Análisis de Zen Pinball 2

Imagino que el zen de Zen Pinball 2 viene del nombre de su estudio, y que no tiene nada que ver con el budismo; sin embargo, el estado mental en el que se entra en una buena partida de pinball no está muy alejada a esa meditación con la que se pretende alcanzar el nirvana. Del mismo modo que el nirvana se explica por lo que no es, por la imposibilidad de definirlo con palabras, podemos hacer el ejercicio de delimitar Zen Pinball 2 por lo que no es: no es un mal juego de pinball; no es, tampoco, el primer free to play de Wii U, aunque quisieran hacernos creer que sí. No es un género especialmente de moda, pero los simuladores de pinball siempre han estado entre nosotros; Zen Studios se han ganado cierta reputación con sus juegos, que ya desde hace un tiempo y con distintos nombres han ido dejando el listón bastante alto. Zen Pinball 2 lleva ya unos meses dando vueltas, y llega a Wii U en muy buena forma: hay bastantes mesas, entre originales y licenciadas; además, el cambio de mando le sienta de lujo: el tamaño del GamePad, considerablemente mayor que el mando de PlayStation 3, se siente muy natural en una simulación como esta, que intenta reproducir las sensaciones de estar agarrando una máquina de pinball real. Es evidente que se pierde un poco la gracia de estar manejando un trasto mecánico lleno de palancas y resortes, pero Zen Studios han sabido recrear muy bien la sensación de investigar cómo funcionan las mesas, de ir descubriendo cómo afecta la bola a las distintas zonas de la mesa. La complejidad y formas de puntuar varían bastante en función de por cuál nos decantemos; tanto visual como jugablemente, hay pocas diferencias entre Shaman y El Dorado, por ejemplo: la primera, llena de colorines y luces de jackpot, no tiene mucho que ver con los retos y minijuegos de El Dorado, con esas aventurillas de explorador de tumbas que se ven en el panel de puntuación, imitación de los de las máquinas clásicas de pinball. Un fan de Marvel y del pinball al mismo tiempo tiene muchos motivos para amar el juego: las mesas de Los Vengadores o de la Guerra Civil son bastante vacilonas, y están llenas de detallitos del universo superheróico del Capitán América y familia. La base, el funcionamiento de flippers, bumpers y demás, es bastante genial: las mesas están muy bien pensadas, y se nota conocimiento del juego en que se basan, y capacidad de implementar ese conocimiento de manera inteligente. Las físicas de la bola responden justo como uno espera, tanto a los golpes de los flippers como a los golpes que podemos propinar con el stick para modificar ligeramente su trayectoria. Poca queja tengo de los cimientos de Zen Pinball 2: llevo cierto tiempo jugando de vez en cuando a simuladores de este tipo, y casi todo lo que se le puede echar en cara a este tiene bien poco que ver con su réplica de las máquinas originales. No fue hace tanto cuando en un Nintendo Direct se nos dijo que «el juego básico será gratuito: tres mesas (entre ellas la de Plantas vs. Zombies) se podrán probar sin coste; si queremos más será el momento de pasar por caja para desbloquear nuevos contenidos». Es cierto que el juego se puede descargar gratuitamente, pero lo que recibimos cuando nos lo bajamos es tan free to play como cualquier demo. Las versiones de prueba de cuatro mesas basadas en Marvel vienen con Zen Pinball 2, y pueden ser jugadas durante unos minutos; a no ser que queramos repetir una y otra vez los mismos cinco minutos, pronto toca pasar por caja y apoquinar entre dos euros y medio y diez (en función de si queremos mesas individuales o packs con cuatro) para acceder a las versiones completas. Nada en contra de esto. Sin embargo, pocas cosas menos zen se me ocurren que la aparatosidad con que accedemos al contenido: con lo fácil que sería comprar las mesas compulsivamente, malhiriendo nuestra cartera por el camino, directamente desde el juego, a un golpe de botón, resulta extraña la cantidad de vueltas que nos hacen dar. Entre que entramos en la eShop, descargamos las demos de las mesas que queremos, compramos las versiones completas (básicamente, un pequeño archivo que la desbloquea) y reiniciamos el juego para que la lista de mesas se actualice, es bastante fácil que cualquier intención de compra que existiera en un principio se haya suavizado bastante, si no ha desaparecido del todo. Yo mismo tuve un pequeño momento what the fuck cuando compré un par de packs de mesas y por mucho que reiniciaba el juego no me aparecían desbloqueadas en el menú: no hay una manera muy clara de intuir que hay que bajar la demo, además de esa versión completa que hay en la eShop, para acceder al contenido completo. Vicisitudes técnicas aparte, Zen Pinball 2 es un buen juego al que no es difícil dedicarle tiempo con gusto. Su simulación es buena, las mesas están bien diseñadas y todo lo relativo con la interacción con otras personas es correcto: no soy especialmente amigo del multijugador en este tipo de juegos, pero los que lo quieran lo tienen disponible, y evidentemente los rankings de puntuaciones (a pesar de la pequeña trampa de que exista uno que depende muy directamente de la cantidad de mesas en las que has jugado, y por tanto que has comprado) son un punto muy a tener en cuenta si tienes en tu lista de amigos a la gente apropiada. No se puede poner en entredicho su honestidad, eso desde luego. [7]