He estado jugando estos días a Essays on Empathy, lo nuevo de Deconstructeam, el celebrado estudio valenciano de Gods Will Be Watching y The Red Strings Club. (Antes de nada, pongo por delante nuestra conexión con el estudio: además de tener una relación que va más allá de lo puramente profesional, recientemente colaboramos con Marina, Paula y Jordi para poner en marcha el podcast Andar. Deberíais escucharlo, porque es un regalo de los cielos.) Como quizá ya sabíais, estamos hablando de una colección que recopila diez juegos de Deconstructeam, muchos de ellos realizados en el marco de game jams y otros experimentos con el desarrollo; diez pequeñas piezas que están, sin embargo, lejos de ser juegos menores: habrá quien pueda decir que aquí están los mejores trabajos de Deconstructeam, y no me costaría estar de acuerdo con esa afirmación.
Es fácil tener simpatía por la manera en que Deconstructeam crea estos experimentos narrativos, y aunque en parte puede tener que ver con el tipo de ética de trabajo que se intuye en ellos (han hablado sobre el tema varias veces, la última en el tercer capítulo podcast Andar —¿lo has escuchado ya?—), no hace falta irse más allá de los propios juegos para ver lo que tienen de cautivadores, para captar una poética sorprendente y poderosa en la que confluyen la sincronía del trío creativo que forman Paula, Jordi y Marina y la experimentación ingenua y un poco atropellada de las game jams. Quizá por eso Essays on Empathy se puede interpretar como una suerte de libro de relatos en el que el formato breve se utiliza para explorar temas y estilos sin comprometerse más de lo necesario con ninguna dinámica de juego concreta: de una manera que recuerda a lo que hacía The Red Strings Club, un tríptico nacido precisamente de varias game jams y cuyos orígenes se pueden encontrar en esta colección, aquí se cruzan historias de mujeres invisibilizadas, sicarios floristas, adolescentes alienadas o hijos que buscan libros que regalar.
Por separado, cada uno de estos juegos permitía ver, en los momentos en que se publicaron originalmente, la evolución de un estudio que ha sabido desarrollar un estilo y una voz reconocibles, una cualidad menos habitual de lo que podría parecer; juntos, las formas en que se conectan y retroalimentan, en que las influencias fluyen de unos a otros, hacen que «leer» los relatos uno detrás de otro tenga un sentido distinto al que tienen por separado. Se ve una evolución en las preocupaciones temáticas y estéticas de Deconstructeam; se pueden ver los hilos rojos que unen las tecnologías y los futuros de la primera mitad de Essays on Empathy con la mística y el costumbrismo de la segunda, por ejemplo, o también comprobar cómo, lejos de caer en la monotonía, cada pieza trabaja el ritmo y las mecánicas con una buena mano (sin buscar la perfección, pero sí la textura, la expresión, el sentido) que responde a una visión creativa fuerte y clara, algo que por separado no siempre es tan evidente.
La guinda la pone De tres al cuarto, un juego desarrollado específicamente para la colección y que cuenta la historia de Garza y Bonachera, dos cómicos mediocres que se ganan la vida contando chistes en Menorca. En la hora y media, dos horas que dura, De tres al cuarto deconstruye la stand up comedy y la transforma en un juego de cartas a través del cual intentamos que este dúo catastrófico se gane algún aplauso de un público que en el fondo está a otras cosas, prestando atención solo a medias o directamente ignorando lo que ocurre en el escenario; entre actuación y actuación, la intimidad de la pareja deja espacio para explorar temas menos chistosos, una combinación que dentro de Essays on Empathy se llega a sentir como la culminación de un lustro de experimentos y que sale con una naturalidad francamente asombrosa, como si todos los juegos fueran así y el mérito no fuera, en realidad, de un equipo que ha aprendido a trabajar mejor que la mayoría el lenguaje del videojuego como medio de expresión.
Todo esto se puede comprobar simplemente jugando a los juegos, pero Essays on Empathy incluye también una serie de elementos extra que no hacen sino solidificar estas sensaciones. Las galerías de arte y la música de Paula Ruiz son un despiece interesante, pero la joya de la corona son los vídeos que acompañan a cada juego, realizados por Coral Rodríguez y Javi Román y en los que Paula, Marina y Jordi recuerdan y exploran más a fondo los procesos creativos y también las situaciones vitales que les llevaron a desarrollarlos. Son vídeos, de nuevo, íntimos, y en los que se habla sobre cómo el estudio se acabó interesando más o asentándose en los juegos narrativos en vez de en experiencias más gamey como Underground Hangovers (el juego más antiguo de la colección), por ejemplo, o sobre detalles más granulares, como la forma en que se diseñó el sonido en De tres al cuarto para poner de relieve la situación patética sobre el escenario del dúo protagonista. No creo que sea estrictamente necesario ver estos vídeos para entender los juegos o su importancia, ya digo, pero da gusto ver a un equipo de desarrollo hablar con tanta honestidad y cercanía de lo que hacen.
Me resulta extraordinariamente interesante la idea de recopilar «material antiguo», quizá no pensado para tener vida comercial o simplemente creado por ver qué pasa, por comprobar cómo dos elementos químicos reaccionan al juntarlos, y me sorprende que no se haga más. Me comentaba Jordi que fue Matt Nickerson, de Devolver Digital, el que fue a ellos para proponerles la idea; antes, Nickerson había trabajado con Edmund McMillen en The Basement Collection, otro recopilatorio en el que el creador de The Binding of Isaac juntó una parte importante de su obra previa a Super Meat Boy. La idea es parecida pero el resultado final es otro: leído como un volumen de relatos, Essays on Empathy es a la vez un caramelo para fans de Deconstructeam y una muestra de la voz y el estilo del estudio valenciano, además de un argumento muy a favor del potencial expresivo de los videojuegos de formato breve, un nicho infravalorado y que —como demuestra esta colección— en muchas ocasiones hace lo mismo que intentan otros más largos e hinchados pero mejor, sin tantas complicaciones y sin necesidad de redundar ni de dar tanto la brasa.
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Precioso @Victor. Pero una cosita. La objetividad, además de sobre valorada, es mentira. Subjetividad y amor siempre, caballero. No te justifiques, que no hace falta.
@joaquin-2
El decoro me obliga!
@chiconuclear
Vale. pero fuck el decoro. Aquí venimos a veros volar libres. 😉
Mis dieses y mejores deseos para estos peaso cracks. Ya había jugado los anteriores del pack, en mi caso tengo ganas de jugar el nuevo y ver los videos, que pintan interesantes y fijo se aprende algo de ellos. Ojalá les funcione muy bien.
Se traducirá al español en algún momento?
Leí en su día (aunque quizá recuerde mal) que, al igual que con el GWBW, querían hacer también un juego completo del Ages of Irving.
Imagino que con todo el tiempo que ha pasado el proyecto se quedó en el tintero pero aún así me gustaría saber qué posibilidades hay de que retomen la idea en un futuro no muy lejano.
Llevo 3 o 4 historias y me parecen geniales, por cómo están escritas y por el diseño de cada una. Y, lo que dice Víctor, creo que la duración de las historias es genial, hace que «consumirlas» sea muy agradable. No pesan, pero vaya peso te quitan o te cargan cuando las terminas y tu cerebro empieza a asimilarlas xD
Muchas ganas de ponerme con esto. Jugué a varios de los juegos el año pasado y me dejaron muy buen sabor de boca.
Además los documentales de este tipo me parecen superinteresantes.
Ojalá esté funcionando bien, que se lo merecen.
Todo un descubrimiento. Ojalá la opción de unos subtítulos en castellano en los vídeos documentales; para los que tenemos una deficiencia ideomática grave con el inglés, sería genial. Diseño, coherencia, creatividad ¿alguien da más?