A principio de la década de los 60 las grandes productoras de cine japonés enfrentaban una profunda crisis. Como describe Hiroshi Komatsu en The Modernization of Japanese Film a la mayoría de los estudios les estaba costando llegar a una audiencia joven que se sentía alienada por las propuestas tradicionales que dominaban la cartelera, prefiriendo todas aquellas películas modernas que llegaban al país desde Hollywood. En medio de esta crisis creativa, algunos directores japoneses empezaron a fijarse en la nueva ola de producciones noir que llegaban al país tras la popularización del género en Estados Unidos y la posterior deconstrucción europea. Acercarse al género negro tenía en ese momento mucho sentido: las ficciones detectivescas y criminales llevaba décadas impulsando la novela japonesa desde su popularización a manos de Edogawa Rampo y Ryonosuke Akutagawa en las primeras décadas del siglo XX. Las productoras pensaron que adaptar el noir al paladar japonés, mezclándolo con las características del Tokyo Crimen, podía ser una nueva forma de conectar con la audiencia. No se equivocaban.
En 1963 llegó a los cines japoneses Youth of the Beast, cinta dirigida por el experimental Seijun Suzuki, que venía a dejar claro que la idiosincrasia japonesa encajaba perfectamente con el noir. La cinta tenía gran parte de las señas de identidad del director; desde colores vibrantes a situaciones absurdas y violentas, que se enmarcaban a través de la aparición de la yakuza. Sin embargo, había una gran diferencia. El protagonista de Youth of the Beast es un detective infiltrado que mezcla sus habilidades para la pelea con su prodigiosa inteligencia. A lo largo de su investigación, el protagonista aprovecha cualquier tipo situación para enfrentar a las diferentes familias de mafiosos, desenterrando todo tipo de secretos de carácter criminal.
Youth of the Beast fue un fracaso absoluto. Pero aunque ni la crítica ni la audiencia respaldaron la propuesta de Suzuki, muchos otros creadores se sintieron inspirados por la mezcla de las tradicionales películas de gangster japoneses con los protagonistas grises y atormentados que se mueven como pez en el agua dentro de la ambigüedad moral del noir. Como explica Komatsu, el noir japonés nace del cine de yakuzas de la misma manera que Judgment viene de la saga ambientada en Kamurocho. Y como Youth of the Beast, el juego también se propone darle una vuelta a todo lo que conocíamos con anterioridad.
«Hay varias características que atraviesa las narrativas criminales japonesas: una estructura social ineludible, una sensación de inevitabilidad avalada culturalmente, y la sensación de ser un clavo sobresaliente que debe ser aplastado», escribe Rachel Herztler. El prólogo de Judgment ya incluye todas estas características al presentarnos a Takayuki Yagami (Tak) como un hombre excepcional cuyas particularidades hacen que no encaje correctamente en lo que la sociedad espera de él. La estructura social ineludible la representa el durísimo sistema judicial que proporciona un 99.99% de condenas y la sensación de inevitabilidad la transmite el hecho de que el gran logro profesional del protagonista suponga también su caída en desgracia.
Cuando conocemos a Tak está pasando por un momento dulce. A pesar de ser un abogado joven, recién incorporado a la firma, ha conseguido la absolución de Shinpei Okubo, un cliente acusado de asesinato. Teniendo en cuenta el punitivismo del sistema judicial japonés que, como recuerdan en el desaparecido programa True Crimen Japan, da por hecho el veredicto de culpabilidad una vez se llega a juicio, no es de extrañar que el protagonista se haya convertido en una especie de celebridad tanto dentro como fuera del ambiente legal. Sin embargo, todo cambia rápidamente para Tak cuando, horas después de ser puesto en libertad, Okubo termina por asesinar a su novia Emi, lo que destruye irremediablemente su reputación como abogado. Este suceso aleja definitivamente a Tak del buffete, sin embargo, las motivaciones del protagonista y la lectura del hecho por parte de la sociedad son totalmente opuestas.
Para la sociedad, volviendo a la cita de Herztler, Tak es un abogado que ha hecho algo extraordinario y que, sin embargo, con su acción solo ha demostrado que todo estaba bien como estaba y que algunos sistemas es mejor no tocarlos. Bajo esta visión, Judgment podría parecer un drama criminal tradicional, no obstante, los motivos de Tak para dejar su puesto se remiten a traumas del pasado y a un sentido de la moral propio que es común al de otros protagonistas dentro de las ficciones noir. En lugar de doblegarse y encajar en el molde de abogado creado por la sociedad japonesa, Tak se aferra a sus principios y a su idealismo, optando por una carrera como investigador privado. En el análisis de Tak como protagonista clásico del género negro hay que destacar su relación con su padre biológico, un abogado que también permitió a un criminal salir libre y fue asesinado en consecuencia.
El miedo a repetir los errores de un progenitor es común en los detectives noir, y se representa tanto como un sentimiento de vergüenza intergeneracional como en una obligación moral de enmendar estos errores. El ejemplo más explícito de esto lo encontramos en Bud White, uno de los protagonistas de L.A. Confidential conocido en el cuerpo por pegar palizas a los maridos maltratadores. White, que siempre tiene presente su naturaleza violenta, castiga de esta forma indirecta a su padre feminicida, intentando acallar de paso sus propios impulsos. Aunque Tak no es explícitamente violento —los protagonistas del noir japonés son algo más rectos que los europeos y norteamericanos— es evidente que, en parte, lo que lo llevó a interesarse por el derecho fue una reivindicación su figura paterna, del mismo modo que lo que lo llevó a terminar su carrera es encontrarse cometiendo el mismo tipo de errores. De nuevo, en palabras de Herztler: «[El noir] nos familiariza con hombres cuyo agresivos esfuerzos por alcanzar un ejemplo de masculinidad viril los revela como débiles y patéticos». En Judgment, está masculinidad viril está representada por la diversas figuras paternas de Tak.
Para entender al protagonista de Judgment y su paso de la abogacía a los bajos fondos de Kamurocho tenemos que tener en cuenta su relación con Mitsugu Matsugane, líder de la familia Matsugane y padre adoptivo de Tak. Lo que en el juego no es más que un recurso práctico para incorporar personajes de la saga Yakuza y desarrollar un caso en el que Tak tenga intereses personales, se revela también como una de las claves que alejan Judgment de las ficciones detectivescas y lo acercan al noir. Lejos de ser un investigador que «persigue monstruos» trazando una línea férrea entre el bien y el mal, las relaciones personales que Tak mantiene con los gansters permiten que el personaje presente una serie de grises desde el guión que compensan las acciones rectas una vez le damos total control al jugador, un truco clásico dentro de la saga Yakuza.
Pero más allá del punto de partida de la historia y del carácter de su protagonista, Judgment también se inspira en el noir clásico para construir su ambientación. Como describe Paul French en su ensayo Tokyo Crime Novels: The Storms Beneath the Calm Surface la contraposición de las luces, el bullicio y el orden de la ciudad con la oscuridad y la suciedad de los bajos fondos y las callejuelas ocultas es una de las carácterísticas clásicas del género negro japonés que lo distingue del europeo y norteamericanos, donde Londres, Nueva York o Los Ángeles siempre se presentan como metrópolis abiertamente deshumanizadoras y desagradables.
Aunque es fácil percibir Judgment como un juego menor o prescindible dentro de la saga Yakuza, el título protagonizado por Takayuki Yagami nos remite con talento a los clásicos, alzándose como un imprescindible para los amantes del género. Por primera vez podemos adentrarnos en un noir con la libertad de tener control sobre el escenario y actuar como deseemos con la certeza de que el peso de la tradición del género negro está presente para otorgar relieve y contexto. La madurez de la bestia ha alcanzado a aquel público al que no llegó en su juventud. Las calles de Kamurocho esperan nuestra llegada.
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A tope con que anuncien mañana noche el Judgment 2.
Marta comentas que le padre adoptivo sirve para introducir personajes de la saga, aclaro pq supongo que no habrás jugado a todos los anteriores, en Judgment no sale nadie de la saga Yakuza, solo se nombra al clan Tojo, que bien podría llamarse clan Joto, daría lo mismo. Y lo aclaro pa los que no sepan si entrar a esta franquicia con Judgment, que hay quien se asusta de perderse detalles y que también les faltan ganas de jugarse los 7 anteriores.
Y a tope con descubrirnos esas raíces del cine noir japonés!
Es de un chusquero inaguantable. Recuerdo que cada vez que tocaba una misión de espionaje, de estas de seguir a un fulano, se me caía la cara de vergüenza.
Una gran oportunidad perdida, si se me pregunta, de desmarcarse del tono cómico de la saga Yakuza. Algo de comedia rescata, al menos, para hacerlo digerible y que no sea completamente infumable. Una gran pena porque al final no deja de ser más que una escisión muy mal disimulada que se queda a medio camino en todo lo que se propone.
@emegideon
A mi, habiéndome gustado bastante, se me hizo un poco pesado pero es que hice TODAS las secundarias.
Totalmente de acuerdo que cuando tocaba seguir a alguien a escondidas me apetecía pegarme un tiro, abusaban mucho de esa mecánica que no daba para tanto y se hacía aburridísima….
Pero sirvió para meterme ganas de jugar a los Yakuza, pero seguramente nunca lo haré porque no los van a sacar jamás en castellano 🙁 al menos parece que desde Judgment cambiaron el chip en ese aspecto.
@nessin
Bueno Like a Dragon siendo el octavo juego de la saga principal, puede ser un buen punto de inicio, si el cambio a combate por turnos no te molesta, también lo han traducido.
@landman
Lo se, pero sabiendo que los demás seguramente nunca los traduzcan no se si merece la pena meterse o no… ¿tu dirías que jugar por ejemplo like a dragon, tiene sentido si no vas a jugar al resto?
@nessin
Sí, porque 1234506 van sobre Kiryu y familia, y el LAD va sobre ichiban. Alguna vieja gloria saldrá, pero dudo mucho que vayan a continuar dramas que ocurrieron con kiryu en futuros juegos.
Que me sigue encantando toda la trama Kiryu y el 6 es el que más disfruté, pues también xd
@emegideon
Desde luego estos juegos mejorarían si se deshicieran de una puta vez de mecánicas de la época de PS2.
Si la Marta Trivi te vacila, tu te callas y lo asimilas. A ver de donde saco yo tiempo para rastrear el cine negro japonés. Ya te vale.
Gracias. Y ojalá otro artículo de este tipo pronto. Es muy divertido que uses los videojuegos para escribir de lo que te esté rondando la cabeza (no es broma, mola mucho) y de camino nos pases la manita por la cara. XD
@joaquin-2
Literal que así salen estas cosas. En plan que estaba leyendo el libro de Komatsu xdddd
@martatrivi empiezas el artículo hablando de su libro. Algo se intuía. XDD
Lo estoy buscando, porque has conseguido que necesite leerlo, pero solo lo encuentro en la app de scribd. ¿Te importaría decirme si lo has encontrado por otro sitio? Ahora solo puedo leer en digital en el móvil y es una tortura.
Gracias y perdona, que me siento como si te estuviera cogiendo del brazo. 😛
Muy buen artículo, mis dieses.
Mmm no tener este artículo en un lugar destacado de la web es como tener a Messi en la banca, y eso que no agarro ni la mitad de las referencias porque de Noir Japo tengo 0 conocimiento.
Brutal artículo Marta!!