Con Fullblox, Nintendo sigue experimentando con los modelos de negocio

Pullblox y Fallblox son dos juegos con los que es difícil enfadarse. Imposible. Son juegos de puzzles inteligentes y bien hechos; tienen buenas ideas, son bonitos: son dos de esos juegos de Nintendo que pueden ser considerados pasatiempos sublimes. Es posible que cuando termines Pullblox o Fallblox no te quedes clavado en el asiento, algo nervioso y con muchas cosas pasándote por la cabeza, como ocurre con The Last of Us, pero en lo suyo son fantásticos.

Desde hace unas horas (y por sorpresa: no se había anunciado nada), está disponible en la eShop Fullblox, la nueva entrega de la serie para portátiles después de hacer un pequeño desvío en Wii U. Intelligent Systems repite como desarrolladora, y sigue expandiendo la fórmula: después de experimentar con la gravedad en el segundo juego, aquí vuelve la mecánica de desplegar las formas geométricas del primer juego. Expandida, eso sí: ahora se pueden desplegar hacia fuera y hacia los lados, incluso en escalones, cuando el espacio nos lo permite.

Es un punto de complejidad, o complicación, extra que funciona muy bien. Mejor cuando el diseño del puzzle acompaña, algo de lo que que no todos los primeros niveles pueden enorgullecerse; no tardamos, en todo caso, en aprender a mirar las construcciones y a ver con algo de antelación qué despliegues nos pueden resultar más beneficiosos: es formidable la manera en que Intelligent Systems te entrena con unos pocos puzzles que funcionan, nada más entrar en el juego por primera vez, de tutorial e incluso resumen de lo que ofrecían las anteriores entregas. No he llegado al final del primer bloque de 100 puzzles, y apenas he tonteado un poco con los 150 que se reparten entre los otros tres, pero estoy disfrutándolo tanto como los anteriores. Y de una manera similar: despacio, evitando la saturación de resolver varias decenas de puzzles de una sentada, escalando la curva de dificultad poco a poco. Creo que es la manera más apropiada de enfrentarse a este tipo de juegos.

Imagino que, igual que la responsabilidad del experimento jugable es de Intelligent Systems, la de la manera en que se nos presenta el acceso a los puzzles es de Nintendo. Es muy generoso decir que Fullblox es un juego gratuito; en realidad, es como si te regalan un coche pero te cobran por otro lado las llaves. Descargar Fullblox de la eShop nos da acceso al brevísimo tutorial, y ya; los otros bloques de los que hablaba antes están bloqueados por un pago de entre 5 y 3 euros.

El de 5 es el principal, Zona de Juegos, que incluye 100 niveles. Los otros cuestan 3 euros cada uno: Galería de arte, Fortaleza mecánica y Expo NES son, por hacer paralelismos con los juegos anteriores, el último 60% del Pullblox original en lo relativo a complejidad de las construcciones y dificultad de resolución. Son 250 niveles en total, que tenemos que comprar para jugar. Nada de free-to-play, vaya, ni siquiera demo: para jugar hay que comprar el juego, solo que nos lo venden en cachos.

No es una manera de distribución mala, pero tampoco especialmente mejor. Los 250 niveles se pueden comprar de una vez, por 10 euros, cuatro menos de lo que pagaríamos si vamos accediendo a ellos de uno en uno; aunque más caro que sus anteriores entregas, me parece que tanto 10 como 14 euros es un precio razonable para un juego como este. Quizá porque no estoy tan acostumbrado como otros a tirar de tarjeta de crédito una vez que el juego está ejecutándose (y por eso digo que no me parece especialmente mejor), me habría parecido un poco más suave que me cobraran los euros que he apoquinado un poco antes, para no tener que pensar en comprar cuando debía estar pensando en disfrutar de Fullblox. Es un tipo de distribución «ya que»: ya que me lo he bajado, me lo compro; ya que estoy, voy a probar con uno de los pagos menores.

Pasado este pequeño drama irrelevante, lo que queda es un pasatiempo tan disfrutable como los anteriores; también está ahí el editor, que se desbloquea cuando compramos cualquiera de los bloques de niveles y que sigue siendo tan interesante (y tan insoportable, si no sois de crear cosas en los juegos) como los anteriores. Tendrán sus motivos para presentarlo de esta manera, imagino, y serán más válidos que cualquiera cosa que yo pueda decir; solo había pensado que, ya que estoy, merecía la pena comentar algo al respecto.