Tratándose de un juego protagonizado por el legendario Eldrick Tont ‘Tiger’ Woods era evidente que este Tiger Woods PGA Tour 12: The Masters debía contener palos, agujeros, pelotas, clubes exclusivos, circuitos amateur y prácticas de swinging. Lo que quizá no todos esperaban es que también se pudiera jugar al golf. En Electronic Arts han sido tolerantes con los escándalos sexuales de la figura golfística que se produjeron hace un par de años y han seguido manteniendo su nombre en la franquicia. Probablemente a los aficionados a este deporte (y, por tanto, los potenciales compradores del juego) les importe bastante poco dónde moja Tiger el pajarito mientras su nivel competitivo siga siendo el que es, pero sí hay algo que llama la atención: es la primera vez en trece años que el californiano no aparece en portada. Si bien es cierto que también es la primera ocasión en la que se han conseguido los derechos del torneo más prestigioso del golf, el Masters de Augusta, y que había que explotar eso en la cubierta del juego, también somos muchos quienes no creemos en las casualidades y puede que la relación entre EA y el tigre indomable haya empezado a desgastarse. Pero en fin, qué más da. A decir verdad, llevo cerca de tres años analizando títulos de todo tipo, pero jamás me había atrevido a lanzarme con uno de mis más inconfesables fetiches videojueguiles: los juegos de golf. No voy a entrar a contextualizar esta obsesión impropia de un melenudo descerebrado del heavy metal y las vísceras como un servidor, que lo más cerca que ha estado de un polo caro y unos pantalones de pinza fue cuando casi entrevisté a Reggie, pero dejémoslo en que la cosa viene de largo. Y ahora vayamos a lo que nos interesa: ¿qué tal está el jueguico? Pues depende con qué lo comparemos. Desde luego, el apartado técnico no ha sido nunca el fuerte de esta serie, pero lo que ya parecía decente en PGA Tour 11 ha mejorado bastante en esta nueva entrega. Sigue habiendo problemas de texturas y veréis en tres hoyos más dientes de sierra que en una temporada de Bricomanía, pero la cosa aguanta con dignidad sin muchos problemas. Las posibilidades a la hora de personalizar a nuestro propio jugador para el modo carrera son tan completas como en la mayoría de títulos de EA Sports (GameFace incluída), permitiéndome crear a un mefistofélico personaje de dos por dos, con un mullet, una tupida barba y una refulgente mirada roja que intimidaría a cualquier golfista de élite. De hecho, desde que juego con él (se llama pinjed J. Cuack, por cierto) sospecho que el público asistente abuchea menos los drives que se van al rough o a la arena del bunker cuando le ven blandir el palo con esos brazos como putas vigas. Quizá teman por sus rótulas, quién sabe. Una de las grandes novedades de este año es la presencia de un caddie que primero nos explica cómo está el percal en ese hoyo y luego nos propone un par de golpes predefinidos (apuntando, seleccionando el palo adecuado y ajustando el ángulo por nosotros), normalmente uno más ambicioso pero mucho más arriesgado que el otro. Al principio me temí que se tratase de uno de esos guías insportables que pueblan juegos como Zelda u Okami, pero el pobre muchacho parece un tipo sensato que habla lo justo, da buenos consejos y, aunque a veces se equivoca, te da ánimos cuando van mal dadas. Además el viento hace que se le mueva la ropa de una forma bastante hipnótica y eso mola. De cualquier modo, se pueden desactivar sus ayudas puslando un solo botón, y siempre somos libres de confeccionar la ejecución nuestro golpe como nos apetezca, algo que probablemente empecemos a hacer en cuanto cojamos práctica con el swing. Y esto nos lleva al novedoso sistema de golpeo con el stick izquierdo que se implementó en la pasada edición ((En las versiones de PS3 y Wii puede usarse Move y MotionPlus con la Balance Board, con una precisión, según se dice, bastante notable. Nosotros seguimos en la era de los pads, así que no podemos deciros nada al respecto.)) y EA ha decidido mantener, más intuitivo y satisfactorio que el clásico swing a tres pulsaciones de botón (ya sabéis, el típico semicírculo con la barrita que se inicia, se para en el punto que pulsemos marcando la precisión y vuelve a hacer lo mismo para especificar la potencia), aunque podemos desactivarlo en las opciones y volver a la fórmula original. Si bien con el stick también es más complicado que el backswing se ajuste al porcentaje de fuerza que queremos aplicar, uno se acostumbra enseguida a lanzar el drive. Una vez en el green la cosa se vuelve más complicada, ya que la precisión del putt debe ser máxima y no sólo tenemos acertar la trayectoria (aunque podemos previsualizarla un número determinado de ocasiones en una especie de simulación muy útil), sino también procurar que el putter vaya siempre en línea recta. No será raro que os asalte la frustración cuando consigáis situaros a medio metro del agujero en un par de certeros golpes y allí desperdiciéis un bellísimo eagle fallando lo infallable tres veces seguidas. Por suerte, cuando vayamos ganando experiencia podremos gastar puntos en habilidades como la sensibilidad o la capacidad de leer la caída del terreno, mejorando ostensiblemente nuestro rendimiento cerca del hoyo. La física de la pelota sigue siendo de una fidelidad inmejorable, y aunque el hecho de poder modificar el giro de la bola mientras ésta vuela (por ejemplo, impriméndole backspin sin empezamos a ver que nos hemos ido más lejos de lo esperado en el approach) le da cierto toque de ciencia ficción que no les hará ninguna gracia a los neuróticos de la simulación. De hecho a los neuróticos siempre habrá algo que no les guste así que, bien pensado, que se jodan. La cantidad de modos es abrumadora, destacando el modo carrera en el que deberemos ir progresando en experiencia y prestigio desde el circuito amateur hasta conseguir la chaqueta verde, pero sin olvidar el Masters Moments, en el que se nos propone repetir (o mejorar) nueve grandes hazañas de la historia del Masters de Augusta, o incluso vivir en el pellejo de Tiger Woods la consecución de sus cuatro Masters. Este año, eso sí, parece que han querido compensar la inversión en los derechos de Augusta y nos hemos quedado con bastantes menos torneos que en anteriores ediciones, pero la cosa da igualmente para muchas, muchas horas. Y eso sin contar el online. Aunque la competencia sea escasa o directamente nula, Tiger Woods PGA Tour 12: The Masters ofrece una magnífica experiencia a los amantes del golf, pudiendo lanzar hooks, slices, fades, chips, draws, mejorar nuestras habilidades, tunear nuestros palos e incluso hasta pegarle un bolazo a alguien del público, que reaccionará de formas distintas según donde le golpeemos. En definitiva, se nos permite recrear prácticamente todo lo que puede hacerse entre las vallas de un club de golf real excepto ponerse hasta el culo de daiquiris y atropellar a Hugh Grant con un carro eléctrico pilotado por Bill Murray, darle el número de tu habitación de hotel a una camarera pachugona o incercambiar SMS verdes con Holly Sampson. Pero no perdáis la esperanza: quizá con el DLC haya más suerte. [8]
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1996 and Neo Turf Master.
Thats all.
Surf’s up!
Me uno a ese prestigioso club -de golf, of course- formado por gente con una pasión casi clandestina por este tipo de juegos. Puto Neo Turf Masters, no me habré dejado monedas en él…
En cuanto al análisis, magnífico, como siempre.
Su segundo nombre es «Tont»?????
Diane,
FaramirGames????
Yo es que me desorino! Genial lo de Reggie.
(estupendo análisis, btw)
Risas mil después de leer lo de Reggie, no tiene desperdicio.
El Touching is fun!, lo de FaramirGames, lo de Susan Boyle, lo de la basura… y podría seguir.
Nada nada, lo que dice el Agente Cooper, después de leerlo no puedes más que mearte.
Grande pinjed. Te animo a hacer más cosas como esa, seguro que mucha gente querría leerlas.
Está claro que Anait es la cumbre después del esbozo que fueron Gamerah y ExcentricGamers. Porque vosotros lo valéis.
Hale, ahí queda eso.
mi recomendación para todos vosotros, amigos del los juegos del golf, es que probeis el Pangya, de los zagales de SG Interactive… o Ntreev…
los putts son muy intuitivos y es bastante divertido
además… IT’S FREE