
Konjakismo
Análisis de Iconoclasts
Joakim Sandberg termina, por fin, el juego de su vida; una aventura que descoloca y que sirve para algo más que pasar página.
Joakim Sandberg termina, por fin, el juego de su vida; una aventura que descoloca y que sirve para algo más que pasar página.
Una aproximación al medievo centroeuropeo que trata de ser obsesivamente realista en todas sus vertientes menos en la más importante: su creación misma.
El juego de Rusty Moyher es un roguelike encantador y centrado y un testimonio de cómo la tecnología puede tener un efecto positivo en la gente.
Una preciosista aventura inspirada en la mitología nórdica que habla sobre la importancia de comunicación con un aire contemplativo y una fría estética de neón.
Lo que parecía un empujón ambicioso, el uso de un mundo abierto en el musou más clásico, acaba siendo una excusa para acomodarse en el mínimo esfuerzo.
Clásicos absolutos, los dos juegos más celebrados de Platinum Games llegan a Switch sin novedades pero con la misma contundencia de siempre.
Después de tres años en Acceso Anticipado, Unknwon Worlds saca su juego de supervivencia submarina con un resultado ejemplar: bonito, bien pulido y, claro, inmersivo.
Bluepoint se arma de valor para meterle mano a un título beatífico, para reconstruir una leyenda. Un remake que quizá no necesitábamos pero sí nos merecemos.
Matt Makes Games firma un plataformas exquisito que sobresale en todo lo que se propone, sin duda uno de los mejores ejemplos del género en muchos años.
Arc System Works ha calculado perfectamente la fórmula a implementar en el Dragon Ball más bonito de todos los tiempos: una mecánica que abraza al jugador y también al fan.