Probablemente nunca terminemos Elden Ring. Ocurre de tanto en tanto que, por mucho que sepamos de un libro, una película, un videojuego, un cuadro, siempre descubrimos más, porque no sólo crece nuestro conocimiento sino una relación en torno a esa obra. Crece vida en torno. Se crea un vínculo, que va más allá del conocimiento. Y Elden Ring parece una de esas obras, más incluso que otras de From Software, que mantienen el tono y el estilo, pero el carácter expansivo de Elden Ring habla de algo más. Porque no sólo hablamos de la relación íntima con la obra; hablamos de todo lo que rodea al fandom (dicho en un sentido positivo). Para mi, uno de los momentos más especiales de Elden Ring no estuvo tanto en el juego como ver y compartir con Chuso su run, y emocionarme con él y con el resto del chat en su pelea contra Morgoth, responder con igual pasmo ante la belleza de Malenia, o asombrarme de igual forma al descubrir la verdad de Gideon. Y cada vez la historia se vive de una manera diferente. En Los secretos de las Tierras Intermedias Adrián Suárez nos ofrece otra experiencia diferente para añadir a nuestras vivencia, que no hace más que enriquecer la perspectiva de que Elden Ring no se va a terminar nunca.
El libro de Adrián Suárez está a caballo entre lo literario y lo ensayístico. Hay un aparente desequilibrio donde se puede concentrar la mayor debilidad del texto, pero eso no es óbice para estar ante un compañero de viaje estupendo para nuestro recorrido por las Tierras Intermedias. De hecho, es raro que no te entren ganas de volver a jugar Elden Ring mientras lo lees. «Volver». Este es un detalle importante: ¿hace falta haberlo jugado para leer el libro? No lo creo, pero sí que hace falta, al menos, un conocimiento general de la obra de From Software, de sus temas, de su estilo, sí que conocer y haber experimentado su juego. El libro profundiza en multitud de temas y elementos que pueden habernos pasado por alto durante una primera o segunda partida, si no nos ha inquietado demasiado buscar información del trasfondo para enterarnos de qué demonios pasa. El libro de Adrián Suárez nos va a solucionar muchas de estas dudas. Pero no vayas buscando una «guía del juego»; es otra cosa, con dos dimensiones bien delimitadas que rozan, como he comentado, pero que terminan salvándose. Porque lo que nos transmite ante todo el libro es pasión: una pasión vivida de manera encarnada; no es historia, es leyenda, y las leyendas y los mitos son vividos porque forman parte del tejido de la vida. Adrián Suárez se pone en la piel de un aedo para poner en papel la leyenda oral de Elden Ring.
De los dos aspectos del libro, el que a mi juicio está más conseguido, el más relevante, es el segundo capítulo, donde se nos cuenta la historia de Elden Ring. Es literatura épica. Aquí es donde escuchamos al cantor de poemas épicos contarnos nuestra historia, o la historia en la que estamos inmersos, o la historia que explica nuestro presente. Es ficción, pero una ficción real, consciente, que elige su historia y su presente. Porque, como sabemos, el juego tiene varios finales, pero aquí, aunque se ofrece el panorama general de la historia, del trasfondo de todos los personajes, sus motivaciones y sus objetivos, se toma partido, se elige a quién seguir, y cuál es el espíritu de la aventura. Es algo que Adrián Suárez nos señala al final, porque nuestra historia es la que nosotros hacemos, y es importante tenerlo en cuenta. Pero, después de todo, la historia la cuentan los supervivientes, y si hemos luchado codo a codo con Ranni, o con Zampaheces, o con Fia, si hemos destruido el Círculo de Elden o hemos tomado posesión de él, el recordatorio quedará en la historia que nos contemos. Esa es la ficción legendaria que nos ofrece Los secretos de las Tierras Intermedias, en la que todes participamos.
Otro asunto diferente es toda la reflexión, conjetura y crítica que hay antes y después de la leyenda. Aquí, antes y después, Adrián Suárez pone en contraste los diferentes elementos de Elden Ring, sus conexiones con otras obras como Berserk o los videojuegos de Fumito Ueda, los aportes de George R. R. Martin, las fricciones entre lo occidental y lo oriental en las obras de From Software, o la influencia del Tao (que ya exploraba en un libro anterior, He soñado que soñaba). La panorámica es muy amplia y ofrece elementos muy diversos para ir tirando del hilo, sin embargo, esta amplitud flaquea en profundidad. Le hacen falta un buen puñado de páginas más para que toda la dimensión crítica que se abre en la exploración Necrolimbo, de Leyndell, de Liurna, o de Caelid, tenga la misma consistencia que la historia que nos ha contado con tanto detalle en las páginas centrales. Necesitaría un nuevo El padre de las almas oscuras (otro libro de Adrián Suárez, donde explora la obra de Miyazaki hasta la altura de Sekiro). Saben a poco las repartidas referencias y opiniones de Miyazaki y otros, y aunque en todo momento los elementos del juego son contextualizados con un vastísimo conocimiento de los textos que aparecen en los objetos del juego, a veces queda impostado el estilo al introducir esas citas literales. Pero como Elden Ring es una obra que dudo que nunca acabemos, no es un problema, porque seguiremos investigando y leyendo y buscando respuestas, pero también y sobre todo, sintiendo los latidos de las Tierras Intermedias, el flujo de las raíces del Árbol Áureo, las pulsaciones de la vida y la no muerte por todo el mundo de Elden Ring. Lo que queda es la pasión de seguir el viaje, y con ello seguir nuestra historia.
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Qué bien.
Más reseñas sobre libros, por favor. Ya sean libros más literarios como este o cualquier otro sobre vj. Historia, libros de arte, lo que sea.
Mi auto-regalo de reyes. A la espera de poder darle una segunda vuelta al juego leyéndolo en paralelo, como está mandado (aunque tampoco pude evitar empezarlo, pinta genial).
Gracias a Adrián, todo lo que ayude a
entender algoprofundizar en los universos que este señor se monta en la cabeza es bienvenido