Las compañías no suelen hacer caso a Anait a la hora de hacer juegos. Saben del peso que tenemos en la industria, de los millones de lectores que movemos, y que si subimos o bajamos una décima de nota el resultado puede convertir al juego en el que más venda del año o impulsar al cierre a la empresa editora. Pero hay una empresa que nos escucha. Que nos quiere. Que nos AMA. Peter Moulineux quiere meter AMOR en los videojuegos, y lo dice como si fuera una novedad, cuando SEGA lleva haciéndolo desde hace lustros (Nota para el lector: un lustro = cinco años. Un luso = un portugués). De hecho, pones el juego del que aún no he empezado a hablar (y éste es el tercer párrafo) en tu PlayStation 2 (o tu PlayStation 3, porque funciona, o eso dicen) y lo primero que sale es un vídeo que dice «SEGA es…» y salen varias cosas. Acaba con «AMOR». Si es que… ¿hay algo mas bonito en el mundo? (Y ya os digo que París no es lo mas bonito). Al poco tiempo y ya en el juego, en una intro jugable, nuestro protagonista (Ryo Hazuki después de ver lo dura que es la vida y llamándose Kazuma Kiryu) sale bebiendo whisky (voz inglesa, y ésta del gaélico uisce beatha, agua de vida) con su «hermano», y todo esto con mucho lujo de detalles. Sí, beben Ballantines, pero en otros momentos del juego beben McCallan, Johnny Walker u otras grandes botellas. Bien, Nagoshi, sabía que nos entenderías. Después de esta intro nos explican que Kazuma se tiró diez años en la trena (además, haciendo amigos) por un crimen que no cometió cual Equipo A. Al salir empieza el juego de verdad, que para que os hagáis una idea es algo así como Shenmue se encuentra con GTA, a la vez que hay combates aleatorios al más puro estilo «yo contra el barrio». Durante el juego tú has de hacer misiones, para lo que tienes un maravilloso minimapa que te señala dónde te tienes que dirigir. Mientras te diriges a ese lugar te pararán matones, yakuzas y demás gente de mal vivir, y te tocará pegarte con ellos hasta derrotarlos o ser derrotado, (no hay escapatoria para Kiryu). Cumplir misiones y derrotar a gente con ganas de pelea. Dicho así el juego no parece demasiado maravilloso, pero tiene una serie de detalles que lo hacen un título muy interesante. El primero es la capacidad de interacción con el entorno. A diferencia de GTA, en Yakuza puedes hablar con muchos de los personajes que te encuentras en tus quehaceres, y lo mejor de todo, ellos pueden hablar contigo. Cuando Kazuma va andando por la calle (o corriendo, como mandan los cánones) hay más gente, y te chocarás con ellos, apartándolos de una manera más sencilla que el futuro Assassin’s Creed. De hecho, las peleas no empiezan aquí te pillo aquí te mato, sino que de repente a un matón se le ocurre ir a por ti, sale de la muchedumbre y va a atacarte (y de fondo suena «Hey, you!»). Si eres bastante hábil, puedes esquivarle (depende, entre otras cosas, de la cámara que el juego tenga puesta en ese momento). A veces pasa lo contrario, que te chocas con un matón y te reta a pelear. Pero además pueden ofrecerte misiones alternativas, o mera información. Pongamos que estás buscando a un par de heridos: la gente de alrededor te irá diciendo «¿Has visto a ese hombre herido?, me parece que se fue por allí». O si ha habido un atentado, la gente expresará su horror. Otro punto positivo es su ambientación. A pesar de ser menos grande que el más pequeño de los GTA, el distrito Shenmue Yakuza está muy bien realizado. Tienes la zona comercial, las «chabolas», el distrito financiero, la zona de ocio nocturno, y así hasta convertirse en una pequeña ciudad. Por si fuera poco, tiene los detalles de los que os hemos hablado antes, como los bares con sus botellas perfectamente realizadas, además de que en las decoraciones podemos observar pósters franceses de los años 20, o un cuadro de las Meninas en casa de un Yakuza. A mi personalmente me encanta el aspecto de las meretrices, y es que Yakuza resulta ser un juego muy humano en esos detalles (colosal la submisión «El precio de una copa F»). Si los videojuegos se puede considerar como elementos culturales que nos pueden enseñar detalles de una civilización lejana es gracias a juegos como éste. La historia también es muy interesante. En videojuegos me puede recordar a Max Payne, mezclando mafias, malos muy malos, buenos muy buenos, buenos que se hacen malos y malos que se hacen buenos, y, sobre todo, mucho toque de cine negro. Hay un detective, hay humo, hay conversaciones en la barra, en fin, hay muchas sorpresas que no os quiero desvelar. El toque de mejora de personaje a mí, personalmente, me encanta. Siempre me ha gustado eso de mejorar tu personaje-coche-nave, qué se le va a hacer, y en este juego conforme conseguimos puntos de experiencia podemos elegir qué mejoramos: si nuestra resistencia, nuestra fuerza mental o nuestra capacidad de aprender golpes nuevos. Además, al mejorar cada nivel nos suelen dar una habilidad secundaria, ya sea en forma de golpe nuevo o, por ejemplo, poder parar los golpes de espada con la mano (¡Kazuma es duro!). Por si fuera poco, ya adentrado en el juego, nos encontraremos a un maestro de artes marciales que nos enseñará técnicas nuevas conforme vayamos mejorando como personaje. Y finalmente podemos comprar o encontrarnos armas (desde puños americanos a metralletas), armaduras (llámese armadura a un chaleco antibalas o similares), objetos para regalar a nuestros ligues, comida de perros para nuestro chucho (pongamos que hablo de Shenmue) y así un largo etcétera. Como buen hijo de Shenmue las posibilidades del juego son bastante altas. Esto se ve en la gran cantidad de minijuegos que tenemos a nuestra disposición, desde los clásicos del casino, pasando por juguetitos de coger peluches y hasta un complejo «modo Tokimeki» en el que podremos cortejar a varias damas, lo cual puede cambiar ligeramente el final del juego (vamos, las imágenes de los créditos finales). La mecánica como juego de lucha es muy buena (aunque no perfecta, como veremos después). Básicamente, su gran ventaja es que se puede hacer de todo. Un botón para golpes flojos y rápidos, otro para golpes fuertes, y otro para agarrar. Con un gatillo podemos fijar la cámara en un enemigo en concreto y con el otro nos podemos cubrir. Además podemos desplazarnos, agarrar, tirar y usar objetos que haya en el terreno de lucha, y tiene una buena variedad de ataques especiales (y algunos contextuales) que irá ampliándose conforme avance el juego. Acabando ya, el aspecto técnico es muy decente. Vamos, ahora mismo no impresiona, porque no deja de ser un juego que salió hace casi dos años en Japón, pero hay que reconocerle sus méritos. La animación es muy correcta, las cámaras tienen detalles verdaderamente cinematográficos, puede haber peleas contra bastantes enemigos y no hay ningún problema, y tiene sus efectos especiales cuando es menester ponerlos. Nada que os vaya a llamar la atención, pero tampoco llama la atención de manera negativa. La música pertenece a la SEGA cañera de Out Run 2 o Virtua Tennis y queda realmente bien con el juego. Las voces no están dobladas, pero sí tiene todos los textos traducidos, aunque tal vez se escape alguna expresión. Pero es que el doblaje inglés es muy bueno, incluyendo a actores míticos como Mark Hamill o Michael Madsen. Y para los puristas, decirles que sí, que el juego se puede poner a 60hz. Y más o menos, hasta aquí las cosas buenas. Ahora vamos a hablar de las no tan buenas. Porque también las tiene: Menudas cargas. Sinceramente, este juego ha sido un éxito de ventas, así que la jugada les ha salido bien a los chicos de SEGA. Pero madre mía, si no aguantáis unas cargas pesadas no juguéis a este juego. Es poner el juego, carga, intro, carga, intro, carga, juegas un rato, carga, pelea, carga… de doce horas que te puede durar el juego, a lo mejor te tiras seis o siete esperando. Sí, vale la pena, pero… Hasta que no encuentras el ítem que te permite andar por las calles sin que nadie te moleste es bastante pesado tener que ir peleando todo el rato. Una vez lo llevas el juego mejora un montón, pero no estaría de más haber dado la opción de evitar las peleas desde el principio, aunque sea corriendo como un cobarde. Y dentro de las peleas más de una vez te pasará que acabas pegando a la nada, y no porque te hayan esquivado. No es demasiado común, pero cuando pasa fastidia bastante. Otra cosa que fastidia es que las armas se rompan con el uso, pero curiosamente, solamente se rompen cuando las usa Kazuma. Qué pasa, ¿que el chico es más animal que el resto? Una pequeña crítica, aunque realmente no es un punto negativo, es que parece que Kazuma sólo sabe resolver las cosas a galletas. Es como si fuera Rocky Balboa, pero en japonés (y más joven que el actual Rocky). Eso sí, repartir reparte como un titán. En resumidas cuentas, Yakuza es un juego de 7 que yo he disfrutado como uno de 9 (porque lo de las cargas me lo he tomado con filosofía). Si vosotros podéis leer otras cosas a la vez que jugáis, o tenéis todo el tiempo del mundo por delante, es un juego muy recomendable. Y un consejo de amigo: en Francia está 30 euros más barato de primera mano… en teoría aquí también lo tendrían que bajar. Nota: 7
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Muy buena review. A mi me ha encantado el juego, y lo considero de los pocos que dan sentido a tener una ps2 en casa.
Pues yo lo tengo por aquí y después de una hora de juego me aburrió muchísimo, desde entonces no lo he vuelto a tocar. No me sobra el tiempo precisamente como para andar soportando cargas, me esperaba algo al estilo GTA de acción más directa pero Yakuza no se parece en nada a un GTA.
Al menos la primera hora se me hizo un tostón insoportable, quizás no le dedique el tiempo suficiente como para ver sus puntos positivos, pero es lo que hay.
No estoy de acuerdo en lo de Shenmue meets GTA. Si acaso Shenmue meets Dynamite Dekka. No sé qué aspectos de GTA le ve la gente a este juego.
Por otra parte coincido con el análisis, y curiosamente cuando me lo pasé y se lo comenté a un amigo también le di exactamente un 7, pero es un juego que disfruté como uno de 8.5, no sé si es porque me gusta la ambientación Yakuza o lo que sea, pero el juego tenía un «yoquesé» que hacía que me molara y eso que sus defectos a mi modo de ver son bastantes más de los que Nae comenta en el análisis.
Pero la idea es esa, está en el análisis, es un juego de notable que o lo amas o lo odias, pero merece la pena probarlo.
Por suerte las cargas y el «descontrol» en los combates se han solucionado en la segunda entrega, espero que lo anuncien pronto para occidente.
Creo que lo peor que se le ha hecho a este juego es compararlo con Shenmue, de Shenmue solo tiene argumento fuerte y escenas cinemáticas, el juego en si no se parece mucho. Y de GTA solo tiene lo de «gansta» en versión yakuza. Yo lo describo mas bien como un Streets of Rage o Spikeout con exploración y escenas de película (por cierto, adaptado ya por Takashi Miike en cines japoneses)
Buena review, Nae
Le tengo ganas al juego… Prometo empezarlo este mismo mes. Y cuando lo termine ya reflotaré esto con mi opinión.
Lo de gta es por las misiones alternativas, por poder ir a tu ritmo, por el minimapa, etc… Si, no llevas coches, no robas, no pegas a la gente de buenas a primeras, pero esos detalles si los tiene. Lo de Shenmue por la estética, las recreativas, los personajes, la historia, … a mi me recuerda muchísimo a Shenmue. Y de juego de lucha creo que se parece más a spike out extreme que a dinamite dekka.
Podéis ver algunas escenas de la serie de yakuza (o algo así) en internet. Donde? Buscad .
Opa Opa forever!