2012: no te conozco y ya te amo

Que no os engañen: los juegos van para adelante. 2011 ha sido un gran año; ya sabéis lo bien que me lo he pasado con Zelda, Skyrim, Fight Night, Portal y compañía. Hay motivos para pensar que 2012 tampoco se conformará con pasar desapercibido: basta repasar una lista de lanzamientos previstos para el año que viene, pongamos por caso la que hay en Wikipedia, para darse cuenta de ello. Pero vamos a masticar un poco los datos, vamos a ponerlo todo un poco más manejable y de paso abramos el debate. Todavía no estamos ni a día 1 y ya amo 2012: ¿qué es lo que podemos esperar de él? La cantidad de juegos que vienen ya en los tres primeros meses del año es formidable. Si hablamos de los que, torceduras imprevistas aparte, serán de los que hay que tener muy en cuenta se me ocurren Asura’s Wrath, SSX, Mass Effect 3 y Kid Icarus Uprising. Hay un poco para todos: desde la bizarrada japonesa de Asura’s Wrath hasta el regreso por todo lo alto de Kid Icarus a 3DS, pasando por ese caramelo para los fans del deporte extremo más exagerado que es SSX y la épica espacial de Mass Effect 3, el primer trimestre seguro que tendremos más que un juego en el que invertir unos cuantos euros. Menos confianza pero sí mucha curiosidad me dan NeverDead, The Darkness II, Binary Domain, Syndicate y Ninja Gaiden 3. Los dos primeros creo que serán buenos pero fácilmente olvidables, a pesar de que todo lo que he visto de ellos en vivo me ha sorprendido muy, muy gratamente. Binary Domain me tiene dividido: me encantan sus jefes finales, imaginativos, largos, enormes y muy divertidos de matar, pero las zonas de tiroteo más rutinario se me hacen cuesta arriba. Syndicate me da muy buena espina pero de momento es, para mí, un misterio: no lo he jugado ni un segundo, ni he visto más que los vídeos que hemos podido ver, con mayor o menor gusto, todos. Ninja Gaiden 3 tiene que superar con éxito la ida de Itagaki, y de paso demostrarse válido por algo más que por su nombre: algo no muy fácil teniendo unos predecesores como los que tiene, tan admirables. ¿Y qué me decís de Borderlands 2? Yo no me acercaría a él ni por casualidad si no fuera porque Anthony Burch lo escribe, y bueno, Hey Ash Watcha Playin’ y todo eso. Sniper: Ghost Warrior 2 es otro que quiero probar; el primero me pareció desastroso y creo que este, con CryEngine incluido, va a ser igual o peor, así que es más bien curiosidad un poco maliciosa. Entre eso y la esperanza sincera de que todo salga mejor de lo esperado está Ridge Racer Unbounded, que me parece un cambio de dirección necesario para revivir una marca a estas alturas tan famélica y, demonios, además están copiando a Burnout: puede que salga algo bueno, si lo hacen más o menos bien. El mes de julio empieza con Anarchy Reigns, en el que tengo puestas bastantes esperanzas: en el E3 me pareció muy divertido, y confío en que acabe saliendo algo muy disfrutable de ahí. Tres párrafos y ya debo de llevar unos trece juegos. (Llevo trece justos: los he contado antes de escribir.) Ninguno de ellos os hace especial ilusión, ¿no? Ya veo. Estáis de vuelta de todo: necesitáis emociones realmente fuertes o no quedaréis saciados. Tranquilos: lo más gordo está todavía por llegar en forma de juegos sin fecha anunciada. Sabemos que 2012 nos traerá algunas cosas muy, muy grandes, aunque no sabemos exactamente cuándo: ahí está BioShock Infinite, uno de los juegos más prometedores de toda la generación; ahí está Diablo III, merecidamente uno de los lanzamientos más esperados por jugadores de PC; ahí está Max Payne 3, que sorprenderá a más de uno y a más de dos; también Far Cry 3, que tiene bastantes papeletas para ser un gran juego. La lista no está de ninguna forma desnutrida, ya os digo; y no estoy teniendo en cuenta lanzamientos sorpresa, independientes o que ya hayan salido en otras regiones y lleguen a España en 2012. (Evidentemente, en esta categoría entra Catherine, uno de los juegos más arriesgados, duros, felices y apasionantes de cuantos he podido jugar en los últimos años, y que espero no pase desapercibido porque no es ese el destino que merece.) De otro vistazo, aun a riesgo de convertir este texto en un listado más de lo que debería, consigo aislar otra serie de lanzamientos que, aunque no las tienen todas todavía con ellos mismos, pueden acabar sorprendiéndonos muy gratamente. Pienso en Darksiders II, que me atrajo más de la cuenta cuando fui a verlo en cierta ocasión, Dishonored, DmC: Devil May Cry, Hitman: Absolution, Lollipop Chainsaw (Suda51 = hay que jugarlo, sí o sí), Metro: Last Light, Prey 2 o, aunque este, en función de lo fans que seáis de la franquicia, podría haber ido en la parte de los impepinables, Tomb Raider. Con un poco de suerte, el videojuego indie nos regalará un par de momentos brillantes. Uno vendrá con Journey, que tiene como fecha de lanzamiento difusa pero un poco tangible la primeravera del año que viene, y del que no nos cabe duda que será un juego apasionante, mágico y muy emocionante. Menos claro está que Jonathan Blow vaya a llegar a tiempo para el año del fin del mundo, y luego (si las profecías no mienten) puede que sea demasiado tarde: no hay ordenadores en el más allá, y no creo que el bueno de Blow pueda terminar su enigmático The Witness después de que el universo se lleve el planeta Tierra de un plumazo. Ya dijo que igual decir 2012 era muy arriesgado (desde luego, en consola nos podemos olvidar de él), y es una lástima porque tiene pinta de ser un proyecto terriblemente interesante. Pero hay dos que destacan por encima de todos los demás juegos que he mencionado, y que todavía no he sacado a colación porque a) merecen un sitio destacado, fuera del barullo del resto, y b) nadie sabe aún si saldrán en 2012, circunstancia que nos enferma. Hablo de Grand Theft Auto V y The Last of Us, por si alguien todavía no echaba en falta ninguno de estos dos títulos. Ni siquiera sé qué decir sobre ellos: del primero espero, yo y alguna gente más, que sea un San Andreas Redemption; Rockstar reconociendo que el pasado, pasado está y dando al área ficticia de San Andreas, ese trasunto histriónico de California y Nevada, la enjundia que merece, y que en su GTA homónimo se prefirió sustituir, cosas de la época, por un montón de opciones que poco o nada relevante aportaban. Recordemos el tráiler de GTA V una vez más, por si hace falta; nunca viene mal. De The Last of Us no espero nada: tengo la certeza de que Naughty Dog saben punto por punto, pixel por pixel y letra por letra del código lo que tienen que hacer, y que lo harán. Mis esperanzas no se basan en el aire: que Neil Druckmann, director creativo y guionista del juego, haya dicho en público cosas como «confundimos cantidad con calidad», «no nos centramos en los personajes, sino en los monstruos» o que ahondar en dilemas sobre la condición humana «es lo que quieres cuando cuentas una historia» me parece un detalle muy a tener en cuenta. Hay más, conocemos más: no me olvido de los siempre puntales a su cita Call of Duty, FIFA, NBA 2K y demás, que seguro nos darán buenos ratos; habrá, seguro, también lanzamientos de los que no nos enteraremos hasta que estén en las estanterías de las tiendas, o poco antes. 2012 tiene muy buena pinta, creo yo; hace falta ser muy escéptico, muy cascarrabias o muy amargado, o quizá las tres cosas a la vez, para no ver que nos lo vamos a pasar muy bien. Va a ser un año lleno de diversión, de experiencias interesantes e intensas, de grandes anuncios (¿alguien ha dicho consolas nuevas durante el E3?, ¿alguien lo ha dicho?) y de hardware de estreno, que siempre gusta: tenemos Vita, por parte de Sony, una portátil que, reconocedlo, queréis tanto como yo, y tenemos Wii U, la nueva sobremesa de Nintendo que todos, todos, deberíais querer probar, aunque sea para demostraros a vosotros mismos que todavía tenéis curiosidad y estáis vivos. Ver cómo funcionan en ventas y lanzamientos ambas consolas nos traerá buenos temas de conversación durante el año que viene, también. Nos ha resultado agradable y próspero este 2011, pero estamos deseosos de que termine ya y deje paso a todo lo bueno que está por llegar; ¡venga, demonios, que ya sólo te queda un día!