Crónica de los Hard Days 2008

El pasado viernes me quedé sin salir. Y que me arranque las pelotas un mono pelado si no necesitaba alcohol después de ver la peli de Dead Space… Pero no. El sábado tocaba madrugar y por primera vez en mucho tiempo estaba dispuesto a hacerlo. Mi abuela siempre dice que «sarna con gusto no pica», y aunque eso no lo sé porque nunca he tenido sarna, es cierto que resulta más fácil saltar de la cama (literalmente, pues tengo ésta) cuando vas a hacer algo que te gusta. Podría meter aquí una introducción con varias coñas relacionadas con el nombre del evento (que si parece un Festival de pr0n, que si Wii y DS no podían entrar con esas bambas…), pero mejor voy al grano y comento directamente los juegos que Ubisoft nos enseñó, que bastante largo me va a quedar el post.

Prince of Persia

¿E3 demo? ¿La parte que he visto ya cientos de veces? Empezábamos mal con el Príncipe… Uno que siempre ha sido republicano, supongo. Sin embargo, poco a poco me fue invadiendo el optimismo; jugarlo no era lo mismo que verlo y Gametrailers no era lo mismo que una Full HD de 50 pulgadas. Además, a la hora de escribir es un gustazo tener un apoyo en vídeo así, especialmente si te explicas tan mal como yo. Poco o nada se puede decir de los gráficos a estas alturas. Son buenos, muy buenos, y se apoyan descaradamente sobre un apartado artístico de auténtico lujo. Destacan la fluidez de las animaciones y la suavidad con la que todo se mueve a nivel de frame rate. El control es igualmente agradable e intuitivo. Utiliza sólo los botones justos, de modo que el wall run con la ayuda del guantelete es automático y no hay que mantener nada pulsado para mantenernos agarrados a un saliente, por ejemplo. Para esos momentos de plataformeo hay botón de salto (X en PS3) y botón de Natalie Portman Elika (triángulo, para hacer la especie de doble salto). Ni ahora ni nunca ha hecho falta nada más. Sólo he encontrado un «pero» a la hora de realizar brincos y acrobacias, y lo cierto es que en gran parte es culpa mía. Tengo la jodida manía de pulsar los botones más veces de las necesarias, esto es, puedo llegar a darle 3 veces a la X cuando con una vez basta. Normalmente no pasa nada, pero Prince of Persia es de esos que se «guardan» las segundas pulsaciones, de modo que justo después de terminar el primer salto hace otro, aunque no hayas tocado el mando durante el último segundo. El resultado: me tragué más veces de las que me hubiera gustado la escena en la que Elika te rescata de una caída mortal… «Pues te jodes por hiperactivo», pensarás. Y como siempre, llevas parte de razón, querido lector. El problema es que al estar todo tan automatizado, hay momentos en los que no tienes claro si debes saltar otra vez o no. En el vídeo, en 0:48, el Príncipe rebota contra la pared para llegar a la madera de más arriba. Eso lo hace solo, pero es fácil que, casi inconscientemente, quieras hacerlo tú y saltes una vez más… hacia el barranco. Nos pasó a muchos, la verdad, y nos volvió a pasar durante los saltos del minuto 4. Los combates son el clímax, lo más acojonante del juego. Entre los efectos de luces, la vistosidad de los movimientos de ataque y el acertadísimo diseño de los enemigos, son todo un espectáculo visual. Aunque estaba muy capado en esta versión, el árbol de combos del juego final (nos lo mostraron en el Power Point de la presentación) será de los completitos. Habrá varias decenas, todos ejecutados con tres botones: cuadrado para espadazo, triángulo para «Elikazo» y círculo para agarres con el guantelete. El control vuelve a responder bien en estos enfrentamientos, que al ser más escasos ganan en importancia e intimidad, recordando más en esencia o intención al primer Prince of Persia que a los últimos. Ganar era bastante jodido, pues tampoco el movimiento de evasión (1:54 del tutubo) estaba implementado en esa build y «morías» (tu acompañante te salva, pero el rival recobra toda su vida) cada vez que el enemigo se abalanzaba sobre ti. Muchos desistieron, pero yo no tenía la menor intención de hacerlo: quería ver a Portman utilizando sus poderes para despertar la naturaleza del lugar. Unos cuantos saltos y otro combate más tarde, por fin llegó la escena Okaminesca. Elika concentra su poder, una luz empieza a brillar en un suelo que ya nunca volverá a ser yermo y… ¡la puta demo se cuelga! Antonio Alonso, de Ubi, me miró como diciendo «te lo advertí». De hecho, en principio no dejaba jugar el segundo combate y tuve que utilizar mis dotes de persuasión para que me dejara. Me arriesgué y perdí, pero como mínimo confirmé que Prince of Persia será algo más que una buena dirección artística. Si aciertan con la frecuencia de los combates y el desarrollo del juego (empezad todos a rezar para que no comparta con Assassin’s Creed nada más que el motor gráfico), puede estar entre los grandes del año.

Far Cry 2

Había pocas consolas para mucha gente y mi prioridad era el juego que acabo de describir arriba, por lo que disfruté apenas unos minutos del FPS ambientado en África. Suficiente para que me transmitiera excelentes vibraciones, eso sí. Al volante de un coche hecho polvo, mientras miraba el mapa del ENORME cacho de continente que podremos explorar en el juego, pensaba una vez más que la idea de un shooter sandbox es de todo menos mala. Eso de tener total libertad para decidir cómo llegar a tu objetivo, un traficante de armas conocido como El Chacal, tiene un enorme potencial. Tendrás que colaborar con todas las facciones en guerra y con ninguna a la vez, habrá misiones secundarias para conseguir nuevas armas y aliados, las decisiones y la moralidad pulularán por ahí del mismo modo que alguna especie joputa de Plasmodium lo hará por tu cuerpo. Todo para ofrecer una experiencia que, si decides alargar y explorar al máximo, se irá a las 100 horas. Far Cry 2 no inventa nada a la hora de liarse a tiros, pero el control y la sensibilidad están bien ajustados y el impresionante fuego (que se propaga en el sentido que sopla el cálido viento) añade un agradable plus de componente cabra. No jugué lo suficiente como para sacar conclusiones en relación a la IA enemiga, pero me divertí acribillándola. Justo antes de terminar la partida me tocó vivir como jugador uno de los momentos más duros que ahora mismo soy capaz de recordar. Después de extraerme una bala (los movimientos de «curación» son brutales) apareció en la parte superior derecha de la pantalla un cuadro con el mensaje «No has conseguido ningún trofeo». Sentí una punzada en el corazón. ¡Versiones no finales, yo os maldigo! Desgraciadamente, no se podía catar ni el multijugador ni el prometedor editor de niveles. Gráficamente, por cierto, el juego es impresionante a pesar de sus fallos; si no perdonas algo de pop-in y alguna ralentización a este título, no lo harás con ninguno. Se nos dijo que los tiempos de carga se habrán reducido en la versión que llegará a las tiendas el día 23 de este mes, así que igual se mejoran también estos problemillas. Sea como sea, el juego luce mejor en un pepino de PC. Uno como el que puedes ganar (entre otros interesantes premios) en el juego-concurso que ha montado Ubisoft: La caza del Chacal. Vale la pena pasarse a curiosear.

EndWar

Todavía menos tiempo dediqué al juego de estrategia con el sello de Tom Clancy. De nuevo por falta de tiempo, no de ganas. Y es que EndWar pinta realmente bien. Lo más importante: el sistema de control por voz reconoció perfectamente las órdenes (en castellano) a pesar de mi resfriado y el consiguiente tono exageradamente nasal. Como he dicho alguna vez, me encanta este género pero se me da realmente mal… Espero que haya suerte y jugar con palabras se me dé un poco mejor que hacerlo con el ratón. Lo necesitaré, porque no pienso dejar de probar el modo multijugador, esa especie de MMORTS donde cada batalla tiene su impacto en el transcurso de la Tercera Guerra Mundial (¡ése es mi Tom!). Sobre el papel, suena muy interesante. Para ser un juego de estrategia, el aspecto y el nivel de detalle que muestra de todo lo que hay en pantalla es realmente meritorio. No es un GRAW (necesito el 3 YA, amigos), evidentemente, pero sorprenden cosas como lo cuidadas que están las animaciones. Siento no tener más que contar sobre EndWar, pero qué mejor que probarlo vosotros mismos; la demo está en el Bazar de Xbox Live desde ayer. En definitiva, la parte hardcore del catálogo de Ubisoft para lo que queda de año promete ser de lo más potente. Y esta vez no lo digo sólo basándome en los tráilers. Lo único malo es que Sam Fisher sólo se dejó ver en las bolsas de plástico con el merchandising… Empiezo a sufrir de verdad por Conviction, pero ahora tampoco toca pensar en eso.