Bayonetta en Wii U: ¿Platino Puro?

Llevo unos días con la mosca detrás de la oreja. Una mosca magnífica y de platino puro y que me ha dado, si me fío del contador que se ve al cargar la partida, un poco menos de doce horas de partida, y las que quedan. Hablo de Bayonetta, claro; de la versión de Wii U, para ser precisos, recién lanzada hace unos días.

Ando mosca, digo, porque no consigo olvidarme del original de Xbox 360, que llevo repasando en paralelo desde que empecé con el de Wii U y que este año he jugado de arriba a abajo cuatro veces; lo tengo más o menos controlado. En Wii U, el primer Bayonetta sigue siendo increíble: combate perfecto, personajes hilarantes, situaciones magníficas y el añadido mágico de tener en la misma consola la otra cara de la moneda, la segunda parte, que forma un círculo estupendo enlazando ambas historias. La parte que me chirría, jamás pensé que iba a decir esto, es la técnica; me da la sensación de que los pros pesan menos que las contras.

De numeritos y tecnicismos saben más los de Digital Foundry que yo, así que vamos a fijarnos en lo que dicen ellos primero. En su análisis técnico, John Linneman se preocupa por las dificultades de llevar un juego diseñado específicamente para el hardware de Xbox 360 a Wii U, con el port de PlayStation 3 como ejemplo de cuando estos trasvases entre sistemas no salen del todo bien. No se dan en Wii U, por fortuna, ninguna de las catástrofes de la anterior consola de Sony; las texturas son las mismas que las de 360, así como la resolución y la ausencia de anti-aliasing, los tiempos de carga son menores que en las otras versiones y hay otras mejoras claras, como la ausencia de tearing.

Los análisis de imágenes por segundo también son positivos: es PlayStation 3 la que sigue quedando muy por debajo, mientras que en Xbox 360 y Wii U todo es suficientemente parecido como para considerarlo el mismo juego a todos los efectos. En resumen, la impresión que dejó a Digital Foundry este nuevo port es «muy favorable»:

De hecho, aunque es difícil conseguir una comparación 1:1 por la naturaleza caótica del juego, secuencias similares sugieren, de hecho, un rendimiento general un poco más rápido en Wii U. La combinación de un frame-rate un poco mayor con la eliminación del tearing tiene como resultado una experiencia en general más suave. Las caídas de frame-rate ocurren en las mismas situaciones que en Xbox 360, pero el grueso de la experiencia parece mantener su objetivo de 60fps con bastante soltura.

Sin embargo, no se siente igual. Me resulta difícil, por eso de que no soy el mayor experto en detalles técnicos, decir por qué; quedémonos con aquello que dijo Potter Stewart, el juez en el caso que intentó, sin éxito, prohibir la proyección de Les Amants de Malle en Estados Unidos, sobre cómo prefería no buscar una definición exacta de obscenidad, aunque «la reconozco cuando la veo». Algo así me pasa: sé que Bayonetta en Wii U se siente más pesado por ciertas ralentizaciones que pesan menos en Xbox 360, a pesar de que ya ahí había momentos en los que la cantidad de elementos (enemigos, partículas, el mismo escenario) en pantalla no se lo ponían fácil a la consola; sé que Wii U y Xbox 360 no comparten ralentizaciones en el capítulo XII, El cielo roto, donde la nueva versión está claramente por debajo, igual que sé que en ciertas cinemáticas del capítulo III, Arde la Tierra, las dos versiones petardean como quieren.

Puede que la media sea favorable para la consola de Nintendo, yo qué sé; puede que la gráfica de frames por segundo nos diga que todo es igual o mejor, pero lo cierto es que llevo sintiendo que la versión de Wii U es algo inferior desde el primer momento, y haberla jugado a fondo al mismo tiempo que repasaba la de Xbox 360 no ha eliminado esa sensación. Ni siquiera me importan las ralentizaciones puntuales, que de alguna forma retorcida incluso me parecen adecuadas (me recuerdan a esos momentos de algunos arcades de naves antiguos, y no tanto, en los que eliminar al jefe final desencadenaba una explosión enorme que hacía que todo fuera a tirones; como si matando al jefe estuvieras llevando al límite a la propia máquina en la que se estaba ejecutando el juego: un buen ejemplo es Ikaruga, y además nos pilla a mano), pero sí me resulta molesta la sensación general de estar jugando a un Bayonetta más pesado, menos fluido que el de Xbox 360.

A pesar de todo, algo que sí hace la versión de Wii U es reducir los tiempos de carga principales y esconder otros, que también son menores que en Xbox 360, detrás de pantallas negras más convenientes; aquí abajo tenéis un vídeo que hemos subido hace un rato (del capítulo II, para evitar spoilers) en el que se puede ver algún ejemplo: justo al principio, antes del combate con Jeanne, se ve cómo en Xbox 360 el escenario queda estático mientras que en Wii U hay un fundido a negro que esconde la carga; más adelante, antes del jefe final, en Xbox 360 se puede ver cómo aparece un boquete en una pared por arte de magia, algo que también se oculta en Wii U con un fundido a negro. En ambas versiones se ven ralentizaciones en algunos puntos del combate que comienza en el minuto 2. (Si ponéis el vídeo a 720p o 1080p, la magia de los 60fps ocurrirá ante vuestros ojos.)

Con todo, Bayonetta sigue siendo un imprescindible en Wii U. Si el tiempo hace justicia, el juego de Platinum estará en la historia del videojuego a la altura de los más importantes; puede que estar expuesto a Bayonetta 2, una secuela sorprendentemente hábil a la hora de llevar la fórmula un paso más allá tocando justo los botones que tenía que tocar (los del sistema de combate, los de la síntesis, los de la historia que cuenta, incluso) para no resultar innecesaria (a pesar de los altibajos técnicos; de nuevo, me remito a Digital Foundry), me haga ver la primera parte más lenta de lo que realmente es. No lo sé; si sé que, de momento, mantendré la versión de Xbox 360 cerca, por si las moscas.