Me cuenta Eduardo Fornieles, el director de Narita Boy, que en su juego «todo tiene un regusto a hardware ochentero». No a software: a hardware.
El juego, tal y como se promociona en Kickstarter, es fácil de comprender: una aventura en 2D que coge algo de Castlevania y algo de Sword and Sworcery, cada uno clásico retro a su manera, a la que le dan su forma las «mecánicas de salto dimensional, elementos de RPG e increíbles mundos a explorar» que se mencionan como puntos clave de la jugabilidad. Sobre esa base se monta la historia de un videojuego, Narita Boy, desarrollado por el misterioso Lionel Pearl, inesperada estrella de la informática en los años 80. Narita Boy se vende con Narita One, una consola creada también por Pearl. El calado de Narita One es tal que se convierte no solo en un éxito de ventas sino también en una pieza clave del panorama cultural de la época; también, por algún motivo, en un portal hacia el Reino Digital, otra dimensión que amenaza con fagocitar, confundiéndose con ella, a la nuestra.
«El universo digital del juego es eso, es un universo dónde el núcleo es una computadora y de esta emana una energía que crea todo lo que existe en el mundo digital», me explica Fornieles. «Digamos que por una parte se rinde homenaje a los gadgets de los ochenta», pero también a algunos de los iconos de la época: la Techno Sword, que en la ficción de Narita Boy solo puede blandir el Elegido, tiene algo de arma tecnológica pero también es un guiño a la espada de Grayskull, de He-Man y los Amos del Universo.
Decía lo del software al principio porque la nostalgia de Narita Boy se manifiesta de una manera algo distinta a la de otros juegos. Shovel Knight le arranca a uno una lagrimita cuando un caballero con su armadura dorada aparece en el mapa y se comporta como los Hermanos Martillo de Super Mario Bros. 3, pero Narita Boy parece querer intrigar dotando de capacidades mágicas a una tecnología que a día de hoy cualquiera consideraría desfasada. La habitación, ese espacio seguro nerd conquistado por los pósters y los muñecos, es menos interesante que el potencial de la tecnología como teletransporte a otros mundos.
«Queremos mezclar conceptos de varios juegos, pero el denominador común es esa atmósfera enrarecida, extraña, fantástica, sin limitaciones de los años 80», dice Fornieles. «Es un juego referencial, con un toque de autoparodia pero que se mueve en su mundo por derecho propio, y crea una mística donde el jugador se verá inmerso en un universo onírico y cautivador». 
No es sencillo integrar la referencia y la parodia en ciertas historias; es un trabajo complicado de cálculo de cantidades. Fornieles me dice que la de Narita Boy es «más profunda de lo que es aparentemente».
El equipo de Narita Boy lo componen Eduardo Fornieles (pixel artist y animador), Salvador Fornieles (compositor y diseñador de sonido), Robert Casas (desarrollador), Nito Díez (animador 2D), Chie Wakabayashi (project manager); Eduardo Fornieles es además director del proyecto, que tuvo su origen en Tokio, superpotencia ochentera. Allí, Fornieles trabajó como freelance «porque me daba mucha pereza currar bajo la idiosincracia nipona», confiesa; tiene sentido que acabara trabajando en una empresa amparada por el estudio francés Ankama, y después con Friend & Foe, donde fue concept artist de Vane. «Cuando acabé mi parte, aunque me ofrecieron quedarme tenía ya demasiadas libretas llenas de ideas», me dice.
Ya de vuelta en Barcelona, Narita Boy fue cogiendo forma hasta llegar a Kickstarter, donde busca financiación; además de llegar a Windows, Mac y Linux, no se descarta (si se alcanzan los objetivos adicionales) el lanzamiento en PlayStation 4, Switch y Xbox One.
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Coñe, está muy chulo esto.
Me gusta mucho lo que veo.
Se que un buen anuncio no implica un buen juego, pero al menos es un buen principio, y la idea pinta fantástica.
Ya puse 40 pavos cuando salió el Kickstarter, segundo para el que pongo pasta tras Shenmue 3. @chiconuclear, hay un trailer más nuevo que es la polla en vinagre: https://www.youtube.com/watch?v=5SUos6MgTjA
@molekiller
Sí, está guay, pero no me digas por qué me mola más el que he puesto!
Al Edu lo conocí cuando hice de becario en BRB, además de tener un talento extraordinario y ser un hombre orquesta, es una persona de putísima madre. Mi dinero ya está puesto en este kickstarter desde el día 1.
Rezando para que consigan financiarse. Menudo juegazo. Yo ya les he dejado mis dies el día del lanzamiento de la campaña de Kickstarter.
Joder, pondría pasta aquí, está claro, pero mi religión me impide pagar por algo que sale mínimo en un par de años, ya agoté mi cupo con el Star Citizen.
Pues a mí me gusta más la versión que ha puesto, lo siento.
Buen juego y música muy New Retro Wave. A ver si sacan la OST en FLAC un día 😀
Me prometí no kickstartear nunca más, pero hostia puta, si éste juego no merece nuestros dineros, no sé cuál.
Pintaza!
Pintaza de la buena. He buscado más por el artista, Eduardo Fornieles, y he dado con su página en Behance. Una maravilla todo lo que hace este hombre. A quien le interese: https://www.behance.net/Edujante
Lo había visto por Twitter y me flipó el arte y el concepto del proyecto.
Si lo clavan con la jugabilidad será GOTY del año que salga.
@antiriad
Total. Espero que contenga guiños más allá de las similitudes evidentes. Quedaría elegante.
Ha sido meterle dinero instantáneamente.
Me da igual que no hagan el juego, me da igual que no sea bueno.
Tan solo con que me den más videos y diseños así de gueapos me tienen ganado.
El diseño está increíble.
Another world? se ve muy bien! Me gustaria verlo en la Switch!
Parece que habrá que seguirle la pista con interés. Tiene muy buena pinta, sí señor.
Promete ser algo bueno, solo espero que logren la meta financiera para hacer el proyecto viable.
El juego tiene una pintaza tremenda, además el royo ochentero que rezuma es bestial, sólo hace falta que tenga buena jugabilidad. A mí me tiene ganado.
PD:@molekiller gracias por pasar ese trailer, es justo lo que necesitaba para aprobarlo