Child of Cooper: surrealismo y oscuridad con la mirada de un niño

He vivido, más que jugado, a sus dos grandes juegos hasta el momento, Shelter y Shelter 2, y ambas experiencias han sido lo más cerca que un videojuego ha estado jamás de arte naturalista. Los lagrimones como puños, eso sí, ya no me los quita nadie: sus dos aventuras maternales son dos bellísimas reflexiones sobre el sacrificio, el amor y el implacable ecosistema natural que no entiende de sentimientos. Ahora Might and Delight presenta su siguiente proyecto, algo que nada tiene que ver con los cachorritos y los paseos tensos por el bosque: se titula Child of Cooper y es, como ellos mismo advierten, «una narración oscura».

Lo que se ha visto por ahora es un teaser y un tráiler in-game que no deja muy claro cómo se juega pero sí que la propuesta es ciertamente oscura, tanto en lo literal como en lo temático: cadáveres tapados por sábanas, huellas sanguinolentas, escenas de alguna muerte y humeantes reuniones de lo que parecen altos cargos políticos o capos del crimen organizado que aparecen tejer una ambientación cercana al noir y el drama mafioso de los setenta no sin cierta pátina de algo que caracteriza a todos los juegos de este estudio sueco, un diseño siempre cercano al arte pictórico.

Sus autores, de hecho, no tienen problemas en admitir que esta costumbre es parte de su esencia: «En cierta forma, podría decirse que somos un colectivo artístico», explica Vic Bassey en KillScreen. «Somos un pequeño equipo de artesanos e ideólogos extremadamente creativos con mucho aprecio por las artes, ya sea literatura, música u otras formas de expresión más contemporánea. Simplemente usamos los videojuegos como medio para juntar todos esos elementos».

En Child of Cooper parece evidente esta tendencia hacia el arte, en esta ocasión quizá inspirándose en el expresionismo y en el estilo goyesco. Lo que se ha visto hasta ahora es misterioso y etéreo, y ni siquiera el tráiler con gameplay parece permitirnos discernir sus coordenadas mecánicas (esto es algo que, dicen, es deliberado: quieren que descubramos el funcionamiento al experimentar el juego), pero sí nos desvela algunas escenas pasadas por el filtro de lo surrealista, convertidas en representaciones estáticas de algo abstracto. Tiene sentido: Child of Cooper nos propone explorar recuerdos de una historia concreta tal como están en el cerebro de quien los almacena y como todos guardamos cualquier recuerdo, sesgado por el estado de ánimo, emborronado por los bordes, alterado según la perspectiva de nuestra edad o nuestro papel en la historia cuando sucedieron los hechos.

Aseguran que para ir desvelando la historia que nos proponen todo dependerá de la perspectiva que elijamos a la hora de examinar lo que parecen dioramas oníricos de una memoria neblinosa y quizá traumatizada, y que esas elecciones harán de la experiencia algo muy rejugable y distinto en cada ocasión.

La historia, y aquí entramos en el terreno de la especulación, parece girar en torno al punto de vista de un niño durante una noche en la que es testigo de algún tipo de tragedia. Es la percepción de ese niño lo que aporta surrealismo a unos eventos que, afirman sus creadores, no esperarán a nuestra interacción para ir sucediendo. Tal como sucede cuando eres un niño, el mundo y lo que nos rodea funcionarán a su ritmo mientras nosotros no podemos hacer otra cosa que observar e intentar seguir la acción con los limitados recursos cognitivos de un cerebro todavía en desarrollo.

Might and Delight utilizará este Child of Cooper para adentrarse por vez primera en el formato de la realidad virtual. Y uno, que ha probado a recorrer las bellas ensoñaciones paisajísticas de Mind: Path to Thalamus con un Oculus Rift, os puede asegurar que nada favorece más a la hora de experimentar un juego sobre los recuerdos y la percepción humana.

Child of Cooper todavía no tiene fecha de lanzamiento pero podéis seguir su actualidad en su web oficial o su página de Steam.