El trozo de pizza de Pac-Man, las monedas de 100 yenes de Space Invaders y E.T como peor juego ever… ¡BINGO!
High Score es un torrente de clichés. Desde su primer capítulo, esta serie documental sobre la historia de los videojuegos producida por Netflix los va soltando uno tras otro. A lo largo de seis episodios de alrededor de 50 minutos, no falta casi ninguna de esas anécdotas de barra de bar sobre las que se ha construido esa historia del medio interactivo con enfoque made in USA y señores japoneses muy creativos. Este es el principal temor que las personas aficionadas al estudio de los orígenes del videojuego tienen cada vez que se anuncia una producción de estas características y, aun así, a pesar de caer en tópicos y de navegar sobre lugares comunes, merece la pena sumergirse en la propuesta de la realizadora France Costrel.
Uno de los motivos por los que High Score lleva semanas haciendo ruido es el hecho de que Netflix forme parte de todo el tinglado. Cada vez más las grandes productoras están mostrando un mayor interés por el mundo del videojuego, y esto es algo que no tan solo se traduce en una mayor visibilidad, sino en la posibilidad de hacer algo grande, con presupuesto, valores de producción y un acabado con el que pocas veces se ha podido contar la historia de Bushnell, Iwatani y demás sospechosos habituales. En este sentido, la serie estrenada esta misma semana cumple con aquello que promete; en lo puramente formal es el documental más ambicioso que un servidor recuerda sobre esta temática.
Porque sí, ver a Akira Nishitani, el diseñador de Street Fighter II, tomándose un respiro en un baño público japonés cual Edmond Honda es un espectáculo. Como también lo es ver a Richard Garriott interpretando a Lord British mientras juega una partida de rol; o a Tomohiro Nishikado pasando las páginas del GDD de Space Invaders; o el gaming setup seguero que Tom Kalinske tiene montado el comedor de su casa. Podría seguir. Son imágenes que, más allá de todos los clichés del mundo, aquellas personas que amen la historia del videojuego sabrán apreciar, porque, en el fondo, son más una celebración que un intento de plasmar los orígenes del décimo arte de la manera más fidedigna posible.
High Score no resume la historia del videojuego, la sobrevuela. Su contenido apenas llega a rascar la superficie y además está sustentado por el tan manido punto de vista norteamericano; y, sin embargo, en su aproximación a esta temática consigue posicionarse, presentar fuentes originales y, lo más importante, elaborar un discurso propio. Aparte de hablar con las estrellas de siempre, Costrel también da voz a figuras no tan habituales pero cuyos testimonios merecen ser escuchados. Es el caso de Gail Tilden, una de las mayores responsables de marketing de Nintendo America durante los 80 y cuyo trabajo ha quedado en la sombra. También hace justicia a la importante pero poco conocida contribución de Jerry Lawson, el ingeniero afroamericano responsable de la primera consola con cartuchos. El documental subraya su origen en un intento de reflejar la falta de diversidad racial dentro de la industria del videojuego. Como también lo hace cuando pone el foco en la diversidad LGBTQ y nos habla de desarrolladores como Ryan Best, el creador del juego de rol GayBlade; o Gordon Bellamy, el máximo artífice en la inclusión de jugadores afroamericanos en Madden.
Más allá de la tremenda calidad de sus imágenes, High Score destaca por sus historias olvidadas. Esa es la mayor contribución de esta serie documental dirigida a todos los públicos y cuyo enfoque pretende encontrar el equilibrio entre la divulgación y el entretenimiento. Su mayor lastre es, como decía al principio, apoyarse demasiado en clichés, pero lo que de verdad rebaja la calidad general de la obra es su limitada visión respecto a todo lo que pasaba fuera de Estados Unidos. El documental obvia por completo las particularidades de la historia del videojuego en Europa, América Latina, Rusia y otras regiones donde esta industria también tuvo mucha importancia.
Durante muchos años las crónicas canónicas del videojuego eran las que recogían su historia en Estados Unidos y, aunque esto ya hace tiempo que está cambiando, con libros como el estupendo Replay (2010) de Tristan Donovan, parece que todavía quede algo de esa visión monolítica. Por otro lado, también es verdad que no me imagino algo tan complicado como intentar resumir la historia de este medio es seis únicos episodios. Es un reto muy difícil, y más teniendo en cuenta las exigencias de esos gamers de carnet que a todo le ponen pegas y que todo lo harían mejor. Yo mismo podría ponerme un poco puntilloso por algunos errores provocados por la excesiva simplificación, o preguntarme por qué no se menciona a figuras clave como Ralph Baer o Gunpei Yokoi, pero, sinceramente, prefiero centrarme en lo que hay y no en lo que echo de menos.
Hace años tuve la oportunidad de trabajar preparando reportajes sobre videojuegos para un programa de TV3. Recuerdo que preparando una pieza sobre la historia de Tetris me indicaron que no podía utilizar ninguna imagen con derechos de autor. En aquella época YouTube acababa de empezar y no disponíamos de los recursos que tenemos en la actualidad. Estuve días dándole vueltas a cómo ilustrar con imágenes la historia de Alexey Pajitnov y su juego creado en plena U.R.S.S. y me costó horrores plantear ese vídeo. Recuerdo que para documentarme había visto un maravilloso documental de la BBC y me daba rabia no poder usar sus imágenes. Lo que quiero explicar con esta experiencia personal es que hacer un documental para televisión no es tan fácil como muchos creen. Conseguir cada imagen requiere de esfuerzo, planificación y, a veces, suerte. En High Score han dispuesto de muchos recursos, pero igualmente las imágenes siguen mandando y, si no tienes imagen para ilustrar aquello que quieres explicar, probablemente no lo incluyas. En este sentido, prefiero alinearme con todo lo bueno que ha conseguido France Costrel y su equipo.
Si me preguntáis si merece la pena ver High Score, os diría que sin duda alguna. Antes remarcaba su valor de celebración, el espectáculo y la alegría de sus imágenes, su discurso sobre la diversidad o su voluntad a la hora de ofrecer algo propio con la aparición de figuras olvidadas. Evidentemente, hay aspectos que podrían haberse trabajado mejor. Además de todos los citados en esta reseña, su guion quizá podría enlazar mejor los temas, o su intento reflejar la cultura del videojuego podría ir más allá de las competiciones… A pesar de ello, en general, el visionado se me ha hecho agradable y ameno. ¿Consigue su objetivo de explicar la historia del videojuego al gran público? No estoy seguro, pero sabe entretener y fascinar. Es un documental que nos deja momentos tan memorables como esa anécdota de Miyamoto fumando sin parar y hablando de árboles, mientras los pobres Dylan Cuthbert y Giles Goddard programaban Star Fox. Al final, es puro espectáculo.
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Justo la empecé el otro día pero la deje al poco rato del primer capítulo por lo que comentas, me dio la sensación de ser algo superficial su acercamiento y no diferir mucho de lo se ha visto en otros documentales. Pero después de leer el artículos creo que voy a darle otra oportunidad.
Pues leyendo la crónica se confirma lo que ya sabía desde que vi el trailer: que el documental es una puta mierda como el 95% de los que se hacen hoy.
Sale un entrevistado sobre fondo neutro y encuadre perfecto – dice algo grandilocuente o una anecdota con mucho énfasis (más de dos frases no que se aburren los niños) – cambio a imagenes recurso con música fuerte – el narrador te explica un suceso que lo cambió todo para siempre (y de los cuales hay unos veinte por episodio)… and so on.
Discovery ha hecho mucho daño.
@gordobellavista
Que bien has resumido los documentales actuales.
La tipografía del título cuesta de leer bastante
Creo que la serie es muy representativa de lo que es Netflix: muchos recursos para pillar buenos nombres y valores de producción, una cuota de tokenism forzado para ponerse la medalla de la representacion y por lo demás un contenido fofo y no muy destacable.
Lo que más me ha gustado es ver a grandes leyendas del sector contando su historia. Nishitani (comprad su último juego, Fighting EX Layer) y Akiman, Richard Garriott, Nishikado, Trip Hawkins, Ken y Roberta Williams, etc.
De hecho, me ha gustado especialmente que por fin se acuerde de Roberta Williams al hablar de la historia de los videojuegos y sus mujeres importantes. Al igual que ella con las aventuras gráficas, hay muchas otras que han tenido un papel muy importante en la historia de los videojuegos, y en documentales como este pienso que se hace un trabajo horrible al incluir a mujeres random por rellenar cuota (al menos esta vez no han hecho lo típico de meter una indie actual que no ha hecho nada destacable), cuando en su lugar podrían haber hablado de figuras históricas.
Aunque bueno, podían haberlo hecho peor, como con la representación del colectivo LGBT que ha sido digna de Santiago Abascal, con el juego desconocido de ladillas y tal. No sé si esto ha sido por pereza de investigar un mínimo sobre importantes o pioneros desarrolladores LGBT o juegos con personajes LGBT, o si han preferido meter a amiguetes de alguien, o si han hecho esto a modo de protesta por verse forzados a meter cuota. A nivel propagandístico, lo que están haciendo es vender estos colectivos como algo inferior al destacar a una mujer por la maquetación de una revista publicitaria en USA o a un gay que hizo un juego que nadie conoce. En lugar de eso deberían poner a figuras históricas de estos colectivos que tuvieron un papel importante en el sector. En este aspecto, aunque pueda ser un detalle ha sido un buen añadido por ejemplo Roberta Williams por su papel en Sierra o el tio que hizo que en Madden (durante décadas un mastodonte de ventas en USA, equivalente al FIFA aquí) hubiesen negros.
Creo que han patinado también con lo de «olvidarse» de la primera consola con cartuchos: la Magnavox Odyssey, quizás porque su autor Ralph Baer tenía la piel demasiado clara.
Por otro lado, me parece vergonzoso el tema de los yankees incapaces de ver más allá de su ombligo. Para ellos la historia del videojuego es la historia del videojuego en USA. Chatos, basta ya de hablar del crash el 83, que eso nunca existió. A un par de empresas grandes estadounidenses les fue mal, si. Pero a muchísimas otras les fue muy bien y esos años hubieron muchos grandes éxitos y lanzamientos históricos.
Por mencionar algunos, en el 83 o el 84 los recreativos vieron lanzamientos de clásicos como Track & Field, Karate Champ, Kung-Fu Master, Mario Bros, Elevator Action, Dragon’s Lair, Punch-Out!!, Gyruss, Mappy, Tapper, Paperboy o los primeros videojuegos de Capcom, como p.e. 1942. En el 83 salieron mas clásicos que este último año.
En el 83 salió la Famicom y el MSX, y el año anterior acababa de salir el ZX Spectrum y Commodore 64. Al año siguiente salió el Amstrad CPC, y en el 85 el Commodore Amiga o la Sega Mark III (Sega Master System japonesa), y en aquellos años en Japón los ordenas populares eran los PC88, que recibieron grandes juegos y ports. Pero claro, como muchos de esos sistemas o no llegaron a USA o allí fueron muy secundarios, por lo que para hablar de su historia de los videojuegos no cuentan.
Luego está el toma «World Championships» (este rant no es solo del documental, lo es de muchos estadounidenses en general), que ellos tienen la manía de llamar a su torneo nacional como por ejemplo hacen en el baseball o el futbol americano. No contentos con referirse a su país como «América» (como si no lo fuesen también el resto de países del continente), con los torneos usan «world championships», «world finals» o «world champion» a un torneo o competición donde solo compite gente de su país. Señores, no lo llamen Nintendo World Championships si solo es de EEUU.
En fin, que ha tenido cosas chulas y siempre hace gracia ver cosas de videojocs en sitios masivos como Netflix y más cuando se hacen con dinero, pero ojalá las hiciesen con un poco más de rigor y se acordasen del resto de regiones del mundo. Los pioneros europeos y más tarde los grandes éxitos europeos en 8 y 16 bits, los videojuegos de la unión soviética, Tectoy liándola parda en Brasil, la «arcadeología»… hay montones de temas muy interesantes en la historia de los videojuegos que lamentablemente no se tocan en estos productos demasiado centrados en USA.
@yurinka
Gracias por el comentario. Lo que explicas sobre que Magnavox Odyssey tenía cartuchos no es cierto. Lo del color de la piel de Ralph Baer lo veo fuera de lugar.
@albertgarlo
La Odyssey tenía juegos intercambiables (algunos te los daban con la consola, otros se vendían aparte) en un formato que es una placa PCB con la información del juego, recubierta con un plástico que se enchufa en la consola para usarse, funcionando al momento en lugar de tardar en cargar el juego como cuando se haía al cargar en otras plataformas que usaban cinta o disco:
https://static.giantbomb.com/uploads/original/33/337927/2914277-magnavox%20cartriges.jpg
¿No viene a ser eso la definición de un cartucho? ¿Por qué no son cartuchos los juegos de Odyssey? ¿Por que no hablar de la primera consola en el documental?
De todas formas, acabo de ver por ahí que esto es la primera temporada, y que si funciona quizás hacen más, por lo que si hay suerte pueden hablar de temas importantes de la época que se han dejado.
@yurinka
Esas placas a las que te refieres (y que también muestras en la imagen) no llevaban la información del juego como dices. Simplemente eran unas tarjetas con un circuito impreso. Una vez las insertabas en la consola hacían de puente para conectar o desconectar las vías del circuito electrónico de la máquina y mostrar una variante del juego principal. En otras palabras, no tenían ninguna información almacenada como sí pasa en un cartucho, una cinta o un disco.
Aunque en apariencia te puedan recordar a cartuchos, no lo eran.
@albertgarlo
He estado buscando más info y por lo que leo a estos juegos se les llama tarjeta y no cartucho porque, pese a ser ambos casos placas de circuito impreso metidas en un plástico, en este caso de una «tarjeta» están programados usando las puertas lógicas del circuito impreso en si en lugar de estar guardados en en una memoria como hacen los «cartuchos» -ROM en los primeros, flash en los más modernos-, la cual como sabemos viene a ser la parte principal de su placa (recordemos que algunos llevaban cosas extra tipo algún chip adicional o como una pila y RAM o EEPROM para guardar partida etc).
Cambiando un poco de me ha dado por mirar videos para ver cosmo eran sus juegos (pensaba que venían a ser las típicas variantes de deportes/pong de estas consolas viejunas) y me ha sorprendido ver que esta consola tenía una light gun, algo que desconocía, y lo jodido es que uno de sus juegos me recuerda bastante al Outlaws Reloaded de Amstrad, uno que tenía yo. xDD https://www.youtube.com/watch?v=7uZTvp7YUiQ
Por otro lado me ha sorprendido que tiene uno de carreras que se llama Wipeout ¡true next gen! xDD y la variedad de géneros que no me esperaba ya que hacen cosas para el multijugador muy ocurrentes por ejemplo usando cartas además de las hojas esas con dibujos que se enganchaban en la pantalla, o incluso cosas para jugar a la ruleta:
https://www.youtube.com/watch?v=GVgpA_jTHQc
@yurinka…. “….de lo que es Netflix: muchos recursos para pillar buenos nombres y valores de producción, una cuota de tokenism forzado para ponerse la medalla de la representacion y por lo demás un contenido fofo y no muy destacable”
Gamepass “ el Netflix de los videojuegos” 😉
@fin
Bien visto xD
Que conste que eso no significa que la peña no lo disfrute, yo por ejemplo me lo paso pipa con mucha cosa de Netflix, por ejemplo aunque no tengo coche ni me van especialmente, me encantan los realities esos en los que tunean coches chungos haciendo cosas super chulas.
Superficial y con algunos errores graves,
High Score Errors
Esta bien tirando a regular por todo lo que comentas que falta de contenido en el documental.
Espero que tenga una segunda tanda de episodios y puedan tratar temas que han ignorado completamente y amplíen el marco de actuación y no se quede solo en Reino Unido, EE.UU. y Japón.
Y ya en una tercera podrían dar un vistazo desde la PSX hasta hoy.
Manolete.gif, el documental.
El yankiplaining exagerado que parece supurar por todos sus poros me la han acabado de desvender. Qué hartazgo de país.
Me da pena por el programador de E.T el videojuego que tiene el extigma de peor juego y tal,lo que hizo ese señor en semanas fue algo significativo en la programación por el poco tiempo que tuvo,Crunch en estado puro y el solo encima,flipas
Me acabo de tragar el primer episodio y tengo que venir a rectificar. La serie está lejos de gustarme, desde luego, pero tampoco es «una puta mierda». Me pasé un poco/bastante.
@gordobellavista
Pues la verdad es que también vengo de ver el primero y venía a darte la razón xD Ni me lo he podido acabar. Supongo que para el usuario medio de Netflix es algo gracioso con lo que alimentar la curiosidad, pero para los que estamos en el mundillo y entendemos del tema es un mierdón de proporciones bíblicas. Debe pasar exactamente lo mismo con otros tantos documentales de Netflix.
Yo diría que si alguien aquí tenía pensado verse esto que se vayan al canal de «Did you know gaming?» y se dejen de tontadas.
@darkmeister
Si vamos a por documentales tal cual, Gaming Historian estaría mejor.
Puedo entender no mirar lo suficiente a todos los países, pero un documental de videojuegos que no haga bastante hincapié en Japón, principal motor creativo de la industria durante muchos años, no tiene sentido.
Algo tan influyente como la NES y sus ports o la propia identidad de SEGA y el por qué de muchas de sus decisiones no pueden entenderse bien sin conocerse cómo funcionaba el cotarro por ahí.
Que tampoco lo he visto y me guío por la review, no sé hasta qué punto llegue a profundizar cuando entrevistan a japoneses.
@cleses
Sí que hace ese hincapié. El documental empieza con Nishikado y su Space Invaders, de hecho.
Gracias por la recomendación. ¿Donde puedo encontrar ese Gaming Historian?
@gordobellavista
En Youtube, como Did You Know Gaming
https://www.youtube.com/user/mcfrosticles
A partir del episodio de Tetris sube el nivel de producción.
Le faltará contenido pero no es una serie documental para gente como nosotros sino para aquellos que ven los videojuegos desde la barrera y tiene cierto interés por ellos.
La serie no está mal. Utiliza el mismo formato que «The Toys That Made Us» y se hace agradable de ver.
Yo le doy un 7 amarillo.
Otro ejemplo de que en la comunidad gamer somos gilipollas profundos.
En lugar de alegrarnos porque creen contenidos interesantes que podemos compartir con amigos y familiares y que les acerquen a nuestra afición y nos puedan conocer mejor; solo leo críticas con muy poco fundamento de gente que ni siquiera lo ha visto. Por supuesto que podría haberse hecho de otra forma, pero como yo lo veo este documental puede abrir camino a contenido de este tipo, yo solo puedo alegrarme de que exista y el primer ejemplo de lo que digo es el genial crítica de @albertgarlo .
@el_adri2020
THIS.
@orlando_furioso
Lo mismo no, tu lo has dicho mucho mejor!
Supongo que estará más orientado para las personas que tienen solo un mínimo de interés por los videojuegos. Sin llegar a estar del todo bien, me parece que aporta lo suyo.
Mi chico y yo estamos a punto de ver el último capítulo. Y a mi, bueno,
no me entusiasmapero me distrae, pero a el le esta gustando mucho. Le ayuda a entender porque los juegos son tan importantes para mi. Le ayuda a ver la historia de los juegos o las tematicas de ellos. Es un inicio muy buemo para que los padres vean que los juegos no son el fin de la civilización o la catastrofe de la cultura.
Por otro lado me encanto ver que este medio es un gran refugio para toda la gente que necesita sentirse refugiada y como ese regugiole permite crecer como persona en una sociedas que no le acepta como diferente
En definitiva no creo que sea para los jugones sino para educar a una población que desconoce la industria.
¡Que sale el bueno de Diego Emegé poniendo su aterciopelada voz!
Ay pues no, no era él 🙁
No le tengo muchas ganas, no me han llegado muy buenos comentarios…
Hace poco me vi la serie La Leyenda del Videojuego del Dayo en youtube y me pareció re interesante.
Después de ver la serie y leer la crítica coincido en mucho con @AlbertGarlo: demasiado centrada en EE.UU., repleta de tópicos, bien hecha y entretenida. Me ha gustado bastante igual porque soy un firme defensor de que el documental no es más que otro género de cine y, por lo tanto, no deja de ser ficción basada en el punto de vista de sus creadores. La virtud y el defecto de un documental es que necesariamente va a ser superficial, para una información más profunda es necesario leer diferentes fuentes y dedicarle más que… ¿5 horas? de tu vida a ver algo.
A mi el documental me ha gustado bastante. En total desacuerdo con la mayoría de los comentarios que he leído. Siempre se podrá hacer mejor, pero… aslotú
Coincido bastante con el artículo; la serie está bien pero es superficial y no cuenta nada que no supiéramos ya los que tenemos interés en el tema. Y, efectivamente, me sobra por completo todo el tema de los torneos, que la verdad tienen muy poco interés hoy en día y no eran más que grandes eventos publicitarios en aquella época. Si quisiesen tirar por los esports, hay muchos mejores ejemplos, pero sería tema para otro documental.
Lo que hace especialmente sangrante el énfasis en los torneos es todo el tiempo que le quitan a otras cosas que podrían ser mucho más interesantes. Tienes a Roberta Williams delante dispuesta a que la entrevisten y luego te me pones a hablar de un chaval que ganó un torneo de Tetris. Si es que….