Ludum Dare 26: un repaso a los juegos

Squad-Based Tactical Roguelike Spreadsheet

¿Listos para jugar un rato al… Excel? Este curioso roguelike parte de la base (equivocada o no) de que reduciendo un juego a su mínima expresión, uno de los objetivos de la competición, lo que quedan son datos; y si piensas en datos, piensas en Excel. Es moderadamente injugable y desde luego su concepto supera con creces al resultado (y no por ejecución, que es bastante brillante, en realidad), pero resulta muy curioso trastear un rato con él.

Dock Zone
De: Farfin

Recoger unas pirámides doradas flotantes, evitar caer al agua y aprovecharse de un tablón para llegar sana y salva a su barca: eso es todo lo que tiene que hacer la protagonista de Dock Zone, y no es mucho, pero tampoco es poco. Dock Zone entra muy bien por los ojos: el arte del juego, para el poco tiempo que tuvo su creador de trabajar en él, es un ejemplo de contención y buen hacer; sabe hasta dónde puede llegar y hasta allí llega. El diseño de niveles también tiene algún punto interesante.

Ten Space
De: Thomas Bowker

Un elegantísimo juego rítmico en el que tenemos que proteger un poliedro de los triángulos y cuadrados que lo atacan. Su control es tan simple como pulsar derecha o izquierda en el momento adecuado (cuando las formas enemigas están dentro de una zona determinada alrededor de nuestro poliedro y antes de que, claro, impacten contra nosotros), pero es un juego muy bien parido: con una curva de dificultad acorde a las circunstancias, tablas de clasificaciones y demás. Corre sobre la versión web de Unity, muy utilizado entre los participantes del Ludum Dare por motivos evidentes: funciona muy bien, es muy sencillo y es terriblemente fácil acceder a él sin tener que gastarse ni un chavo.

Sine
De: ElScootro

Más simple que el mecanismo de un chupete, pero uno de los que mejor sabor de boca me ha dejado. El objetivo es lanzar una bola en una dirección sobre un tablero en el que hay paredes y círculos de diferentes tonos de gris, para conseguir que llegue a un área verde rebotando por el camino en el mayor número de sitios posibles. Al chocarse contra los obstáculos hace un sonido: en función del tono de gris, el sonido es más grave o más agudo, con lo que a la vez que conseguimos puntos vamos formando melodías aleatorias. Es genial experimentar, simplemente, lanzando la bola en distintas direcciones y viendo qué cosas se van formando. Me parece una idea cojonuda que la puntuación mayor se consiga cuanto más te chocas: aquí buscamos el sonido, no el silencio.

Velocibox
De: invi

Su ejecución es fallida pero su idea es buena, así como su aspecto: manejando a un cubo verde, tenemos que avanzar lo más que podamos por un pasillo infinito plagado de obstáculos de distintos colores moviéndonos por suelo, paredes y techo. El control va menos fino de la cuenta y el hecho de que el pasillo tenga ángulos de 90 grados, en lugar de ser un tubo como es habitual, funciona algo peor de la cuenta, pero es un proyecto interesante.

RGBism

Manejamos a un muñeco que cambia de color al pasar por las baldosas azules, rojas o verdes que encuentra por el camino; para avanzar, tenemos que combinar el poder de bajar columnas de un color concreto si es el mismo que el que tenemos en el momento con una pirámide voladora que nos sigue y que evita, cuando está encima, que las columnas vuelvan a subir aunque no tengamos el mismo color que ellas. Es más complicado de explicar de lo que acaba siendo el juego; es difícil, no obstante, y aunque quizá la dificultad de las habitaciones aumente demasiado rápido no se le puede negar estar bien pensado sobre el papel y bien trasladado al otro lado de la pantalla. Esto se aplica también a lo visual: si la mitad del resto de juegos de Ludum Dare tuvieran esta pinta, cogería carrerilla y me estamparía contra el monitor para intentar entrar en internet y quedarme a vivir con todos ellos. Además, su creador no nos pilla lejos: es lector de la web, nada menos. ¡Felicidades!

Pew Pew
De: Tigrounette

Pocos géneros me parecen tan amigos de lo minimalisma como el shmup, y sin embargo no hay tantos en el Ludum Dare; quizá sea porque son moderadamente complicados de diseñar, a pesar de sus andamios aparentemente rudimentarios. Pew Pew lo hace bien: en lugar de apuntar a por la claridad y rectitud de otros juegos de naves minimalistas como BulletGBA, este se sube a un carro muy diferente, uno alrededor del cual orbitan montones de partículas, tanto aliadas como enemigas. Merece la pena verlo en movimiento y darle unas cuantas oportunidades.

Cross
De: AstroEngiSci

El juego es un desastre, lamentablemente, por culpa de la inexperiencia de su autor, pero resulta muy interesante jugar a Cross. En primera persona, caminamos por un escenario blanco nuclear en el que conocemos a un cubo verde que nos va ayudando a superar diferentes obstáculos; Cross es un minijuego sobre la confianza en los demás, que se acaba apreciando más por la intención que por los resultados reales, y es una pena que la mayoría de veces el juego acabe abruptamente por culpa de algún bug letal (si es que conseguimos llegar más o menos lejos, haciendo caso omiso de lo terriblemente mal que está la vista en primera persona), porque se ve potencial en esta historia.

Amish Brothers
De: GaTechGrad

Este es directamente terrible, aunque bastante cómico, pero me resultaba poco honesto no incluirlo: al fin y al cabo, me lo pasé entero y me hizo preguntarme un par de cosas. No sé hasta qué punto era su intención, pero este juego sobre un amish que persigue ovejas para devolverlas al establo me hizo preguntarme por qué seguía jugando, y si no serían los otros juegos a los que dedico decenas de horas la misma mierda pero con un envoltorio más bonito; también me hizo recordar que me había quedado sin tabaco, así que no sé hasta qué punto la reflexión primera fue más casualidad que otra cosa. Jugadlo un rato, aunque sólo sea por la espantosa banda sonora.

Work!
De: VascoF

Mi juego favorito del Ludum Dare. ¿Alguna vez has tenido un trabajo de mierda, aburrido, mal pagado y alienante de la peor de las maneras posibles? Sobre eso va Work!, precisamente. Nuestro único objetivo es pulsar un botón cada vez que se pone blanco. Sin parar. Mes tras mes. Mientras tanto, nuestro jefe nos va dando palabras de ánimo, consejos vitales e información laboral de interés. Los meses pasan. Los años pasan. Quizá no pulse el mismo botón a todo el mundo, pero desde luego Work! tiene un fondo poderoso y sabe hacerse entender de la manera más elegante y efectiva.

Short Fall
De: Arowx

Una especie de Descent ultraindependiente y lógicamente más minimalista; el control podría beneficiarse de un par de ajustes, pero la verdad es que funciona sorprendentemente bien: como en el mencionado Descent, vamos en una (supongo) nave que podemos mover libremente por una serie de galerías en las que enemigos nos van intentando joder la vida, cada uno como mejor puede. Cuesta un poquito hacerse con el control de la nave, pero a la que nos movemos con cierta soltura se vuelve bastante hipnótico, siempre y cuándo no nos estén acribillando, claro.

MNML
De: docix

Minimalista hasta en el nombre, en MNML manejamos con el ratón una bola a la que tenemos que ir llevando hasta la meta por distintos circuitos de obstáculos; el objetivo último es terminar en el menor tiempo posible todos los niveles. No recuerdo exactamente cuánto tardé yo, pero fueron menos de tres minutos; además de tener un aspecto fenomenal, su minimalismo no sólo lo limita sino que hace que se expanda hasta el infinito: aquí hay material para piques, aviso.

Shrinking Contact

Para terminar, otro de mis favoritos. Manejamos a un bicho que sólo puede saltar y encogerse; los saltos son cortos y más o menos precisos, pero si los combinamos con el encogimiento la cosa se va de madre: la gravedad parece modificarse y salimos volando hacia sitios que de otro modo serían de acceso imposible. El objetivo es muy simple: en cada nivel (compuestos por una única pantalla, sin scroll) hay una puerta, y tenemos que llegar a ella. A veces, para hacerlo hay que activar antes uno o más interruptores, en forma de triángulo. Cuanto más avanzamos, más interruptores hay, más difícil es llegar a ellos y más difícil, para colmo, es no acabar cayendo hacia la muerte en las varias áreas de peligro de cada nivel. Muy bien diseñado, muy agradable de jugar y muy difícil de dejar de lado una vez nos picamos con él.

Las fotografías que ilustran el artículo están extraídas de ludumdare.com; pertenecen a encuentros que distintos equipos, universitarios o amateurs, organizan para celebrar la competición en vivo.