En un año pasan muchas cosas. Pasan tantas que muchas las olvidamos, o no recordamos cuándo ocurrieron, o las creemos anteriores; en un año pasan muchas cosas y merece la pena dedicar unos días, aunque solo sea eso, a repasar los últimos doce meses para abocetar una pequeña cronología general de los principales acontecimientos acaecidos en el Videoverso en 2019. De eso va esta serie de artículos: de poner en orden, sobre el papel y en la cabeza, las principales noticias del mundo del videojuego de este año.
Aunque parece que se haya llamado así toda la vida, lo cierto es que fue este mismo año cuando el departamento de desarrollo interno de Microsoft se rebautizó como Xbox Game Studios, como parte de su plan para devolverle a la marca una relevancia que esta generación ha acaparado Sony con su PlayStation. Ha sido, en general, un año interesante para Xbox: después de un 2018 en el que Game Pass animó a mucha gente a acercarse al ecosistema Microsoft (o a volver al redil: recordemos que en la generación anterior Xbox 360 era «la consola buena»), 2019 parece haber terminado de poner los cimientos para una próxima generación en la que el tablero esté a su favor. No es la última vez que hablaremos sobre Xbox en este repaso anual. Mientras Phil y compañía abrazaban con gran fuerza las citas más tradicionales del sector, Sony —que esta generación ha dominado, por hache o por be; no nos metemos ahí, pero es necesario conocer su posición para comprender, o intentar comprender, su postura en todo este asunto— le quitaba importancia a una feria otrora tan sagrada como el E3, una cita aparentemente imperdible que la compañía japonesa este año decidió perderse. «Con internet y el hecho de que hay noticias sobre videojuegos todos los días a todas horas» la actividad comercial que antaño se circunscribía exclusivamente al E3 ha desaparecido, decía Layden, por lo que «la feria comercial se ha convertido en una feria sin mucha actividad comercial. El mundo ha cambiado, pero el E3 no ha cambiado con él». Sobre si el E3 es un evento flexible y hasta qué punto se desvirtúa (todo lo que se puede desvirtuar algo tan poco marcado por la virtud) al acercarlo a los tiempos que corren se ha hablado mucho, también, este año.


Aunque parece que se haya llamado así toda la vida, lo cierto es que fue este mismo año cuando el departamento de desarrollo interno de Microsoft se rebautizó como Xbox Game Studios, como parte de su plan para devolverle a la marca una relevancia que esta generación ha acaparado Sony con su PlayStation. Ha sido, en general, un año interesante para Xbox: después de un 2018 en el que Game Pass animó a mucha gente a acercarse al ecosistema Microsoft (o a volver al redil: recordemos que en la generación anterior Xbox 360 era «la consola buena»), 2019 parece haber terminado de poner los cimientos para una próxima generación en la que el tablero esté a su favor. No es la última vez que hablaremos sobre Xbox en este repaso anual. Mientras Phil y compañía abrazaban con gran fuerza las citas más tradicionales del sector, Sony —que esta generación ha dominado, por hache o por be; no nos metemos ahí, pero es necesario conocer su posición para comprender, o intentar comprender, su postura en todo este asunto— le quitaba importancia a una feria otrora tan sagrada como el E3, una cita aparentemente imperdible que la compañía japonesa este año decidió perderse. «Con internet y el hecho de que hay noticias sobre videojuegos todos los días a todas horas» la actividad comercial que antaño se circunscribía exclusivamente al E3 ha desaparecido, decía Layden, por lo que «la feria comercial se ha convertido en una feria sin mucha actividad comercial. El mundo ha cambiado, pero el E3 no ha cambiado con él». Sobre si el E3 es un evento flexible y hasta qué punto se desvirtúa (todo lo que se puede desvirtuar algo tan poco marcado por la virtud) al acercarlo a los tiempos que corren se ha hablado mucho, también, este año.
Fran
Febrero fue un mes de mierda, hablando en plata, y 2019 ha sido un año de mierda, por el fallecimiento de nuestro compañero Fran Pinto, pinjed. Pensamos en él a diario. Te queremos. El apoyo recibido, tanto por su familia como por quienes trabajábamos con él, es una muestra del tremendo cariño que le teníamos.
Esta España nuestra
DEV, la asociación española de desarrolladores de videojuegos, presentó su Libro Blanco, como cada año, para dar una panorámica de la situación de la industria nacional, siempre en crecimiento, siempre mejorando, siempre petándolo un poquito más que el año anterior. Esos fueron los mensajes clave: la facturación sube, hay más puestos de trabajo, los videojuegos lo siguen petando. En este Libro Blanco (que se puede consultar aquí) se dan datos y en su presentación se propone una interpretación. Recordaremos durante muchos años la paradójica mezcla que nos regaló el ministro Guirao, de Cultura, durante su brevísima intervención introductoria: después de lanzar una pequeña pulla a los taxistas, que en ese momento estaban en boca de todos por su pugna contra Uber, Cabify y compañía (llegó un poco tarde el ministro, y al parecer fue por culpa del taxi), rompió a celebrar la enorme calidad del empleo que se crea en la industria del videojuego, un mensaje que no solo chocaba con la experiencia personal de muchos de los presentes en la misma presentación sino con los propios datos del Libro, donde se seguían viendo problemas que parecen endémicos del videojuego, como si no se pudiera trabajar en esta industria sin acabar enfermo de los mismos males. El Libro Blanco son datos e interpretaciones, y hay que tomar esos datos y esas interpretaciones como lo que son. Lo cierto es que ese empleo de calidad sigue siendo para mucha gente algo sobre lo que se habla pero que aún está por conocerse de primera mano; hace nada nos enterábamos de las cláusulas abusivas relativas al preaviso mínimo necesario para dejar un empleo que, según APIM, ha sido habitual en estudios de videojuegos, un atropello que ya ni sorprende: tan común es leer historias de terror relacionadas con el desarrollo que ya las damos por supuesto, que ya nos resignamos. Para 2020, revirtamos esa derrota. Hablando de terror…
Despidos a go-go
Cuando los años fiscales llegan a su fin, las empresas celebran su tradicional ronda de despidos. Este año, Activision protagonizó los más polémicos. A principios de febrero, Bloomberg dio la noticia: a pocos días de que Activision presentara sus resultados anuales, la compañía se preparaba para llevar a cabo una operación que acabaría con «cientos» de puestos de trabajo, pensada para «centralizar funciones y aumentar el beneficio» antes de rendir cuentas ante los inversores. Un par de días después se hizo oficial; el recorte afectó a unos 800 empleos, un 8% del total de la plantilla en todo el mundo, principalmente en departamentos no relacionados con el desarrollo. Las incomodidades tuvieron que ver con la celebración en paralelo de 2018 como el mejor año de la compañía, con unos beneficios netos de 1.800 millones de dólares. El tono de celebración en el que se anunciaron los recortes, los salarios millonarios de los principales ejecutivos de la compañía y las propias dimensiones de los recortes hicieron que todo este asunto fuera recibido con merecida desconfianza; otro de los grandes temas del año, afianzado después de un 2018 en el que cogió mucha fuerza, fue la necesidad de crear sindicatos para hacer frente a este tipo de situaciones, y de hecho en España cumple ahora un año Game Workers Unite, una de las principales agrupaciones sindicales centradas en la industria del videojuego. Menos sonados, pero también reseñables, fueron los de GOG, la tienda digital de CD Projekt: un 10% de toda la plantilla fue despedida a causa de una «reorganización» que empezó en octubre del año anterior y que, según fuentes de Kotaku, también tuvo que ver con ciertos problemas financieros con la tienda.
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Joder. Un abrazo muy fuerte. Y gracias por el trabajazo que estáis haciendo esta semana con la recapitulación.
En pildoritas breves, good work
Hoy, esperando este resumen de febrero, me ha dado por pensar que no hace ni un año. Qué mierda de 2019 y qué largo se está haciendo 🙁
Un febrero negro que aún me ronda a mí, no me quiero ni imaginar a vosotros. Un abrazo.
Inevitable recordarlo en cada despedida de programa. Un abrazo a todo el equipo.
Es febrero de 2019 cada semana. Cuando hay partido, o podcast. Si un liberal la lía, o los fachas nos comen y suena satán por los altavoces.
Y no me acordaba que fue en febrero. O que no hace ni un año.
Qué asco.
Vaya hueco nos dejó el puto febrero… Un abrazo.
Ha sido ver el nombre de Fran en el artículo y me ha dado un vuelco el corazón. Un abrazo para todos.
Seguiremos recordando a Fran con todo el cariño. Un abrazo a todos.
Es extraño como funciona el tiempo cuando has perdido a alguien importante. Como siempre muchos ánimos y cariños.
Se le echa de menos cada día :__(
Llevo solo dos años escuchando el podcast y sentí mucho la perdida de Fran. Un abrazo!
@pep_sanchez
Un abrazo enorme, Pep.
Febrero es un vacío que no se va llenar nunca.
¡Un abrazo a todos, familia!