Lo mejor del E3 2013

Es posible, atención al órdago, que Media Molecule sea lo más parecido a Nintendo que existe fuera de la propia Nintendo; que sea la única que ha conseguido entender eso que la compañía nipona ha convertido en un arte de edulcorar sus juegos y hacerlos terriblemente atractivos sin llegar nunca a empachar, de dar vida a obras con un algo que, a falta de una palabra mejor, hemos acabado denominando como “magia”. Resulta curioso decir esto de un estudio con una sola IP a sus espaldas, pero no me cansaré nunca de decir que pocos hay mejores en quien confiar. En ese desierto que fue el catálogo de Vita durante la conferencia de Sony Tearaway fue un oasis de color, un motivo para que aquellos que tienen –tenemos- una Vita podamos, al menos por un breve instante, sacar pecho y mirar hacia delante con un poco de ilusión.

Microsoft cumplió con su palabra, llegando al E3 con un saco de títulos que pretendían hacernos olvidar todo lo que rodea a su nueva consola y convencernos de que compremos una a base de grandes nombres. Yo, sin embargo, no pude hacer otra cosa más que fijarme en el pequeñín que se coló en medio de todo eso, valiente, como si estar entre los esperadísimos Battlefield 4 y Halo 5 no tuviera nada que ver con él. Puede que así sea, de hecho. Lo nuevo de los creadores de Sword & Sworcery es intrigante, es bonito y, no me cabe ni la más mínima duda, diferente a todo lo demás presentado. Que Jim Guthrie sea, de nuevo, el encargado de dar vida a la música del juego es sólo un motivo más por el que esperar lo mejor de esta gente. Puede parecer raro elegir un proyecto tan minimalista como este teniendo delante un catálogo tan grande para la próxima generación, pero qué demonios: a veces no hace falta más.

Elegir una producción tan grande como esta después de nombrar dos juegos tan «pequeños» es insultarles un poco, pero las ganas de volver a esquivar balas correteando por tejados y pasillos me pueden. No me importa que sea un reboot y no la esperada secuela. No me importa que deje de lado el maravilloso diseño de escenarios del primer juego y se lance al cada vez más frecuente mundo abierto. Joder, ni siquiera me importa lo más mínimo ese chalequillo que le han puesto por encima y que parece endurecer el aspecto de nuestra querida saltimbanqui. Si los cientos de personas que poníamos velitas delante de nuestra copia original tuvimos fe en que algún día llegaría este anuncio, sinceramente, no pienso dejar de creer ahora.

Después de Guns of the Patriots mi interés por la saga Metal Gear Solid bajó muchísimo. Tanto, que Metal Gear Solid V me ilusionaba entre poco y nada. Después vi el tráiler extendido de hace unos días y la parte de gameplay me pareció muy la polla. No sé cómo funcionará un Metal Gear de mundo abierto, pero parecía terriblemente divertido y se veía increíblemente bien. Sé que luego llegará Kojima cargado con sus pajas mentales (en el tráiler ya había cosas que hicieron saltar mis alarmas) y nos joderá la experiencia, pero de momento ha conseguido ganarse todo mi interés.

En medio de la más que predecible conferencia de Electronic Arts, el reboot, secuela o lo que narices sea de Mirror’s Edge brilló con luz propia. Vale que lo que nos enseñaron fue poco, pero creo que en general teníamos tantas ganas de que Faith regresara que somos capaces de perdonar ese detalle. Mirror’s Edge destacó en su día como una experiencia distinta a todo lo que había, donde el combate era algo secundario, casi siempre supeditado a nuestra habilidad (o falta de ella) al desplazarnos por los escenarios. Si ahora consiguen llevar eso al mundo abierto que nos han prometido y sin afectar demasiado a la experiencia de juego, la larga espera habrá valido la pena.

No he jugado a ninguno de los dos anteriores, pero sí he leído la saga de Geralt de Rivia y me conozco al dedillo su mundo y sus personajes. El primer The Witcher no me llamó nunca la atención, quizá por ser exclusivo para PC, y el segundo no lo he jugado simplemente porque, joder, mi lista de juegos pendientes es más extensa que la de la contabilidad B del PP. Sin embargo, lo que se vio en el E3 de Wild Hunt me pareció espectacular. Un mundo abierto lleno de detalles, fantásticas animaciones, un sistema de combate muy prometedor, bichos y más bichos… De esos juegos que quieres probar inmediatamente en cuanto los ves por primera vez.

A la explosión de hype tras el anuncio con teaser del nuevo Mirror’s Edge lleno de júbilo nuestros corazones y de esperanza nuestras vidas. Eso sí, no nos olvidemos de que cuando la oscuridad nos rodea y vemos luz al final del túnel, esa luz pueden ser los faros de un puto tren directo hacia nosotros. Es posible que eso de que «tendrá más acción» sea el primer lazo de su soga, pero en DICE no son tontos y saben exactamente lo que gustó a los cultistas del primer juego. Lo van a hacer de mundo abierto, eso es muy bueno, y si el teaser se aproximaba lo más mínimo al gameplay que se está gestando, a mí ya me tienen convencidísimo. El regreso de Faith es un anhelo casi ancestral, casi una necesidad que teníamos los que lo compramos en su día y quienes lo disfrutaron después de su debacle comercial, a toro pasado y movidos por opiniones poco contaminadas de convenciones y AAAes. Habrá que ver qué ruta toma el proyecto, pero su sola noticia es un highlight dorado y radiante en la lista de anuncios de este E3.

Joder un poquito volver a alucinar con algo que ya enseñaron el año pasado sigue sin aparecer por las estanterías, pero uno no puede remediarlo y termina tragándose el orgullo. Parece que el concepto de sandbox que ofrece Watch Dogs será interesante, mucho más por lo colateral y opcional que por una historia sólida o un ritmo bien compuesto. La mayoría de sandbox de éxito se sirven del componente cabra y del gamberreo para vendernos sus propuestas; aunque seas de los buenos lo divertido es cuando te vuelves un poco malo y montas pollos demenciales. Puede que Watch Dogs nos dé otra nueva dimensión: ser el azote de los perversos con más sutileza, sustituir al bully roba-bocadillos por ese pequeño manipulador que mueve los hilos, acomodar el mundo a nuestro capricho en lugar de pisotearlo. Aquí jugará una baza importantísima la variedad de los delitos de la gente y la forma en que todo desemboque en situaciones divertidas o desafiantes. Me interesa muy poco derribar a grandes corporaciones criminales: prefiero darle palizas a pedófilos o romperle las piernas a maltratadores, y ese es un nicho por explotar.

Es el puto Mad Max, niños. Esa mera afirmación ya debería ser suficiente para justificar un hype desmedido e irracional. Pero es que eso no es todo. Es Avalanche, niños. El estudio responsable del imprescindible Just Cause 2 y el nada despreciable Renegade Ops. Ha quedado claro desde las primeras palabras de los suecos tras el teaser oficial que saben exactamente lo que tienen entre manos, que no solo es una franquicia ochentera extremadamente influyente, sino también las ilusiones de muchos jugadores. El tráiler era un homenaje al final del primer filme, y han dicho sin ningún rubor que no tienen pensado implementar un modo multijugador: magníficas noticias para el público hardcore. Esta vez viviremos en nuestras carnes y en otro mundo abierto (parece que los sandbox serán a la next-gen lo que los FPS han sido a la actual), las soleadas y polvorientas desventuras del Max en lo que solo Fallout 3 en momentos puntuales pudo reproducir con genuina gracia: el postapocalipsis nuclear o una jungla sin ley de punkis dementes y supervivientes acojonados.

Ya he explicado por qué Forza 5 me parece el primer juego next gen, pero no pasa nada por repetirlo: me parece muy encomiable la forma en que Turn 10 va hacia adelante en lo técnico pero también por otras vías, con esa inteligencia artificial dinámica (que por lo visto es algo que ya tienen todos los juegos, aunque nadie se había dado cuenta) en la que confiamos porque se lo merecen. Se ha hablado mucho de unas físicas a las que sin duda les queda trabajo por delante, a quién le cabe duda, pero no creo que haya motivos por los que sospechar que Forza va a dejar de lado la simulación, y mucho menos ahora que se ha demostrado que pueden tirar por lo arcade a base de spin offs como Horizon, que además de ser un juego enorme fue recibido con mucho entusiasmo. Mi yo jugador tiene claro que Xbox One se irá a casa el primer día (lo mismo ocurrirá con PlayStation 4), y si tengo que limitar el asunto a un único juego me decantaré por Forza 5, sin duda.

Los que sepan de qué pie cojeo sabrán que no soy especialmente amigo del trabajo de MediaMolecule: LittleBigPlanet me parece interesante por todos los motivos equivocados, y la insistencia con la que tengo que interactuar con sus (en el fondo) encantadores muñecajos de tela a veces me agota. ¡Pero…! Si en algo soy generoso es en oportunidades; darle una a Tearaway, no os voy a engañar, no me costó mucho, y desde luego acabó saliéndome a cuenta: lo nuevo de MediaMolecule, en un mundo ideal, sería un vendeconsolas instantáneo, un ejemplo de cómo hacer una aventura, espero que me perdonéis la cursilería, para niños de todas las edades. La forma en que aprovecha la máquina, haciéndonos usar el giroscopio, las superficies táctiles o la cámara para mil y una cosas, crea unas dinámicas puramente felices a las que no todos los juegos para críos saben llegar; odio los juegos dirigidos a niños que no saben hacerse valer cuando es un adulto el que está a los mandos, y por el contrario me alegra mucho jugar a los que saben captar mi interés: por eso me alegra que tanto este como Disney Infinity me divirtieran tanto.

Que le den por el culo al multijugador, que le den por el culo a los controles táctiles; Bayonetta ha vuelto, y no quiero imaginarme cómo será el juego completo si la demo ya es el mejor juego de 2013. Nada más que añadir, señoría.

PlatinumGames siempre gana. El E3, nuestros corazones o lo que uno quiera. Y aunque no me atrevo a hablar sobre Bayonetta 2 sin haberlo probado —en el fondo tengo un poco de miedo, como casi todos—, sí tengo tres buenas razones para meter The Wonderful 101 aquí: a) lo jugué hace un año y ya era lo puto mejor, b) es de Kamiya y c) le basta con un tráiler para divertir.

Absolutamente todo transmite ese buen rollo que tanto se echa de menos: la música, el superhéroe que arriesga su identidad secreta para salvar a los niños de un autobús escolar, las breves charlas vacilonas con los jefes finales y las bocas que son una puta textura. Incluso la portada, que es lo que de verdad nos interesa en AnaitGames, es de las buenas, buenas.

El 23 de agosto me compro una Wii U. Razón aquí.

Según las previsiones, el temporal de shooters no amainará con la llegada de la nueva generación. Sin embargo, y gracias a algunas nuevas ideas, hay razones para el optimismo. Y aunque me gustó también mucho lo visto de Destiny, el debut de Respawn suena y se ve mejor cada vez que leo o veo algo sobre él; sorprende al apostar por Source y al fijarse en Left 4 Dead, pero sobre todo me atrae por ser un juego de mecánicas. Bungie parece querer apoyarse en la amplitud y la personalización, pero ahora mismo me quedo con lo de profundizar a partir de un concepto tan simple como el de potencia contra agilidad.

Gracias a Titanfall he recordado que sigo teniendo ganas de FPS online. Lo que no me apetece es jugar a los que ya tengo más que vistos.

Hay que ser Kojimista. En un E3 corporativista hasta la náusea, entre el poder de la nube y la oración al préstamo, este tío fue a hablar de su libro. Mejor que eso, Hideo dejó que lo contara todo Snake: sin GCI, sin hacer caso a nadie, sin que un becario hiciera el paripé sobre el escenario con un mando desenchufado. El tráiler extendido de Metal Gear Solid V: The Phantom Pain es una pieza tremendamente pensada y trabajada, valiente por enseñar cosas incómodas, pero también hecha para convencer al jugador y chocar esos cinco con el fan.

No diría que el vídeo me emocionó, porque sigue siendo Kojima también para lo malo, pero sí que se quedó más cerca que el resto y, sobre todo, que como mínimo tenía la intención de hacerlo. Me vale con eso, porque creo que es la forma más válida de destacar —a distancia, insisto— en un E3. Más adelante ya resolveremos dudas sobre la estructura del juego, sobre lo que realmente tiene de episódico y de mundo abierto, pero de momento… vamos a ver otra vez el vídeo.