E3 2014: Lo que esperamos de Sony

The Last Guardian. En serio, va. The Last Guardian. Hace justo cinco años, cinco etreses, que se anunció oficialmente el tercer juego del Team Ico. Recuerdo perfectamente cómo me emocionó ese primer tráiler y, carajo, casi se me cae la lagrimilla también ahora, al recordarlo por enésima vez. Tiene que salir, qué importa ya si en PS3 o en PS4, y tiene que salir bien. Sería bonito que The Last Guardian regresara con Fumito Ueda en el escenario. Aunque intentó calmar los ánimos hace un año y pico, cada vez cuesta más creer el cuento de que sigue involucrado en el proyecto. ICO y Shadow of the Colossus, publicados en 2001 y 2005, siguen dejando en ridículo a inmensa mayoría de lanzamientos actuales, siguen siendo un referente en muchos sentidos. Creo que necesitamos más que nunca, tanto jugadores como desarrolladores, un juego que ilusione como aquellos. Y no se me ocurre uno que no sea The Last Guardian. En cambio, no sé si estoy solo en eso, me gusta mucho cuando la conferencia de Sony en el E3 se pone japonesa. Suele tirar por ahí con el espacio para las third party. Kojima hace como en las cenas de Navidad, va alternando de casa cada año, y éste le toca estar con la familia sonyer; sabemos que su Fox Engine tira mejor en PS4, además, así que tocará trasnochar para ver el nuevo tráiler de Metal Gear Solid V: The Phantom Pain. Con Square-Enix podríamos tener un momento déjà vu, porque no me imagino nada que no sea Kingdoom Hearts III y Final Fantasy XV, pero de Capcom sí espero una pequeña sorpresa acompañando a Deep Down; no sé quién hablaba el otro día de un Resident Evil sin número, algo en plan Revelations. Lo veo. Y damos también por hecho lo de Project Beast, ¿no? Por lo demás, los tiricos en primera persona los pondrá Destiny y la gran sorpresa podría llegar con cualquiera de los dos que van a su puta bola: ni Valve ni Rockstar tienen stand en la feria, pero no sería la primera vez que aparecen en una conferencia de Sony. El espacio para los indies se agradece, pero el año pasado lo llevaron regular. Ya sabemos que hay buen rollo con los estudios más pequeños y se agradecen las facilidades para publicar en la PlayStation Network, pero el E3 va de golpes sobre la mesa: unos pocos títulos importantes —por exclusivos, por prometedores— causan un efecto mayor que un montón de juegos ya disponibles en Steam. Dudo que se vuelva a repetir lo de Blow, así que, puestos a pedir, sería bonito ver a Jenova Chen. Por los viejos tiempos, aunque lo nuevo de thatgamecompany sea realmente multiplataforma. Estaremos atentos a esa parte los que tenemos una Vita. Aunque estoy mucho menos satisfecho que chiconuclear con la situación de la portátil, es innegable que algunos indies le vienen que ni pintados. No creo que veamos mucho más, de hecho; las buenas noticias están en la sobremesa, con PS4 muy a tope, y la prioridad volverá a ser golpear a Xbox One en su campo. Me temo que Vita contará con más tiempo en la gamescom, aunque no estaría mal que nos recordaran la existencia de Gravity Rush 2. PS4 tiene muchas papeletas para convertirse en la protagonista del E3, es cierto. Sony lo tiene todo —o debería, porque todo el mundo lo supone— para armar una conferencia antológica. Suyo es ese momentum del que hace unos años hablaba Nintendo. Su trasto es más potente, su comunidad está crecida, se ha podido permitir el lujo de no enseñar sus cartas y se ha librado del soporífero Jack Tretton. Y sin embargo, mi nueva generación no se parece en nada a lo que quisiera: una consola que escupe discos y que me da pereza mandar a reparar. Total, tampoco la uso. Lo preocupante no es que sigamos, ocho meses después, con lo de las transiciones siempre lentas. «Acuérdate del primer Resistance». «El parque de PS3 y Xbox 360 sigue siendo imposible de ignorar». No digo yo que no. Pero es que los próximos ocho meses no pintan mucho mejor y cuesta creer que se vayan a dar ahora tanta prisa. Ojalá sea esa una de las sorpresas. Ojalá, con la primera batalla ganada, le entre a Sony un ataque de responsabilidad.