ÍNDICE DE ARTÍCULOS
#1: El gamer prototípico: hardcore gamer o gamer subcultural
#2: Rompiendo la figura monolítica del gamer: casual gamer
#3: El gamer como foodie-connoisseur: el videojuego como cultura
#4: El (no-)gamer cultural-intelectual
#6: El acertijo: ¿Pero somos gamers o no?
#7: Apropiaciones gamer: los casos de Todas Gamers y Gaymer.es
Después de pasar por diversas formulaciones del gamer (hardcore-subcultural, casual gamer, foodie-connoisseur y cultural-intelectual) y de toparnos con la apertura total de la categoría (todo el mundo es gamer), cabe hacerse la pregunta: ¿pero somos gamers o no? ¿Qué tipo de identidad es esta en la que no nos ponemos de acuerdo qué somos, si es que somos algo, o que vale para definir a cualquiera sin ningún criterio previo? Veamos si es posible darle una vuelta de tuerca más a esta cuestión antes de abordar otra serie de cuestiones y las conclusiones finales.
Todo lo visto hasta ahora convierte a la identidad gamer en un acertijo: hasta cierto punto es posible decir que la identidad gamer es, en este sentido, una categorización que no define la identidad de aquellos que son definidos por ella. De ahí que muchos de vosotros tuvierais dificultades para «encajar» tanto en alguna de las categorías propuestas como con la propia noción de gamer. De este modo, como todo acertijo, la identidad gamer es tramposa y está llena de contradicciones: ¿estamos, por lo tanto, ante una definición que no define? ¿Una identidad que no otorga un sentido de identidad? Aunque parezca enormemente contraintuitivo y paradójico, ése parece ser el corolario de la identidad gamer: una identidad que no es una identidad (o al menos es una identidad completamente atípica). A pesar de la dificultad de transmitir esta idea con palabras, algunas de las personas entrevistadas se expresaron de una forma que recuerda poderosamente este extraño acertijo:
Gamer sí que es una forma justa de resumir que me gustan mucho los videojuegos y poder decir: «Soy jugador de toda la vida». Pero no a modo de definirme como persona (Andrés, hombre, 26, producción audiovisual en el ámbito del videojuego).
En este caso, la categoría gamer ayuda a Andrés a hacer pública una de sus pasiones y señalar lo que parece ser una parte muy importante de su vida (apuntando así que tiene una larga historia personal con los videojuegos). Sin embargo, rechaza usar la idea de gamer como una categoría que defina a su persona. Es, al mismo tiempo, gamer y no gamer. No tiene problema en identificarse él mismo como un gamer («soy gamer de toda la vida») en tanto que eso no signifique que él tenga que ser identificado como gamer («pero no a modo de definirme como persona»). A medida que el «acertijo gamer» va tomando forma, la tensión en los términos es palpable. Minerva, una desarrolladora de 37 años, que no se considera a sí misma como gamer, nos ayuda a ver otra cara, igualmente paradójica, de este acertijo:
Si alguien me dijera «tú juegas a videojuegos, por lo tanto eres una gamer», entonces yo diría «OK, vale, me parece bien». No me voy a molestar por eso. Simplemente, creo yo, no voy a usar ese concepto conmigo misma.
A diferencia de Andrés, Minerva no parece demasiado preocupada con la posibilidad de que otros la identifiquen como una gamer, incluso aunque ella misma no se considere como tal. Ella aceptaría ser llamada gamer, como una etiqueta más o menos plausible ya que juega a videojuegos, pero ella no lo usaría para definirse a sí misma. Por supuesto, no es nada nuevo que alguien sea identificado por otros de una forma con la que esa persona no se identifica particularmente. Ha pasado muchas veces, y sigue pasando, especialmente con la intención de controlar poblaciones o incluso estigmatizar grupos e individuos. Pero sí es menos común que alguien considere como aceptable esa categorización que otros hacen de ella, cuando esa misma persona está rechazando por su parte esa categoría para sí misma. En cualquier caso, los elementos fundamentales del acertijo —una categoría identitaria sin capacidad de definición— están ahí. Lo que dicen Andrés y Minerva no deja de ser dos caras de una misma moneda: es identidad que no define; definiciones que no identifican. En un sentido similar, Laura, una desarrolladora indie de 26 años, expone su relación con la noción de gamer:
¿Gamer?, yo qué sé, es que sí soy jugadora y me gusta jugar (…) Yo creo que sí me define, pero vaya, no de una manera… Juego a videojuegos, soy gamer. No sé. Explorar cosas, los mundos y las historias de los videojuegos, pero más allá de esa etiqueta de gamer.
Las dudas aparecen todo el tiempo. Las inseguridades que rodean la identidad gamer siempre parecen estar ahí. Unas incertidumbres que hacen de la identidad gamer una identidad-límite. Aunque Laura se define claramente como una gamer, casi de forma inmediata intenta trascender la propia categoría. Se trata de ser gamer sin serlo (o de no ser gamer siéndolo). Por lo tanto, la palabra «gamer» es una categoría que puede asociarse fácilmente a estas personas entrevistadas, hasta el punto que muchas de ellas manifiestan que lo son, pero, al mismo tiempo, no las está definiendo. Es como si en realidad dijeran: «Soy un gamer que no es un gamer».
En este sentido el acertijo gamer encarna a la perfección el acertijo de la identidad. La identidad es todavía un concepto necesario para pensar determinados aspectos de la realidad social, pero, al mismo tiempo, se trata de un concepto con el que no podemos acercarnos apropiadamente a esos aspectos. Es decir, necesitamos hablar sobre la identidad para hablar de cosas que la identidad no puede explicar. Así, los videojuegos prefiguran escenarios post-identitarios: estamos, pues, entrando en un tipo de sociedad que está perdiendo sus características definitorias sin abandonarlas del todo.
La pregunta sigue en el aire, pues: ¿pero somos gamers o no? ¿Es importante para definirnos o no? ¿Es parte central de nuestras vidas o es sólo algo accesorio? ¿Qué papel juega el videojuego en nuestras identidades, si es que tiene algún papel? En definitiva, ¿se postula la identidad gamer como identidad prototípica de la sociedad contemporánea? Sería interesante leer vuestras respuestas a estas preguntas, ya que, de un modo u otro, nos concierne a todos y todas (incluso a quienes no juegan a videojuegos).
Sobre el autor
Daniel Muriel. Doctor en Sociología por la Universidad del País Vasco. Actualmente es Investigador Postdoctoral en el Instituto de Estudios de Ocio (Universidad de Deusto). Ha investigado y publicado ampliamente sobre identidad, cultura, videojuegos, patrimonio cultural o juventud. En el ámbito académico es coautor del libro Video Games as Culture. Además, ha colaborado en webs de referencia del videojuego como Deus Ex Machina, AnaitGames, Presura, FS Gamer, Canino, Nivel Oculto y Zehngames.
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yo soy jugador, gamer será el que viva donde se hable ingles
luteo farmeo crafteo, puag :nono:
Creo que aquí se toca algo muy interesante: ¿nuestra afición por los videojuegos nos define como personas? Yo diría que no, porque quiero creer que somos más cosas. De ahí al menos entiendo mi rechazo al término gamer. No creo que porque juegue, lea y participe en lugares sobre videojuegos, sea más gamer que cinéfilo o lector o investigador, etc.
Por otro lado, yo tampoco me dedico en cuerpo y alma a los videojuegos. No vivo de ellos, ni los estudio, ni los desarrollo, etc Igual alguien que sí dedique mayor parte de su vida a los videojuegos considera que esa parte de su vida le define mejor que otras. AL fin y al cabo (y aunque me repita) creo que la identidad acaba siendo una elección personal «yo me siento X» me parece más correcto que «yo soy X».
Gamer no. Jugador.
Pues yo vivo en Dublín y aquí nadie tiene problema con el término. Es sencillo y fácil. Un gamer es aquel que no sólo juega videojuegos, si no que se interesa por lo que está por venir y por noticias de la industria en más o menos medida. Punto. Todo lo demás es ganas de dividir a la comunidad. Es estúpido asociar otras etiquetas a todo esto (véase machista, asocial…). Es como decir que si me gusta la cocina tengo problemas de autoestima por que soy un gordo. De verdad no entiendo como no hay ese problema con el cinéfilo, pero si que lo hay con el gamer (o jugador). Yo soy gamer, y todos los que leen anait son gamers, por que juegan y conocen el mundo de los videojuegos. A mi parecer, éste es un debate estúpido que sólo puede pasar en España.
@neurologia
balompie, al menos asi está puesto en el nombre del betis, que es real betis balompie, con M.
y una cosa es un anglicismo, software, futbol, una palabra adaptada, pero gamer? me tienen que torturar los nazis para que yo diga esa palabra refiriendome a mi como jugador, y si nos referimos a esos engendros venidos del infierno como luteo, farmeo, crafteo, estamina, y no se cuantos mas, eso directamente tenia que ser motivo de colgar al tio en la plaza del pueblo, será que en español no tenemos recompensas o botin, recolectar fabricar o resistencia
y lo peor no es eso, es que yo he visto gente que no sabe decir la palabra en español, preguntar que si no se dice estamina, como se dice? venga no me jodas, que no saben ni su propio idioma.
pero ey, que cada uno diga lo que le salga del alma, a mi me trae sin cuidado como hableis vosotros o vuestros hermanos o hijos
@neurologia
Aceptas anglicismos porque te los han dado han y tú los has aceptado sin mas. No tiene nada que ver ´con que pierda parte de su significado´. Estan bien los anglicismos pero su versión castellana es igual de aceptable e incluso superior.
Esto es así y punto (como diría mi madre).
No soy muy de hacer comentarios (de hecho creo que es el primero que hago aquí, y os sigo desde el principio de los tiempos) pero esta vez no lo quiero dejar pasar.
Creo que hoy en día las etiquetas son una tontería, sean del ámbito que sean. ¿Gamer o no? ¿otaku? ¿gay? ¿deportista?. En realidad no entiendo por qué esto importa. Yo no quiero ser Borja-etiqueta-etiqueta-etiqueta-etiqueta.
Yo soy Borja, tengo 34 años y me gusta jugar a los videojuegos de toda la vida. Tengo épocas en las que me paso meses sin hacer otra cosa que jugar a videojuegos y épocas en las que puedo no tocar un videojuego en un mes o más. Igual que me gusta leer o ir a la montaña, pero por eso no soy Borja-gamer-lector-montañero.
Soy Borja, a secas. Tengo mis aficiones que podemos compartir o no y ya está, pero por hacerlas con mayor o menor asiduidad no soy mejor ni peor que nadie. El problema de las etiquetas es que muchas veces solo sirven para crear clases. Y todos hemos escuchado alguna vez el término «lucha de clases».
Por definición somos todos gamers pero aquí, en España, el termino ha adoptado un significado con el que la mayoría de jugadores no nos sentimos identificados.
Prácticamente lo que venía a decir. Uno suele definirse antes por la labor que desempeña o por aspectos de su personalidad (estudiante, desarrollador, músico, pintor, profesor, simpático, alegre, cabrón…) que por su tipo de consumo (cinéfilo, melómano, seriéfilo…).
Así mismo la etiqueta de gamer se suele vender asociada a ideas más cercanas a la subcultura del hardcore gamer, como la competición, que a su vez son los que con más orgullo exhiben su condición de «gamers», produciendo rechazo a los demás tipos de jugadores. Esto mismo no ocurre cuando hablamos de cinéfilos o melómanos, ya que no se asocia con ninguna subcultura en concreto del mundo del cine o la música, permitiendo a cualquiera sentirse cómodo con el término.
Entonces voy a pensar que hay dos acepciones de la palabra gamer:
El gamer como el melomano, como el cinefilo. Un simple amante de los videojuegos.
El gamer como el surfero o como el rockero. Esos seres mitologicos que abandonan los caminos sociales establecidos para dedicar su vida a disfrutar de lo que les conmueve. Unos se compran una furgoneta cochambrosa y se marchan a pillar olas; otros se dan al sexo, drogas y rock & roll y los últimos se entregan a los videojuegos hasta limites que chocan con las convenciones sociales.
Debo confesar que, desde un punto de vista poético me atrae mas la segunda, pero sin duda la primera es una definición mas practica.
Venía a decir esto mismo, me parece que das en el clavo.
No me siento Gamer por que de por sí no me gustan las etiquetas y creo que no comparto exactamente la gran mayoría de los lineamientos de la categoría (me gusta escuchar sobre análisis pero por que me entretiene mas que por un verdadero interes en analizar, por ejemplo), pero sí entiendo que las categorías ayudan a moldear el medio y a entender mejor el fenómeno.
No me gustan pero no les tengo miedo.
Yo creo que no «tenemos» que definirnos como gamers, que cada uno se defina como quiera, a su antojo. Al final todos nos metemos en categorías: no definirse gamer es auto incluirse en una categoría que no tiene nombre nomas, pero es la categoría de los que les carga el concepto gamer.
Y si estamos acá ccomentado/leyendo, nos guste o no, somos algo de gamer. Quizas no ese concepto exacto, pero algo por ahí somos, de eso no hay ninguna duda.
Y ponerse a debatir por si la palabra es en ingles o en español… ufff, es como dicen los gringos, you’are missing the point (guiño guiño, es una frase en ingles xD )
Interesante el artículo 😉
Sin embargo gran parte de él se me cae un poco abajo al ver que no identificas (o que yo identifico de otra forma) este acertijo de una manera totalmente distinta. No tiene nada que ver con gamer, pues se aplica a cualquier etiqueta sobre tu identidad, y es el ser consciente de nuestra propia identidad, la que vemos nosotros, y de nuestra identidad externa, que no son la misma y aquí radica el problema.
Tu puedes ver todos los partidos de fútbol, tener camisetas de distintos equipos, etc. Y tu familia, amigos o conocidos te identificarían como futbolero. Ahora bien, puede que te sientas identificado de esta manera y digas que lo eres, que es tu mayor afición o única, etc. Pero puede que no, que en realidad en tu vida tengas muchas más aficiones y haya otras que te llenan más pese a que no sea lo primero que ven de tí.
Por eso mismo, hay que dejar claro que la aceptación de una etiqueta que al final es de lo que se habla aquí, la identidad externa, no siempre es recibida, a veces hay confortamiento con otras cosas que internamente te identifican más y provoca rechazo hacía ella. Otras, la propia etiqueta puede ser confundida con otra connotación con la que no estas de acuerdo y pese a poder estar identificado con ella, no es de tu agrado la connotación que tiene por el como se use o a la gente que normalmente se le etiquete con ella se sienta muy lejos y diferente de lo que tu eres.
Si los videojuegos son tu mayor y única afición, mucha gente te va a ver como un gamer, y no es que sean unos locos. Sin embargo si porque juegues a juegos te intentan identificar como un gamer mientras haces muchas otras más cosas que te apasionan más o igual, le dedicas más tiempo, o de alguna forma tienen una mayor influencia y significado para ti, pues es normal que no te sientas identificado si te llaman de gamer.
¿Somos gamers?
¿A quién le importa?
Y ahora es cuando vengo y os desmonto todo lo que habéis construido con artículos.
Gamer es una etiqueta que llegó cuando el mundo del videojuego se empezó a convertir en moda.
La gente de la vieja escuela no le ha prestado atención, pero pasa el tiempo y parece que es importante para algunos llevar la pegatina de Gamer, o ser ajenos al fenómeno de los videojuegos. Creo que toca volver a coger el submarino y bajar a las profundidades del oceano de juegos, donde no llega la luz, hasta que pase la tormenta.
A mí me sorprende que hay gamers aun más aislados todavía. Sé que hay por ahí juegos que ya estan casi en el olvido salvo la pequeña comunidad que los mantiene vivos y que no tiene ni el más mínimo interés en abrirse a los demás (salvo para mantener el número minimalista de jugadores) Para seguir el símil, es como si me hubiera paseado en mi submarino diesel por los alrededores de R’lyeh
Como Dwarf Fortress ya empieza a ser bastante conocido, os traigo otro que tiene su club de fans y al que soy completamente ajeno.
Space Station 13
Y como bonus, es un juego de rol online (con rol de verdad)
HABLA EN ESPAÑOL HIJO DE PUTA
Aunque coincido con muchos de los que ya han comentado en que no me gusta las etiquetas si debiera categorizarse estaría de acuerdo con lo que ha dicho:
A los que os genera rechazo el anglicismo «gamer», ¿es sólo por eso, porque preferís usar «jugador», o por qué hay otras cuestiones asociadas al término que no os gustan?
@seto06 ¿Cuáles serían para ti esas connotaciones que hacen que no te sientas identificado como gamer?
@tiobraulio Llamativa distinción. ¿Podrías ahondar en ella? ¿O explicar un poco más la del «surfista-rockero»? Hay algo ahí que no acabo de pillar del todo.
@mominito Sí, claro. hay interpretaciones ya clásicas de la identidad en la que, por ejemplo, se describe como el punto de sutura entre lo que tú piensas que eres (o con lo que te identificas) y lo que otros piensan que eres (o hacia donde ellos te intentan empujar). De esa tensión saldría tu identidad. Lo que es interesante de la cuestión gamer es encontrarse con gente que se identifica como gamer pero tampoco quiere ser identificado como gamer. Eso sí es raro, porque lo lógico es que tú quieras que te vean como tú te ves a ti mismo (vamos, que si me siento, por ejemplo, catalán, me gustaría que me vieran como catalán y no como español o francés o rumano). Y también es peculiar que tú no te identifiques con una categoría pero que tampoco te importe que otros la usen contigo (mismo ejemplo: no me siento español, pero no me importa que se refieran a mí como tal). Es normal que se nos intente situar en determinadas posiciones identitarias que no compartimos, lo que es menos frecuente es que lo aceptemos sin problemas. Creo que eso es algo que pasa con la identidad gamer por su naturaleza, pero que, y ahí sí coincido contigo, podría servir de modelo de cómo funciona la identidad hoy día.
@lloydirving ¿Crees que no le importa a nadie la cuestión de ser o no ser gamer? Y si le importa a alguien, ¿a quién crees que le importaría?
gamer? yo sólo sé que desde hace más de 30 años me gusta jugar a los videojuegos. Esas palabrejas de márketing que se las coma a quién le toque
@danimuriel Para mi el problemas es que el termino Gamer se lo han adoptado un perfil de jugadores que no cuadran conmigo ni con la etapa de mi vida que me toca vivir. Solo tienes que poner la palabra Gamer en youtube para ver que ese concepto esta acogido por una serie de personas con la que no me identifico. Si pones Gamer en Google puedes ver de primera artículos con el prefijo o sufijo gamer en un montón de aparatos electronicos cuya estética es exagerada y que busca llamar la atención y más bien feotes en mi opinión. Todo esto hace que no me guste ese termino para referirme a mi mismo en este país (España).
Sin embargo creo que si estuviera en el extranjero me podría identificar con ese termino, simplemente porque allí significa videojugador.
Un saludo y continuamos leyendonos, buen trabajo.
@danimuriel
Creo que hay gente a la que le importa ser o no ser gamer ,y que hay gente a la que le importa saber qué es ser gamer. Lo que me pregunto es por qué alguien se definiría por su relación con un producto cultural.Sé que ocurre,yo simplemente no lo entiendo. Tus gustos son una parte de quién eres,pero tanto como para definirte con una palabra…
@danimuriel
Continuando con lo dicho, creo que para la mayoría de los autodenominados gamers es más importante serlo que saber qué es serlo(si es que eso importa)o por qué lo son. Autodefinirte como gamer automáticamente te hace sentir parte de esa comunidad formada por todos los que se dicen gamers(por eso lo haces); esa comunidad que muchos rechazan en los comentarios. En definitiva, pienso que ser gamer importa a quien ya se dice como tal, a nadie más, y que el término ha servido para unificar a la peña en una comunidad en la que muchos se sienten integrados y que muchos repudian por motivos diversos( y posiblemente justificados).
Me pregunto cómo os comunicáis todos los que decís que no os gustan las etiquetas. Debéis hablar en discursos de decenas de horas y solo sobre temas que conozcáis en exquisita profundidad, porque sino seguro que recurrís a las etiquetas.
El lenguaje está hecho para que podamos entendernos, y para eso tienen que existir generalizaciones.
@danimuriel si muchas veces no nos gustan que nos identifiquen con un término con el que nosotros mismos nos definimos internamente, es por lo que la etiqueta, y lo que la forma de usar ese termino abiertamente implica.
Muchas veces la detonación del término en sí es lo que hace que la rechaces, el contexto en el que se usa, o la gente que viene rápidamente a la cabeza cuando se use ese término, que puede no ser de tu agrado pese a que tu estés en ese grupo.
Eso pasaba hace unos años con el término friki en mi ciudad. Que te dijeran friki no te iba a gustar nada pero de nada. Ahora ya el término ha perdido muchas de las malas connotaciones que tenía y muchas más gente la usa más coloquialmente en»Sí, yo soy un friki de esto, échame cuenta» y similares.
Pero es que eso te puede pasar con cosas muy brutales de hasta no querer decir que eres de un país porque te van a asociar con capullos porque en la actualidad haya pasado algo grave con tu país o tu país haya hecho algo malo al país en el que ahora vives si eres extranjero, etc… quiero decir, que los términos identificativos no son inmutables, varían mucho acorde a las situaciones, épocas, eventos inusuales, que alguien con ese identificativo haya desprestigiado su significado, etc.
Subo el nivel, venga:
¿Por qué está mal (o bien) usar anglicismos, pero a nadie le importa que usemos palabras francesas (collage, canapé, chalét), italianas (adagio, glorieta, comparsa), árabes (almohada, gandul, rehén) o japonesas (manga, tsunami, bonsai)?
En inglés es el idioma universal, como en su día lo fue el latín. El que no hablaba latín era por bajo nivel cultural o lo que fuera.Estamos muy entraditos en el siglo XXI para andar llorando por los derechos del lenguaje, y de paso hacerlo en un blog (oops) de la web (oops) construido con html (oops) o java script (oops).
Yo lo considero así. Los sub-tipos de gamer no se definen por cantidad de horas, géneros que juegas o la pasión que le dedicas a un título, si no por el interés activo (más que simplemente jugar) no solo en el videojuego si no en el entorno que este ocupa:
Hardcore: Juega de forma intensa y sistemática solo a los escasos títulos que le interesan. Pudiendo profundizar (semi-foodie o foodie selectivo) en el medio del videojuego pero solo entorno a sus títulos preferentes. Como ejemplo: una persona que solo juega CoD y Final Fantasy, puede saberlo todo de esas franquicias, pero luego no sabe que Zelda no es el nombre de Link o que The Witcher viene de unos libros.
Casual: Juega sin interesarse en profundizar en el medio o en sus propios juegos, lo poco que sabe del medio es lo que ha podido extraer de forma indirecta al ir jugando o buscando qué jugar. Y no le importa jugar a X o Y siempre que sea aquí y ahora.
Foodie: Juega muy variado y además se interesa en el medio más allá de sus preferencias personales. Esto no significa que tenga que jugar lo que no quiere, pero sabe lo que hay fuera de su radar de intereses. Profundiza muchísimo a lo que hay detrás de cada título y no solo sabe de juegos, sabe de la industria.
También cambia su visión del medio y le supone (sin dejar de lado la diversión ni el entretenimiento) una forma de cultura, arte y sensaciones.
Luego tenemos el foodie pasional y el racional. El pasional vive con pasión todo lo que representan los videojuegos y son una parte central de su vida mientras que el racional se ajustaría a la definición cultural-intelectual que se ha descrito en estos artículos.
Me han gustado bastante estos artículos, nunca me había parado a pensar en los temas que plantea (aunque tampoco es que antes me importase mucho la definición de gamer), y ahora me doy cuenta de muchas cosas.
Gamer me define pero a la vez no lo hace. La sociología es ciertamente fascinante.
@lordxamon Creo que has hecho un buen resumen de las categorías principales vistas en la serie. Me alegra que te hayan gustado los artículos y, sobre todo, que te hayan hecho reflexionar, que era uno de los principales objetivos de la serie. ¡La sociología es fascinante, sin duda!
@danimuriel
Espero que alguna vez vuelvas por aquí con otra serie de artículos una vez acabada esta saga (asumo que habrá un #7 con las reflexiones extraidas de los comentarios, creo que sería una buena conclusión). Los he encontrado fascinantes y me saben a poco.
@lordxamon Lo cierto es que es muy estimulante lo de la serie, ¡pero muy cansado! Y desgraciadamente no he podido invertir todo el tiempo que me hubiese gustado en poder participar en la discusión (e incluso escribir algún texto más). Habrá que guardar fuerzas para el libro, donde sí se desarrollarán más los argumentos y se comentarán más en profundidad vuestras propias respuestas. En cualquier caso quedan pendientes dos textos: las conclusiones al final como dices (haciendo un pequeña recopilación-reflexión extraída de los comentarios) y, espero que esta misma semana salga otro texto antes de ese colofón.
Si me gano la vida pintando paredes con rodillo soy «Painter»?
Me da la impresión de que la cuestión del gamer como concepto definitorio de la identidad de alguien (y quien dice gamer, dice jugador, player o lo que sea) yace en que, en el momento en que estás jugando a un videojuego, este ya te está influyendo de una forma u otra aumentando el bagaje de la persona que juega y se ve influida por ciertos elementos característicos del medio. Entonces, si definimos a todas las personas que juegan a videojuegos como gamers, creo que vendría por el hecho de haber sido influidas por este medio que tanto nos gusta e interesa, y al final resulta absurdo inventar un punto donde dejas de ser alguien que juega a videojuegos y se convierte en gamer, porque esa frontera se basa en a qué se juega y cuánto tiempo se dedica a ello. Al fin y al cabo, esta identidad viene más por lo que nos aportan los videojuegos y cómo nos cambian que por la dedicación que le demos al medio, y ahí ya entrarían las distintas tipologías de gamer que se han explicado en los otros artículos, con los que podemos estar de acuerdo en mayor o menor grado, pero ya están especificando las distintas formas en que nos podemos relacionar con los videojuegos y desarrollan el concepto base de gamer que identifica a todos los que juegan e incluso entran en contacto de alguna forma con el videojuego.
El problema que identifico con la palabra viene, como se comentaba en anteriores artículos, más a raíz de los gamergaters y esas actitudes sectarias y machistas por parte de grupos de gente que se autodenominan «gamers», causando así rechazo por parte de toda la gente que está en contra de esas actitudes, un poco de la misma forma que hay gente no se siente identificada por la bandera de España al ser utilizada como emblema de colectivos de extrema derecha.
Gran trabajo con los artículos, son muy interesantes.