de estar jugando a algo de hace diez años. A esa sensación también ayuda su estupenda banda sonora (Sakuraba nunca, nunca decepciona) o el fantástico doblaje inglés, liderado por Troy Baker.

¿Qué es entonces lo que sí ha cambiado en esta nueva edición respecto a la de 360? Lo principal es que aquí estamos ante la versión que salió en Japón para PlayStation 3, con doblaje completo, Patty Fleur como nuevo personaje jugable, una mayor presencia de Flynn Scifo en el equipo, nuevas misiones secundarias y principales, nuevos skits, más canciones, más jefes, trajes y contenido en general. Para el público español también es importante que el juego, esta vez sí, esté traducido al castellano. En cualquier caso, todo eso es secundario. La esencia del juego sigue siendo exactamente la misma y eso es bueno, muy bueno, porque estamos ante un gran exponente del JRPG y una de las mejores entregas de la serie Tales.

Hablando de historias, la de esta entrega ocurre en el mundo de Terca Lumireis, donde la gente usa blastias, una tecnología de una civilización anterior, para prácticamente todo. Como casi todas las historias del género, la de Tales of Vesperia empieza por algo pequeño. Alguien ha robado la blastia que controla el agua en el distrito pobre de Zaphias, la capital imperial, y Yuri, el protagonista, decide recuperarla. Por el camino acaba conociendo a Estellise, una noble que busca a Flynn, amigo de la infancia y rival de Yuri. Juntos, deciden huir de la ciudad para investigar el robo y avisar a Flynn de que su vida corre peligro. Ahí arranca una aventura que nos llevará a descubrir una conspiración que pone en jaque el futuro de la humanidad.

Aunque el grupo de personajes es memorable, es justo reconocer que la historia abusa un poco de los temas habituales del JRPG. Ya sabéis: la amistad por encima de todo, juntos podemos hacer lo que nos propongamos, hay que castigar las injusticias, etc. Pese a varios diálogos sobre la diferencia entre la ley y la justicia o sobre la incapacidad de la primera para evitar el mal y el sufrimiento de la gente, Tales of Vesperia está lejos de ofrecer una experiencia adulta y no lo pretende. No le pidamos peras al olmo.

Jugablemente, Vesperia sigue el patrón de sus predecesores y sucesores. Hay mucho de recorrer el mapa del mundo y numerosas mazmorras con su jefe final; aquí no hay tanto de explorar ciudades, en general algo pequeñas, o de hablar con NPCs. En cuanto a los combates, ya sabéis cómo va: controlamos a un único personaje y elegimos a otros tres que le acompañan. Si jugamos en el modo semiautomático, el estándar, nuestro personaje busca automáticamente a los enemigos y ataca o se defiende según nuestras órdenes. Para atacar, encadenamos ataques normales con diferentes técnicas especiales que podemos ejecutar con el stick y el botón adecuado. Aparte de eso, tenemos una barra de límite que se va rellenando al sufrir daño y que, cuando la activamos, nos da algunas ventajas temporales. Otro elemento que influye mucho en los combates son los Fatal Strikes. Básicamente se trata de un QTE que nos permite acabar con un enemigo de un solo golpe (o, en el caso de los jefes, hacerles mucho daño).

En cuanto al resto de personajes, hay una serie de estrategias predefinidas, además de la posibilidad de personalizarlo todo dentro de unos parámetros. Un ejemplo sencillo: una de las cosas que podemos personalizar es si dejamos que nuestros aliados usen objetos o no. Dado que en los Tales el número de unidades que podemos llevar de un objeto está limitado a quince, dejar que los usen libremente es una muy mala idea. Durante esta partida yo he usado dos estrategias básicas: una para exploración normal y otra para jefes. En la primera hacía que los personajes fuesen más conservadores con los TP y los objetos. En la segunda, sin embargo, les dejaba dar rienda suelta y hacía que la sanadora del grupo se centrara únicamente en mantener el nivel de HP en buenas condiciones.

Hay otros dos factores que influyen en el combate y que merece la pena reseñar. Cada arma tiene asociadas una serie de habilidades. Con el uso de ese arma obtenemos puntos que nos permiten aprender esas habilidades (un poco como en Final Fantasy IX). Aparte de eso, tenemos un pool de puntos de habilidad que crecen con cada nuevo nivel y que nos permiten activar esas habilidades que van desde tener un extra de HP o TP hasta mejorar nuestra defensa, poder usar objetos en otros personajes o cambiar alguna de nuestras técnicas por otra más poderosa. La mayoría de esas armas pueden comprarse en las tiendas, pero otras muchas solo podremos conseguirlas sintetizando armas existentes con los materiales que obtenemos al derrotar a enemigos. Este elemento de crafteo también nos permitirá obtener objetos, equipo y accesorios adicionales.

Así, explicado todo de golpe, seguramente parece un lío, pero el juego hace un excelente trabajo introduciendo cada uno de esos diferentes aspectos y mecánicas muy poco a poco y casi siempre de forma práctica, de manera que los podemos ir integrando gradualmente a nuestra forma de jugar sin sentirnos perdidos en ningún momento.

Para terminar, vuelvo a lo que comentaba en el primer párrafo: estamos hablando de un juego de hace diez años, con pocos cambios respecto a lo que se vio en Xbox 360 y menos todavía respecto a lo que en Japón disfrutaron para PlayStation 3. Siento que es obligado preguntarse quién es el público objetivo de este Tales of Vesperia: Definitive Edition. Doy por hecho que quienes aborrezcan el sistema de combate de los Tales o simplemente no les gusten los JRPG no se acercarán a él ni con un palo porque posiblemente tenga muchas de esas cosas que no les gustan del género. En el otro lado del espectro, si se es aficionado al género o, mejor aún, a la serie, estamos ante una recomendación obligadísima si nunca se ha jugado. ¿Y si ya se jugó en su momento? En ese caso volver a pagar por él o invertir entre 40 y 50 horas queda reservado a los muy, muy fans o a los coleccionistas porque, insisto, la experiencia será a grandes rasgos la misma. [8]