Höme Improvisåtion: el infierno es un mueble de Ikea sin instrucciones

La capacidad de Ikea para generar una imagen de marca reconocible no es trabajo solamente de sus publicitarios: sus nombres de productos tan obcecadamente suecos y sobre todo el conocidísimo diseño de sus manuales de montaje son ya, y creo que no exagero, parte de la cultura pop del siglo XXI. Folletines de instrucciones estupendamente diseñados que hacen más fácil una de las tareas más espiritualmente agotadoras del mundo desarrollado como es montar muebles (ligada a menudo, para mayor drama, al otro infierno de la clase media moderna: las mudanza) y quizá por eso se puede enmarcar en esa paradoja que conocemos bien en esta industria: cuanto más coñazo es una actividad, más divertido suele ser un juego sobre ella. Höme Improvisåtion extrae las instrucciones de cada mueble barato de Ikea y las quema en una gran hoguera purificadora alrededor de la que sus desarrolladores danzan desnudos, poseídos por un trance que rinde culto a la improvisación como forma elemental de lo lúdico. Ningún niño planea sus sesiones de moqueta rodeado de muñecos de las Tortugas Ninja, excavadoras de plástico, piezas de Lego y fuertes de Playmobil. Improvisar siempre es el primer paso para jugar, y los autores de Höme Improvisåtion han aplicado esta teoría a rajatabla en una fórmula que funciona: extirpar del montaje de muebles todo atisbo de planificación (el manual), presión (si no consigo montar esta mesa quedaré como un inútil) y necesidad (he comprado la mesa porque la necesito en mi salón) acaba convirtiéndolo en un puzle, una actividad divertida. Curiosamente los miembros del estudio de Atlanta The Stork Burnt Down Games, Colton Spross y AJ Kolenc, concibieron el juego en otra gran celebración recurrente de la improvisación: una game jam. Las cuarenta y ocho horas que les concedía la Global Game Jam 2015 del pasado enero fueron suficientes para traer a la vida lo que ellos mismos llaman «¡La más divertida y rigurosa experiencia cooperativa de montaje de muebles del mundo!», y probablemente tengan toda la razón. Höme Improvisåtion nos entrega tres cajas de muebles con su dibujo del cacharro montado en el frontal. Abrimos y retiramos la primera caja y empieza la fiesta: no hay instrucciones y la caja ya no está; hay que tirar de memoria y de deducción para el montaje. El juego nos entra con un mueble sin complicaciones: una mesa. Insertar las cuatro patas en sus agujeros y listo. Pero la curva de dificultad sufre un espasmo muy loco con la lámpara que viene después, mucho más trabajosa de montar, y termina de desvariar con la tercera caja: una mesilla de pared que es una completa hija de puta. Sus propios autores reconocen entre risillas perversas que es prácticamente imposible montarla bien, que es una bomba de relojería esperando a que nos demos por vencidos entre violentos lanzamientos de objetos aleatorios por pura frustración; terrorismo doméstico. Una vez el engendro informe de pared ya no tiene solución, podemos pasar a situar los muebles por la sala mientras nos caen más cajas por montar, y no es difícil que durante la manipulación empecemos a mezclar partes de muebles distintos, dando a luz verdaderas abominaciones; pesadillas prefabricadas de cien patas y doce ojos que salen por las noches a devorar a estudiantes de diseño industrial despistados. Y aquí es cuando a muchos os asalta el chispazo: «¡Un momento! ¡Quietor! ¡Has dicho «cooperativa»!». Así es, pero como sucede en la vida real, montar muebles entre de dos a cuatro (¡!) personas nunca es una actividad cooperativa sino todo lo contrario: una inoperancia compartida, un fracaso democrático, un caos por asociación, una basura sin separar. Cuatro adultos molestándose entre sí, agitando pedazos de aglomerado como chimpancés excitados alrededor de un monolito para terminar llegando a una única conclusión tan consensuada como equívoca, la frase universalmente conocida que mejor refleja la incapacidad del hombre para asumir su propio ineptitud: «Tiene que faltar alguna pieza.» Mientras The Stork Burnt Down dibuja los trazos que le lleven a desarrollar un poco más este primer prototipo de Höme Improvisåtion que a todo el mundo parece divertir, y a pesar d que la marca Ikea ni aparece en el juego ni les responde los emails, Colton revela la anécdota que dio origen a la idea, la manzana de Newton cayéndole en la puta cabeza, y no podría ser más lúdica: «Hace poco estuve montando una cama de Ikea. Venía con componentes neumáticos, pero sin darme cuenta los monté del revés», explica. «Básicamente construí una catapulta.» Höme Improvisåtion está disponible para PC y Mac gratis aquí.