Cinco sandbox que deberías jugar este verano

Seguimos con la serie de listas de juegos que no tuvieron tanta repercusión como deberían y que quizá deberíais jugar este verano, muchachos. Después de recomendaros unos cuantos de coches y unos cuantos shooters, vamos a por los sandbox. Aunque no es un género como tal por definición (Burnout Paradise es un sandbox), ya sabéis a qué nos referimos: aventurillas de mundo abierto, llamémoslo así. Al tema. Crackdown Lo que Crackdown supuso en nuestras vidas, el gran favor que nos hizo a todos, es algo que la mayoría ni siquiera tienen presente. Crackdown no es un sandbox al uso: es el juego que prendió la mecha de la pandilocura y que inauguró una forma de hacer que tantos han seguido (incluidos algunos de esta lista). Crackdown se ha convertido ya en un icono de la generación actual, y por aquí le tenemos especial cariño: no sólo porque la mejor publicación de nuestra historia esté directamente relacionada con el juego y su, por aquel entonces, todavía hipotética secuela, sino porque hemos pasado muchísimas horas con él, rejugándolo una y otra vez y estando ahí, verano tras verano, ayudándonos a sobrellevar esos meses calurosos en los que, por exceso o por defecto, no conseguimos decidirnos a qué jugar. Todavía hoy se mantiene tan fresco como el primer día, por tener un diseño absolutamente a prueba de balas en el que su secuela intentó, sin éxito, añadir y modificar cosas. Sobre Crackdown, como debería pasar con todos los juegos realmente buenos, o se pueden escribir millones de páginas o no se puede escribir nada; lo más honesto que se puede decir sobre él es que necesitáis jugarlo, este verano y siempre, y que si os lo recomendamos es porque os queremos y queremos lo mejor para vosotros. Crackdown es el mejor piropo que os podemos lanzar. Just Cause 2 El primer Just Cause era un juego mediocre; digo mediocre por no decir malo, directamente. En un giro de circunstancias bastante inesperado, pudimos ver cómo la secuela iba teniendo mejor pinta a medida que iba saliendo información sobre ella, y las buenas vibraciones se terminaron de confirmar cuando jugamos y comprobamos que la inyección de pandilocura había tenido resultados muy positivos: como esos superhéroes que se ven expuestos a materiales inestables y peligrosos y salen turbopotenciados de la experiencia, Just Cause 2 resultó ser una maravilla que nos mantuvo pegados al mando durante muchísimo tiempo. Es un caso curioso: vendió bastante bien, mucho mejor en Europa que en Estados Unidos, y aun con todo es un constante ausente en las conversaciones sobre juegos a recomendar de esta generación; suele aparecer más como guilty pleasure, como si existiera cierto temor a posicionarse completamente a favor de él. Pues aquí estamos nosotros para decirlo claro: con todos sus fallos, Just Cause 2 es un juegazo que hace que resulte sensacionalmente placentero repetir una y otra vez la misma acción sin apenas justificación argumental de fondo, sobre todo porque esa acción es una mezcla científicamente precisa de explosiones, masacres y demás barbaridades que hacen que la vida del fan de los sandbox sea un no parar de emociones fuertes. Gráficamente, además, es increíblemente bonito: tanto, que resulta difícil evitar la tentación de perder el tiempo haciendo los trayectos, a menudo titánicos, utilizando las tradicionales ayudas que los hacen automáticos y explorar los muchos kilómetros cuadrados de isla a nuestra disposición volando con nuestro gancho, quizá la forma de transporte más lenta y gratificante de la actual generación. Esto no es moco de pavo. The Saboteur Protagonista irlandés, París ocupado por los nazis, la resistencia francesa, ambiente noir extremadamente atractivo… The Saboteur pudo ser todo y acabó mordiendo el polvo en las listas de ventas. Recuerdo haberlo disfrutado y recomendado por activa y por pasiva: no hubo manera de que el juego de Pandemic (que también se sacaron de la manga otro sandbox pandiloco bastante apañado, Mercenaries 2, ambientado en una demencial Venezuela que sirve de caja de arena para nuestros experimentos con el caos) arañara las ventas que merecía. Porque puede que no sea la producción triple A con la que los altos ejecutivos y los videojuerguistas más superficiales mojan la ropa interior, pero aquí hay canela fina: un argumento tan efectista como efectivo, que no revoluciona pero sí que tiene puntos muy, muy brillantes, un desarrollo absolutamente genial (los que hayan llevado el color a las grises calles de París sabrán a qué me refiero) que consigue mantener el interés hasta el final y unas cuantas mecánicas de juego muy bien traidas son algunos de los ingredientes con los que Pandemic trabaja aquí. Ni se va por lo pandiloco ni lo necesita: los aficioandos a los mundos abiertos y a la exploración sigilosa se alegrarán de saber que Sean, el protagonista del juego, es tan amigo de la acción como de sorprender como una ratilla a los sucios alemanes que tienen bajo su yugo el París de los años 40. Está basado en la historia de William Grover-Williams, piloto de Grand Prix que fue espía francés durante la Segunda Guerra Mundial, y deberíais hincarle el diente a la de ya. Red Faction: Guerilla Pasarte al sandbox después de hacer carrera en los first person shooter es un movimiento arriesgado, pero Volition salieron más que airosos: Guerrilla es un más que digno continuador de la franquicia y un juegazo como la copa de un pino. Aunque desde la distancia se le ven bastante claramento los defectos (algunos de ellos pueden pasar como circunstancias de la ambientación, como el hecho de que no haya casi nada en el Marte que exploramos y sea todo yermo vacío de vida), el placer de desplegar la destrucción en la no tan larga campaña y la sensación de libertad (relativa pero bien llevada) que conlleva el hecho de poder finalizar las misiones de tantas formas distintas (que en el fondo son dos: normal o a lo bruto, aunque esta segunda despliegue un árbol de posibilidades enorme) hacen de este Red Faction un juego muy agradable. El contenido político que desgraciadamente se perdió en Armageddon tampoco es desestimable, y está metido con suficiente buen gusto como para no resultar panfletario: los momentos en los que tratamos con el independentista marciano, por ejemplo, me gustaron mucho. Volition es una compañía que además me enternece, porque saben hacer bien las cosas y las hacen con una humildad muy agradecida, así que ya sabéis, fans de los mundos abiertos: aquí tenéis otro juego no tan estimado como debería que os interesa probar. Toy Story 3 Así como la tercera parte de Toy Story pasará a la historia como una grandísima película de animación (y debería hacerlo también como uno de los mejores finales de trilogía, pero parece que no), el juego basado en ella debería hacer lo propio como una de las mejores piezas de merchandising jamás creadas. Porque es un gran juego basado en la película, y como tal cumple a las mil maravillas la función de promoción que se le supone a este tipo de productos, pero también esconde en sus entrañas una parodia/homenaje/revisión del formato sandbox que podría pasar, si el desarrollo hubiera sido de otra forma y la licencia no hubiera sido la que es, por una magnífica parodia de Red Dead Redemption. Algunos de vosotros tenéis hijos: no os escondáis entre la gente, sabemos que habéis extendido vuestra semilla por el mundo. La buena educación de un niño pasa por productos como Toy Story 3, el videojuego: un juego que se trata con respeto a sí mismo y al que lo juega, perfectamente consciente de su contexto y sus circunstancias, creado con mimo y lanzado al mundo con mucho cariño. No da pena no ser un niño mientras lo juegas: de alguna forma cuando entras en el western del juego vuelves a la infancia, vuelves a ser un niño. El concepto sandbox como caja de arena donde los críos juegan y sueltan la imaginación tiene en Toy Story 3 más sentido que en casi cualquier otro juego de esta lista, de este género, de esta generación; es una pequeña joya que no debe pasar desapercibida. Es justicia. [La ilustración que encabeza este artículo es de Ricardo Escobar. Clic en su nombre para ver más dibujos suyos. La guía de números refiere directamente al mejor post de la historia de AnaitGames, que debéis consultar, adorar, imprimir o tatuaros en el pecho a la que podáis.]