Operación Flamingo (CXXIX)

Mis asistentes están nerviosos. Yo no. No es mi primer combate y tengo cicatrices que lo demuestran. Me ayudan a ponerme los guantes y la capucha ignífuga. Un mecánico se me acerca con una tablilla y me comenta algo sobre los servomotores de la pierna izquierda. Yo estoy muy lejos y asiento con la cabeza; sea lo que sea, ya no hay tiempo de ponerlo a punto. Otros prefieren usar un ascensor pero yo uso una escalera extensible de acero. Me gusta que mis oponentes me vean caminar antes de entrar en la cabina. Quiero que sepan que camino al infierno por mi propio pie. Ya en mi asiento me ajusto el casco y enciendo los enlaces neurales. Me recuesto; el metal es mi cielo y los pilotos que se encienden mis estrellas. Los datos bailan en las pantallas como estrellas fugaces. Fuera, la multitud de hombres de negocios ruge bajo las banderas de las corporaciones. Ellos no lo saben, pero este va a ser un combate para recordar. Tres. Dos. Uno. Las compuertas se abren y los dos titanes de acero salimos a la arena. Somos gladiadores, esclavos secuestrados de las clases bajas: o sirves, o peleas. El árbitro señala el inicio del combate. Los pistones rugen y monstruosas ametralladoras se alzan como guadañas. Los proyectiles, del tamaño de pequeños coches, empiezan a deslizarse en las recámaras con un «fuump» grasiento. Fuera, las masas ven el combate por pantallas gigantes cortesía de las multinacionales. Mi adversario hace girar el torso de su gigante hasta encarar al público. Yo prefiero el palco y la cabina de control. Apretamos el gatillo casi a la vez. Bala, tras bala, tras bala, mi cabina se salpica de luz y fluidos. Oigo gritar a la multitud, y más allá, tras los muros de la arena, oigo rugir al pueblo. Sí, este será un combate para recordar. Hoy: Robots (Round 2).

Mecha Arena

Un juego de estrategia con tintes roleros donde encarnamos a una escudería de robots de combate deportivo. Por un lado tendremos que gestionar nuestro taller, contratando empleados y mejorando nuestras instalaciones, por otro, haciendo uso del dinero que ganemos con cada combate y con patrocinios publicitarios, tendremos que poner a punto nuestro robot, entrenarlo y comprarle nuevas armas y piezas, para convertirle en el siguiente campeón de los roboces. Un juego divertidísimo, de largo recorrido y que te dará muchas horas de diversión. | Link.

Mutant Alien Assault

Un juegazo que destaca por un diseño de juego muy sencillo que funciona como un reloj y es increíblemente divertido. Asumimos el papel de un robot de a bordo de una nave espacial que está siendo atacada por mutantes. Nuestro objetivo es llenar el depósito de barras de energía, mientras combatimos a los mutantes con armas que podemos recoger de un dispensador. Una vez lleno, saltaremos al hiperespacio. La mecánica de juego es perfecta, la variedad de armas tremenda y las partidas duran lo justo. Una maravilla. 10/10. | Link.

Gornax

El juego que quieres si sólo tienes unos pocos minutos. Desarrollado para una Jam en 48 horas por los monstruos de Berzerk Studio, el juego nos pone en la piel de un robot que debe luchar a muerte con Gornax un monstruo gigante y cabreado de cojones. Corre alrededor friéndole a tiros, recoge armas, compite con los otros robots por los botiquines y trata de sobrevivir a las diferentes encarnaciones de Gornax en sus tres niveles de dificultad. Un shoot´m up sencillo, con gráficos cojonudos, una buena banda sonora y una tormenta de balas por esquivar. | Link.