You never shouldn’t shoot a hundred-one hole-in-the-roof
Análisis de Enter the Gungeon
Un roguelike de espíritu tarantiniano que sabe absorber y transformar sus muchísimas influencias hasta conseguir tener una personalidad arrolladora.
Un roguelike de espíritu tarantiniano que sabe absorber y transformar sus muchísimas influencias hasta conseguir tener una personalidad arrolladora.
Insomniac recupera a sus mascotas con un juego basado en la película basada en el juego; un retruécano que les sale bien por bonito y divertido.
Nadeo desembarca en la nueva generación de consolas con un arcade puro y totalmente centrado en transmitir su pasión por el trazado y la partida perfecta.
Ubisoft repite con otro juego tocho de manual, que funciona sin sorprender y engancha sin encantar.
Adam Orth parte de la misma sinopsis tripalabra que Gravity («movidas del espacio») y acaba siendo tan hijo de la conveniencia como toda su generación.
Quantum Break apuesta por un híbrido entre videojuego y serie en la que los actores de renombre y la ambición hollywoodiense pesa más que lo interactivo.
Con más estética que ética, Slain! sube al escenario con sus mejores galas pero se le olvida la guitarra en el backstage.
Una ópera prima perfecta que coge Harvest Moon, lo lleva a su terreno (el PC) y lo adapta a la edad de los que crecieron con la serie de Marvelous.
Tecmo Koei traslada su musou basado en la serie Zelda a New Nintendo 3DS con éxito y con suficientes añadidos como para llamar a una segunda partida.
El Agente 47 vuelve a la actualidad con un experimento comercial mutilado y vendido por piezas que repite sin mucho pudor lo que ya se vio en la beta.