No hay espacio en el 2019 para los dating simulators. O al menos no debería. En una época en la que se cuestiona el amor romántico y se celebra cada vez más la independencia y la soltería, en la que se nos anima a pensar que somos una naranja completa —o un melón, o un pomelo—, los títulos centrados en buscar pareja deberían sentirse como algo del pasado. Una reminiscencia que, dejando a un lado su calidad o su capacidad para divertir, fuera complicada de vender a una audiencia actual. Pero, como con las comedias románticas, sucede todo lo contrario.
Hace un par un de años, Dream Daddy supuso una pequeña revolución. La visual novel protagonizada por padres solteros que buscan el amor (o lo que surja) en una urbanización de las afueras consiguió destacar en un sector saturado logrando tanto excelentes cifras de ventas para un proyecto tan modesto, como una visibilidad más que notable teniendo en cuenta la escasa inversión en publicidad. La popularidad de Dream Daddy fue algo totalmente inesperado para Game Grumps, estudio que solo pretendía hacer un pequeño juego de humor queer que apelara a una audiencia que ellos consideraban de nicho. Pero el nicho no solo era más grande de lo que creían sino que estaba lleno de personas que estaban deseando encontrar un tipo de representación que creían imposible. Y al encontrarla, su relación con el juego se había vuelto algo personal.
En cierto sentido Dream Daddy no había inventado nada. Títulos como Hustle Cat ya nos permitían cortejar a todo tipo de personajes más allá de su género o apariencia, dejando de lado el tropo de muchacha joven y sosa rodeada de maromazos imposibles que había extendido títulos como Angels’ Afternoon o Miho Nakayama’s Heartbeat High School. En los nuevos dating sims los personajes no solo son algo más complejos, sino que suelen tener una serie de problemas que no se solucionan simplemente encontrando el verdadero amor. Sin embargo, Dream Daddy va un poco más allá. A pesar de que la jugabilidad y las mecánicas giran alrededor de tomar las elecciones necesarias que nos permitan conquistar a la pareja deseada, el título de Game Grumps se permite introducir en su narrativa tramas y temas que dejan de lado el amor para hablar de la familia, la amistad o la lealtad.
Pero no es solo la inclusión y la representación de minorías de forma responsable lo que ha hecho que las nueva ola de juegos de citas se sienta más fresca que nunca. El humor —especialmente el humor absurdo y autorreferencial— se ha descubierto como una excelente forma de conectar con la audiencia, algo que ya demostró el mítico Hatoful Boyfriend. El juego, que nació en realidad como una broma de April’s Fools, nos mete en la piel de la única estudiante humana en un elitista colegio privado de palomas. Entre las distinguidas aves que podemos romancear se encuentran millonarios herederos, descerebrados deportistas y estudiantes timoratos de primer año que pasan las horas encerrados en la biblioteca. No obstante, y pese a que lo que convirtió a Hatoful Boyfriend en un juego de culto fue su insólito giro final (que daba pie a un epílogo que duraba más que el propio juego), el tono humorístico del título se ha expandido, influenciando a la mayoría de dating sims que han venido después. Uno de estos hijos es el aclamado Monster Prom.
Desarrollado por el estudio barcelonés Beautiful Glitch y lanzado en 2018, Monster Prom nos traslada a un instituto en el que fantasmas, hombres lobo y sirenas conforman el grupo de los alumnos más populares de la escuela. Nuestra misión será conseguir, en tan solo cuatro semanas, que uno de estos chicos cool no solo se fije en nosotros sino que acceda a acompañarnos al evento más importante del año: el baile de graduación. En cierta medida, Monster Prom muestra cierto espíritu conservador en lo que se refiere a su diseño y gameplay, admitiendo cualquier tipo de sexualidad e identidad de género, usando tanto un test como las clases del instituto para establecer las estadísticas del protagonista o basando sus mecánicas en la elección entre dos opciones de diálogo o de escenario. Sin embargo, tanto la inclusión de un divertidísimo multijugador —que puede admitir hasta cuatro personas en modo competitivo local— como la calidad del arte, los diálogos y los chistes (llenos de referencias actuales) han convertido al juego en una sensación de la que ya se prepara una secuela.
«Monster Prom 2, un juego competitivo sobre ligar con monstruos, ha destrozado sin despeinarse su meta de Kickstarter», titulaba PC Games su artículo dedicado al juego. No es un exageración. Aunque el equipo solicitaba tan solo 32.000 euros para sacar adelante el desarrollo, ha terminado por recaudar 535.000, 16 veces más de la cantidad que necesitaba, logrando, además, incorporar todas las recompensas en lo que ya se anuncia que será tres juegos en uno. La campaña de financiación colectiva de Monster Prom ha sido una de las más exitosas de nuestro país, superando a la de juegos tan reconocidos y esperados como Summer in Mara o Blasphemous y quedándose apenas a unos miles de euros de igualar el éxito de Temtem. No obstante, el juego no ha tenido ni la mitad de presencia y visibilidad que los anteriores en las webs especializadas. Y es que, como las comedias románticas, los dating sims pertenecen al más rentable de los género invisibilizados.
Un repaso a la historia del cine nos recuerda que, en sus inicios, las comedias románticas no solo funcionaban bien en cartelera sino que eran bastante eficaces para congratularse con la crítica. Las películas dirigidas, escritas y protagonizadas por hombres, ideadas para atraer a un público análogo —como buena parte de la filmografía de Woody Allen— ganaban premios y menciones en festivales de todo el mundo. Sin embargo, cuando se cambió a un target femenino y las protagonistas empezaron a construirse como representación de la mujer moderna, el género perdió prestigio, ganándose apelativos como chick-flick (películas para tías). Pero mientras la crítica las denostaba y la prensa las ignoraba, las rom-coms, que conseguían llevar a su fiel audiencia al cine, aprovechaban para hablar de temas que otros géneros no se atrevían a tratar como la liberación sexual femenina, las dificultades para conciliar trabajo y hogar, las familias mezcladas o, más recientemente, la representación de minorías, el amor en la era de la tecnología o la imposibilidad de seguir los cánones de belleza.
Como ha demostrado Netflix, desde el punto de vista de la producción, las comedias románticas son una apuesta segura ya que con un presupuesto pequeño —lo justo para contratar a un par de estrellas— se consigue una alta rentabilidad (A todos los chicos de los que me enamoré o Locamente Millonarios, por poner dos ejemplos del 2018, han cuadriplicado su inversión). Además, el creciente interés en la inclusión de diversidad en la ficción y el tratamiento de temas sociales, hace que incluso películas «flojas», como Quizás para siempre, dominen la conversación cultural durante las semanas posteriores a su lanzamiento.
Pero mientras en el cine se produce el cambio de paradigma con respecto a las rom-coms, en los videojuegos nos estamos quedando atrás. El hecho de que la calidad de Monster Prom no sea más celebrada o que su éxito no se ponga en el mismo lugar que el de otros juegos de géneros más aceptados por la comunidad de jugadores más cerrada, demuestra que tenemos mucho camino por recorrer. A fin de cuentas, aunque la fórmula en ambos medios sea la misma —mucho humor, romance y una especial atención a temas sociales— es en videojuegos donde se está llevando mejor. En donde, de verdad, se está creando con calidad. Porque, seamos serios, una versión de Un príncipe por Navidad en la que el soberano es un déspota absolutista no nos caería tan bien como la trama de Miranda Vanderbilt en el juego español. Hay que quitarse los complejos y sumarse a la revolución silenciosa a la que nos invitan los dating simulators en la actualidad. Enamorarnos, reírnos con memes ridículos o sumergirnos en un mundo donde todo el mundo tiene un hueco, nunca ha sido más sencillo. El baile de graduación nunca ha sabido mejor.
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Muchas gracias Marta por el articulo. Una preguntilla, para alguien que no ha jugado Dating Sims (exceptuando Hatoful Boyfriend que me pareció una maravilla) puede ser un buen jueguico de entrada al genero? Es que el diseño del juego me ha vuelto loco.
@kyle
Lo probaremos, gracias
¿Tampoco nos gusta el amor romántico? Qué manía nos ha dado por aquí con el verbo «deber» últimamente. Desde que empezaron a salir mods para ampliar las opciones románticas de juegos como Baldur’s Gate 2 tengo muy claro que el desarrollo de romances en los videojuegos es algo que despierta muchísimo interés, como han demostrado más recientemente The Witcher o los últimos juegos de BioWare (otra cosa es que ese componente se haya sabido llevar correctamente a la práctica, pero eso ya es otro tema). Que existan géneros especializados en ello es una consecuencia lógica y me parece fetén, en 2019 o en 2025.
Como simpatizante pero poco conocedor de los dating sims, agradezco el artículo y voy a darle un tiento. Monster Prom tiene una pinta increíble, los monstruos en el instituto son la mejor cosa que hay.
@martatrivi, te animo a sumergirte también en las pantanosas aguas de las visual novels. Katawa Shoujo (con toques de dating sim) es una preciosidad que ha hecho mucho por la visibilidad de las personas con discapacidad. No todo son muñecas de anime violadas por seres con tentáculos.
Tiene una buena oferta en Steam, me está tentando pillarlo.
Una pequeña corrección/aclaración: Monster Prom 2 ha batido el record de videojuego español que más ha recaudado en Kickstarter. Recaudó 535000 euros, que son $608607. El anterior record lo tenía TemTem de Crema con $573939.
Bastante más por debajo quedan los otros grandes éxitos patrios de KS como los 333246$ de Blasphemous o los 233919€ de Summer in Mara.
El éxito de Monster Prom 2 ha sido muy merecido. Llevaban mucho tiempo estudiando KS y preparando la campaña, cuidando a su comunidad de fans del anterior proyecto y creando una base de usuarios así como de influencers para apoyar el proyecto que encaja y funciona muy bien con Kickstarter. Han hecho una muy buena campaña cuidando todos los aspectos, desde la selección de diferentes hitos como a la estrategia de comunicación y el trailer y las diferentes animaciones, etc.
Sobre visual novel no tengo ni idea pero aprovecho para recomiendar a alguien que conozco y supongo le gustará a Marta: visual novel indie made in Spain, hecho por chicas y con contenido LGTB:
https://ertal-games.itch.io/
La he puesto a bajar del tirón, qué pasada. Gracias por la recomendación 😍
Ni sabía que existía esto. Me habría bajado pero ya el primero si estuviera en castellano, unluck
@krozzover Katawa Shoujo es de lo mejorcito que hay, está súper bien escrito y lleno de cariño y respeto por sus personajes.
Buscar una pareja, el deseo de cariño y atracción sexual es un instinto natural, en otras palabras una base biológica, no un constructo social.
Mientras tengamos necesidades afectivas, juegos como los Dating Sims (Romanticos / Eroges / Visual Novels ) seguirán teniendo mercado.
Además, el genero nunca murió y va por derroteros muy suyos.
– Saya no Uta
– Teaching Feeling
– Persona
– Katawa Shoujo
@martatrivi
Kawata es un juego lleno de feels, no se si lo has hecho ya con lo comentado en el artículo este, pero molaría escuchar tu opinión en el podcast.
Por cierto, Dream Daddy sale para Switch esta semana
El mejor dating sim es el Otomevania , lo sabe todo el mundo.
Por favor que alguien cree un otome en el que puedas romancear con Pep y su cautivadora e irresistible sonrisa o un varonil Víctor, sudoroso en camiseta de tirantes tras un arduo día de trabajo en el castillo de Igarashi.
Hasta que no hagan un dating Sim con los personajes de Postal no lo habré visto todo en este mundo… pero con Otomevania he dado un gran paso xD