La SGDQ de 2022 recauda más de 3 millones en su regreso al formato presencial

El último par de años ha resultado bastante convulso en lo que a la celebración de eventos relacionados con videojuegos se refiere (y también en lo que no, para qué nos vamos a engañar). La Summer Games Done Quick de 2022, la edición veraniega de la maratón benéfica bi-anual dedicada al mundo del speedrunning, es especialmente interesante porque marca el regreso del evento al formato presencial, después de varias ediciones celebrándose de manera exclusivamente online, debido a los problemas relacionados con la pandemia. En un gesto de inteligencia y después de una AGDQ 2022 —la edición que se celebra a principios de año— todavía completamente online, la organización ha optado por un formato híbrido para el evento este verano, con partidas tanto presenciales como en remoto que les han permitido aprovechar la infraestructura desarrollada durante este tramo de eventos exclusivamente digitales para incorporar participantes de todas las franjas horarias y diversificar aún más la plantilla de juegos retransmitidos.

El entusiasmo por haber recuperado su formato tradicional pudo apreciarse desde el comienzo, con una partida de Shadow of the Colossus en time attack en la que los colosos se elegían al azar mediante un divertido dado gigante. Este tipo de gimmicks y partidas poco ortodoxas se dejaron ver con relativa frecuencia a lo largo del evento, como en esta carrera low% de Super Castlevania IV donde el objetivo era pasarse el juego recogiendo la menor cantidad de ítems y power-ups posibles, y que obligaba a los participantes a usar la versión más débil del látigo de Simon. O esta de Kirby Tilt ‘n’ Tumble, uno de los spin-offs menos conocidos de la bolita rosa cuya peculiaridad reside en que se controla mediante giroscopio. Lanzado originalmente para Gameboy Color, el juego es imposible de capturar en su hardware original… a no ser que se conecte el cartucho a una GameCube (con un mando de Super Nintendo pegado encima), que es exactamente como se desarrolló este speedrun, con el runner volteando y manipulando la propia consola en directo para poder completar el juego.

A los sospechosos habituales de este tipo de eventos, como Mega Man, Sonic o Final Fantasy se le unió una selección francamente interesante de cortes un poquito más profundos en forma de títulos menos conocidos, como Super Bonk,  la secuela para Super Nintendo de la mascota que popularizó la PC-Engine o McDonald’s Treasure Land Adventure, el inclasificable e incomprensible plataformas licenciado de Treasure, desarrolladores de los clásicos Gunstar Heroes y Radiant Silvergun. O este otro de Bulk Slash, el arcade de Sega Saturn que recientemente se convirtió en noticia al recibir una de las fan-traducciones más ambiciosas hasta la fecha realizadas por la comunidad, que cuenta, entre otras cosas,  con un doblaje íntegro al inglés.

Hablando precisamente de esto, otro de los puntos álgidos del evento fue justamente el de las partidas dedicadas a visibilizar la cultura del romhacking y las modificaciones realizadas por fans. Hubo sitio para hacks más tradicionales, como Celeste.SMC, una modificación total de Super Mario World en el que se rinde tributo a los temas y mecánicas centrales del juego de Maddy Thorson; o también esta run increíblemente tensa de Super Metroid Kaizo, una versión de Super Metroid inspirada en la filosofía del nicho de hacks de Super Mario caracterizados por su dificultad extremadamente elevada, con vidas limitadas, un solo tanque de vida para toda la partida y un mapa rediseñado desde cero para contener la mayor cantidad de fascismo jugable posible.

Los randomizers estuvieron también muy presentes, tanto en partidas tradicionales como en otras completamente sui-generis, como este Evolution Chaos de Pokemon Esmeralda a seis manos, en el que cada vez que un Pokémon subía de nivel evolucionaba de forma completamente aleatoria, y que exigía una flexibilidad y capacidad de adaptación tremendas para superar el juego dentro del tiempo estimado. Igualmente interesante fue también este reto cooperativo entre Spikevegeta y nukkular_reaction, donde ambos jugaban la misma versión randomizada de Ocarina of Time y debían compartir información y planificar el orden en el que iban a afrontar el juego para conseguir completarlo a tiempo.

Fue precisamente Ocarina of Time el que protagonizó mi momento favorito de todo el evento, a través de esta demostración de contenido eliminado del juego. En ella se hace uso de una técnica llamada ACE (siglas de Arbitrary Code Execution), que se ha vuelto relevante durante los últimos años por ser la que actualmente permite completar Ocarina of Time de forma más rápida. El ACE consiste en utilizar una serie de bugs presentes en Ocarina para manipular la memoria de la consola inyectándole código basura, provocando que nos teleporte directamente al final del juego. Aunque el ACE técnicamente permite manipular el código en vivo, los inputs necesarios son tan precisos que es prácticamente imposible para una persona normal enviar información lo suficientemente coherente a la consola. Sin embargo, ayudados por un bot capaz de realizar esos inputs, los responsables de esta demostración consiguen reescribir el código de Ocarina of Time en directo, en una consola sin modificar y con un cartucho original del juego, utilizando una técnica que, en esencia, no consiste en nada más que pulsar botones de forma increíblemente precisa.

Esta exhibición encapsula a la perfección el valor del evento en su conjunto y la GDQ en general, sirviendo como escaparate de lo absolutamente rica y diversa que puede llegar a ser una cultura del videojuego que, a menudo, cuesta disociar de las marcas, las corporaciones y sus tendencias mercantiles. Con el paso de los años GDQ se ha convertido en uno de los mayores exponentes de este tipo de eventos, haciendo un trabajo fantástico no solamente a la hora de reclamar y reivindicar la cultura del videojuego desde el punto de vista de sus fans, sino también de visibilizar colectivos vulnerables como el LGBTI+, mostrando un compromiso tangible por crear una atmósfera lo más inclusiva y transversal posible.

Por supuesto, también hubo espacio para partidas más convencionales pero no por ello menos interesantes. Entre ellas, personalmente destaco las de Doom en Pesadilla al 100%, Jedi Outcast Any% y la del magnífico Donkey Kong Tropical Freeze.

El evento se cerró con $3,021,970 recaudados para Médicos Sin Fronteras, la organización con la que se trabaja en la edición veraniega del evento, resultando en la cuarta vez que el evento benéfico consigue romper la barrera de los tres millones recaudados. En total y de forma acumulativa la GDQ ha conseguido recaudar más de 40 millones de dólares para distintas ONGs y asociaciones benéficas desde que empezase a celebrarse en 2010. En cuanto a la próxima cita, la GDQ organizará una nueva edición de Flames Fatales, su versión del evento dedicada a visibilizar a las mujeres que se dedican al mundo del speedruning, en la semana del 21 al 27 de agosto. Para un archivo exhaustivo con todas las partidas, así como enlaces directos a Youtube, podéis entrar al post official en el subforo de Reddit aquí: