En AnaitGames no estamos con los apocalípticos. No creemos que los juegos vayan a peor. No creemos que 2012 haya sido un mal año. No creemos que sea imposible elegir más de tres, cinco o diez juegos enormes de entre los que han salido este año; sí creemos, por otro lado, que hay que poner un límite a las cosas, y por eso repetimos formato: cada uno de nosotros elige tres juegos y los defiende con un brevísimo texto. Ha funcionado otras veces y funciona esta, también.
Sabemos que vosotros también tenéis vuestra opinión. ¡Menudo puto lío si no! Por eso, ya sabéis que el área de comentarios está ahí para que hagáis vuestras listas de mejores del año, peores del año, más normales del año o lo que mejor os parezca. No nos vayamos más por las ramas: a por el bistec.
Por Guybrush
Que en el 2012 hemos tenido juegos fantásticos a tutiplén es algo innegable, pero como ya avisé el año pasado, tengo cierta pasión por los juegos que exploran la narrativa. Esa vez hablaba de algo tradicional como Portal 2 o Skyrim, pero hay muchas formas de contar historias, algunas que ni siquiera necesitan de palabras, otras que ni siquiera necesitan de un argumento subrayado. Lo importante es sentir que después de jugar te llevas algo más que con los que has venido, y creo que mis tres campeones entran dentro de esa categoría. Sin más, vamos al turrón.
Journey es un gran juego, es el juego del año, y probablemente uno de los grandes de la historia, porque es capaz de coger la esencia de estar vivo y reflejarla en su mínimo común denominador. Durante tu primer viaje eres un niño, un explorador que se maravilla con cada secreto oculto, por pequeño que sea, que se muestra embargado por la belleza del mundo y que cuando encuentra otro viajero corre a su encuentro y canturrea sólo por el placer de recibir una respuesta. Cuando te pierdes gritas con todas tus fuerzas para encontrarle y si éste desaparece te embarga una desolación terrible; pero continuas el viaje. Cuando ya eres un jugador experimentado buscas entender la historia que esconde ese desierto de arena, esa montaña helada. Ya no basta con descubrir, quieres desentrañar sus secretos y averiguar cuán lejos puedes volar, y para conseguirlo a veces tendrás que seguir a otros, a veces tendrás que viajar solo. Abandonar a los tuyos y desaparecer en la tormenta. La primera vez te sientes incluso culpable, pero pronto entiendes que es necesario. Después de muchos viajes, cuando ya no quedan misterios que arrancar del polvo y la nieve, te descubres disfrutando del juego de una manera contemplativa: vuelas de aquí a allá simplemente por el placer de deslizarte por el aire. Te detienes a observar desde la distancia a los viajeros jóvenes que corretean por el escenario, y consideras si necesitan tu ayuda o no. Usas tu canto con sabiduría y aprendes a transmitir lo que necesitas y no más, aunque a veces canturreas con los recién llegados porque disfrutas compartiendo su alegría. Journey es sólo un juego, pero es un juego que capta mejor que ninguno la esencia de la vida humana, del continuo viaje a través del cambio y de cómo, al final, no morimos cuando nuestro cuerpo sucumbe, sino cuando el destello de nuestra vida deja de reflejarse en la de los demás.
Al igual que aprecio la introspección y la reflexión de juegos como Journey, resulta que también soy muy fan de los juegos violentos. Creo que poder expresar un nivel de agresividad visual desorbitada es una de las prerrogativas de las que siempre ha disfrutado el mundo de los videojuegos sobre otras formas de expresión, y siempre he abogado por su uso superlativo. Uno de las pocas decepciones que me llevé con GTA: SA es que habían eliminado el Gore de Vice City, maldita sea, si yo lo que quiero de un buen juego de acción es hacer el bruto lo máximo posible. Entonces llega Hotline Miami, me pega una hostia la boca, me agarra del pelo y sin darme tiempo a tomar una bocanada de cordura me hunde la cara en una historia de violencia demencial que hiede a sangre y alcaloides. Un juego único, que nos invita a realizar -historia esquizoide mediante- matanzas desde cualquier ángulo posible, ya sea irrumpiendo como una fuerza de la naturaleza, desperdigando los sesos y entrañas de nuestros enemigos por las paredes a golpe de escopeta, o de forma más discreta, escurriéndonos de habitación en habitación cortando cuellos y reventando cabezas. La música, apelmazada y hostigante en los interludios y cañera y agresiva en las masacres, es maravillosa, otro más de los engranajes que hacen funcionar Hotline Miami como un reloj, que incluso en sus defectos, propios de juegos de otra época, se afianza para ofrecernos una experiencia redonda, con una personalidad única, tremendamente coherente y lo que es más importante, divertida a más no poder.
Para terminar, una medalla de bronce a un juego que creo es uno de los tapados del año: Spec Ops: The Line. En el apartado jugable es notable: quizá otros prefieran tiroteos más arcade, pero yo he disfrutado como un enano participando de batallas donde los soldados mueren de un tiro de escopeta a media distancia y una ráfaga corta de subfusil; donde la munición escasea pero sobran muertos que profanar para conseguir nuevas armas con las que seguir abriéndose paso. Jugablemente, decía, es notable, pero lo que de verdad me hace querer darle una mención es que Spec Ops: The Line ha conseguido llevar lo que Uncharted empezó a un terreno un poco más farragoso. Ambos juegos comparten en cierto modo arquitectura: la de aventuras con una fuerte carga narrativa, muy scriptadas, con un argumento muy lineal, pero tramado de forma que el protagonista se sienta parte intrínseca de la historia, aunque en realidad haga poco más que correr, cubrirse y pegar tiros. Una forma de narrativa interactiva que bebe del cine y que los chicos de Naughty Dog supieron aplicar con maestría a un género ligero como es la Aventura -con A mayúscula- y que en Yager han intentando aplicar -con menor fortuna, eso sí- a una aventura de acción emplazada en medio de un conflicto bélico. Una aventura de acción que trata de reflejar el drama, la dureza y la confusión que provoca ante la sensibilidad humana el verse parte de algo así. Creo que al final yerran el tiro, pero por poco, y creo que es un intento loable que ha dado como resultado un juego más que digno, y que, con suerte, dará mejores juegos en el futuro. Juegos que empiecen a sacar del cine no sólo su espectacularidad, sino la artesanía de construir historias.
Por Christian
Si esto fuese de elegir los mejores juegos a los que hemos jugado este año, con independencia de su fecha de salida, mi podio sería muy diferente. Deus Ex: Human Revolution estaría ahí arriba del todo y Tactics Ogre: Let Us Cling Together no andaría muy lejos. De hecho, me duele profundamente que ambos juegos no estuviesen en mi lista del año pasado, pero supongo que hay que asumir que es imposible jugarlo todo. De hecho, seguro que el año que viene me acordaré de algún otro juego de 2012 que lamentablemente no estará entre mis tres elegidos de este año.
Sea como sea, mi oro esta vez va para Dishonored. Los motivos son muchos, pero podría empezar nombrando el maravilloso mundo que Arkane ha creado para él. Sí, yo soy de esos bichos raros a los que les gusta disfrutar de una buena historia en un videojuego y la ciudad de Dunwall esconde entre sus muros y sus calles infestadas de ratas y apestados mil y una historias que contar al jugador. La trama de venganza y redención de Corvo Attano es sólo una de esas historias, posiblemente no la mejor de ellas. Sin embargo, al mismo tiempo que hacemos avanzar ese hilo principal escondiéndonos entre las sombras y los tejados, se nos permite escuchar conversaciones y enterarnos de secretos que ayudan a dar a este mundo de marcada inspiración steampunk una personalidad compleja, difícil y, quizá por ello, terriblemente atractiva. Otro importante motivo para este oro es el fantástico diseño de los escenarios. Es un placer recorrer Dunwall buscando secretos, enfrentarse a los retos que el juego nos pone delantes y ser conscientes de las múltiples formas de superarlos. Esa libertad sería el tercer motivo. Libertad bien entendida, con consecuencias visibles que afectan no sólo al argumento sino también a lo que nos tendremos que enfrentar en el futuro. Tengo claro que Dishonored no es un juego redondo, pero sí es ambicioso, especial y valiente.
La segunda posición de mi podio es para Darksiders II. Ah, ahí están. Ya veo esas cejas levantadas con desaprobación. Creo que ya lo he dicho alguna vez, pero volveré a repetirlo: Darksiders II me parece el mejor Zelda de esta generación. No es nada difícil ver cuáles son las influencias de Vigil Games en su desarrollo (o en el de su antecesor, ya que nos ponemos). Son ingredientes de éxito tomados de acá y de allá: un poco del mencionado Zelda, otro poco de God of War, una pizca de Prince of Persia, espolvoreamos con Shadow of the Colossus y servimos, pero esa extraña mezcla funciona sorprendentemente bien. En contra de la creencia popular, creo que esta secuela está por encima del primer Darksiders. Es un juego más ágil, con más elementos de rol, mejores mazmorras, un apartado gráfico superior y un personaje algo más interesante que Guerra. Evita muchos errores del primero y repite sólo uno: la infame Portal Gun. Espero que THQ consiga salir del pozo financiero en el que se encuentra porque a mí me han dejado con ganas de más.
El bronce se lo lleva Journey. Estoy seguro de que esta pequeña maravilla estará en más de una lista de mis compañeros y sin duda ellos serán capaces de defender mucho mejor que yo por qué es uno de los juegos del año. A mí me resulta difícil explicarlo con palabras porque Journey es una experiencia distinta a todo lo que hay. Sé que no gusta a todo el mundo y hasta puedo entender algunos de los motivos, pero cuando pienso en él me vienen a la cabeza las sensaciones de la primera partida: la soledad y confusión iniciales, la alegría al encontrar a otro jugador y formar un vínculo con él, el éxtasis que transmiten algunos momentos, la tristeza de otros… Explicarlo hace que pierda toda la gracia y es además un esfuerzo inútil. Al fin y al cabo, la mayoría de los que me leéis y lo habéis jugado sabéis perfectamente de lo que hablo, ¿verdad?
Por pinjed
A falta de jugar a otros candidatos a estar en esta lista como Far Cry 3 o Dishonored, ha sido un año repleto de grandes juegos y quizá estemos ante la consagración definitiva de los indies como parte importante del pastel. Quizá los números aún no sean comparables y puede que nunca lleguen a serlo, pero desde la barrera de la crítica especializada tenemos claro que esta tormenta creativa que están originando pequeños nerds de gafas gordas y pelo escaso ante sus ordenadores en un sótano de Kentucky o en un loft de Montreal significa algo, algo que es poderoso y que aún no ha desplegado toda su fuerza. Auténticos one man armies brotan cada vez más a menudo y nos lanzan su talento a la cara con una naturalidad y un descaro que, no puede ser de otro modo, beneficia a una industria más en ebullición que nunca.
Sin hacer ruido y como quien no quiere la cosa, Hotline Miami se presentó en el rellano, nos derribó de un portazo y nos reventó la cabeza de una patada mientras todavía tratábamos de entender qué coño estaba pasando. Su sordidez casi devota, su imprevisibilidad narrativa y una capacidad inusitada para dejarnos enganchados al teclado gracias a su mecánica tan directa como inmisericorde eran sus afiladas armas. Atisbos de arcade con un requisito de reflejos felinos, con un empaque retro pero con una vocación moderna que sintonizaba a la perfección con esa conversión del action hero silencioso a la obra de arte y ensayo que fue la película Drive. Violencia como ejercicio estético y descenso a la demencia como relato en un centelleante y lisérgico gaudeamus de neón, pólvora y coágulos de sangre. Hotline Miami entró en nuestras vidas como su propio protagonista lo hace en cada edificio: implacable, brutal y blandiendo un bate.
Después de que Telltale Games perdiera el estatus y la simpatía de muchos fans con el flojo Back to the Future: The Game y el directamente horroroso Jurassic Park: The Game, con The Walking Dead han hecho mucho más que redimirse: han hecho un home run que les da el partido. Porque, y esto lo decimos muchos, la aventura gráfica basada en el universo creado por Rober Kirkman es el único juego en mucho tiempo que puedo considerar imprescindible. Pero imprescindible de verdad, a todos los niveles: es de los pocos títulos que debería probar la gente a la que ni siquiera le gustan los videojuegos, solamente para sentir el poderío de la llamada «narrativa emergente» penetrándoles durísimo con la fuerza de una manada de dogos de Burdeos. Un guión sencillamente redondo, repleto de ramificaciones y de momentos tensos, un continuo exigir al jugador que tome decisiones drásticas, que se posicione, que decida si hay que mirar por el grupo, por uno mismo o por la pequeña Clementine. Exigencia también emocional, por momentos casi agotadora, y todo ello con una pátina de amargura y desesperación que cala profundamente mientras uno juega. En lo gráfico bordea la chapuza, pero es tan poderoso lo que nos explica que se le perdona cualquier cosa.
Y en tercer lugar, el que podríamos llamar el campeón de la otra liga o el Atlético de la industria, es para mí Sleeping Dogs. No solo se trata de un sandbox urbano enamorado de los Grand Theft Auto, que también, se trata de brindarle a los fans del cine de acción chino algo que solo nos han dado con cuentagotas. Lejos queda el recuerdo de ese abrazo del oso que nos hizo John Woo con Stranglehold, un juego brillante pero limitado, así que Sleeping Dogs redimensiona esa iconografía en los videojuegos y nos deja explorar callejones, tiendas y situaciones que uno tiene la sensación de haber visitado cientos de veces a través del cine. Debe de ser como viajar a Nueva York y reconocer partes de la ciudad de una forma inconsciente, casi atávica. Además Sleeping Dogs es ambicioso y no duda en copiar mecánicas de éxito de los Batman de Rocksteady o del infravalorado The Warriors de Rockstar e integrarlas en su pequeño ecosistema de pandilocos de ojos rasgados y muertes por trituradora. En pocas palabras: chinos con cuchillos, por el amor de Dios, ¿es que hace falta algo más en la vida?
Por chiconuclear
Le leía hace un par de días a Jordi Costa una cita de Mark Cousins, de su Historia del cine, que decía así: «La industria del cine mueve ahora miles de millones de dólares, pero lo que la mueve no es la taquilla o el show business, sino la pasión, la innovación. (…) Hablan tanto de taquillas que nos han hecho pensar que el dinero es lo que mueve a las películas. Venta de entradas, marketing, glamour, estrenos, alfombras rojas… Pero no va de eso. El dinero no crea las películas. Los que ponen el dinero no conocen los secretos del corazón o el resplandor de las películas. Pero, si no es el dinero el que crea las películas, ¿qué lo hace? Esta es la respuesta: las ideas.» Por eso mis juegos del año son, en este orden pero también en cualquier otro, Fez, Journey y Little Inferno.
Fez lo es porque lo vale y por Phil Fish. Después de tantos años, de tantos problemas, de tantas historias (tantas que su contribución en Indie Game: The Movie se queda corta: bien podría haberse hecho una película sólo sobre el parto de Fez), resulta que la espera acabó mereciendo la pena: muchos se subieron al carro de la estética retro por culpa de, o gracias a, Phil Fish, pero pocos la han entendido tan bien, pocos la han aprovechado de forma tan magistral para acomodar en ella ideas totalmente contemporáneas. Fez tiene muchas capas, muchas lecturas, y gran parte de su grandeza radica en su escalabilidad: sus referencias y homenajes lo enriquecen, pero sin ellas no cojea; la fuerza de su diseño es mayor que cualquier pixel art, cualquier guiño a Super Mario 64, cualquier chascarrillo retro.
Estaba predispuesto a que Journey me gustara, pero también ha conseguido radicalizar mi opinión sobre qué pueden conseguir los videojuegos. Journey es un juego esencialmente espiritual que reflexiona sobre el valor de nuestras vidas, sobre lo efímero de las relaciones humanas y sobre la importancia y las dificultades de la comunicación. Entre otras cosas: la importancia y la perfección de las narrativas emergentes que propicia Journey es algo que será tenido en cuenta durante muchísimo tiempo. Lo que han hecho Jenova Chen y su thatgamecompany es un ejemplo de contención, elegancia, reposo y humanidad. Huye de la evidencia y de la evangelización; quizá sea el juego más popular del año, también, en el sentido de que su influencia está radicalmente apartada de cualquier elitismo: nos apunta a todos y cada uno de nosotros.
A medio camino está Little Inferno. Escondida detrás de una parodia de juego de Facebook está una metáfora sobre la importancia de invertir bien el tiempo en valorar lo que hacemos, a las personas que nos rodean y las cosas que hacen por y para nosotros. Me gusta que Little Inferno esté a medio camino entre Fez y Journey: tiene algo de metajuego y algo de dejar poso en el que lo juega, nos hace reflexionar sobre lo que jugamos y sobre nuestro lugar en el mundo. No puedo decir mucho más sin tener que colgar carteles alertando a los maniáticos del spoiler, así que mejor emplazar a lo que escribí en su día sobre el extraordinario juego de Tomorrow Corporation.
Es difícil quedarse sólo con tres juegos y más difícil todavía dejar atrás joyas que me han hecho disfrutar este año tanto como cuando era un crío. Mi necesidad de velocidad la cubrieron hace no mucho Forza Horizon y el genial Most Wanted, ese golpe sobre la mesa de Criterion que puso punto y aparte a muchas de las cosas que dábamos por supuesto en un arcade de carreras, pero a principios de año otro de mis favoritos, SSX, ya me tuvo enganchado meses (literalmente: pocas veces he dedicado un par de horas al día a un juego durante tanto tiempo) con sus locas piruetas y su macarrismo dubstepero. Los New Super Mario me hicieron ver que todavía tiene sentido hacer plataformas en 2D de tempo clásico. Max Payne 3, Spelunky, Halo 4, Sonic & All-Stars Racing Transformed, Dustforce, Kid Icarus Uprising, Sleeping Dogs, Dishonored, Black Ops II: con muchos juegos me lo he pasado como un enano, pero mis tres juegos del año son los que son porque si tuviera que dar motivos por los que nuestro medio es relevante a un no jugador pondría como ejemplo Journey o Little Inferno antes que las desventuras asesinas de un alcohólico en Brasil o los delirios japoneses de un ángel que no sabe volar, por mucho que los haya disfrutado enormemente.
Por Pep Sànchez
Aunque echando la vista atrás, con perspectiva, me cuesta demasiado no hablar de un buen año, a lo largo de 2012 me he hecho varias veces aquella fatídica pregunta de «¿por qué estoy dedicando tanto tiempo a todo esto?». Sé que no he sido el único. Señalar la de de thatgamecompany como respuesta más convincente —algo obligado— es quedarse corto: Journey va por delante también en eso, al hablar sobre la cuestión que viene después de la siguiente.
La peregrinación según Jenova Chen, su Passage al cubo, es el único juego que de verdad me ha marcado, el único que me ha hecho reflexionar, el único con el que he llorado, el único que me ha cortado la respiración y el único, quiero creer y creo, que me ha convertido en un proyecto de persona un poquito mejor. También es el único que lo ha intentado, pero eso no le quita ningún mérito: es el mejor y es el más importante, sin que una cosa lleve necesariamente a la otra. Porque Journey no tiene tiempo para debates identitarios, entiende el medio como nadie y emociona, glups, también por apartados: es netamente superior lo artístico, en lo sonoro, en diseño y en narrativa.
Reivindicativo y maduro, casi injusto para los demás, pero orgulloso como el que más de ser videojuego, Journey es la cosa audiovisual con más fuerza que haya disfrutado este año. Eso, teniendo en cuenta que vi Drive hace nada (y a la espera de que alguien recupere a Ramonchu para las campanadas. POR FAVOR), es mucho decir.
Para Fez fueron muchas de mis mejores sonrisas cómplices. Algo como «Menudo cabronazo más bueno, este Phil Fish» pensaba, asintiendo, al enamorarme de ese precioso pixel que no lo es o al recoger un cubo escondido tras un rompecabezas especialmente ingenioso. Autor y obra, obra y autor, se preocupan por demostrar su inteligencia —se lo pueden permitir— y eso es algo que me gusta especialmente. Fez es uno de esos homenajes difíciles de encontrar, que entiende lo que hicieron los demás y sabe lo que puede aportar él. Lo que nos cuenta su guiño al pasado es lo mismo que repite cuando mira hacia adelante ((Lo mismo que, hace un segundo, decía @chiconuclear que decía Jordi Costa que decía Mark Cousins.)): lo importante son las ideas. Y que las de Phil Fish estén aquí, no en cualquier otro sitio, es algo que me parece absurdo no celebrar.
Sí, ¿qué pasa? Kid Icarus: Uprising cierra un podio que arañan Far Cry 3, Gravity Rush y Thirty Flights of Loving. Necesitaba mencionarlos. Pero gana el juego de Sakurai, por tener más de aquella majia con jota que algunos recordaréis. De lo mejor que ha dado Nintendo en años —exactamente ese juego que muchos siguen esperando, que demasiado pocos conocen—, esta pequeña maravilla es sobre todo una lección de respeto; hacia el propio juego, hacia el jugador en general y hacia el fan en particular. Habría vendido lo mismo y tendría la misma nota media en Metacritic con la mitad del contenido, con un tercio de sus fantásticas referencias y sin el que es, creo yo, el mejor guión del año. Diosa Palutena, cásate conmigo.
Por Xavi Robles
Una imagen vale más que mil palabras y no, no estoy hablando del Doritosgate. En junio, después de una agotadora jornada en el E3, nos encontramos con la gente de thatgamecompany y pudimos charlar con ellos. Aquí está la prueba.
Pero fijaros bien.
Esta mueca de Víctor, entre la epilepsia y la felicidad, es más o menos la que arrastramos toda la tarde. Journey es, al igual que el equipo de thatgamecompany, como un maestro de kung fu: humildes pero profundamente sabios. Lo que más me asombra es el cómo son conscientes de su capacidad y de las posibilidades actuales del medio: ya hemos visto que todavía no sabemos hacer demasiado, los tiros se nos dan bien pero poquito más. Para partir el tablón de madera de un golpe primero tenemos que jodernos los nudillos durante bastante tiempo, como nos enseñó Beatrix Kiddo. Mientras unos amenazan con destrozarlo a bombazos que se quedan a mil millas de distancia estos, poco a poco, ya lo tienen a medio romper.
A pesar de que están en las antípodas Far Cry 3 tiene ciertas similitudes con Journey en eso de no querer hacer más de lo que se puede pero hacerlo todo lo bien que se sabe. Un cooperativo que no está mal, un multijugador sorprendente y una campaña que me ha atrapado como no lo habían conseguido las de Skyrim o los últimos Zelda. Te hace disfrutar de esa gran isla dándote muchas cosas que hacer, siempre con personajes dispuestos a compartir cómo pillaron sífilis o qué droga les gusta más, pero también te sabe meter en situaciones bien dirigidas que consigues apuntalar ese ritmo que nunca decae. En mi opinión es uno de los triple A mejor medidos y acabados de los últimos años.
Por último está Hotline Miami, un baño en una piscina llena de sangre y música electrónica de la que sales sucio y alucinando. Un chute que te enrojece los ojos y que te arma con un bate de béisbol. Es una experiencia fabulosa para disfrutar a solas, en la oscuridad de tu estudio.
Mejor Juego de 2012 en AnaitGames. Menuda sorpresa.
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Me encanta el final del articulo.
Creo que a estas alturas nadie lo dudaba
No es un juego, es HAMOR en vena.
Pues todos menos pinjed hableis mencionado Journey, así que yo diría que ese.… ¡¡y yo aún no lo he probado!!
[Edit] Edito mi respuesta porque habéis editado el post mientras estaba escribiéndola
Merecido ganador. Aunque haced justicia a Knytt Underground, que ha llegado tarde y de tapado pero dará que hablar.
Felices fiestas.
No…. si al final me lo tendré que pillar… esta de oferta con el PLUS?
@guybrush ¿Cómo que «yerramos el tiro», mamona? ¿Tu has visto la de premios que nos han dao? xD
Me gusta un comentario que dice @christian de que no se puede jugar todo, y de que, si fuese por juegos jugados en 2012 las listas serían diferentes en cada uno.
Por ejemplo, yo de lo que he jugado este año, el que más me ha gustado y está gustando (porque aún no lo he acabado siquiera), es el BioShock (de 2007 si mal no recuerdo). Si el mundo no se acabó el 21 de diciembre, es para dar una prórroga a la gente perdida en la vida como yo y jugar a esta joya antes de poder morir a gusto.
Débiles… nadie pudo con Spelunky. Aunque Fez, Mark of the Ninja y Journey me gustaron mucho ninguno se compara al tiempo, dolor y satisfaccion que me ha dado el.
Me cachis en la mar. Que sólo aparezca dos veces Fez me mata por dentro y me llena de ira. Bendito @chiconuclear
¿No han notado que la mayoría de los juegos mencionados son proyectos indie? ¿Es que acaso la oferta de las grandes productoras ya no satisface a los usuarios conocedores? Esta premiación es una bofetada en la cara a las grandes productoras. Y eso es sano para la industria.
@kami
Por lo que dijo hace nada en el AnaitTwitter, me temo que
@tempano se refiere a FEZ
Estaba cantado y lo entiendo y respeto pero creo que Fez es mucho más juego que Journey. Journey es una especie de experiencia visual-sonora muy bonita pero como videojuego se queda un poco corto. Creo que si fuera el típico juego flash de internet no se le hubiera dado tanto bombo, y ojo que me encanto la experiencia, fueron 2 de las horas mas bonitas delante de una consola del año.
Una pregunta para los que hayan jugado Far Cry 3; se puede hacer uno experto en las 3 «ramas» o «tatuajes»; o solo en una de ellas, en plan Skyrim?.
Gracias y felices fiestas.
@azuma
No es especialmente difícil conseguir todas las habilidades de las tres ramas, no. ¡Y te dan un logro!
Sabía que iba a ganar Journey
Yo dejaré los 3 con los que me lo he pasado mejor:
1. Dark Souls, por encima de todo.
2. Batman Arkham City.
3. Sleeping Dogs.
Pero no voy a decir (excepto Dark Souls) que sean lo mejor del año, que no lo he jugado a todo.
@baxayaun
Y estoy seguro de que son premios merecidísimos. El juego me ha gustado mucho, pero creo que lo que realmente tiene valor de él tiene un acabado demasiado grueso. Es un juego que se hubiera beneficiado mucho de un tratamiento más sútil y detallista y sin embargo creo que aborda su nucleo de una forma muy rudimentaria, muy básica y evidente.
No obstante me parece un primer paso cojonudo en una dirección que los juegos tienen que tomar sí o sí en algún momento.
Y qué cojones, si tengo que resumirlo a una frase, el juego me ha encantando. Por mí puedes sentirte orgulloso.
Ok gracias, yo lo que no sabía era si habría algún tipo de límite de estos que joroban tanto para evitar personajes overpowered.
Respecto a los premios, siento como que he hecho los deberes este año pues he jugado a todo lo arriba expuesto. (menos a sleeping dogs y darksiders 2, no son mi estilo).
¿nadie se va a acordar de catherine?
@guybrush
Not good enough…
xD
En un mundo alternativo y perfecto Mass Effect 3 gana el premio al juego del año.
;___;
Sleeping Dogs me lo estoy pasando ahora y me parece genial, y eso que aborrecia los sandbox.
@rapther
Dark Souls y el Batman Arkham City son juegos de 2011
no se porque nadie ni siquiera ha nombrado Max Payne 3
A mi Journey me encantó, lo jugué muchas veces pero ya tengo tiempo que no lo toco, no se si personalmente me dio todo lo que tenía; he estado jugando Far Cry 3 y no me puedo despegar de él, no lo he acabado pero ya es mi juego del año, segundo Most Wanted y terceros hay varios. Okami HD cuenta?
Journey juego del año? En serio? xD
Justo hoy lo acabo de comenzar. Y ojo, porque a saber si va a desbancar a Max Payne 3 de mi primer puesto.
Me gusta que @pep_sanchez haya tenido en cuenta a Kid Icarus, me lo he pasado hace escasos dos días y estoy encantado con el, el juego destila mimo y buen hacer. Además es muy rejugable con el tema de completar tableros o ir a puertas que solo se abren en dificultades concretas.
Es MAJIA nintendo y desde Mario Galaxy que un juego nintendo no me transmitía esta sensación.
Me da la impresión que este año los juegos lanzados por las grandes productoras se movieron, al anunciarse, entre la expectación y la desconfianza.
Algunos nos preguntábamos (e incluso nos respondíamos) si Silent Hill Downpour, Max Payne 3 o Hitman Absolution serían unos dignos representantes de sus respectivas sagas, y nuevas IP’s como Kingdoms of Amalur: Reckoning, Dragon’s Dogma o Dishonored presentaban dudas más o menos razonables.
Al final parece que ninguno de ellos (a falta de jugar al Amalur) es un mal juego, más bien todo lo contrario, pero creo que no se ha llegado al nivel del año pasado.
Journey no es que sea juego del año, es que es juego de la historia vaya.
Efectivamente, que se me ha ido la cabeza. No criticaré salvajemente Journey por que no he tenido oportunidad de disfrutarlo, solo que ha de ser enormemente bueno para superar a FEZ.
No sé. Me ha parecido un juego tan redondo que no solo creo que sea GOTY de este año sino uno de los mejores de los últimos años.
Mis favoritos han sido Journey, The Walking Dead y Batman: The Dark Knight Rises.
Guild Wars 2 > Far Cry 3 > Hotline Miami > The Walking Dead.
Si, lo se, son 4. Pero no podía dejar a ninguno de ellos fuera. Son 4 juegos que me han marcado mucho no solo en este año, si no en TODA esta generación.
Pues a mí el Journey me parece una puta mierda. Entiendo a la gente que defiende su valor, pero me parece una puta mierda.
y yo aun estoy esperando a jugarme el Journey con alguien de confianza
@lacoma23
No eres el único al que le duele que lo hayan ahí en el limbo. Todo el mundo en las páginas web del internés ha pasado de él como de la mierda xD.
me da mucha curiosidad saber como hubiera sido esta lista usando los juegos que jugaron o probaron en este 2012 , ya que estoy seguro que muchos tendran uno que otro juego atrasado de años anteriores que han querido probar , yo pude jugar al deus ex human revolution y vaya que ha valido la pena , lo mismo con batman AC y creo que soy el unico por aqui que no a podido probar bioshock 1 y 2 una meta para el otro año xD
Antes de dar mi podio me gustaría recordar grandes juegos que podrían estar cerca del top 3, buenos juegos que recordaré en un 2012 con verdaderas joyas, pero más flojo que 2011.
Sleeping dogs, fresco y divertido.
Assassins creed 3 por “el mundo abierto» y esa maravillosa frontera.
Mass effect 3, por ser todo el juego un gran final de la saga de Shepard con la resolución de los más importantes temas de la saga, xenofagia, guerra geths- quarianos y por eso no se le debería juzgar solo, por esos 10 minutos finales
(pajilleros de interle).
Mi oro es para Journey, gracias a todos los que me lo han recomendado, he comprado la ps3 para jugarlo, conclusión?
Ara ja hem puc morír!!
La plata: para fez, por dejarme loco, y por su novedosa y fresca puesta en escena, y por la inteligencia llevada al servicio del videojuego, (los que odian a Fish no tienen corazón).
bronce? para Farcry 3, por que creo que es el mejor shooter, la mejor aventura y el mejor sandbox de 2012, un tres en uno para un tercer puesto que bien podría ser un primer puesto si no fuera por estos gafapastas indies que están haciendo madurar el medio, juegos con las propuestas más innovadoras y emocionantes.
Finalmente diré que no he jugado a todo lo que uno quiere, juegos a los que me encantaría jugar y espero hacerlo pronto, juegos como spec ops: the line, hotline miami, most wanted…
@haaaarrrgg
@tempano
Por favor, no os perdáis Journey, un juego que como dice @pep_sanchez es de “mirar palante» en serio yo nunca olvidaré el goty 2012.
Acabo de pensar que deberíamos cambiar la Constitución para poder poner la demo de Rising aquí. Estas cosas no son lo mismo sin Platinum…
Aunque si Bayonetta 2 se da prisa (que va a ser que no) y The Last of Us no lo impide (que va a ser que sí), puede haber triplete en 2013. MEJOR AÑO.
Edito, que no quiero confusiones: lo decía por The Wonderful 101 y no por Anarchy Reigns, evidentemente.
Me la impresión de que el Journey es una mariconada de esas infladas PERO como tengo en mucha estima a ese prohombre que es @pep_sanchez voy a tener que jugar a esa mariconada.
@mrmarston
A ver si este año los mamarrachers de GAME me llenan de puntos y vales para poder pillar una PlayStation 3.
habia olvidado preguntar pero.. ¿ tienen pensado sacar un analisis de assassins creed 3 y far cry 3 ? o tal vez una reseña o algo asi ?
A mi también me parece que Journey es lo mejor del año y de lo mejor que se ha hecho, pero se exageran un poco sus virtudes. En su contra veo una banda sonora algo genérica de película lacrimógena típica y una forma de tocar el tema de la vida y la espiritualidad algo anticuada y bucólica en general, parece un juego hecho por abuelas, abuelas con mucho talento por eso.
Yo lo mejor que he jugado en 2013 ha sido Arkham City, que no recibió ni una mención por vuestra parte el año pasado.
Yo lo mejor que he jugado en 2013 ha sido Bayonetta 2.
Ah, espera, que esto es 2012 aún. Pues sí, Journey. O Hotline Miami. No sabría muy bien con cual quedarme de los dos, pero seguro que han sido de lo mejor que he jugado en mucho tiempo.
Y tiene razón @pep_sanchez, en mi lista también metería los dos minutos que pude jugar al Rising en un stand en medio de la calle.
no me lo esperaba xD
¿Journey? Todo bien.
Me uno a tu propuesta… yo también me cago en el hijo de la gran puta que es Phil Fish. Estaba alucinando con el juego y saboreando cada pixel del mismo hasta que me jode la partida y no sé si merece la pena volver a intentarlo ¿Para qué?¿Para llegar hasta cerca del final y que se me vuelva a joder la partida?