Crónica de Gamelab 2008

AnaitGames cubrió uno de los puntos de reunión de la industria del ocio interactivo digital en España.

Por Nae

Antes de que Chiconuclear os cuente lo que vivió en los últimos momentos de Gamelab, os voy a poner un poco al día de qué es Gamelab, y qué se vivió allí. Gamelab es, en origen, el departamento de la Universidad de Oviedo relacionado con el desarrollo de videojuegos. En él aún da clases el doctor Iván Fernández Lobo, y gracias a la Universidad de Oviedo podía montar saraos relacionados con la industria del videojuego. Iván es un tío a) muy cachondo, y b) bastante inquieto, y por ello también conoce a mucha industria del desarrollo, así como tiene a bien aparecer como corresponsal de otro medio en la Game Developers Conference. Como momentos más destacados, cabe decir que Iván lleva, como poco, tres o cuatro años montando el sarao de referencia de la industria del videojuego en el norte de España. En el este está la Campus Party, que también tiene su apartado desarrolladores. Algunos hitos son, por ejemplo, traer a Charles Cecil o dedicar una semana entera al aprendizaje de la industria. Este año han querido dar un paso adelante, y convertirlo en «el evento definitivo». Para eso han traído muchos ponentes (una barbaridad, diría yo) a tierras, en este caso, gijonesas, y algunos de ellos realmente famosos, como Santiago Segura, o medianamente famosos, como Luis Pérez Sala, Nacho Vigalondo, Maria Cotiello (una de las protagonistas de 13 Rosas) o Martín Bello (actor de películas como GAL o Camarón), además, dentro ya del mundo del videojuego, de gente bastante conocida como Gonzo Suárez, Enric Álvarez u Óscar del Moral, por poner varios ejemplos. El evento (definitivo o no), empezó el jueves 16 a las 8:30 para nosotros. Ahí nos plantamos Darío (el nuevo cámara —con parkinson o algo así— de AnaitGames, jeje) y yo para cubrir el sarao. Hemos hecho bastantes vídeos (algunos no aptos para gente mareable), pero YouTube se lo toma con calma para subirlos, pardiez. Primero tuvimos una presentación «institucional». Esto quiere decir que nos soltaron una chapa importante, y nos intentaron convencer que Gijón es la mejor ciudad del mundo. No está mal, diré yo. Después vino Carlos Iglesias, de Adese, y nos comentó los datos de ventas en España de videojuegos. Supongo que es la misma charla que dio a mitad de año, pero eso no quita que sea interesante para aquellos que no la vimos por primera vez. Como temas a destacar… el PC no vende ná, y este año hemos tenido tan buenas cifras porque el hardware ha vendido una verdadera barbaridad. La siguiente charla fue algo así como «cómo aprovecharse de las nuevas tendencias para ganar dinero en los videojuegos». Juan Antonio Muñoz Gallego, de Unkasoft, nos habló de Marketing Mobile; Fernando Piquer, de Bitoon, nos explicó su modelo de negocio «a lo coreano», y un chico de Akamai nos dijo las ventajas de usar los servicios de su empresa. Si tenéis dudas me las preguntáis y ya os explicaré. Más tarde nos tuvimos que dividir, porque teníamos al gran Unai Landa dando una charla sobre Kroll y el otro juego de Digital Legends, y a la vez en la sala de prensa teníamos a Gonzo, Santiago Segura y Nacho Vigalondo. La delgada línea entre el videojuego y el cine era más delgada aquí que nunca. La charla fue realmente una paja mental, con cosas como lo que mola de los videojuegos españoles es que nadie sabe que son españoles o ¿Santiago, por qué no haces videojuegos? a lo que Segura respondía Porque lo mío es hacer películas, no tengo talento para eso. Después Santiago Segura hizo unas magníficas declaraciones acerca de Torrente 3: Nos fuimos a comer, y tras pelear por el agua (como buen valenciano que soy), volvimos para ver como Marta Piedrafita nos contaba las excelencias del marketing en la Xbox. Después, el gran Óscar del Moral nos enseñó por qué XNA podía ser lo que estábamos esperando. Más tarde, vino una de las exposiciones más impresionantes del Gamelab, pero por desgracia me la perdí. Por suerte Darío estuvo allí, y me puso en la pista de ello. Álvaro Gómez, de la empresa Technobubble dio buena muestra de su dominio con los móviles de última generación, y se pudieron ver cosas como ésta: Después vino una charla que fue de lo más interesante, pero tenía que ver con el mundo del videojuego por los pelos, como quien dice. Trataba sobre redes sociales, y no digo ninguna para no darles publicidad gratuita. La charla fue realmente interesante, y el ponente fue Daniel «Coyote Dax» Casal de Arroba. Y aquí acabó nuestro primer día. Podíamos haber dicho que fuimos a la supercena con los capos… pero no fuimos. Nos quedamos viendo Gijon la nuit, que es trés belle, y a dormirla. Al día siguiente, más. La primera presentación del día versaba sobre una serie de trucos y consejos del gran Enric Álvarez para sobrevivir a un proyecto Triple A (la expresión usada era Next Gen… pero esta expresión de marketing hace tiempo que dejó de tener sentido). La charla fue realmente interesante, y creo que muchos consejos son útiles. La lástima es que a primera hora de la mañana, y después de una fiesta que pareció importante (veis, no siempre voy a los sitios a pegarme fiestas), no había mucha gente dispuesta a escucharla. Más tarde, la gente de Bullnet, el grupo inversor detrás de Arvirago y de una empresa desarrolladora de juegos para plataformas móviles de última generación afincada en Barcelona y de la que no podemos decir el nombre. La charla fue interesante, sobre todo si estás queriendo montar una empresa, aunque en ese caso te toca hacer mucho más además de encontrar inversor (esto es importante, claro está). Después vino lo mejor del día, sin duda alguna. O lo más esperado. Y lo más mutante. Había dos charlas basadas en la industria del desarrollo de videojuegos a nivel español. Se fusionaron en una. Hubo ponentes que no vinieron (por razones de peso, hay que decir), y ponentes que sin estar en el programa se acabaron sumando a la fiesta (y diría yo que casi monopolizando). En teoría iba sobre cómo el aparato político español iba a apoyar de unas u otras maneras a la industria del videojuego, y cómo ésta se iba a organizar alrededor de una nueva asociación. El tema me tocaba bastante de cerca, así que levanté la mano. El problema es que… como en cualquier mesa donde estén Hernán Castillo y Gonzo… el tema se fue de madre. Así que cuando yo lo quise reconducir-dar mi opinión al respecto, mientras me metían prisa y tal, la cosa quedó así: Después vinieron Chiconuclear y Rhythm… así que os voy a dejar que Chico también cuente algo.

Por Chiconuclear

Yo la verdad es que ni sabía que el Gamelab era este fin de semana, pero a) era una oportunidad estupenda para ver qué se cuece en éste nuestro panorama, b) iban Nae y rhythm, c) había canapés y copas gratis y d) quizá pudiera consumar mi venganza en Gijón, ciudad anfitriona del evento, y al fin retar a nuestro Cliffy G, Gonzo, a un combate de vale tudo. Sin pensármelo dos veces, le dije a Alfred que fuera calentando el batjet: nos íbamos a Asturias. Los que no hayáis estado no sabéis lo que es esa tierra. Es un lugar mágico; siempre consigue arrancarme una sonrisa estúpida (aún más) cuando estoy allí. Cuando mi batjet se posó donde buenamente pudo, rhythm estaba rondando los alrededores para recibirme. Nae estaba haciendo sus cosas de tipo importante del mundo de los videojuegos, así que tuvimos que rondar las inmediaciones del Gallery, donde eran las ponencias. Como diez o quince minutos después de llegar la gente empezó a salir con la sanísima intención de ir a comer, así que decidí que era una buena idea hacer lo mismo para coger fuerzas antes de mi combate a muerte con Gonzo y rhythm nos llevó a un italiano en el que un tipo tocó la guitarra durante un rato bastante más largo de lo que nos habría gustado; también comimos estupendamente y charlamos sobre lo bonitas que eran nuestras vidas y lo guay que es pertenecer a este mundillo tan entrañable que es el del videojuego patrio. Tras el café, copa y puro umbralesco que todo redactor de Anait debe ejecutar tras cada comida, volvimos al Gallery para asistir a las dos últimas ponencias del Gamelab. Lo cierto es que sólo fui a las dos últimas porque no sabía que el Gamelab era este fin de semana, vivo dentro de una puta cueva. Acreditándonos como periodistas de La Nueva España, entramos al salón de actos en el que esperaban Juan Carlos Gonzálvez, del Grupo Zed, y Juan Tamargo, de Pyro, para hablarnos de Zed City y otra serie de cosas en las que no entraré porque de eso se encarga Nae. Después de una hora mirando de reojo a las azafatas, terminó y decidimos que era un buen momento para ir al baño y hablar con la simpatiquísima chica que había en la puerta. Si algún día lee esto, que sepa que absolutamente todos los asistentes al Gamelab nos enamoramos de ella pero no dijimos nada porque somos una panda de raritos, inadaptados que no tenemos muy clara donde está esa delgada línea que separa echar unas partidas al Pro con los colegís y matar a tus padres con una katana. Vale la pena decir que en el baño había un cuadro que representaba una felación homosexual explícitamente, asunto en el que no ahondaré por miedo a despertar a los fantasmas del pasado. Tras esto, Antonio Segovia de Zinkia y Roberto López-Yeste de Sony vinieron a hablarnos de PlayChapas. La ponencia fue la hostia porque salió Carme Chaparro en un vídeo y porque el juego parece ser divertido, pero que me aspen si es una buena estrategia empezar diciendo que tu consola vende menos y va peor que la de la competencia. Cuando terminó, nos indicaron que el siguiente paso era ir al casino a la entrega de premios y (aquí viene lo bueno) que habría canapés para todos. CANAPÉS PARA TODOS. Tras un buen rato dando vueltas, yendo aquí, allá, arriba y abajo, llegamos a la sala donde se proyectaba Hobby, el documental de Ciro Altabás sobre la salida de la Wii en Japón o sobre una invasión alienígena en Móstoles o Dios sabe sobre qué trataba, era todo muy confuso, con stormtroopers y gente que repetía una y otra vez las peleas de los Episodios I y III y cosas por el estilo. Yo ya estaba que no podía conmigo mismo, sintiendo la insoportable cercanía de los canapés y sabiendo que aún quedaba un rato para poder echarles la zarpa, pero por suerte puedo hacer uso de la elipsis y llegar al momento que nos interesa sin haceros partícipes del TEDIO que sentimos al estar media hora o más esperando a que nos dejaran pasar: la entrega de premios. La intención era buena. El sitio era chulo, las camareras simpáticas, los sofás cómodos. Seguro que Martín Bello tiene la hostia de chispa. (Poner nombre) estaba guapísima. Pero no lo hicieron bien: leyeron todo, absolutamente todo, incluso los intentos de parecer naturales estaban en el guión. Y así, entre ponerme las manos en la cara al ver a Martín Bello trabándose al hablar y gritar a Diego, enviado especial de Meristation, que el premio que recibieron nos pertenecía, entre bromas y risas, entre pitos y flautas, etc., se pasó la gala e Iván Fernández Lobo nos contó que cuando los canapés se terminaran la fiesta seguiría en otro sitio y que iríamos a tope toda la noche como auténticas estrellas del rock. Los canapés consistieron básicamente en lomo, chorizo y queso representando la tradición española y brochetas de gamba y pollo y croquetas de jamón ibérico como puntos fuertes de la noche. También había otras cosas pero esto es una página de videojuegos, no sé si lo recordáis, no hemos venido aquí a hablar de canapés. De cualquier forma, a posteriori me encargué de felicitar a los responsables de todo eso por las estupendas croquetas. Y puede decirse que eso fue todo. Hasta aquí puedo escribir. Luego, cuando el alcohol ya estaba haciendo mella en los asistentes, los bailes se iban volviendo más frecuentes y exagerados y las lenguas se iban soltando, logré interceptar a algunos pesos pesados de la industria y preguntarles cosas como cuándo se dejarán de hacer juegos malos en este país o cómo es que hemos pasado de hacer Blade a hacer Imagina Ser Veterinaria. Me enteré de proyectos secretos, sonsaqué exclusivas off the record, grité a un guitarrista argentino y conquisté los corazones de las estupendas muchachas de Asturias haciéndome pasar por sobrino de Andreu Buenafuente, director de Xtreme y redactor de AnaitGames, entre otras cosas. Es lo bueno de este tipo de eventos: que fomentan la unión entre los miembros de la industria, se forjan relaciones que llevan a establecer proyectos interesantes, sirven de plataforma para el nacimiento de buenas ideas, nos ayuda a darnos cuenta de que somos algo, de que tenemos potencial suficiente y de que la unión hace la fuerza. Eso y las copas gratis, las copas también son buenas.