Hay varios momentos que definen Xenoblade Chronicles X; que ayudan a hacerse una imagen aproximada de lo que propone el último RPG de Monolith Soft.
El primero es el principio del juego. Es un acontecimiento por derecho propio: después de la rimbombante introducción (una historieta épica sobre civilizaciones alienígenas, la Tierra como campo de batalla, la humanidad evacuando el planeta en grandes naves que sufren a su vez la violencia de la guerra interestelar), nuestro avatar despierta en una cámara criogénica gracias a Elma, la protagonista de Xenoblade Chronicles X. Elma nos explica que somos uno de los pocos supervivientes de aquel desastre; que la nave en la que estábamos, la Ballena Blanca, consiguió aterrizar forzosamente en un planeta desconocido por la humanidad, y que nos explicará más cuando volvamos a la base.
Son unos primeros minutos más o menos tradicionales en un JRPG: nuestro personaje es mudo y para colmo tiene amnesia; por si no fuera poco drama, los escasos restos de la humanidad están varados en un sitio completamente desconocido, nuevo para nosotros (el jugador) y para todos los personajes de la ficción que se nos propone. Cuando llegamos al final del caminito que el juego tiene preparado para que aprendamos lo básico sobre el movimiento y el combate (merece la pena hacer énfasis en la palabra “básico”), salta un vídeo. «Te prometo que te va a encantar esto», nos dice Elma; la cámara gira.
No hay movimientos de cámara orquestados (ni vídeo promocional ni captura de pantalla) que puedan hacerle justicia al sentido de la escala con el que trabaja Xenoblade Chronicles X. En esta introducción se da un repaso a, digamos, las afueras de Nueva Los Angeles (en adelante, NLA), el refugio de la humanidad en el desconocido planeta Mira; nuestro primer contacto con la amplitud de Primordia, el primero de los cinco continentes que forman el mundo del juego, es un vídeo en el que vemos la fauna y flora del lugar. «Es impresionante, está bien», piensa uno. Es una sensación mucho más tibia que la que espera poco después, cuando Elma nos manda llegar a NLA y nos propone un par de caminos: el elevado, por unos puentes naturales de roca, o el inferior, que bordea, creo recordar, un gran lago.
En realidad hay más caminos que esos dos. Hay caminos infinitos: pronto descubrimos que Xenoblade Chronicles X es un juego en el que la exploración y la maravilla ante los peligros y portentos de un sitio desconocido son clave. Es un juego que va sobre un mundo gigantesco e inexplorado; más que un capricho o un movimiento vulgar para estar a la moda, el tamaño de Mira es una necesidad del guion.
Las primeras horas son de aprendizaje puro y duro. Hay mucho que aprender aquí; los muchos sistemas que funcionan por debajo de Xenoblade Chronicles X se pueden entender, pero llegar a ese punto requiere paciencia y cierta dedicación. Es un juego poco complaciente, en el sentido de que no se da por supuesto; su forma de mantener el interés no pasa por hacer que el jugador se sienta especialmente seguro o confiado. En ese sentido, la escala juega otro papel importante: Mira es grande y está habitado por todo tipo de criaturas, un repertorio más o menos obvio pero bien diseñado y con el que uno se acaba familiarizando; hay hipopótamos y gorilas y cangrejos, pero con esos toques extraños que se pueden esperar de las criaturas alienígenas de un juego de rol japonés.
La mayoría de estas criaturas no tiene mayor interés en nosotros. Somos los nuevos, después de todo; en cierto punto del juego, en uno de los speechs medio ecologistas (poco densos, nunca especialmente punzantes; suelen ser apuntes que ponen en contexto nuestro papel en ese mundo) que hay en algunas misiones, se llega a hablar del hambre como uno de los pocos motivos que podría tener la fauna de Mira para atacarnos; para fijarse en nosotros, en realidad. Es fácil sentirse una parte minúscula e irrelevante en una cadena alimenticia que ya está ahí y en la que no pintamos nada. Por cuestiones de escala, también, la muerte pierde relevancia; es fácil que un paseo acabe en tragedia cuando un gorila púrpura o un insecto gigante se nos plantan delante, con veinte o treinta niveles más de los que podemos asumir encima de la cabeza, y nos aplasta miserablemente. Esto cambia cuando conseguimos un Skell.
* * *
Hay algo de admirable en la forma en que Monolith utiliza los Skells en Xenoblade Chronicles X. Una parte de la maquinaria de guerra que la humanidad utiliza para defenderse (del entorno y de, por supuesto, los malos; hay una civilización organizada e inteligente que busca acabar con la humanidad, claro) en Mira son los Skells: exoesqueletos enormes manejados por personas, mechas, de toda la vida. Estos Skells, que cualquier otro estudio usaría como elemento central alrededor del que articular un juego entero (o como selling point flojo), llegan después de muchas horas de juego. Alguno podría decir que demasiadas: unas treinta, seguramente más a poco que uno juega con algo de cuidado. (En mi caso fueron treinta y cinco largas.) Nos lo dan cuando el mundo ya está agotado, entre comillas; cuando sentimos cierta familiaridad con el juego y lo que intenta hacer, y creemos que sabemos más o menos movernos por Mira.
Este es otro de esos momentos definitorios de Xenoblade Chronicles X. No voy a entrar en mucho detalle por no herir sensibilidades, pero la misión en la que conseguimos el Skell (una no principal; de hecho, juraría que ni siquiera es directamente obligatoria, como otras, aunque es necesario tener un Skell para recorrer con garantías los dos últimos continentes y para hacer frente a muchos enemigos) es significativa para hacerse una idea del tipo de juego al que nos enfrentamos.
En esta misión el objetivo es sacarse el carné de Skell. Como suena: cada brigada (los ocho grupos que se encargan de explorar Mira y proteger, abastecer y ayudar a los habitantes de NLA; al principio del juego, tras una escena de vídeo bastante terrible, tenemos que elegir en qué brigada tenemos que meternos: no es una decisión especialmente importante) nos propone una prueba, y una vez las completamos conseguimos nuestro permiso para pilotar roboces. Tan fácil como eso: ocho pequeñas misiones de exploración, recolección, abastecimiento y caza. En una de ellas tenemos que conseguir un número determinado de tres objetos que hay por varios continentes; ocho de esto en Primordia, cinco de aquello en Noctilum y tres de no sé qué en Oblivia.
No sé cómo se llaman estos objetos porque en realidad sus nombres son lo de menos. Como en Xenoblade Chronicles, tenemos una Colecciopedia en la que podemos ir registrando los muchos objetos que encontramos en nuestro camino; estos objetos aparecen en el mundo en forma de cristales azules más o menos anónimos (con excepciones: en algunas misiones, los cristales rojos indican los objetos importantes para cumplir nuestro objetivo) que podemos ir recogiendo mientras paseamos por el mundo y pateamos traseros. La misión concreta de la que hablo, la del permiso de Skell, nos pide una serie de objetos pero no nos dice dónde buscarlos, más allá de indicar en qué continente están. Se llaman “continentes” por un motivo: son muy grandes. No hay una manera razonable de rastrear estos objetos, más allá de dar vueltas y rezar por que el siguiente cristal tenga dentro lo que estamos buscando, y luego rastrear la zona hasta dejarla seca y, si no ha habido suerte y no hemos conseguido todos los objetos que necesitábamos, hacer viaje rápido a una zona cercana y volver a secar el área en el que tuvimos suerte.
Misiones como esta se encuentran literalmente por decenas en Xenoblade Chronicles X. En NLA hay un panel con una lista de misiones simples, la mayoría de ellas simples encargos de recolección o caza que se autocompletan en cuanto cumplimos el objetivo (sin más fanfarria ni gravedad que una sencilla pantalla de misión cumplida, algo de experiencia y créditos en nuestro marcador y a otra cosa); tan idiotas e irrelevantes son estas misiones que cambian cada vez que consultamos el panel: una forma efectiva de conseguir rápido algo de dinero es entrar en el panel, buscar las misiones que tengamos ya completadas (a menudo encontramos misiones que nos piden objetos que ya tenemos), aceptarlas y salir. Todas se cumplen en ese momento; cuando entramos de nuevo en el panel, hay un nuevo set de encargos entre los que, quién sabe, quizá haya algo que también tenemos ya hecho de antemano.
Lo estrafalario es hacer que una misión como esta, irrelevante y ejemplo de las peores influencias de Xenoblade Chronicles X, como barrera para conseguir el Skell, una de las herramientas más interesantes y atractivas del juego. Especialmente porque entre esas ocho misiones hay alguna que sí explora y arroja luz sobre otro de los sistemas del juego: FrontierNav, el mapa que aparece en el GamePad mientras jugamos en la televisión y que en realidad es todo un minijuego de gestión al que el jugador avanzado puede sacar mucho provecho.
Una de esas misiones, decía, nos pide que utilicemos FrontierNav (el iDroid de Xenoblade Chronicles X) para extraer 15.000 créditos de una vez. Para hacer esto se usan sondas: estas sondas, que se consiguen buscando cajas de loot repartidas por los distintos continentes, se colocan en las vetas de miranio, uno de los recursos principales del juego, que encontramos en nuestro camino. Es uno de los primeros objetivos que se nos proponen: buscar vetas de miranio y colocar sondas, que sirven sobre todo como puntos de viaje rápido para explorar el mundo con cierta soltura (es un juego de viaje rápido, aunque se dispare en el pie por ello en alguna ocasión; en la misión en la que conocemos a Bozé Lowes, uno de los personajes que luego podemos añadir a nuestro grupo, acabamos en lo más profundo de una cueva tras un intenso combate y Lowes nos dice: «Mantente alerta en el camino de vuelta. El peligro acecha donde menos te lo esperas»; un viaje rápido y el peligro acecha menos lo que parecía) pero también como fuente de ingresos. La misión del Skell nos pide que consigamos que nuestro ritmo de ingreso de créditos sea superior a 15.000, básicamente; para ello, tenemos que aprender a colocar correctamente las sondas para potenciar sus efectos, crear redes entre ellas y explotar al máximo las zonas del mapa que hemos conocido: es una manera interesante de darle sentido a un sistema que hasta entonces, con cierta seguridad, se había ignorado por no encontrarle utilidad o había pasado desapercibido.
Cuando por fin consigues el Skell, por lo demás, se te olvida todo: la prueba ha sido difícil, pero ha merecido totalmente la pena. Ese es otro momento definitorio: cuando vuelves a explorar Mira con la nueva movilidad que te permite el Skell (y que se amplía todavía más en otro momento) y te das cuenta de que hay otro Xenoblade Chronicles X encima del que estabas jugando, diseñado a escala de un robot gigante.
* * *
Es un juego de sistemas y que exige cierto nivel de abstracción para ser disfrutado en condiciones. El combate, por ejemplo, se salva de la abstracción total solo porque existen algunas variables relativas a la distancia y la posición; de no ser por ellas, todo el combate podría ocurrir perfectamente en nuestra cabeza con resultados similares. Pero, ¡ah! Qué sistema de combate: como en Xenoblade Chronicles, es uno de los pilares más robustos del juego. Va así: cuando entramos en combate con una criatura o un enemigo, nuestro grupo comienza a atacar de manera automática con sus armas cuerpo a cuerpo o a distancia, cada unas con sus particularidades. La clave está en las Artes: habilidades especiales que podemos desarrollar y combinar para crear combos y trabajar en equipo con nuestro equipo.
Es un combate de aspecto más orgánico que el clásico por turnos de otros JRPG; las maneras en que unas Artes se relacionan con otras le da el dinamismo que le niega el automatismo y sus incoherencias: te das cuenta de cómo son las cosas la primera vez que un enemigo te fulmina con un ataque cuerpo a cuerpo aunque estés a muchos metros de él, posiblemente escapando a toda prisa de la peor de las muertes. Encima de esta combinatoria de Artes están las Voces del Alma, una suerte de sistema de diálogos entre los miembros de nuestro equipo que proporciona mejoras y ayudas si enlazamos correctamente las Artes, amén de regenerar vida y fortalecer la afinidad. Podemos configurarlo en función de lo que queramos de nuestros compañeros; de vez en cuando, un quick time event nos pide que pulsemos el botón B en el momento preciso: si lo hacemos bien, nos beneficiamos de otros efectos de las Voces del Alma, además de subir la moral del grupo, lo que modifica los efectos de ciertas Artes.
El siguiente momento definitorio de Xenoblade Chronicles X es cuando piensas en todas las capas que forman todos los sistemas que están en acción en el juego (los recursos, el combate, los entramados de relaciones entre los habitantes de NLA; cómo todo afecta a todo y todo tiene un sentido dentro del gran mecanismo último), y te das cuenta de que puede que haya algunas cosas que no consigas entender nunca.
Últimamente se habla mucho de los mundos vivos en estos juegos con mapas gigantescos y abiertos que podemos explorar más o menos en el orden que nos venga en gana. Xenoblade Chronicles X es uno de esos. Tiene una peculiaridad, sin embargo: la forma que ha tenido Monolith de dar vida a su mundo es saturarlo de sistemas con distintos grados de opacidad, de los que a menudo no sabemos nada (como en el mundo en el que vivimos mientras jugamos a Xenoblade) alrededor de los cuales se van desplegando los muchos objetivos y retos que se le presentan al jugador. Aquí siempre hay algo que hacer: si no es recoger tales objetos o explorar no sé qué paraje recóndito es optimizar FrontierNav o mejorar el rendimiento de nuestro Skell o cazar un magno (las criaturas únicas del juego, las que tienen nombre propio; el equivalente a los enemigos amarillos de Diablo) o subir los varios niveles (el del personaje, el de la clase o el de BLADE) que se benefician de los puntos de experiencia. En ninguna partida no ocurre nada: siempre ocurren muchas cosas, aunque sean irrelevantes y abstractas.
No es un JRPG de historia, eso desde luego. Lo que cuenta Xenoblade Chronicles X no es especialmente interesante ni está especialmente bien narrado: los personajes son típicos y los momentos de desfogue humorístico apelan a las sensibilidades más japonesas, y pueden llegar a tener sus defensores, pero son algo estúpidos y no aportan demasiado (en esa dirección rema también la banda sonora, que mezcla piezas increíbles con canciones bastante ridículas). La mayoría de escenas de vídeo (el motor principal de la narración) están mal dirigidas y tienen un sentido del ritmo nulo; en muchas de ellas, el trabajo de dirección queda en manos del jugador, que puede mover la cámara alrededor del avatar mientras avanza por unas cajas de texto que, otro clásico del género, redundan una y otra vez sobre las mismas ideas sin importancia y limitan el interés a momentos concretos. No es un juego que sepa de síntesis. A la hora de la verdad, muy de vez en cuando y sobre todo en el último tercio del juego, Xenoblade Chronicles X sí sabe aprovechar en condiciones las posibilidades de un vídeo, con resultados espectaculares; sigue sin ser interesante, pero al menos es vistoso.
Llegado cierto momento, de hecho, esto pasa a no importar. Es uno de los puntos más flojos del juego, pero Xenoblade Chronicles X se hace fuerte por otros lados, ya sin un protagonista (un Shulk, por poner el ejemplo de la anterior entrega) y con la escala del mundo y la complejidad de sus sistemas jugando a su favor. Se parece más a Monster Hunter o Diablo que a Final Fantasy, si es que esta comparación tiene algún sentido: es un juego extraordinario en lo suyo, con evidentes carencias que sabe compensar con creces si conseguimos entrar en su dinámica y someternos, con gusto, a su fantasía de colonias en otros planetas y zoologías alienígenas.
Yo he pasado por todas las fases. Me alucinó el principio y odié las primeras diez horas; despertó mi curiosidad las diez siguientes y me horripiló la integración de todo lo online, confuso, algo mal explicado y en última instancia no muy interesante (se me ocurrió pensar que era un MMO para gente con dificultades para socializar, y efectivamente: en el Iwata Asks dedicado al juego, sus creadores hablan de la intención de hacer un juego multijugador para gente que, como ellos, no se atreven a comunicarse con otros jugadores); al final acabé abrazando el juego tal y como es, apreciando sus disparates y encontrando un disfrute enorme en su propuesta excesiva y catedralicia. Xenoblade Chronicles X es alucinante; es mucho más exigente que la mayoría pero sabe recompensar la dedicación; de alguna forma, sabe corresponder la ambición desmedida con una ejecución brillante, que acaba no solo dando coherencia a su inabarcable red de engranajes sino que lo hace con una factura técnica impecable. Es un juego infalible, diría que a prueba de balas: no me gustaría tener que aplaudir esto, pero solo se me ocurren dos juegos de mundo abierto (este y The Phantom Pain) que no hayan arrastrado el lastre de los bugs y los fallos.
El último momento definitorio de Xenoblade Chronicles X sucede cuando te das cuenta de que estás jugando a algo que consigue hacer simple la complejidad más abrumadora, y que estás prendado, y que no te importa (¡a ti, que tanto lo odias!) hablar de tu otra vida: la que llevas en Mira, dando paseos con el Skell y recogiendo cristales azules que no significan absolutamente nada. [9]
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@chiconuclear
Estoy escuchando el podcast y lo pones como un cruce de Diablo y Monster Hunter, sin embargo mientras te escuchaba se me venía a la cabeza Dragon’s Dogma. ¿Se parecen en algo?
@kei
Mira, mientras grabábamos el podcast (lo que dije está casi todo sacado de este texto) sabía que se me olvidaba precisamente ESE ejemplo. Tienen puntos en común, sí.
Vendeconsolas de manual.
Al menos, lo sería en otros tiempos. Que ganas tengo de desenvolverlo en navidad 🙂
¿Es el antetítulo una alusión a la novela de Houellebecq o estoy suponiendo demasiado?
@gastamsito
Claro, hombre.
Pues yo no le estoy cogiendo el tranquillo a pesar de las ganas y de la ayuda en el foro. Se puede hacer muy cuesta arriba ciertas decisiones del juego (explicar 0 y tener que sacarte las castañas a tu bola).
Yo solo puedo decir que llevo lo suficiente para que sea mi GOTY.
@chiconuclear
Pero qué culturetas podéis llegar a ser en esta santa casa…
@sauron
Con este más de uno se va a dar una pequeña hostia, creo. Evidentemente es EL JUEGO de Wii U de final de año y parte del que viene, pero el rollo es bastante distinto del de Wii y no sé si le encajará a todo el mundo. Tú dale y ve hablando con peña en este foro y en donde sea, que es una buena forma de meterse en el juego y aprender a disfrutarlo. También tienes que poder dedicarle mucho tiempo (yo llevo casi un mes trabajando siempre con el GamePad al lado xd).
Me he encontrado muros pero sudar de ellos y volver al primer continente a seguir dando tumbos me sigue pareciendo una gozada xD ganas locas al roboc, aunque me da que a mi me costará más, llevo 35 horas y estoy con el boss del capítulo 4 un poco trabado, apenas he explorado la puntita del segundo continente.
Es mi primera entrada en este casa pero os llevo leyendo y escuchando mucho tiempo, seguid asi!
Ahora vayamos a lo importante, me he tocado especialmente el analisis porque justo ando en ese momento del que hablas, el de las misioncillas para conseguir el skell y me ha resultado muy curioso leerlo justo a la vez que lo ando intendando.
Gran analisis, como siempre :3
A mi al final me ha hecho comprar la WiiU, y eso que no pensaba hacerlo, porque vengo saturadisimo de juegos de mundo abierto. Pero lo he probado unas pocas horas y mi opinión ha cambiado de repente, el mundo de Xenoblade X me ha atrapado profundamente, es una verdadera maravilla.
En teoría esta semana me llegará de uno de los premios de #5juegazosWiiU, y no sé muy bien qué hacer con él.
Aún tengo The Witcher 3 pendiente, un juego de muchas horas también, y creo que más ganas que al Xenoblade le tengo.
Para hacernos una idea Víctor @chiconuclear ¿de cuántas horas estamos hablando? Porque en el texto mencionas 35 hasta que conseguiste el skell… ¿Se mueve en el mismo orden que The Witcher o va aún más allá?
No lo digo por comparar, claro; sería absurdo. Pero para poder ubicarlo en mi apretada agenda, xD.
@risarovi
El Skell lo consigues más o menos a la mitad de la historia principal, para que te hagas una idea. Ya digo que la historia es una bosta, así que por ahí tampoco hay que cogerlo; échale que si le coges el gusto puedes sacarle 100 horas fácilmente. Seguro que más, en realidad; yo tengo esperanzas de pasar con creces las 100 en los días que me coja libres por navidad. No sé cómo es tu estilo de vida, pero encajar 100 horas o más en un día a día normal es complicado xd
¿Cuál es el peso del combate en todo esto?
El combate fue la razón por la que abandoné Xenoblade al poco de empezarlo (lo automático, el no saber cómo coño influir o qué estaba haciendo con mis decisiones, y que el juego me castigara por ello) y lo que leo se parece bastante a esa menos que agradable experiencia. Lo del golpe cuerpo a cuerpo a larga distancia ya acabó de matarme.
Porque por lo demás, parece algo agradable con lo que perderse.
Yo lo estoy jugando y me está encantando. Que tome nota Square.
@chiconuclear
A mi la historia me interesa. Eso si, esas «cinematicas» de personajes estaticos… xD
Los piños me llegan al suelo y esa WiiU no va a llegar lo suficientemente pronto.
Gran texto, Víctor.
@termal
Yo creo que lo peor son esos silencios incómodos con la cámara moviéndose xd
@chiconuclear
MUY complicado ahora mismo. Así que tendré que dejarlo correr.
Te agradezco muchísimo la respuesta Víctor.
@karaban
A mi al principio, el tema de los silencios y la lentitud de las conversaciones me pillo por sorpresa, aunque luego te acostumbras. Eso si, el nopon…
Qué pena que no lo tradujeran y doblaran en Reino Unido como el anterior, se nota mucho cómo pierden las cinemáticas por la mierda de trabajo americano.
Por lo demás la historia me está entreteniendo mucho más de lo que esperaba, y en el apartado de exploración es sin duda lo más inmenso que he visto, y eso que acabamos de ver este año The Witcher 3 y Elite Dangerous.
Edito: para ver la diferencia, 1h 4m en https://youtu.be/cNMyxBON7Sk vs 49m en https://youtu.be/GPi7WI0QA8g
Y que encima lo comparen con Monster Hunter… En mi caso es casi hacer trampas, dos de mis juegos favoritos de los últimos años.
@petete_torete
Lo tengo apuntado pero no me acabó encajando en el texto. Sí que es fuente pequeñita, sí. También es que la ponen más grande y el texto se termina de comer toda la pantalla. Tuvo que ser complicado.
Llevo 37 horas jugadas y ya cuento con la licencia SKELL, mi vida personal se resiente…
@chiconuclear
Tiene mérito que con ese tamaño no encaje.
Muy buen texto, es casi lo mismo que lo del podcast, pero amplias varias cositas, a lo mejor es redundante hablar y luego escribir, pero esta ultima parte es mas facil buscarla, que buscar el podcast en el que se habla del juego.Me gusta mas cuando primero publican el analisis escrito y luego lo hablan, porque ustedes tratan de otras cosas un poco diferentes.
No me ha llamado en ningún momento, pero mira que tiene pintaza.
Cae seguro pero por ahora no hay tanto tiempo en mi vida .
El primero me comió 200 horas de mi vida.
Como un curso de Ingles en 1 año……
Muy grande.
Del original me enganchó el combate y la historia, aquí veo que el combate seguirá en la buena dirección pero que la historia es olvidable como poco…y como es un pozo de horas y precisamente horas no me sobran, espero que la exploración de semejante mundo pueda llenar ese hueco que la historia no me va a llenar
Lo descubriré tarde o temprano porque el juego ya esta en casa 🙂
Queréis next gen ? Pues toma dos tazas.
Llevo unas cuantas horas y para mi que me saca un poco de mis casillas tanta ayuda en los juegos , me esta viniendo de perlas este buscate la vida en mira.
Este juego es otro rollo a lo jugado hasta ahora la verdad brutal.
A mi me tiene loquisimo, y me ha alucinado lo que decis todos, el como te sueltan a que te saques tu las castañas, y me parece estupendo.
Por otro lado, es el mundo mas bonito, creativo y original que he visto nunca, y lo Hamo.
gran analisis victor!
Llevo 2 horas y estoy más perdido que un hijoputa el día del padre, el juego es de los que hay que ponerle la otra mejilla y el culo.
No se si soy yo el torpe o lo es el juego (seguramente ambos) pero creo que me costo bastante menos meterme en Bloodborne, y eso que fue mi primer Souls.
No me compares a nintendo con el barça, se parece mucho mas al Athletic de Bilbao. Gran afición que nunca gana.
Este juego hace 15 años, hubiera puesto a Wiiu, como poco, a la altura de Xbox One a nivel de ventas.
Cruel e injusto mundo de Call of dutys y Battlefronts el que nos hemos labrado.
Enhorabuena por el texto a Victor y enhorabuena por el juego a Monolith… Hay que tenerlos muy cuadrados para sacar un bicho así.
Gran análisis @chiconuclear Me parece impresionante como, mientras muchas desarrolladoras justifican sus bugs escudándose en la envergadura de los proyectos, Monolith ha conseguido sacar adelante una joya tan pulida, en la consola menos apta para ello. Estos tíos nunca dejan de sorpenderme. Quiero que NX sea un pepino en cuanto a potencia solo por ver de qué son capaces esta gente, porque en Monolith no hay desarrolladores de jueguicos, hay putos caballeros jedi.
Eso es lo único malo que le veo, demasiados iconos y textos que en letra pequeña abruman que da espanto. Y dolor de cabeza.
@tizhorrior
Se puede jugar en el GamePad, sí. Recomendaría jugar en la tele siempre que fuera posible, pero el GamePad sirve para un apaño. En el análisis menciono la «factura técnica impecable» y hasta ahí creo que hay que llegar: me jode tener que aplaudir que un juego cumpla una función tan básica, aunque sí, el juego va a 30fps que crujen en ocasiones contadísimas; alguna cinemática y poco más.
@tizhorrior Sí, se puede. Eso sí, te tocará ir cambiando de modo para acceder fácil al FrontierNav. No es nada grave, pero se puede hacer un pelín ortopédico.
En cuanto a los frames, yo llevo unas 30 horas y no he notado problemas en ese sentido. El problema técnico más gordo que tiene es la carga de texturas, que la mayoría de veces tarda más de la cuenta. Eso sí, se te olvida en cuanto subes al primer sitio alto que ves y observas los paisajes.
@diosthor @petete_torete No os agobies con la interface. En configuración podéis quitar y poner los diferentes elementos (minimapa, misiones de escuadron…). Lo importante en cualquier combate son las barras de vida y las artes. Todo el resto es opcional y se puede consultar con tranquilidad en los menús si no lo queréis tener en pantalla..
@chiconuclear
Uno de los peores aspectos del primero fue el sistema de modificación de las armas mediante cristales que te ataba durante horas a unos menús que no dejaban ver el paisaje. ¿Qué queda de esto en el de WiiU?
@v0id
Queda todo, es un juego muy de menús. El sistema de mejoras de las armas es tremendo, pero hay que chupar mucho menú, eso siempre.
Y encima no explican nada sobre él, tienes que averiguarlo por ti mismo todo.
Me encantó el primero y este tiene pintaza, una pena que no tenga tanto tiempo como antes.
Sin embargo, por lo que comentas parece que incide en el sistema odioso de recolección de bolitas azules que detesté del primero. No hay nada peor que dar vueltas como un deficiente por un mapa en el que ya has hecho todo pero en el que te falta un objeto para la colecciopedia, y lo peor es que era completamente aleatorio: Voy por un mar y me encuentro un escarabajo, venga no me jodas.
Quitando este detalle, acabará cayendo sin duda, es de esos juegos en los que es un placer explorar y perderte por su mundo.
GOTY
Leyendo tu análisis, @chiconuclear, he pasado de amar el juego y quererlo para ya mismo, a temerme odiarlo, a terminar con mucho interés. Pocas veces me he sentido tan sobrecogido por un análisis y, sinceramente, es el mejor que he leído de este juego. El único que me ha hecho entender (o eso creo) qué es lo que me voy a encontrar.
Lo curioso es que mientras que sabía que yo soy más de RPG’s con historia, y mientras me decía que a mí los mundos abiertos me provocan demasiada tensión; me imaginaba jugando con él y amándolo (y odiándolo, seguro que me sacan de quicio esas misiones secundarias) como hacía tiempo que no me pasaba.
Una pregunta, ¿hay muchas decisiones importantes? Es decir, comentas que la brigada en la que nos quedemos en el fondo es irrelevante, y por supuesto hay que decidir qué explorar en cada momento, pero, ¿son relavantes esas elecciones? ¿Podré jugarlo «relajado» viviendo mi historia sabiendo que no debo hacerlo todo en un orden concreto para desbloquear un personaje, por ejemplo?
El sistema de combate, la interface y todo el componente MMO me parecen espantosos por múltiples razones, pero en cualquier caso, puedes malacostumbrarte a los dos primeros e ignorar lo último.
Eso sí, la ambientación y la exploración son sencillamente geniales. No solo por los imponentes paisajes, sino por el hecho de que en todas las áreas se mezclen bichos de nivel asequible con un montón de otros que te pueden destrozar la vida solo con mirarte, lo que hace que el mundo parezca mucho más orgánico, y que siempre tengas que estar con ojo de dónde pisas y por dónde vas. En muchas ocasiones he tenido que tirar de sigilo más que en un Metal Gear para que no me reventasen. Hace que explorar sea realmente emocionante y peligroso. Y por supuesto la música ambienta muchísimo.
Ya me queda poco para conseguir los robots, lo estoy deseando.
@drtenma
Se puede y se debe jugar relajado. Vas haciendo y ya; todo lo de las brigadas, por ejemplo, está ahí pero el juego está diseñado para no cerrar puertas en función a esas elecciones. Es un juego muy de pasiones; es de esos que te gustan más (o menos) cuanto más juegas, porque siempre vas desbloqueando movidas nuevas. Es bastante tremendo en ese sentido. En los pesos de historia y «juego» (misiones secundarias, polladitas, combates random, loot, etc.) me recuerda un poco a Destiny, para que te hagas una idea. Sí creo que merece la pena darle una oportunidad (una larga: no menos de dos semanas jugando a tope) si tienes una Wii U, porque cosas como esta no salen casi nunca.
@chiconuclear muchas gracias, me quitas una duda importante. Será mi regalo de Navidades, lo tengo claro.
Estoy pasandome por segunda vez el primero.
Este lo tengo en la estantería, y en cierta forma me da miedo empezarlo.
Es una sensación que siempre tengo con el Wow cuando pienso en volver: Se que me lo voy a pasar muy bien, pero me da hasta miedo » contraer» tantas nuevas obligaciones y tareas.
Supongo que llevo demasiados RPGs jugados este año, esperaré a tener ganas.
@joeldcn
Intenta jugarlo en Pc, el pack de texturas en Hd y resolución , el juego mejora 10000
Joder Victor.
Este juego para mi es un misterio. Te acabo de escuchar en el podcast y lo que dices me suena a 6, como muchisimo un 7. Entro aqui y veo un 9 (no he leido el analisis, lo admito). Lo mismo me paso por ejemplo viendo la review de Gamespot, que viendola pensaba que le cascaban un 6 o 7 y es un 8.
Sere muy tonto o es muy pero que muy dificil explicarle a alguien que cosas hacen a este juego muy bueno o excelente. «Algo bien hara» – fue una de tus ultimas frases en el podcast.
No tengo Wii U 😯
@ghettoglamour
Hombre, creo que digo que en su categoría es el mejor, o algo así, muy de 6 no es eso xd Es un juego difícil de explicar: en este análisis he dejado de lado mil cosas por no escribir un tocho infumable y aun así es un tocho infumable.
El principio me esta recordando a MGSV no pareciéndose en nada ambos juegos, te meten la chapa tremenda y luego te sueltan más o menos a tu aire. En ambos juegos la sensación fue entre reconfortante y sentirme perdido/abrumado.
El juego definitivamente es Xenoblade, nada más soltarme me fui al «tablón de anuncios» y me pille todas las misiones chorras para que se fusen haciendo mientras paseo xD
@chiconuclear
Vale pero el POR QUÉ es el mejor de su categoria todavia no lo he pillado – Que lo de su categoria se puede interpretar tambien, segun lo que he oido su categoria es JRPG super nicho para enfermos.
Que quede claro, no te critico a ti para nada eh.
Ya me he visto varios analisis, todos ellos con grandes notas, y sigo sin entenderlo.
@chiconuclear
He leído lo menos posible sobre este juego porque, para mi, es EL REGALO de las navidades. A priori me maravilla todo de lo que parece ofrecer, pero mi corazón alberga un pequeño temor: Y ese temor es su historia. No paro de escuchar que este aspecto es su talón de Aquiles, que el Xenoblade Chronicles de Wii le pone la pata encima, que aquí no hay mucha mandanga… Mi pregunta es, ¿es eso verdad, doctor?
@trollsmith
Por aquí hay gente a la que le está gustando. A mí me ha parecido muy típica, olvidable, y el propio juego no termina de tenerla nunca como una prioridad. La del de Wii tampoco me pareció tremenda, pero sí un poco mejor.
Monolith está a otro nivel. Menudos desarrolladores son.