Te suena de algo, pero es distinto

Cuando enciendes la consola es cuando las sensaciones que quiere transmitir Sony empiezan a coger una forma concreta y palpable. Sin duda es la sucesora de PlayStation 4, y se nota en una interfaz que recuerda a la anterior pero que está plagada de novedades y detalles que hacen que la experiencia sea sin duda nueva, cuando no directamente novedosa.

No hay grandes cambios en algunos menús clave como los ajustes o la pantalla de gestión de descargas y cargas, por poner un par de ejemplos bien conocidos, y en gran medida el trabajo de remozado visual de la pantalla de inicio es menos radical de lo que los espectaculares fondos de los juegos pueden llevar a esperar: a grandes rasgos, la manera en que te mueves por PS5 es la misma que en PS4, es decir, sin muchas complicaciones y con todo lo accesorio bien ordenado en un segundo plano. La pulcritud y la sencillez siguen siendo, como anticipaba el rediseño de la Store en su versión web, los objetivos principales de una interfaz que, sin embargo, guarda alguna que otra sorpresa interesante.

El menú de ajustes parece el mismo que el de PS4, pero un vistazo en mayor profundidad deja ver algunas novedades relacionadas con un mayor control de la privacidad o del gasto de energía de la consola, por ejemplo, pero también de la manera en que prefieres interactuar con los juegos. Así, es posible seleccionar una serie de ajustes por defecto que los juegos tengan en cuenta cuando los inicias por primera vez: puedes invertir el movimiento de la cámara tanto en primera como en tercera persona, o qué idioma de audio y subtítulos preferimos; también es posible escoger en qué nivel de dificultad queremos que se inicien los juegos nuevos o incluso si preferimos que por defecto se decanten por el modo de rendimiento o por el de resolución, en referencia a las distintas opciones gráficas que ya parecen un nuevo estándar en consolas.

Hay otras novedades menos escondidas, por supuesto, y Sony ya se encargó de destacarlas en uno de los vídeos prelanzamiento. Una pulsación del botón Home despliega en pantalla, además del menú rápido (el que en PS4 se abría, a un lado de la pantalla, manteniendo pulsado el botón central del mando), una serie de tarjetas que muestran algunos de los logros que aún no has desbloqueado, «historias» relacionadas con los juegos de tu biblioteca o capturas que hayas hecho recientemente; antes de todo eso, por supuesto, están las Actividades, una de las ideas más únicas y más determinantes para la experiencia de usuario de la interfaz de PS5.

Estas Actividades vienen a ser, por decirlo de una forma muy sencilla, una lista de las «tareas pendientes» que tienes en un determinado juego. En el caso de Sackboy, por ejemplo, una actividad puede ser terminar un mundo («Recoge X orbes de los soñadores», requisito para desbloquear el acceso al jefe final) o completar al 100% un nivel concreto de ese u otros mundos (pasártelo sin perder vidas, cogiendo todos los coleccionables, etc.); en Marvel’s Spider-Man: Miles Morales, una tarjeta de actividad incluye la descripción de la misión en la que estás en ese momento y una serie de detalles relacionados: el progreso, en porcentaje, o cuánta experiencia vas a recibir como recompensa. También se muestra el próximo objetivo de esa misión, y no solo eso sino también cuánto tiempo aproximado tardarás en completarlo. En Demon’s Souls, un breve texto te explica qué es lo que tienes que hacer en la hoguera a la que has viajado (sin barra de progreso, esta vez; es difícil de medir en este caso) y además te ofrece, suscripción a PlayStation Plus mediante, una serie de vídeos de ayuda relacionados con ese tramo del juego; en total hay 180, explicaban sus responsables hace poco.

No parece haber una forma estándar de diseñar estas tarjetas de actividad, y parecen suficientemente modulares como para que cada estudio monte las suyas como mejor le parezca. En un juego third party como Bugsnax las tarjetas tienen un poco de todo: tienen los vídeos de ayuda, como Demon’s Souls (en Bugsnax son mucho más explícitos, y de hecho en ocasiones te muestran la solución completa a la misión en cuestión), y también la barra de progreso, aunque no se dan detalles sobre recompensas ni se detalla el tiempo estimado que tardarías en completar la actividad. En NBA 2K21, las tarjetas simplemente funcionan como accesos directos: al entrenamiento, a un partido rápido, a desafíos del modo Mi Equipo. En estos desafíos se dan otros detalles, como cuándo comenzaron o cuándo acaban o cuánta gente ha participado; también se integra un acceso rápido para invitar a amigos a participar e incluso una tabla de clasificación con los resultados (en este caso, cuántos puntos se han conseguido anotar contra los Bulls del 96). Además, las tarjetas que se te muestran dependen del contexto: si estás dentro de un nivel de Sackboy, por ejemplo, su tarjeta es la primera que te aparece, mientras que si las consultas desde el menú de inicio se favorece a la que corresponde a tu «siguiente objetivo».

Son, así, pequeñas dosis de información que pueden adaptar su diseño a las necesidades de cada título, funcionando además como viaje rápido entre juegos: después de varios intentos infructuosos contra un jefe de Demon’s Souls, por ejemplo, puedes viajar a un nivel específico de Sackboy en el que aún no hayas completado todos los objetivos opcionales, y lo puedes hacer con una sola pulsación de botón que te lleva a ese nivel, sin pasar por la pantalla de título ni por el mapa del mundo. Unido a los tiempos de carga reducidos que permite el SSD interno, en PS5 las esperas se reducen mucho; incluso las descargas, que en PS4 no siempre eran tan ágiles como podían, aquí van mucho más rápido.

En definitiva, Sony ha sabido encontrar un equilibrio muy inteligente entre no tocar lo que ya funcionaba (manteniendo una estructura básica similar a la de PS4 y dejando casi tal cual alguna que otra cosa) y una serie de nuevas ideas y retoques visuales que hacen que toda la experiencia de usuario resulte fresca y tenga espacio para la sorpresa; el salto a la nueva generación se funde, o tiende puentes, con la anterior con mucha naturalidad, como sin esfuerzo. Es un punto de partida prometedor (soy el tonto de las carpetas, lo sé, pero espero no ser el único que las echa en falta) que combina elegancia y esfuerzos sinceros por ofrecer algo nuevo para hacer que la interacción con la consola sea lujosa y sorprendente en primera instancia y poco después familiar y ágil.

PLAYSTATION 5:
LA REVIEW

1. El hardware
2. La experiencia de usuario
3. El mando
4. La retrocompatibilidad
5. El veredicto