Análisis de WipEout 2048

Los WipEout nunca se han caracterizado por ponerles las cosas fáciles a los jugadores, y por eso este WipEout 2048 sorprende al principio: no es raro acabar el primero y los circuitos parecen exigirnos menos de esa demencial precisión a la que nos tienen acostumbrados. Incluso parecen querer ampliar la entrada de usuarios con un pequeño cambio estético: los escenarios extremos de entregas anteriores dejan paso a localizaciones con los pies más pegados al suelo. Quizá sea una forma de atraer a aquellos recién llegados que lo elijan como primer juego para Vita; sea como fuere, lo que queda claro después de jugar un rato es que sigue siendo WipEout, con todo lo que ello conlleva.

Sigue siendo un juego para gente que se lo toma en serio: a pesar de que el nivel de exigencia en la primera temporada puede parecer de chiste, el inicio de la segunda marca la frontera del campo de rosas y comienzan las carreras de verdad; esas que tenemos que repetir para conseguir la posición que nos exigen y que no nos perdonan que juguemos mal. A medida que uno avanza en el juego se hace evidente una cosa: la cantidad de contenido que hay aquí es muy seria. A nuestro paso saltan pruebas extra, ocultas en el estilizado mapa de navegación de temporadas, que añaden un pequeño extra de variedad al avance de la partida.

Los que ya tengan experiencia con WipEout no tienen nada que temer, pues: sigue siendo el juego de carreras arcade del que todos nos hemos enamorado alguna vez, y las bases jugables que han hecho famosa a la serie desde la primera PlayStation. Siguen los escenarios retorcidos, las caídas de vértigo y los pasillos angostos en los que es imposible no repartir algún que otro choque, y sigue habiendo momentos en los que tenemos que medir las curvas al milímetro.

Lo más anguloso de este WipEout quizá tenga que ver con el extra de precisión al que nos obligan los todavía extraños sticks de Vita, algo salvable a poco que le dediquemos el tiempo suficiente. La fluidez de los gráficos es buena, sobre todo teniendo en cuenta que lo que vemos en pantalla es bastante impresionante, pero está lejos de los suavísimos 60 frames por segundo de la versión de PlayStation 3. Esto nos quita un poquito de precisión, muy necesaria en algunos momentos, pero por suerte nunca logra empañar las carreras.

Además de servir de lujo a la hora de demostrar la potencia gráfica que podemos esperar de Vita (¡es un juego de lanzamiento, recordemos!), también nos permite hacernos una idea de las posibilidades multijugador de la consola. Tanto la campaña para varios, que sigue una estructura similar a la individual, como el juego local funcionan muy bien, y en las partidas contra humanos es donde más se pueden saborear esos momentos de ir dándose cornadas contra otro con décimas de segundo de diferencia.

WipEout 2048 es el mejor juego de lanzamiento de Vita, casi sin duda. Alegra iniciar el juego y encontrarse con todas las bases de la serie (el diseño impecable, la música de primera, las carreras sin fisuras) reproducidas tan bien en la portátil de Sony, y alegra encontrarse con algo así: un primer intento que no lo parece en ningún momento, como si el Studio Liverpool hubiera ya dominado la máquina y nos estuviera ofreciendo el producto de años y años de trabajo con ella. No sólo es la mejor elección para acompañar a Vita de la que nos la llevamos a casa, sino que posiblemente se mantenga como uno de los mejores juegos de la consola durante un buen tiempo. [8]