EA Producer Tour: El Padrino II

Desde jovencito, uno aprende que las cosas más fantásticas que le pueden suceder en la vida tienen muchas papeletas para suceder mientras está de gira. Historias de groupies, de mobiliario de hotel que desaparece y/o arde, de viajes increíbles, de litros y litros de zumo y carretillas de harina, entre otras excentricidades, conforman un halo de clásicos que envuelve las giras. ¿Quieres acabar la carrera y meterte a pagar una hipoteca con tu monótono trabajo viviendo con drama las fluctuaciones de índices bursátiles? Claro que no, joder, quieres irte de gira. Así que entenderéis el alborozo al encontrar en el buzón un correo de asunto: «Blablabla bla Producer Tour bla bla, ñañaña» una mañana entre sorbos de café. Dejas la taza a un lado, abres una pestaña y una vez que ya tienes elegida la mini-van, llega el triste momento en el que lees el mensaje completo para darte cuenta de que quien se va de gira no eres tú, sino los responsables de cuatro juegos de EA que quieren que veas, y que están aquí para hablarte de ellos. Ruta 66, otra vez será. ¡Pero eh! ¡Que no está mal tampoco! Empezamos con El Padrino II. No sabemos si justicia, pero después de la cabecita de caballo que crítica y público introdujeron entre las sabanas de su predecesor por parecer un pseudo-mod de GTA con la licencia de «El padrino», el Sr. Hunter Smith ((Sabes que es un nombre que te encantaría tener.)) y el Sr. Rony Chammas quieren para este segundo que venga un poco mejor presentado. Y para eso mismo nos invitaron a jugar con ellos un par de secciones del juego y nos fueron explicando las novedades que se habían introducido en el sistema y concepto de juego. Se lamentaban, al empezar su exposición, de que el primer juego nos lo pasábamos entero luchando por convertirnos en Don, y que una vez conseguido, BAM, finito. Por lo visto esto también decepcionó a algunos fans, así que esta vez han optado por hacer que en esta secuela empecemos directamente siendo capo y tengamos un pedazo de tarta que saborear y por el que luchar, coordinando a los miembros de nuestra famiglia para controlar el orden. Trabajamos para Corleone, sí, pero sabe Dios que también para nosotros mismos, y vigilando muy de cerca al resto de familias que no están precisamente esperando sentadas a que nos dé un ataque al corazón entre naranjos. El caso es que en esta ocasión el equipo representado por el simpático caballero de la fotografía ha creado la llamada «Vista del Don», que no es otra cosa que una pantalla desde la que, de un vistazo, comprobar el alcance y potencia de nuestro manto de corrupción, sobres bajo mesas, partepiernas, etcétera, a lo largo de los edificios y áreas en las que el juego desarrollará la acción. Sí señor, ciudades, puesto que emulando la homónima cinta, en el juego están representadas La Habana, Nueva York y Miami, salpicadas de detalles sesenteros para disfrute de los fans de camisas de cuellos imposibles. Asumiendo el papel de Dominique, y tomando el relevo de Aldo (protagonista del anterior juego), tendremos que distribuir nuestro personal y recursos para mantener el control sobre los distintos emporios y hacer que florezcan para aprovecharnos de las ventajas que de este modo obtendremos. Más y mejor munición para nosotros y nuestros ragazzi ((Es difícil resistirse al abuso de formas italianas —que sé manoseadas— al que se presta este artículo, ustedes perdonarán)) controlando armerías, más rápidos y mejor blindados vehículos en el caso de garajes… la idea es sencilla. Lamentablemente no se especificó en qué se materializaría el control que ejerzamos sobre los prostíbulos, pero haberlos haylos, que junto a las ejecuciones que pudimos ver, nos hacen pensar que remilgos, los justos. A lo largo del juego, guiado por una historia clara, según sus creadores, las distintas familias acecharán con perseverancia nuestras propiedades, y podremos llevar a nuestro lado hasta tres miembros del grupo con distintas habilididades cada uno (pistoleros, técnicos, incendiarios con sombrero, etc.), que harán que las formas de llevar a cabo los objetivos marcados sean múltiples y variadas (a tiros, infiltrándonos, infiltrándonos con sombrero, etc.). Habrá muchos personajes con los que interactuar. Tantos, de hecho, como para hacer uso de las 15 000 líneas de diálogo que nos han dicho están incluidas en el juego. Muchas de ellas nos servirán para extorsionar por ejemplo a dueños de locales, y otras para hacer favores o sobornos, acciones que surtirán efecto en nuestra reputación, relaciones con la policía y personal médico entre otros. Valiente juego de mafia, de lo contrario. En la presentación tuvimos oportunidad de ver la primera pantalla, ambientada en Cuba, y una sección cerca de 10 horas más adelante en el juego, que por lo visto tendrá una duración estimada de 25-35 horas, ya en Miami. Hmmm, veamos… gráficamente el juego no es bocatto di cardinale (¡no puedo resistirlo, joder!), o por lo menos no es tan impresionante como preguntad-al-graphicwhore-más-cercano, pero por lo visto será lo suficientemente extenso y variado como para no tenérselo tan en cuenta. Si lo será o no, está aún por ver, pero lo que sí parece es que quien popularizó aquello de «segundas partes nunca fueron buenas» no tenía delante una primera tan mejorable, y de momento, este El Padrino II parece venir a presentarnos sus respetos con bastante más orgullo que el primero.