Ha pasado más de un año y todavía pienso en la charla que mantuvo Marta Trivi con la dupla de Desayuno Continental en el Indie Dev Day de Barcelona —también apareció en el recap de 2023. La conversación partió del intento de definir qué es una obra cultural indie, aunque estuvo vehiculada en mayor medida por los videojuegos independientes y la industria que nos ocupa a diario. Quince meses después sigo pensando en esa charla y en cómo salimos de ella sin una definición clara, algo que lejos de resultar frustrante sirvió para reafirmarnos en una idea bien simple: quizá no sepa definir esto, ¡pero vaya si me flipan los indies!
Cuando me reenganché a este mundillo hace no tantos años descubrí, gracias a medios como Terebi Magazine, que precisamente los indies resultaban tan interesantes y refrescantes porque quienes los hacían eran personas o estudios más diversos. Puede que de un tiempo a esta parte cada vez veamos más trazas de esto en la escena del AAA, por mucho que genere tantos sarpullidos a algunos, pero sigue siendo un espacio condicionado por la necesidad de obtener cierto éxito económico; una condición limitante a la que multitud de indies no se ven expuestos, una carga que no lastra su creatividad.
Como es lógico, los indies comerciales también buscan que su trabajo llegue a más gente y poder llegar a fin de mes, faltaría más. Simplemente operan en esferas claramente diferenciadas. En una industria inclemente donde decenas y decenas de juegos brillantes pasan desapercibidos ante el constante aluvión de novedades, este año hemos visto como un puñado de indies ha logrado hacerse un hueco en el escenario más popular, en la celebración más importante del mainstream videolúdico. ¿No es una muy buena señal que juegos como Balatro, Animal Well, Neva, UFO 50, Pacific Drive o Manor Lords hayan gozado de un espacio importante de la conversación durante estas semanas? Otros como El Escudero Valiente ya lo habían logrado, por el buen hacer de Devolver Digital y por su encantadora propuesta, otros como Lorelei and the Laser Eyes contaban con el merecido reconocimiento previo de Simogo para que nadie pasara por alto su nuevo juego.
Siempre que alguien o algo se cuela en lo mainstream parece que está sometido a un examen más riguroso y que no se permite el fallo —¿cómo? ¿Que una persona de un grupo infrarrepresentado ha dirigido una película y ha salido regular? ¡Imperdonable!—. Los juegos indies, hablo ahora de aquellos que consiguen hacer el suficiente ruido como para que durante meses esperemos su lanzamiento, también pueden fallar. Quizá el año de Devolver no esté a la (elevadísima) altura de otros —y no ha sido nada malo, ojo que además de The Plucky Squire hemos tenido Anger Foot, Children of the Sun, The Crush House o el ya mencionado Neva—, puede que SCHiM nos dejara más fríos de lo esperado, pero os aseguro que cuando termine este texto me habré dejado decenas de indies publicados en 2024 que han formado parte de la lista de mejores juegos del año para varias personas.
[…] una industria inclemente donde decenas y decenas de juegos brillantes pasan desapercibidos ante el constante aluvión de novedades.
Volviendo al asunto irresoluble de la definición del juego indie, ¿qué hacemos ahora que ha nacido la Triple i Initiative? En primavera se emitió el primer evento de la iii —cuya pronunciación oficial descubrimos que es algo así como ay ay ay—, una suerte de reunión de proyectos indies que buscan generar un espacio donde estos juegos consigan reunir la suficiente atención, sin ser opacados por juegos de mayor presupuesto. Fue allí donde conocimos The Rogue Prince of Persia, desarrollado por Evil Empire y ya no tan violeta como cuando comenzó su acceso anticipado, o la secuela de Slay the Spire. Está por ver cómo de útil resulta esta iniciativa, si al final seguirá siendo más útil aceptar el rol de cola de león y ser ese indie resultón que apareció en The Game Awards —a Season: A Letter to the Future no le funcionó del todo mal— o si su público objetivo prefiere otras opciones con sello de calidad garantizado como puede ser Day of the Devs.
Además, ¿no parece que en la iii Initiative vimos juegos que parecen recorrer espacios limítrofes con la zona del doble a? Habrá que ver cómo se desarrolla con los años, por el momento bienvenida sea la iniciativa. Los verdaderos AA como Banishers: Ghosts of New Eden no entran aquí y si son indies que han logrado crecer lo suficiente como para parecer que su pequeña a se ha duplicado, bienvenidos sean. Yo no pienso perderme la próxima edición, ¡que este año mostraron auténticos GOTYs como Kill Knight!
Y hablando de lo mejor del año, en el último Podcast Reload comentábamos lo bonito que era que Balatro incluyera en sus expansiones en forma de barajas a otros indies como 1000xResist; algo que también destacamos de Death of the Reprobate, ya que Joe Richardson fue capaz de incluir una mención, cargada de admiración, a Arctic Eggs, un juego publicado escasos meses antes. Este tipo de sinergias entre desarrolladores son preciosas: localthunk empeñado en que todo el mundo juegue Arco, The Water Museum comentando lo prometedor que lucía Threshold o todo el comando DwarfFortressero disfrutando del fin del acceso anticipado de Caves of Qud.
Habrá quien sea malpensado y vea en este tipo de publicaciones un interés empresarial, quien piense que el autor de Arctic Eggs recomienda juegos de Critical Reflex por ser su editora, pero realmente todo luce orgánico y natural. Las publishers pequeñas que están empezando a hacerse un nombre también merecen su reconocimiento en esta recapitulación del año, como aquellos juegos que con unos gráficos añejos han demostrado que se puede hacer mucho ruido; os miro a vosotros, Crow Country, Apartment Story y, sobre todo, Mouthwashing.
Otra editora que puede celebrar un año exitoso es Panic, responsable del buen verano que vivimos en la redacción gracias a Arco y Thank Goodness You’re Here —y el año que viene, Despelote—. Es que… ¡vaya año! Quienes disfrutaran de The Exit 8 estarán encantados con la aterradora propuesta de The Cabin Factory, algo totalmente alejado de aquellos juegos wholesome que se viralizan en Tik Tok como Minami Lane, Oddada o Tiny Glade. En 2024 hemos disfrutado y sufrido a partes iguales con proyectos con una esencia fromsoftwaresca como Nine Sols y Crab’s Treasure, pero también con miautroidvanias profundos como Crypt Custodian. ¿Juegos de investigación? Duck Detective o Chronique des Silencieux. ¿Thinky Games? Sokobond Express o Linkito. ¿Juegos de puzzles que jugar bien incluso en móvil? Paper Trail o Arranger: A Role-Puzzling Adventure. ¿Un auténtico juego de puzzles? Wilmot Works It Out. ¿Un apartado artístico arrebatador? Phoenix Springs. ¿Risas aseguradas? Lil’ Guardsman… y así podríamos estar todo el día.
Que la muerte nos pille jugando.
Por desgracia, no todo han sido buenas noticias. Surgent Studios —autores de Tales of Kenzera: Zau, bajo el sello de EA Originals— y Under the Bed Games —responsables de Tales from Candleforth, que logró llamar la atención de Feardemic— despidieron a la mayoría de sus trabajadores a la espera de financiación para el siguiente proyecto. El tema de los despidos y los cierres de estudios corresponde a otra entrada de este Recap, al igual que el repaso a los juegos españoles, de ahí que no haya mencionado aún CLeM, LOK Digital o Naiad… bueno, ahora ya sí los he mencionado. Aunque cómo no hacerlo si precisamente de Europa han llegado algunos de los indies que más me han cautivado este año han sido el polaco Follow the meaning y el danés Miniatures. Esto es pura gasolina para quien quiera tildarme de gafapasta, imagino.
Iba a terminar ya, pero por si acaso el texto centrado en España no llega a ver la luz, permitidme subrayar que una de las mejores cosas en el panorama indie en 2024 viene de las gamejams españolas. En enero disfrutamos de una edición de la MálagaJam desternillante, donde pudimos jugar a joyas como Figuras y Figuraciones o Los Hazmerreíer, entre muchos otros juegos hechos en un fin de semana. Poco después el equipo responsable de Mírame nos regaló Agujero. La primera edición de la Sant Jordi Jam fue también estupenda, no os perdáis sus juegos tampoco. Hablaba antes de ciertos desarrolladores anglosajones y cómo se apoyaban en redes, pero esto es algo palpable en nuestro territorio, sobre todo gracias a eventos como IndieDevDay o Guadalindie, donde también desde 2024 podemos encontrarnos con la gente de la Coordinadora Sindical del Videojuego (CSVI), protagonistas de este año por su trabajo para informar y ayudar tanto a los trabajadores del sector como a quienes informamos sobre lo que sucede en él.
Ahora sí, con este texto el doble de largo de lo que se suponía que tenía que ser, termino. Pese a haber mencionado medio centenar de juegos en estas líneas tengo la sensación de que centenares se han quedado fuera. ¿Habéis jugado a lo último de Lucas Pope, un jueguito que publicó en su itch.io por Halloween? ¿Probasteis el tan necesario Songs of Travel, gratuito en móviles? ¿Os pareció útil el trabajo en redes de Caravan SandWitch para conseguir hacerse su huequito? ¡¿Qué pasa con Harold Halibut o Indika?! Paro, paro, ya paro. Ya habrá tiempo en 2025 de seguir disfrutando de los videojuegos indies, esos capaces de ofrecer chispazos de creatividad, de renovar el aire de una habitación en ocasiones viciada por tendencias que prometen el éxito. Mientras tanto, que la suerte nos pille trabajando y, como dijo mi compañero Víctor: «que la muerte nos pille jugando».
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Pues ojito al año que se ha quedado eh! Me voy de este repaso con la libreta llena de juegos apuntados.
@carndolla
Una cosecha espléndida.