Desde Los Angeles: Bethesda entra al E3 por la puerta grande

No puedo ni imaginar lo que les habrá costado, pero alguien en Bethesda sabía muy bien lo que hacía cuando decidió alquilar el Dolby Theater para su primera conferencia en un E3. Impresiona entrar ahí, donde se entregan los Oscar; es uno de esos sitios en los que no puedes evitar creer en las promesas, aquellas que tienen que ver con los sueños y las oportunidades, de una ciudad loca y deprimente. Y hay algo más: al colocar un Vault Boy de metro setenta junto a una foto en blanco y negro de Anthony Hopkins, parece que quieran equipararse en importancia.

Conocemos bien ese discurso reivindicativo. Para creérselo, los videojuegos todavía necesitan decir en voz alta que son tan importantes como otras formas de entretenimiento. Y aunque por aquí no lo dudamos, también sabemos lo fácil que es tropezar con la autocomplaciencia. En la buena gestión de ese mensaje ha estado la clave de la presentación: el vídeo pelotero y tópico del principio tenía especial sentido con varias butacas ocupadas por fans —algunos habían estado horas en la cola, el de mi derecha hiperventilaba como un chiflado— y pronto se ha cedido el protagonismo a los juegos.

Empezar con DOOM ha resultado ser una buena idea. Aunque Marty Stratton, productor ejecutivo en id Software, se parece mucho más a Luis Larrodera que a John Carmak, sin duda aquello era un DOOM. La acción me ha parecido a ratos menos dinámica de lo que debería —la aportación del doble salto se intuye limitada y la IA está a medio cocer—, pero el foco está puesto justo donde toca: lo gratificante de matar demonios se subraya con ejecuciones brutales, pedacitos de cuerpos que saltan por los aires con más gracia y unas armas que saben muy a lo que van. Empezar con una escopeta y seguir con otra escopeta —la de dos cañones, no una cualquiera— ha sido lo mejor de la demo hasta que ha llegado el turno de la motosierra.

Los suecos de Machine Games ya hicieron un gran trabajo recuperando Wolfenstein, así que de id Software se espera eso y más: aparte de devolvernos la esencia del DOOM más clásico, están blindando el multijugador con herramientas de edición para que todas sus plataformas tengan sus mods: será posible ajustar lo que guste en un cooperativo por oleadas, por ejemplo, y estamos hoy más cerca que ayer de otro DOOM con Chiquito de la Calzada.

Pero el auténtico descenso al infierno videojuerguista ha llegado a continuación con Battlecry, ese free to play que ciertamente parece valer lo que cuesta. No mucho más efusivos han sido los aplausos para The Elder Scrolls Online y The Elder Scrolls Legends: el MMO no apetece y el juego de cartas, que probablemente debe su existencia a Hearthstone, hace que uno se preocupe por la homogenización de todo esto. Ya solo falta un MOBA.

En cualquier caso, el relleno se ha intercalado de forma óptima. Ha sido rápido e indoloro.

Dishonored 2 no ha podido sorprender como esperaba; la cinemática nos sirve únicamente para confirmar la filtración e imaginar cómo será jugar con Emily Kaldwin, que compartirá protagonismo con Corvo. Y para recordar cómo se conocieron ambos, claro, habrá una versión remasterizada de la entrega original.

El bloque final, dedicado a Fallout 4, ha sido ejemplar. Todd Howard es el tipo de hombre que quisieras para tu hija, para tu juego y para tu conferencia; ha presentado novedades como la construcción de refugios con la insistencia justa, ha bromeado sobre las companion apps, nos ha vendido una edición para coleccionistas a los que no lo somos e incluso se ha marcado un Apple anunciando para ya mismo ese simpático Fallout Shelter de iOS. Para el que de verdad importa, en principio, tampoco habrá que esperar mucho más: el 10 de noviembre estará a la venta.

Si alguien en Bethesda supiera hacer caras o animaciones, que ya va tocando, aquello habría sido para enmarcar. No es fácil saber si se repetirá el año que viene, porque el catálogo de la compañía es bastante imprevisible y casi todos sus juegos exigen ciclos de desarrollo muy largos, pero desde luego podríamos acostumbrarnos a esto; si el E3 sirve para recordar la importancia de los videojuegos, las propuestas y las formas de Bethesda sirven para recordar la importancia del E3.