Bring the noise

GTA: San Andreas me enseñó a morir

GTA: San Andreas me enseñó a morir

En 1993, California consiguió el vergonzoso récord de ser el estado con mayor número de asesinatos de toda Norteamérica. Según datos oficiales del Departamento de Justicia, 4.096 almas llamaron a las puertas del cielo el mismo año en el que Snoop Dog debutó con Doggystyle. Su primer single, Who am I (What’s my name) atronaba desde las radios de los coches y era el himno marcial propagado por los ghettoblasters en todas las canchas de baloncesto de Compton:

El señor 187 [asesinato] a un puto poli,
tic toc sin una glock, sólo huevos y polla,
robando a hijos de puta y matando a sus chochos,
atravieso la niebla y me arrastro entre la contaminación,
porque soy Snoop doggy, doggy, doggy Dog

En los 90 la vida valía muy poco en la ciudad de los Ángeles. Especialmente la vida de los negros y los latinos. El distrito de South Central era una olla a presión calentada lentamente por las elevadas tasas de paro, pobreza y marginación. Las bandas se multiplicaban como bacterias en una herida purulenta; una herida imposible de cerrar porque a nadie en Estados Unidos le importaba un carajo que un puñado de ciudadanos de segunda se matasen a tiros en sus propios agujeros de miseria.

Ahora imaginemos que todo esto es el típico flashback de una película noventera, y avancemos una década en el tiempo. En 2004 habían cambiado algunas cosas. Se empezaba a frenar la sangría provocada por las bandas, aunque todavía quedaba mucho camino por recorrer. La cultura gangsta ya había sido asimilada por el mainstream musical. Y el cine, tras cintas muy crudas como Boyz in the Hood y South Central, se atrevía a parodiar aquellos sucesos terribles en comedias de sal gruesa como Friday. Pero todavía faltaba una industria cultural, la más cercana a la juventud de los 2000, que no se había atrevido a tocar el tabú: los videojuegos.

* * *

Todo esto que acabo de relatar, yo lo ignoraba en 2004. Al menos en su mayor parte. Mi experiencia con el hip-hop se limitaba a dar botes en un antro nu metalero cuando sonaba Insane in the brain y a chocar los cinco como el Príncipe de Bel-Air. Cuando Rockstar lanzó Grand Theft Auto San Andreas —hace ahora diez años exactos— fue, si soy sincero, una decepción. 

Sí, había visto Colors y Boyz in the Hood, pero no me atraía especialmente la idea de sumergirme en el universo homie durante tropecientas horas. Vice City era uno de mis juegos preferidos porque Scarface es una de mis películas preferidas. GTA III molaba porque podías meterte en la piel de un sucedáneo de Ray Liotta en Goodfellas. Pero, ¿el tal Carl Johnson? ¿un corner kid desconocido al lado de Tony Montana y Henry Hill? Por favor.

Y sin embargo, San Andreas se convirtió en mi GTA preferido. Todavía hoy pienso que es el mejor GTA de todos. Los buenos juegos repiten mecánicas y lo hacen bien, pero los juegos excelentes te enseñan a jugar de una forma que no conocías. Y a mí, San Andreas me enseñó a morir.

GTA: San Andreas me enseñó a morir

Hasta ese momento, los juegos nos tenían acostumbrados al salvado manual y a progresar linealmente. Yo avanzaba evitando todo riesgo posible; era un conservador, un maldito cagueta. En Vice City, antes de empezar una misión compraba armas, chaleco antibalas y toda la munición posible; entonces me iba al Hotel Ocean View y salvaba. Si moría, volvía a cargar para no tener que gastarme el dinero otra vez. 

Pero San Andreas introdujo una mecánica extraña por aquel entonces en un sandbox: la mejora de habilidades. Cuanto más conducías, más subía la barra de conducción y mejor se controlaba el coche; cuando más disparabas, mejor puntería tenía CJ. Al principio odié profundamente este sistema —no estaba solo, fue uno de los elementos más criticados— pero gracias a él empecé a perder el miedo a morir tontamente. Porque si cargaba partida, lo que hacía era volver atrás, perder el progreso. Pero si me dedicaba a conducir a lo loco, disparar a lo loco y experimentar a lo loco daba igual que me cosieran a tiros; volvía a aparecer en el hospital con mis habilidades reforzadas. Empecé a no preocuparme por el dinero y a dejar fluir el juego.

Y ahí es cuando me fue revelada la verdadera esencia de un GTA como si el mismísimo Dan Houser saliera de la pantalla y me besara en la frente: La PandilocuraTM. Daba igual coger una moto y tirarse colina abajo para acabar empotrado en un camión; robar un jet y lanzarse a hacer piruetas por el desierto para acabar derribado por un misil por haber violado el espacio aéreo de una base militar. No sólo no importaba, sino que el juego te premiaba por hacerlo.

GTA: San Andreas me enseñó a morirEl sistema de experiencia no es lo único que contribuye a la experimentación loca en San Andreas. La personalidad de las localizaciones y las casi inagotables actividades secundarias invitan a perderse durante horas sin tocar la historia principal. Las palabras más repetidas en las reviews de la época son “grande”, “gigantesco”, “inabarcable”. Todavía hoy, el mapeado donde se ubican las ciudades de Los Santos, San Fierro, Las Venturas, y todo el espacio que las rodea —incluidos pueblos de mala muerte donde parece que en cualquier momento vaya a aparecer John Rambo con su petate— sigue pareciendo una salvajada. 

Para amenizar los viajes de una ciudad a otra, la selección musical está llena de joyas noventeras del hip-hop (Public Enemy, Dr. Dre, NWA) del rock (Guns n’ Roses, Rage Against The Machine, Alice in Chains) e incluso perlas country: nunca olvidaré mi escapada hacia San Fierro en la hippie-van de The Truth mientras escuchábamos a Hank Williams soltando estribillos de franela y carbón. Dan Houser se emocionó tanto con los viajes que quería hacer las autopistas mucho más extensas, y propiciar road trips larguísimos en los que el jugador tuviera que parar a repostar gasolina. “Gracias a dios, no se dejaron llevar por mi idiotez” reconoce el propio Houser en esta entrevista a Edge. En lo que sí le hiceron caso fue en la personalización del personaje para que cada jugador estableciese un vínculo muy fuerte con “su” CJ. Pusieron a nuestra disposición, por primera vez, la posibilidad de elegir peinados, tatuajes, ropa de distintas marcas, incluso el nivel de músculo y grasa corporal.

No contento con enseñarte a manejar los conceptos psicológicos de deseo y pérdida, el juego te da otra bofetada freudiana: te obliga a expandir tu territorio en Los Santos, a sentirte cómodo con el sistema de lucha de bandas —otra novedad— y entonces —spoiler de la primera mitad del juego— te despoja de todo: familia, amigos, hogar y armas. Te deja tirado en mitad de la nada, en un punto ignoto del mapa. Éste es un recurso que luego Rockstar ha repetido en títulos posteriores, pero la primera vez que un videojuego te hace eso, te quedas de una pieza. Se que muchos no aprecian la historia de San Andreas y probablemente, si la jugara hoy de nuevas, no me parecería para tanto. Pero ese momento es un toque genuino de maestría; es la primera vez que el juego te comunica: “Esto no es sólo una historia del gueto, es una odisea criminal mucho más grande”.

La vida de CJ en Los Santos vale menos que la de sus homólogos reales de Los Ángeles, porque lo que importa es su viaje, desde las calles pringosas de Tanton a los casinos lujosos de Las Venturas. No era un juego perfecto, tenía sus fallos y frustraciones que hoy resultan más difíciles de tragar, pero supuso la consolidación de la fórmula Rockstar, que ha seguido dominando en el barrio del sandbox durante estos últimos diez años. Cimentó esa forma de entender el entretenimiento interactivo no sólo como una serie de retos, sino como un escenario en el que nos apetece quedarnos a vivir. Y consiguió que un blanquito ignorante como yo se metiera en la piel de un boy in the hood. Por eso hoy, mientras escribo estas líneas, en mi estéreo suena Public Enemy a todo trapo. Bring the noise!

GTA: San Andreas me enseñó a morir

Usuario
  1. sigur rós mallorca

    Gran texto. Y encima soy de los que hace un año compró la edición de PS2, y justamente he dejado de jugarlo por frustación a esa maldita fase del nerd Zero. He leído que pasa a mucha gente, que el stick es una mierda y es más sencillo jugarlo a PC por el ratón.

    A ver si un día me pongo y me lo paso, que no he visto todo el mapeado y demás.

  2. Jose_Strife

    Enorme el texto, a mi me encantó el juego pero tuve que dejarlo porque al infiltrarme en cierta mansión maté a cierto personaje y al final del juego una misión se me bugeaba (o como queráis decirlo) porque el personaje estaba muerto y me daba «Misión Fallida» por eso.

    La mayor frustración en mi vida de jugador.

  3. landman

    No se si San Andreas me enseñó a morir, pero el mismo sistema me enseñó a empezar el juego de nuevo y no pasármelo nunca en el primer Dead Rising lol

    Y… a qué hora estará ese port en 360?? curiosidad tengo de ver si hay mejoras, ni que sea tempos de carga/pop y distancia de visionado…. que nunca consigo configurar el mando en PC xD

  4. Minsc

    MARDITO!!! Ahora NECESITO volver a pasármelo y no tengo tiempo!

  5. octopus phallus

    Ohh barracuda!
    Creo que es el único juego al que he jugado una segunda vez de corrido, sólo para pasármelo sin trucos, así que en cierta medida me identifico con lo de aprender a morir 😛

  6. Ryszard

    Muy grande este artículo. Esta colaboración entre Scanliner y Eurogamer/Anait es lo mejor que ha pasado últimamente por aquí.

    El texto me ha puesto la carne de gallina al recordar tantos momentos con tan magnífico juego. No soy un nostálgico, pero en muchos aspectos creo que Rockstar no se ha superado. Al menos, el impacto que me causó a mí en 2004 ver un juego tan jodidamente grande en todos sus aspectos no me ha vuelto a pasar.

    Muy cierto es las fases de Zero… yo lo jugué siempre en PC, y aún así era horrible. Pasármelo… no sé cuántas veces sería. La realidad es que la mayoría de las horas que yo jugaba era «por jugar» (algo que sólo me ha vuelto a pasar en el RDR), hacer el mal, montarte tus historietas… Además, en PC con mods daba algo más de juego en ese sentido.

    Creo que en cada uno de los 5 años que he estado compartiendo piso de estudiantes (hasta el año pasado), mis dos compañeros y yo lo hemos instalado cada año y hemos jugado muy fuerte durante una temporada. También tengo grandes recuerdo de esto, los tres con los portátiles jugando en el sofá con la TV de fondo, una de esas noches que no hay nada que hacer o gente para salir. Es un poco como los primeros Pokémon, siempre acabas volviendo a ellos.

    Estaba dudando muy mucho si comprarme esa versión revisada que ha de salir hoy para 360, pero con este texto creo que me has ayudado a decidir.

  7. Brian

    Es de esos juegos que se hacen paso a puñetazos hasta tu corazón y se incrustan ahí, descaradamente. La ingente cantidad de horas que le he echado encima -y sin existir el online hoyga!- es digno de que me hagan un estudio psicológico, porque no es normal que se le saque tanto jugo.

    No agradecería mas que una reedición hecha desde cero para la nueva generación y con mas cosas implementadas.

  8. chicabits

    Sólo por el título merecéis un 10. Gracias por hacerme rememorar el mejor juego de PS2. Long live San Andreas.

  9. Bulba

    Holy crap…Increible texto para el mejor GTA. Yo al ser jipjopero me pareció lo mejor que habia pasado en el mundo.

    Mención especial al cantante de Happy Mondays haciendo de drogata.

    HOMIE FOR L1F3.

  10. Galth0r

    A mi me encantó el San Andreas no se por que a tanta gente no le gustó.
    Scanliner, contrato fijo en anait ya!

  11. METALMAN

    Curioso, porque yo lo viví de una forma muy similar, inclusive al inicio pensaba: No quiero participar en una historia de bandas barriobajeras…quiero que vuelva la clase y el estilo de Vice City…

    Por supuesto, terminé de la misma forma, manifestando amor incondicional al que puede considerarse como el mejor sandbox de todos los tiempos, junto a Redemption, claro.

    No es bueno, tampoco es sensacional y mucho menos excelente: Es un texto insuperable. Mis felicitaciones, señor @jetsetwillyiv .

  12. Bulba

    Joder, vale menos de 4€. Por ese precio vale la pena comprarselo de nuevo.

  13. Oldsnake

    Yo no lo jugué en su día, pero a ese precio ya lo estoy descargando!

  14. Bolacha

    Lo puto mejor que se ha parido!!! Quizá no es para tanto pero este articulo me ha traído tan buenos recuerdos!

    JUEGAZO.

  15. Tigrolvo

    Debería poderse votar positivo a los artículos.

    La de recuerdos que me ha traído, mi GTA favorito.

  16. Ezquerro

    Grandísimo texto. Creo que no disfrutaré ningún GTA al nivel que disfruté este (a pesar de que me costó 6 meses conseguir pasarme la misioncita del avión de Zero).
    GROVE STREET 4 LIFE

    Al ser de la era pre-Youtube, tenía una partida guardada justo antes de la misión con la secuencia en la que te encuentras con Tenpenny y Pulaski en el diner y Samuel L. Jackson le dice a CJ la mejor frase del juego:
    We could shit on you from such a height, you’ll think God himself has crapped on you.

  17. Oldsnake

    Duda, la ficha dice Xbox 360, PS2, perosegún yo también salió en el Xbox original o no? (y bueno PC)

  18. V0id

    Para mí no ha habido un GTA igual. Yo soy de los que sí que disfrutaron de aparecer en un barrio de mierda mangándote una bici para poder ir por ahí. Es más, tardé muchos meses en terminar el juego porque el mundo de Las Venturas no atraía me tanto. Sentía que ese no era mi lugar. En cuanto lo terminé apenas volví a pisar por allí. De vuelta al barrio.

  19. Nirvana123

    Volví a jugarlo hace ahora un año en steam después de no haberlo tocado desde los tiempos de PS2 y, hechas las pertinentes concesiones, me lo pasé como un enano.
    El barrio, OG loc, César, The Truth, el propio Carl… es la leche que consiguieran mezclar la pandilocura con unos personajes/lugares tan potentes y que transmiten tanto.

    @v0id
    Me pasó lo mismo, homie.

  20. FlamencoBusiness

    Lo mejor que se ha escrito en anait de hace tiempo

  21. Toddy

    Primeramente, por si a alguien se le olvida o todavía tiene dudas:

    GTA: San Andreas >>>>>>> GTA IV.

    Segundo, ESTIMULANTE TEXTO. Procuraré seguirle más @jetsetwillyiv

    Tercero: Unicamente matizar que el llenarse de «musculitos» llendo al gimnasio y comiendo lo justo no era un factor meramente estético; sino que que influía en las HOSTIAS, resistencia, y velocidad; tenías más posibilidades en una guerra de bandas siendo un chuacheneguer que siendo un tirillas o un puto gordo.

    P.D: :bravo:

  22. goth_yagamy

    ALL WE HAD TO DO WAS FOLLOW THE DAMN TRAIN, CJ

  23. El_Sr_Gris

    ¡Y consiguió ser el mejor GTA A PESAR de no tener Radio Espantoso!

    Bravo, @jetsetwillyiv, bravo, joder.

    EDIT: Por cierto, esto es bastante revelador:

  24. Duke_07

    Qué pedazo de texto 🙂 Asín sí

  25. anderborak

    @ezquerro_ dijo:
    Grandísimo texto. Creo que no disfrutaré ningún GTA al nivel que disfruté este (a pesar de que me costó 6 meses conseguir pasarme la misioncita del avión de Zero).
    GROVE STREET 4 LIFE

    Zero es lo peor, a mi la misión que más me costó fue la de coger la metralleta de encima de la tienda y disparar a los aviones teledirigidos. Me costó tanto que hice el truco de reventar todos los vehículos (funcionaba también en este caso) luego me sentí tan mal que empecé el juego de nuevo y me lo pasé entero sin ningún truco. 8)