Comparativa Midnight Club: Los Angeles vs. Need for Speed: Undercover

Cuando los jefes me preguntaron, hace unos meses, si quería analizar el nuevo Midnight Club: Los Angeles (MC a partir de ahora), un cóctel de sensaciones recorrió mi espina dorsal. La primera fue una honda satisfacción, porque mi afición por los juegos de conducción es prácticamente una parafilia, y mi afición por lo gratis es aún más exagerada. También sentí miedo, porque escribir para un público tan exigente no es sencillo; esto es broma, cualquier chimpancé medianamente espabilado podría escribir para AnaitGames. Algunos lo han hecho con notables resultados. Lo que sí me vino a la cabeza fue un abrumador tedio, porque eso es lo que inspiraron en mí las dos últimas secuelas. Y es que aunque le reconozco ciertas virtudes a la saga, ninguna de sus entregas me pareció especialmente reseñable. ¿Me atreveré a decirlo? Bueno, creo que la única razón de su éxito, modas aparte, es que pertenece a Rockstar Games.?? Alguno podrá alegar que la última entrega fue tan buena como los últimos Need for Speed, si no mejor. Y yo sólo podría asentir pesarosamente, porque la saga NFS ha ido de mal en peor desde el aceptable Underground, y desde luego está a años luz de distancia del maravilloso Porsche Challenge. La mayoría culpamos a la recesión, Upa Dance y la vieja y avara EA, así que acepté analizar también el Undercover porque tenía cierto interés por ver si la serie se reinventaba en la renovada y esplendorosa compañía que rige ahora nuestros destinos.?? Pero va a ser que no. Need for Speed: Undercover es la encarnación de todo lo que ha hecho mal la saga en los últimos años, aun a pesar de sus valores de producción, los medios de los que disponen y la práctica adquirida por la recientemente reestructurada EA Black Box en entregas anteriores. No hay nada más en el paquete. Por eso sorprende el tibio recibimiento que tuvo en su día; lo que se merece es el garrote vil, porque el juego es malo con todas las letras.?? Pero más irritante es el hecho de que sea el enésimo. En Anait entendemos que hay gente con pocos recursos en el mundo (en África, o Carabanchel, o alguno de esos sitios), pero ése no ha sido nunca el caso de los «nuevos» NFS. No hay ningún tipo de excusa para sacar OTRA vez el mismo juego insípido y, por si fuera poco, hacerlo peor de lo habitual. Basta ya maldita sea. Pensemos en nuestros niños y el mundo que les dejamos. Ignoremos este NFS para que, de una vez por todas, demonios, dejen de regurgitar cosas así y ya no tengamos derecho a criticar a las malvadas distribuidoras.?? Pero vayamos paso a paso y desde el principio. Jugablemente el de EA mantiene su sistema de control tradicional y sus modos de siempre, así que el jugador veterano sabe ya a lo que se enfrenta y si la idea le atrae. Midnight Club se sitúa un escalón por encima con un control quizá excesivamente simplón, incluso para un arcade, pero que resulta un poco, solamente un poco, más atractivo hacia el final del juego. El problema es que llegar a ese punto te exige demasiadas horas con coches de poca potencia con los que puedes dar curvas cerradas sin dejar de acelerar; es tremendamente aburrido. ??Con los más potentes la experiencia mejora, y llegan los power-ups de dudosa coherencia. El que te permite golpear a cualquier coche sin que te frene tiene su gracia, pero encajaría mejor en un Mario Kart ((Y sería más divertido en un Mario Kart. Dios, cómo eché de menos un buen juego de conducción mientras jugaba.)). NFS es más tradicional, pero también menos desconcertante. Ambos incluyen las ya indispensables persecuciones con la policía y un taller tuning bastante cuidado y con un número más que suficiente de piezas. Prácticamente puedes oír a El Arrebato entre el ruido de los martillos.?? Un terrible, acogotante punto negro: el rubberbanding, ese horrible truco barriobajero de frenar a los rivales si vas muy rezagado o darles un empujón si vas muy rápido, llega a un extremo ridículo en el juego de Rockstar. Tanto como para casi matar la competición y la tensión de la remontada. Esto es un videojuego y siempre puedes reiniciar la carrera, que suele ser cortita; si permites que el jugador pueda alcanzar al primero en prácticamente cualquier situación, estás adulterando la competición y asumiendo que es, dejémonos de paños mojados, un retrasado mental. Un papelito colgado en mi pared dice que legalmente no lo soy, señores de Rockstar, así que dejen de dármelo todo masticadito. El NFS sufre de la misma enfermedad, pero no es molesto y se emplea en las persecuciones, para mantener el suspense.?? Comparativamente, de momento las cosas no están tan mal para NFS, ¿verdad? En el catálogo de coches tampoco queda mal parado ninguno de los dos. Atrás quedó esa época en que todo giraba alrededor del tuning y los deportivos asiáticos. El catálogo de ambos tiene carisma y hasta se permiten ciertas concesiones en forma de coches clásicos o especialmente elegantes, como los que te regalan cuando te unes al staff de Anait. MC sigue incluyendo motos, pero todo el mundo sabe que NINGÚN juego de conducción sobre asfalto ha conseguido mezclar motos y coches de forma satisfactoria. El mejor aspecto, el detalle del interior de los vehículos; pornografía para el aficionado. ??Pero todo esto estaría genial si hablásemos de productos elegantes y sobrios como Project Gotham o Gran Turismo. El problema de las dos sagas en cuestión (MC y NFS) es que no han sabido abandonar o maquillar el abuso de su ambientación underground, que en realidad es poco más que cultura del ghetto ((Traducción políticamente incorrecta: todos hablan como negros de Baltimore, raperos de Majadahonda que se creen negros de Baltimore o vatos.)). Especialmente sangrante es el caso de Midnight Club, que insiste en hacernos tragar sus credenciales de chico de la calle cada medio minuto. Cierto es que Rockstar ha construido su imperio desde el homenaje-parodia a los estereotipos gangsta/narco/inmigrante con acento divertido/amante del KFC, pero en esta saga es aún más soso y cargante. Sé que es extraño criticar a un juego de conducción por su ambientación y diálogos, pero se las han apañado para hacerlos lo suficientemente molestos: todo un logro.?? En cualquier caso no está solo. La eterna saga de EA tiene ínfulas de grandeza desde Underground 2, pero no acaba de olvidarse de sus alerones y los temazos de Chingy. En cualquier caso y como nos ha enseñado The Wire/True Blood, lo molesto no es la ambientación escogida, sino lo genial/cansina que acabe resultado según el uso que se le dé. Supongo que todos nuestros bien informados lectores conocerán el particular estilo de narración del juego, con escenas de vídeo rodadas en HD y desenfocadas por los lulz. Se agradece el esfuerzo, pero cuando la mejor actriz es Maggie Q, con diferencia, tienes un problema entre manos. Están metidas con calzador, terriblemente mal escritas, peor interpretadas y resultan increíblemente anticlimáticas. Otro ejemplo de historia innecesaria que hace mucho más mal que bien. Por otro lado sale Maggie Q, así que podría haber sido peor.?? Pero ¡oh, amigos!, hasta ahora Midnight Club solamente va ganando por medio cuerpo de ventaja, así que, ¿en qué falla Undercover para merecerse semejante tortazo del redactor en la introducción? ¿Será su selección musical? ¿Será el doblaje? ¿Será que el Letras ha vuelto a los tripis tras la cuesta de enero? La respuesta a este paralizante enigma justo después de la publicidad.?? ¡Era Keyser Söze! ¡Es el apartado técnico! Ahora bien, los que me conocen (o conocen el personaje que interpreto en el internets) sabrán que el apartado técnico es para mí, en una escala de relevancia de 0 a Pastelitos, un lamentable -3, así que muy grande tiene que ser el desaguisado para merecerse tanto bombo. Lo es. Supongo que una de las más furibundas críticas tendría que ir al inexistente sistema de físicas, pero sería predicar en el desierto ante una saga que lleva un lustro prácticamente inalterada. Mejor saltar a los gráficos. ??Quede claro, en honor a la precisión que nos ha hecho célebres, que aunque lo incluya en el ficticio apartado de ‘gráficos’ esto no es solamente una crítica al aspecto más técnico, sino a las decisiones artísticas que se han tomado en su desarrollo. Los que hayáis metido caña al juego (lo siento) sabréis que se conserva su particular sentido de la iluminación, si entendemos iluminación como un abuso del HDR (o peor, ¡el bloom!) hasta la desintegración de las retinas. Unido a ciertos filtros le da a todo un tinte naranja, amarillo u ocre que, no lo vamos a negar a estas alturas, queda genial en las imágenes estáticas. Y captura bastante bien la luz de un atardecer, o amanecer, o como quiera que se llame ese momento en que el sol está bastante abajo en el horizonte y las sombras se alargan ((Hace tiempo que no salgo de casa.)). ?? El problema es que un 99% del tiempo corremos en esas condiciones, y después de unos diez minutos es terriblemente monótono. Sé que somos los primeros en quejarnos del marrón next-gen y luego jugar a todo lo marrón next-gen, pero esto es simplemente excesivo, y el HDR es más molesto que bello. Tras un rato conduciendo con la luz de cara empezarás a sospechar que algo raro pasa, porque has dado varias curvas y el muy cabrón sigue ahí, cegándote. Eso es porque el Sol se mueve. Y tú dirás: «big deal, genio, alrededor de la Tierra, eso lo sabe todo el mundo», pero la cosa es que lo hace a una velocidad y en una trayectoria extrañamente conveniente. En pocas palabras, el Sol se mueve contigo para colocarse siempre donde le interesa a los diseñadores. No acabo de comprender por qué ((¿Conspiración masónica? Es posible. El silencio del gobierno no hace más que apuntar en esa dirección.)), pero sucede. Si no me crees a mí y sospechas de los tripis de antes puedes comprobarlo en GameTrailers. ??La parte puramente técnica es otra decepción. Los choques son lamentables, los reflejos en las carrocerías son last-gen, los efectos un tanto sosos y algo pasa con las sombras que las hace desagradables a la vista. Algo similar a un buen montón de jaggies que achaqué a mi cutre televisor de baja definición, pero que se mantiene en una HDTV. La falta de cuidado se ve en todo, desde los eventos scriptados para detener a la poli, los mismos que en Most Wanted, hasta la sosez general de la propia ciudad en la que se desarrolla.?? Midnight Club: LA es una pequeña sorpresa, ya que la saga siempre fue a remolque de sus competidores en cuanto a gráficos y aunque ésta no es una excepción, sí resulta agradable de ver. La acción siempre se representa con fluidez y no hay apenas glitches excepto esa molesta enfermedad de nueva generación que es la lentitud en la carga de texturas: después de alguna cinemática te encuentras corriendo sobre un asfalto gris entre enormes bloques grises. No es lo mejor para meterte en harina. ??Eso sí, ambos dan el do de pecho en la selección musical ((¿Habéis visto eso? ‘El do de pecho’, porque iba a hablar de música. lol xd)). La elección de uno sobre otro se reduce a preferencias personales, ya que ambos se ciñen a hip-hop y electrónica y ambos lo hacen con cierto gusto, teniendo en cuenta la temática en cuestión. Incluso aunque no te gusten esos géneros resulta una buena elección como acompañamiento. Kudos.?? Y hasta ahí los aspectos importantes. Diré, para que no me acusen de poco profesional los que confunden crítica con mera descripción, (véanse los comentarios al primer análisis de MGS4 en Vandal), que los efectos de sonido están bien, el online también, la presentación de ambos supongo que es buena, que la duración es la normal, creo, y que MC es más barato que el NFS, por si aún tenías algún tipo de duda sobre cuál escoger. No hay datos de cómo funcionan en el mercado de segunda mano o de cuánto cubre el seguro, ni de cómo se comparan las versiones de PS3 y Xbox 360. Pero eso es porque soy pobre y solamente tengo la segunda.?? La elección, entonces, es fácil. Salvo que le hayas cogido cariño a la saga, Need for Speed: Undercover no llega siquiera a la categoría de esfuerzo fallido, porque no han intentado nada. Han reciclado, triturado y reenvasado algo que apenas funcionaba, y (lamento la crueldad) EA ha recogido la indiferencia que este juego se merece. Las noticias sobre el giro en la saga son ilusionantes, pero hoy día, Undercover es un juego de insuficiente. Midnight Club: Los Angeles, sin ser un producto espectacular, se garantiza por lo menos el trono de los juegos underground con una apuesta de notable bajo, aunque dentro de una línea ascendente. Así que como iba diciendo, hoy es sencillo decidirse. Solamente un arcade multiplataforma ha recibido el mimo, la atención y el soporte adecuados para merecer la pena. Sólo uno es un producto de calidad y bien diseñado que se merece nuestro dinero. ??Burnout Paradise.?