Cuando se habla de cómics españoles es imposible no pensar en Mortadelo y Filemón. Su creador, el gran Francisco Ibáñez, dibujó sin parar cientos y cientos de páginas de estos agentes secretos expertos en el trompazo y el descalabro. Si fuiste niñe en los años 70, conoces a Mortadelo y Filemón; si lo fuiste en los 80, conoces a Mortadelo y Filemón; si lo fuiste en los 90… bueno, no es cosa de repetirse. 65 años (¡65!) han pasado desde la primera página de los dos botarates hasta su último álbum. Esta pieza clave en la cultura popular de nuestro país ha criado a varias generaciones de españoles durante décadas y, a pesar de su importancia, apenas ha tenido incursiones fuera del tebeo; esto hace más peculiar su paso por el medio que aquí nos interesa: los videojuegos.
Recientemente, como salidos de la nada y sin mucha fanfarria y atención, se ha desenterrado y puesto a la venta en Steam todo el catálogo de la extinta desarrolladora española Alcachofa Soft, que hasta su último título en 2008 gozó de casi 15 años produciendo aventuras gráficas, destacando un grueso de títulos de Mortadelo y Filemón que, para bien y para mal (más sobre esto en un momento), vuelven a estar a la venta para todo el mundo. El lío de títulos es considerable incluso para gente que los jugó en su lanzamiento, y la nueva Erbe Software, la editora, no ha puesto mucho de su parte para aclararlo. Pero, ¿cuál es la historia de estos juegos que ya se pueden considerar «retro»?
Nuestra historia comienza en remotos tiempos pasados: los lejanos años 90. En esa década la aventura gráfica, ahora de nicho, era uno de los géneros más importantes de los videojuegos. Movido por la pasión por estos títulos, Emilio de Paz Aragón (quizá más conocido por su nombre artístico, Woody Aragón) creó la empresa Alcachofa Soft, un grupo de chavales de apenas veinte años que, tras un tiempo haciendo juegos en su casa por las risas, acabaron firmando un contrato con Digital Dreams Multimedia. Así, en 1996 se puso a la venta Dráscula, su primer juego profesional. Con ya en su haber el nombre de la empresa, el gusto por la españolada y su apartado visual, podemos vislumbrar algo evidente: Emilio de Paz, como tantas personas en España, se había criado con Mortadelo y Filemón.
Un par de años después, en 1997, y tras firmar con la editora Zeta Multimedia, llegó a tiendas El Sulfato Atómico, adaptación del álbum homónimo de los agentes secretos más famosos de la península y buena parte de Europa. El juego fue un auténtico éxito y no solo las ventas aseguraron futuros desarrollos: el mismo Francisco Ibáñez quedó encantado con el resultado e hizo buenísimas migas con Emilio de Paz. Empezó así la larga andadura de los alcachofos desarrollando videojuegos de Mortadelo y Filemón, hasta ocho en total (aunque esto, como veremos, tiene trampa).
Pero, estos juegos ¿están bien?
Puf. Bueno. A ver.
Antes de resumir cada título disponible en Steam podemos enumerar unas características que todos comparten. Alcachofa Soft no tenía, desde luego, el presupuesto de LucasArts, y esto ya entraba en contradicción con la esencia de esta licencia. ¿Cómo adaptas al videojuego un tebeo que se basa en la acción y el puro slapstick cuando tus medios son tan exiguos? Las aventuras gráficas de Mortadelo y Filemón se convierten en una especie de versión alternativa de los personajes donde son unos agentes más competentes que investigan, piensan y usan la picaresca para salir del paso. El humor pasa del tortazo al diálogo, y tanto hablando con los personajes como examinando los entornos nos encontramos sin parar chistes y gracietas, que, en su mayoría, han llevado mal el paso del tiempo (tenemos hasta chistes de cómo se lían los personajes por el fin de las pesetas y la llegada del euro, casi nada). A veces, incluso, nos sueltan la gracia de turno cuando habría sido mejor soltarnos una pista para resolver los puzles, que, hablando de ellos, no salen del esquema más clásico.
Aunque podemos cambiar de Mortadelo a Filemón el diseño apenas explora esta idea. Algunos objetos solo los podrá conseguir uno de los dos; hay situaciones donde necesitan cooperar, por ejemplo sujetando una cuerda mientras el otro baja por la ventana; o quizá un personaje se niegue a hablar con Mortadelo, pero sí lo haga con Filemón, o tengamos que distraerlo mientras con el otro agente le robamos un objeto por la espalda. Son ideas que podrían tener su miga y dar lugar a situaciones interesantes, pero acaban siendo anecdóticas. Imaginad, por ejemplo, que Mortadelo tuviese a su disposición varios disfraces, cada uno con una habilidad, para distintos puzles, ¡habría estado bien!
Pero no pasemos por alto el meollo que ha generado este lío de títulos en el catálogo de Steam: técnicamente no se desarrollaron ocho juegos de Mortadelo y Filemón, sino cinco. La distribuidora, Zeta Multimedia, impuso en tres de estos títulos una maniobra de marketing de la leche: partir los juegos en dos y venderlos por separado en las tiendas. Tanto en la contraportada como en el manual se indicaba esto: podías jugar cada capítulo de forma independiente, pero solo teniendo los dos instalados en tu ordenador se desbloquearía el «true ending» de cada historia. Por último destaca una auténtica rareza: los juegos tenían multijugador online, eligiendo cada jugadore a un burricalvo y superando el juego en equipo. Ni siquiera yo probé jamás el modo online, ni he conocido a absolutamente nadie que lo hiciera, pero desde aquí hago un llamamiento a organizar la liga competitiva de speedruns por equipos de Mortadelo y Filemón.
Y, ahora sí, los juegos.
El Sulfato Atómico (1997)
Este juego es la cosa más mala que te puedes echar a la cara. Que quede claro: si veis a alguien sentenciar que era «un juegazo», lo más seguro es que su opinión esté totalmente nublada por la nostalgia. El Sulfato Atómico no solo tiene el problema de su bajo presupuesto (¡menos que Dráscula!), sino el tener que basarse en el cómic, y es que una adaptación fiel de este, con su acción frenética e interminables persecuciones de tanques tiranios, estaría más cerca del presupuesto de un Uncharted que de los pobres toledanos. Esta pobrísima adaptación es una corta y solitaria (apenas existen personajes) sucesión de pantallas con malos puzles, una farragosa interfaz de verbos ya obsoleta por entonces, un doblaje malísimo donde incluso los propios miembros del equipo prestaron voces y hasta un bug que te permite saltarte medio juego (el causante del bug: abrir con Filemón una puerta). Ha envejecido fatal y poco bueno se puede decir de él, más allá de que su éxito en ventas aseguró los futuros juegos. En la portada estaba escrito «la mejor aventura gráfica del mundo», con dos narices.
Una Aventura de Cine (2000),
compuesto por Dos Vaqueros Chapuceros y Terror, Espanto y Pavor
Dotados de más experiencia, tiempo y medios, tras desarrollar y publicar El Tesoro de Isla Alcachofa, el equipo volvió con Zeta Multimedia para desarrollar más Mortadelos y empezó aquí la maniobra de los dos discos separados. Ahora sin las ataduras de ceñirse a un cómic ya publicado, parece que toda la originalidad y buen hacer que le faltaba a El Sulfato Atómico se estuviese reservando para este título, que desde el principio entra por los ojos con unas escenas de animación 2D de gran calidad. Tras ser llamados por el Súper, a Mortadelo y Filemón se les encomienda una misión: tras probar un remedio de Bacterio para perder peso la señorita Ofelia ha encogido hasta medir unos pocos centímetros. Para recuperar su tamaño normal necesitan ADN de dinosaurio y lo conseguirán viajando a la película Parque Jurásico con el nuevo invento del Bacterio, que permite viajar al mundo del cine. Mortadelo pulsa el botón antes de tiempo, y ambos agentes son enviados al mundo del western y al del cine de terror.
Una Aventura de Cine sigue teniendo asperezas, como la falta de animaciones o la baja resolución y mezcla de audio, pero compensa por otros apartados. El acabado visual es estupendo, con cerca de 40 fondos dibujados a mano que, gracias a la premisa fantástica de la historia, nos regala una buena cantidad de localizaciones llenas de personajes pintorescos. Los puzles son en su mayoría buenos e imaginativos (sobre todo los del mundo del terror), aunque su diseño falle al no darnos los objetivos en el momento adecuado. Pero sobre todo destaca un excelente trabajo de doblaje profesional dirigido por Emilio de Paz con muchas voces icónicas de la época como Carlos del Pino, Chelo Vivares o el mejor de todos: el impagable Carlos Revilla doblando al propio Filemón, en el que sería uno de sus últimos trabajos. El juego está dedicado a él.
La Sexta Secta (2001),
compuesto por Operación Moscú y El Escarabajo de Cleopatra
y
La Banda de Corvino (2002),
compuesto por Balones y Patadones y Mamelucos a la Romana
El siguiente juego, La Sexta Secta, nos trasladaba a Rusia y a Egipto para encontrar el libro de Ra-Amón y su llave, el escarabajo dorado, antes de que lo hagan los miembros de dicha secta para invocar al dios escarabajo Apis y controlar el mundo. Con un ligero tono de aventura de Indiana Jones, que acaba en la típica escena donde salvan a la damisela y envían al malvado dios de vuelta a su dimensión, este juego tiene la premisa más marciana para los personajes, que nunca vivirían una historia así en los tebeos.
La Banda de Corvino, lanzada un año después, sí vuelve a tener una trama acorde a la obra de Ibáñez. En ella, los agentes tienen que encontrar las bombas colocadas en un estadio de fútbol y luego viajar a Roma para detener al criminal responsable. Es este, probablemente, el segundo mejor Mortadelo que desarrollaron. A ritmo de un juego por año no había mucho espacio para grandes avances y en cada entrega se ven mejoras discretas pero constantes. También en estos dos títulos es donde encontramos los chistes más rancios; esperad chistes sobre la parienta, el fútbol o lo gorda que está la Ofelia, porque os van a asaltar cada minuto.
Una Aventura de Cine: Edición Especial (2003)
Finalmente, y dejando por fin atrás la tontería de las aventuras cortadas por la mitad, los alcachofos se prepararon para hacer su último videojuego de Mortadelo y Filemón con un punto de mira claro: el mercado internacional. Para ello decidieron producir un remake de su mejor obra hasta el momento: Una Aventura de Cine, que además de remake es también una reinvención. El argumento ya no trata de viajar a la película Parque Jurásico para que Ofelia vuelva a su tamaño normal; ahora la historia trata de que con el nuevo invento para viajar al mundo del cine el Bacterio ha traído al mundo real a la malvada momia Imphotep, y Mortadelo y Filemón deberán viajar a la película La Momia para traer el libro mágico que puede detenerla.
Gracias a un nuevo motor gráfico y un poco de buen hacer, cosas tan sencillas como primeros planos o animaciones dotan a los personajes de una expresividad que siempre les faltó, además de efectos especiales en los escenarios, como una incesante tormenta en el mundo del terror o haces de luz. También hay un puñado de fases nuevas, pues al igual que en casa de pobre, en Alcachofa Soft no se tiraba nada, aprovechando fondos hasta de El Sulfato Atómico para que los agentes viajen a nuevas películas (hasta yo mismo con diez años me divertía identificando cada escenario, animaciones o recursos reciclados de juegos anteriores).
Por último, al estupendo doblaje del año 2000 se suman nuevos actores destacando Luis Posada para Mortadelo o, por primera vez en la saga, un actor de la serie de dibujos del 94: el mismísimo Miguel Ángel Jenner vuelve no solo para retomar su papel del señor Súper, sino para darle vida al genial detective Sam Spádez, narrador omnisciente de nuestra partida en la nueva fase del cine negro.
Y así, con un decepcionante final donde al volver al mundo real el Súper nos contaba que el asunto de la momia se había resuelto por sí solo, se vendía en tiendas españolas el último videojuego de Mortadelo y Filemón.
Solo que os he mentido: falta un Mortadelo, porque en realidad hay que hablar de la que yo llamo
Una Aventura de Cine: Edición Especial Definitiva Alemana,
featuring Dante from the Devil May Cry Series
(2004)
Ya hemos dicho que el equipo quería saltar al mercado internacional, y al haber firmado un acuerdo con la editora Crimson Cow terminaron de desarrollar el remake para Alemania, con más mejoras gráficas, escenarios y hasta ligeros pero cruciales cambios para mejorar el diseño de puzles. Además de, ahora sí, un capítulo final en que los agentes detienen a la momia (de nuevo reciclando tropecientos assets). Esta versión nunca llegó a tiendas españolas, solo a la web de Alcachofa Soft como copia digital, y como no era factible volver a contratar a los actores de doblaje para las nuevas secciones, al llegar a estas los personajes pasan a hablar un perfecto alemán (subtitulado a nuestro idioma) sin previo aviso, dejándonos una sensación agridulce para la que fue, sin duda alguna, la mejor aventura gráfica de Mortadelo y Filemón. Le pongo un siete.
El final y el retorno
Gracias a las excelentes ventas en Alemania Alcachofa Soft realizó por fin su proyecto soñado, The Abbey (historia que merecería un artículo aparte), y sin hacer mucho ruido cerraron sus puertas en 2008. Los años pasaron y estos títulos se fueron olvidando. En su día ya eran habitualmente considerados títulos de segunda y no culpo a quien piense así, porque efectivamente tienen cosas muy, muy cutres. Pero tras esa primera capa, se nota en todos ellos cómo querían hacerlo lo mejor posible, se nota amor por el material original que adaptaban y se notan las ganas de querer hacer un videojuego como dios manda, con lo difícil que era además en nuestro país, cuando todo estaba en contra para desarrollar algo así.
Estas últimas semanas, y a raíz de hablar de ellos por este artículo, me he fijado en los recuerdos de la gente. Una amiga que conozco desde bachillerato, emocionada, exclamando que ella tenía «el de terror y el de Egipto». Un tipo fuera de un bar a las 3 de la madrugada, oyéndonos y viniendo rápidamente a decir lo bueno que era «el de Roma», gente en Twitter alegre por ver que aparecen en Steam, recordando su infancia e incluso llamándolos «juegazos» (no lo son). Son ese tipo de recuerdos que el cerebro entierra bajo cosas más importantes durante años, pero que resucita de un chispazo con alegría. Son juegos, en definitiva, de los que ya nadie se acuerda, pero que en el fondo los conoce todo el mundo. Los conoce hasta Randy Pitchford, que es fan de Emilio de Paz; con eso os lo digo todo.
Por eso me apena que la nueva «Erbe Software» se hiciera con los derechos de distribución y los haya traído de vuelta de una forma tan lamentable. ¿Recordáis lo de separar los títulos en dos mitades para conseguir el final verdadero? Erbe no explica esta peculiaridad en absoluto y pone a la venta, como quien no quiere la cosa, tanto los juegos completos como sus capítulos sueltos. Tiene hasta la tremenda jeta de vender packs, para que compremos los juegos por duplicado más fácilmente. La confusión es tremenda y encima las versiones de Steam están repletas de problemas. Los juegos se cuelgan, no muestran las cinemáticas, los hay que no tienen música, los que se ejecutan solo en modo ventana, u otros que no se ejecutan en absoluto. También la gente cree que las frases en alemán del remake son bugs, porque, como digo, Erbe Software no explica lo que vende.
Quizá algún día veamos de vuelta el curioso catálogo de Alcachofa Soft en mejores condiciones, con sus luces y sombras, sus chapuzas y sus aciertos, pero con el respeto que merece una parte de la historia del desarrollo español tan peculiar. De momento, lo mejor es que sigamos contando con nuestros recuerdos.
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Como fan de Mortadelo y Filemón sólo puedo decir que los jugué casi todos en su día (los dos últimos no) y me encantaron
En mi caso no tiro de nostalgia porque yo ya era una persona adulta
Me temo que si tengo que corregir una cosa de tú magnífico artículo: si que eran juegazos 🙂 los primeros un poco más «cutres» pero estaban bastante a la altura
Se agradecen artículos así, un saludo!
La verdad es que el cutrerío y la trospidez pega bastante con los personajes y el universo del gran Ibáñez.
Y vaya desastre la comercialización a trozos sin explicar nada…
@extremoduro
Me alegro, no hace falta que vuelvas.
Buenísimo artículo. Yo soy de los que aprendió a leer con Mortadelo y Filemón.
Fantástico artículo, como lo he disfrutado. Me encantan estas historias sobre estudios en los años 90, cuando todo era tan distinto para bien y para mal.
Una lástima que la vuelta de estos juegos haya sido tan descuidada, no me voy a engañar, no iba a jugarlos ni de coña porque no soy muy fan de lo retro y menos si no ha envejecido bien, pero estos juegos merecían más cariño.
Al menos han servido para tener esta pasada de artículo.
Uff, mira que me tragaba cualquier mierda que entrara en casa de crío. Pero mi primer y último Mortadelo fue «El sulfato atómico». No fui capaz ni de acabarlo. Y no por dificultad.
Por la misma época me regalaron Broken Sword 2 y claro… Tragaba mierda, pero sabía distinguirlo del caviar.
Yo juraría que tenía otro que se llamaba «la máquina meteoroloca» que venía en un pack con «el sulfato atómico» y también era malísimo
@rinino
Justo he leído esta mañana al autor del texto en Twitter explicar por qué ese juego no está en el texto. Básicamente porque no lo hizo Alcachofa Soft.
Estos no los jugué, pero si que jugué en su día a los dos juegos anteriores de Mortadelo y Filemón que salieron para ordenadores de 8 bits hechos por otra gente.
Publicados por Dro Soft, el primero fue desarrollado por MicroPartner:
https://www.youtube.com/watch?v=CmUPTeCL0ZI
El segundo por Animagic:
https://www.youtube.com/watch?v=RO5k8aDQ50M
Considerando seriamente hacerme pro streamer de Twitch para pasarme estos juegacos pacos en directo.