2019 en juegos: Sekiro: Shadows Die Twice

Algunos le dimos tan fuerte en su momento, cuando salió, que lo último de From Software parece casi uno más de la familia. Sin tirar de chuleta, me temo que muchos nos equivocaríamos con las fechas. Como suele pasar con esta gente, Sekiro: Shadows Die Twice se dio cierta prisa. A finales de 2017, durante los Game Awards, apareció el brazo prostético con el que empezaron las apuestas. Nos acordamos de Tenchu e incluso de Kuon, pero no acertamo —ni con el título del juego ni, desde luego, con lo de Activision como editora. Lo importante, en cualquier caso, era otro nombre: el del director. Me gusta cómo lo contaban en EDGE, en su avance desde el E3 2018:

«Miyazaki desu», dijo el productor Yasuhiro Kirao. «Go anshin kudasai». Es Hidetaka Miyazaki. No os preocupéis.

Se agradecen este tipo de garantías en una industria inmune a las decepciones. Y sin embargo, desde el primer tráiler quedó claro que aquí íbamos a alejarnos de los Souls, del calorcito de sus hogueras, mucho más que con Bloodborne. Sigo pensando que tiene sentido meterlo en el mismo saco —que al final lo que cuenta es el alivio del checkpoint, la relevancia del atajo y la insistencia ante un puto mono sin cabeza—, pero es indiscutible que Sekiro es un juego definido por sus diferencias. Y fue maravilloso, con la de imitadores que han ido saliendo, olvidarse tan deprisa de las mecánicas online, de las clases y de los escudos. Y no sé yo si podríamos seguir; lo mismo, si no estuvieran, tampoco echaríamos de menos el brazo multiusos o las habilidades desbloqueables. Hay juegos (hay géneros) que tienen bastante con un buen salto; Sekiro (su género) tiene bastante con una katana. La increíble madurez del diseño de Sekiro vive y muere en el filo de esa espada japonesa. En su peso, en las chispas que suelta, en las barritas y las bolitas de una interfaz que ni se plantea la existencia de otras armas en el universo. Es un cambio de prioridades enriquecedor para From Software, que se reafirma, por si había dudas, como una de las desarrolladoras más importantes de la actualidad –hasta en Activision lo saben ya.