«¡Esto es el futuro!», grité, siendo aún un niño, cuando jugué a Earthworm Jim. «¡Esto es el futuro!», grité, más mayor, cuando jugué a Messiah. «¡Esto nunca será el futuro!», grité, ya teniendo edad para votar y varios puñados de cinismo en los bolsillos, cuando Sony compró Gaikai en 2012, varios años después de que el proyecto se anunciara como respuesta a OnLive. Si algo he aprendido en ese tiempo es que tengo muy mal ojo para diferenciar lo que me parece «guay» de lo que puede acabar siendo «el futuro» de cualquier cosa: ni la serie Gárgolas se ha convertido en la franquicia transmedia que habría deseado ni Korn es el grupo más popular de la Tierra. David Perry, la constante de esta pequeña anécdota, sí se las ha apañado para llevar su proyecto a buen puerto, y hoy hablamos de juego en streaming con una soltura muy distinta a la de aquella época en la que cualquier mención a la computación en la nube tenía que ir acompañada de un enlace a Wikipedia, porque todavía no estaba muy claro a qué nos referíamos. Ese Gaikai que acabó derivando en PlayStation Now tras la compra de Sony ya lleva unos años siendo una realidad, y la semana pasada desembarcó en España y otra serie de territorios en la tercera fase de su plan de implantación, después de echar raíces en Norteamérica, Japón y parte de Europa.
Por si alguien se ha despistado todo este tiempo, PlayStation Now es un servicio de suscripción que permite acceder a un catálogo de «más de 600 juegos» de las tres últimas consolas PlayStation, fácilmente accesibles gracias a las bondades del streaming. Un golpe de botón y, sin necesidad de descargar, ya tienes el juego ahí; delegando su ejecución a «la nube», tu máquina solo se tiene que preocupar de enviar información sobre lo que haces con el mando y recibir la imagen y el sonido que tú acabas viendo en tu tele. La idea se entiende fácilmente cuando piensas en Netflix o en Spotify, en los que se accede al contenido de una manera parecida. Aunque el énfasis está puesto en el streaming, también es posible descargar algunos juegos (todos menos los de PS3) para ejecutarlos en tu propia consola, como ocurre en los casos del Game Pass de Xbox o el Access de Electronic Arts. Esta opción no está disponible si accedes a PlayStation Now desde Windows, donde también se puede utilizar el servicio.
Independientemente de la manera de acceder a los juegos (aunque en el fondo son muy distintas, y tienen que pensarse también de maneras distintas), la clave está en que por quince euros al mes tienes unos 600 juegos, nuevos y «clásicos», de manera inmediata, y la promesa de que en el futuro ese catálogo se ampliará quizá en ambas direcciones. Es una propuesta a priori atractiva, sobre todo para un cierto tipo de usuario que está predestinado a no considerarla atractiva nunca: aquel que, como será el caso de mucha de la gente que está leyendo esto, no está dispuesto a sacrificar fidelidad y que, por su manera pasional (y algo hiperconsumista) de acercarse a los videojuegos, sabe qué quiere y cuándo, y que probablemente no esté dispuesto a esperar un tiempo, acaso unos años, para jugar a Bloodborne, por ejemplo, que aunque parezca de 2020 es ya de 2015 y llegó a PS Now a finales el año pasado.
El rendimiento
Menciono Bloodborne precisamente porque ha sido una de las sorpresas agradables que me ha dado el servicio: como recién llegado a esto del streaming (quitando alguna experiencia con Steam Link, que es algo doméstico y que solo he probado con los géneros que creía oportunos), quise comprobar cómo era el input lag en un juego que conozco suficientemente bien como para conocer sus tiempos y ser más sensible, por tener muy presente la referencia, a ese tipo de cambios. Y me sorprendió, ya digo: aunque quise verlo más en algunos sitios, como los menús, en muchos casos me fue difícil saber si sentía cierta extrañeza por culpa del input lag o porque, aun sabiendo que necesariamente tiene que haber un poco (en Digital Foundry hablaban hace un tiempo de cuatro frames, los que se tardan en que la imagen se comprima, se envíe, se descomprima y se muestre en pantalla), no lo notaba, o no lo notaba tanto como esperaba. No sé si yo mismo trataba de anticipar esos cuatro frames y ajustaba mi botoneo para atacar y esquivar correctamente, pero el caso es que en el tiempo que jugué no tuve la sensación de que cuando recibía un golpe la culpa había sido del input lag, sino mía; merece la pena comentar que los juegos que van a 30fps aguantan peor este pequeño retardo, así que la elección de Bloodborne podía augurar una experiencia mucho peor que la que tuve.
Peor parado salió el vídeo. Ahí sí eran evidentes los artefactos que provoca la compresión y descompresión de la imagen, y a los que cuesta acostumbrarse, por mucho que, al menos en mi caso, años de dar prioridad al tamaño de los archivos frente a la calidad del vídeo parezcan habernos acostumbrado. Es aquí donde PlayStation Now se encuentra con uno de sus mayores retos: volviendo al caso de Bloodborne, un juego en el que no faltan efectos visuales barrocos, la imagen se ensucia y se vuelve confusa en numerosas ocasiones, y esas ocasiones suelen coincidir con aquellas en las que el framerate sufre más también en la versión descargada o en disco (cuando rompes unas cajas rodando encima de ellas, por ejemplo), una combinación que da lugar a algunos de los momentos menos agraciados de PS Now. Pero no es un problema exclusivo de esas escenas más recargadas, sino que es uno de los asuntos inesquivables en el juego en streaming: por su propia naturaleza, la imagen que recibes en tu televisión no solo llega con artefactos más o menos molestos o visibles, sino que pierde profundidad, se percibe más plana y, en última instancia, menos legible. De nuevo, Bloodborne es ideal para comprobar esto: cuando sales al exterior en los primeros minutos de juego, las lápidas del cementerio y los edificios que se van erigiendo sobre el anochecer pierden buena parte de su fuerza, disueltos por la compresión. Otro ejemplo menos barroco puede ser Ultra Street Fighter IV, en el que la distancia entre personajes y fondos se vuelve menos aparente, y los volúmenes de los músculos y escenarios se matizan, perdiendo vistosidad.
Esto se suma a los límites técnicos más estrictos que, de base, tiene PS Now vía streaming: la resolución máxima es de 720p y el sonido solo puede ser estéreo. Con todo, según Sony el recibimiento en general ha sido bueno. «Estamos muy contentos por los comentarios positivos y el entusiasmo que han mostrado los usuarios», según me comenta Mario Ballesteros, Producto Manager de SIE España, que ya con las primeras reacciones en la mano asegura que el servicio «está demostrando proporcionar una experiencia de juego de baja latencia y alta calidad, lo que resulta en una alta satisfacción» para el jugador.
A pesar de que mis primeros días con el servicio han sido bastante más positivos de lo que podía esperar, la cantidad de variables a tener en cuenta a la hora de hablar del rendimiento de PlayStation Now es tal (de nuevo, recomiendo acudir a Digital Foundry para comprender un poco mejor todo esto; el artículo no es muy actual pero la explicación sigue estando vigente) que es difícil, más que con Spotify o con Netflix, comentar una experiencia común a todos los usuarios: los resultados son distintos en función de la conexión a internet y de si la consola o el ordenador lo recibe por cable o de manera inalámbrica —en mi caso, 300 Mb y por cable—, pero también de la televisión, que añade su propio input lag. Aunque en mi opinión el énfasis debería ponerse en el streaming, que es lo que tiene el potencial para marcar un antes y un después en la industria del videojuego, la posibilidad de descargar los archivos y librarte de todos esos problemas está ahí, por supuesto: haciendo eso, Bloodborne es el mismo Bloodborne que llevo jugando todo este tiempo, hasta el punto que PlayStation Now reconoce mi copia digital del juego como la «versión descargada» que me ofrece como alternativa al streaming. Usado de este modo, PS Now es un servicio más conservador pero quizá también más apropiado para jugadores clásicos; es una opción imprescindible en PlayStation 4, aunque la versión para Windows permite anticipar un futuro en el que no sea tan impensable lo de no poder descargar las cosas. Sony prefirió no hacer ningún comentario sobre esta posibilidad, aunque Ballesteros, que se refiere a PS Now como «una propuesta diferente que ofrece a los jugadores más alternativas y opciones para disfrutar de una amplia variedad de juegos», sí destaca que «todavía existe gran interés por las descargas digitales y los discos físicos», y ofrece una cifra para respaldar su postura: «para PS4 se vendieron más de 50,7 millones de juegos a nivel mundial durante la temporada de vacaciones de 2018», dice.
También hay que tener en mente al resto de gente que quiere jugar a ese título tan goloso que PlayStation Now destaca en portada, y que puede hacer que tu partida tenga como antesala una molesta cola de diez o quince minutos (personalmente no he visto más, aunque he leído a gente que ha tenido que aguantar colas mucho peores) hasta que te encuentran un hueco en los servidores; este es seguramente el problema que más choca con ese now que, desde el título, promete Sony.
El presente
Uno de los problemas más evidentes a los que se enfrentan muchos servicios de suscripción (e incluso muchas tiendas más «tradicionales», como Steam) es el de cómo presentar su contenido de forma que el usuario tenga la sensación de que tiene a su disposición, a la vez, todo lo que quiere y muchas otras cosas que no sabía que quería. Lo primero suele resolverlo el algoritmo haciendo un par de preguntas sencillas que, en unos segundos, ponen la rueda de la recomendación en movimiento; lo segundo lo va resolviendo a medida que te conoce mejor, principalmente por cómo lo que ves y escuchas se relaciona con lo que ve y escucha otra gente. Estos mecanismos suelen estar orientados, por diseño, a la obsesión pura y dura: hazte Netflix para ver un par de documentales de true crime y a partir de ahí se abre ante ti una lista de recomendaciones que te recomienda más y más crimen; si una tarde te da por ver un documental sobre marihuana, Netflix te propone que te conviertas en un experto de la cultura del cannabis, y te recomienda no solo documentales sino también series como Disjointed o películas como How High.
No sé si esa es la aproximación que debe tomar PlayStation Now para presentar su contenido a los usuarios, pero desde luego sí es necesario hacer algo para ordenar o catalogar esos varios cientos de juegos disponibles de una manera que permita encontrar lo que buscas y descubrir cosas que no conocías pero que pueden ser de tu interés. Estos sistemas no son infalibles, por supuesto (e imagino que siempre habrá un punto de resistencia inevitable: actualizando la famosa barbaridad de Aznar y las copas de vino, «¿quién le ha dicho al algoritmo lo que tengo o no tengo que ver?»), pero la situación actual es contraproducente: fuera de las secciones de portada, que destacan algunos juegos populares, recién añadidos al catálogo o de sistemas antiguos, por ejemplo, la manera de consultar el contenido disponible y de filtrarlo para dar con algo que te pueda interesar es suficientemente limitada como para generar una inseguridad incómoda a la hora de elegir a qué quieres jugar.
Actualmente es posible filtrar por género y clasificación por edades, y poco más. No sé hasta qué punto complejizar este proceso no traería más nuevos problemas que soluciones, pero de momento las herramientas parecen insuficientes y quizá dicen más sobre lo estúpidos que somos cuando pensamos en géneros que sobre PlayStation Now: el ejemplo más evidente que puedo extraer de mis pruebas está en la serie de cortocircuitos que sufrió mi cerebro cuando tuve que decidir si el tipo de juego que quería encontrar era de acción, de aventura o de acción/aventura, tres de los géneros disponibles en los filtros. Aunque entiendo que añadir una cantidad de filtros demasiado grande podría afectar negativamente a la inmediatez que, según creo, debe ser el principal punto fuerte de PlayStation Now, y que la mejor solución es aquella que te acerca el contenido que te interesa de la manera más simple, algunas ausencias me parecen evidentes: no poder filtrar por plataforma, estudio o publisher, por ejemplo, hace que explorar el catálogo sea un poco más difícil de lo que podría ser, y anima a pensar en un uso más casual o despreocupado, y a largo plazo menos interesante. No es algo que no se pueda solucionar ni que parezca estar fuera de los planes de Sony, en realidad (esa información está ahí, y la mayoría de juegos de PlayStation 2 sí aparecen destacados en portada), así que imagino que toca esperar hasta que se implemente algún sistema de recomendaciones que, aunque no sea tan agresivo como el de Netflix, arroje sugerencias interesantes y anime a probar cosas nuevas y distintas, una estrategia que en última instancia redunda en beneficio de Sony, que puede aficionar a sus usuarios a más géneros y con ello hacer que su suscripción resulte más atractiva. Sobre esto, Ballesteros no da mucha información, más allá de afirmar que trabajan «a diario para ampliar la propuesta de PS Now con excelentes juegos que permitirán a los jugadores volver a jugar sus franquicias favoritas o descubrirlas por primera vez, dándoles la oportunidad de descubrir otros juegos que de otra forma no habrían jugado».
El futuro
Como pasa siempre que nos enfrentamos a tecnologías con potencial para modificar y moldear la manera en que nos relacionamos con las cosas (en este caso, los videojuegos), quizá la parte más interesante de PlayStation Now está todavía en el mañana: no solo por cómo mejorará a nivel técnico para ofrecer una mayor fidelidad visual con menor latencia, sino por los efectos que puede tener en el tipo de videojuegos que se desarrollen de cara a un futuro en el que el streaming sea una pieza importante de la estrategia de Sony o Microsoft. Sobre las sucesoras de Xbox, en plural, sabemos que xCloud tendrá un papel importante en la distribución de contenidos, después de que el primer paso, el de la suscripción, haya calado entre la comunidad; sin entrar en más cábalas, es evidente que estrenar todos los juegos first party en Game Pass es un movimiento muy firme para convertirlo en un estándar de cara a los próximos años. Es de esperar que Sony apueste por PlayStation Now como otro estándar de cara a PlayStation 5, y aunque de momento la implantación es más tímida de lo que parece (probablemente no quieran decirlo explícitamente, pero es obvio que no es un servicio diseñado con el jugador hardcore, el que compra novedades y sigue la actualidad del videojuego, en mente) quién sabe qué podemos esperar: personalmente publicar nuevos lanzamientos en PS Now me parece un paso lógico, y tampoco creo que sea aventurado anticipar una fusión, aunque sea opcional, de Now y Plus, las dos suscripciones principales de PlayStation.
Ballesteros tampoco se animó a hablar sobre cómo ve el futuro de las suscripciones, con o sin streaming, pero no es descabellado pensar en que Sony apueste, financiándolos y promocionándolos, por cierto tipo de juegos en los que algunas de las dificultades más evidentes a las que se enfrenta PlayStation Now se maticen; en los mentideros de la industria ya se habla de géneros «lag-friendly», como la estrategia por turnos o los juegos de tablero, que no dependen tanto de una respuesta inmediata a los inputs del mando y que presentan imágenes que por lo general se llevan mejor con los artefactos visuales. Cuesta imaginar un Devil May Cry 5, por citar un ejemplo reciente, funcionando como es debido en PlayStation Now, pero todos los problemas que imagino en el de Capcom son mucho más digeribles si pienso en cualquier juego por turnos, incluso aquellos en los que sí es probable que la imagen se distorsione, como un RPG.
Pero lo cierto es que la manera en que se distribuye contenido tiene un efecto palpable en qué tipo de contenido se produce. Cierto tipo de juegos pueden ser más rentables, o menos arriesgados, si se distribuyen de una forma concreta; puede que Braid o Super Meat Boy no hubieran funcionado en la estantería de una tienda, pero en Xbox Live Arcade fueron un éxito y sirvieron de ejemplo para muchos otros equipos pequeños, y al mismo tiempo afianzaron la ideal del videojuego no solo como producto de consumo sino también como forma de expresión. PlayStation Now no es una sino dos revoluciones en potencia: la de las suscripciones y la del streaming. De la primera tenemos ya casos de relativo éxito (a Electronic Arts parece irle bien con su Access, y Game Pass ha sido muy bien recibido por la comunidad de Xbox), pero lo segundo todavía está por cuajar. Llegado el momento, el streaming puede reducir de manera significativa los requisitos de acceso a los videojuegos más importantes e interesantes, eliminando o al menos convirtiendo en opcionales —ni espero ni quiero que las consolas y ordenadores potentes desaparezcan— los equipos dedicados y costosos que han sido, hasta ahora, una de las pocas maneras de jugar en condiciones, sin compromisos: casi cualquier ordenador o smartphone puede ejecutar algunos juegos, pero la perspectiva de poder recomendar Bloodborne, por terminar de explotar el ejemplo hasta dejarlo vacío, a alguien que no tiene PS4 y que pueda acceder a él sin mucho esfuerzo, como quien utiliza los días de prueba de Netflix para ver ese par de series de las que todo el mundo habla, es interesante.
Tal y como lo tenemos ahora, PlayStation Now es una primera aproximación al streaming «masivo» que funciona, aunque con suficientes peros como para que sea difícil pensar en este servicio como una alternativa viable a la manera tradicional de jugar: el input lag no es grave pero sí lo suficiente como para cerrar la puerta a algunos géneros; cuesta pensar que la calidad de la imagen no le hace flaco favor a algunos juegos que, incluso a pesar de que ya tienen unos años, siguen destacando por la potencia de su apartado visual; los problemas para navegar por el catálogo restan interés al conjunto en cuanto te sales de los juegos más populares o más recientes, y la dificultad para saltar de uno a otro sin tener que rebuscar entre los cientos de títulos disponibles le quita a PS Now la inmediatez y potencial para el descubrimiento que debería llevar como estandartes. (Justo mientras escribo estas líneas he descubierto un disco que me está gustando gracias a las recomendaciones de Spotify; es de un tal Juan Wauters.) Algo más caro que su principal competidor (quince euros, frente a los diez de Game Pass), es difícil decidir si la posibilidad de jugar sin ocupar un disco duro que seguramente ya esté lleno o casi lleno merece o no ese mayor coste; o si lo merece la posibilidad de jugar a los juegos que se ofrecen en Windows, donde también funciona bien, y donde compite principalmente (de momento) contra Nvidia, que sí enfoca toda su comunicación hacia el poder jugar a Fortnite o PUBG en un ordenador viejo o incluso en Mac.
Pero lo cierto es que PlayStation Now está aquí para quedarse. Dentro de un rato, Google anunciará en la GDC algo que parece tener que ver con videojuegos en streaming, después de una prueba aparentemente satisfactoria con la colaboración de Ubisoft; ya hemos dicho que Microsoft tiene mucho interés en hacer que su xCloud tenga un papel relevante en el futuro de la compañía; quién sabe qué otras compañías se querrán subir al tren del streaming mañana. Llegue quien llegue, Sony ya juega con ventaja; PlayStation Now ya estaba ahí cuando lo de la nube y la compresión sonaba suficientemente chiflado como para dar lugar a la serie Silicon Valley, y ya estaba ahí cuando lo de las suscripciones se convirtió en el estándar para el consumo de entretenimiento de mucha gente, incluso de los que pensábamos que Netflix nunca iba a llegar aquí y no entendíamos qué carajo era Filmin. Precisamente en Silicon Valley hay una escena esclarecedora, no sé si en la segunda o en la tercera temporada, cuando los protagonistas descubren con horror que el producto en el que han trabajado tanto tiempo, y que tanto esfuerzo y problemas les ha acarreado, tiene una tecnología de compresión prodigiosa detrás pero no le interesa a nadie, porque no es intuitivo, no se entiende y es imposible saber para qué vale. Convertir eso en un producto viable pasa por encontrarle utilidades pero también por saber comunicarlas, o sea, por crear necesidades que tu invento pueda suplir.
De momento PlayStation Now está todavía en la segunda o tercera temporada, pero las nuevas se acabarán estrenando. Tiempo al tiempo.
* * *
A mediados de 2017, David Perry, heraldo del futuro, se fue de Sony y se unió, como CEO, a la startup GoVyrl, que busca conectar a empresas con influencers que puedan promocionar sus productos y servicios. «Personalmente, creo que el auténtico marketing de influencers tiene un futuro mucho mejor que toda la fricción y molestias que hemos acabado aceptado de la publicidad tradicional en televisión, revistas o incluso en banners de internet», escribió Perry en LinkedIn cuando se conoció la noticia. Estamos jodidos.
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No me convence esto del streaming, peor bueno. En tanto siga siendo una opción más y no algo impuesto, que cada uno haga lo que guste
Estais viendo lo de Google?
Por mucho que queramos negarlo, el streaming es difinitivamente el futuro. Y cn google detrás parece que va muy en serio.
A ver como se adaptan los mercados y estudios a esto, sobretodo a nivel de exclusivos y esas cosas.
Después del anuncio de google, lo de las colas en PS «»»»now»»»» da más vergüenza ajena todavía.
Muy buen artículo, Don Chiconuclearthrone. A mi, que no sigo muchos estos temas, me ha sido particularmente didáctico.
Si algo me queda claro de todo esto, es agradecer que el azar me hiciera ser un consumidor muy poco consumidor, pasional si, pero nada hiperconsumista.
Tengo cientos de juegos de épocas pretéritas (y no tanto) a los cuales echarles el guante en caso de no sentirme cómodo con estas (y otras) cosas que se otean en el horizonte.
Como dijo un prócer de mi patria: «Si ves al futuro, dile que no venga». XD
@telvanni
Principiante, el prócer verdadero fue el que dijo que «El futuro llego, hace rato».
Correcto.
PS NOW:
No he leído el artículo, vengo desde el primer párrafo para decir que Gárgolas es una obra maestra.
A mí esto del streaming me recuerda a cuando estaban los indios de puta madre cazando búfalos y copulando felizmente hasta que llegó el hombre blanco con su ferrocarril y sus rifles a obligarlos a malvender sus tierras en pos del progreso. Como a los indios, nos van a echar a patadas de los jueguicos para imponer modelos de negocio que nadie ha pedido. ¿No han aprendido nada del éxito de Sony y su consola de videojuegos para jugar a videojuegos?
@preacher
Puff, quise escribir algo así pero ni por cerca llega a lo acertado de tu comentario, se están inventando futuros muerdas, pero esto va de juegos y esos si no han llegado a tocar futuro, excepto unos cuanto, los demás se han quedado a tragaperras glorificadas.
Yo din duda veo aquí el potencial de poder elevar mucho el nivel gráfico en servidores que potencia bestiales que no tenemos a nivel consumidor.
Pero siempre diré que este camino es bueno siempre y cuando pueda hacer una descarga para jugar offline cuando la conexión no me vaya bien o quiera irme a mitad de un zulo sin intenet.
Sobre el tema del rendimiento a nivel de input lag y calidad gráfica, he notado que de lejos la mejor opción es hacerlo en PS4 y por cable. Si lo pruebo en PS4 con wifi el resultado es mucho peor. En PC me pasa lo mismo pero en ambos casos el resultado es peor que en PS4.
En el artículo mencionas un par de veces el precio de la subscripción mensual, pero como pasa en el podcast o en Eurogamer no mencionáis que PS Now tiene también subscripción anual más barata de 99€, que lo deja a 8.33€/mes.
Viendo el éxito de Spotify y Netflix, intentan replicar los sistemas de subscripción y/o streaming en videojuegos. De momento, parece que hace medio año el que mejor funcionaba ya antes aún de llegar a nuestro territorio era de lejos PS Now, por lo que parece haber bastante gente a la que esto le parece bien:
El tema de las subscripciones y el streaming parece que va a más pinta que irá creciendo año tras año (tanta empresa toca que invierte tanto en algo será porque estarán seguro que hay mercado y es viable), pero negocio de las consolas y los juegos locales seguirá ahí, esto será complementario al menos durante mínmo unos 10 años debido a las conexiones que hay a nivel mundial, demasiado lentas, con demasiada alta latencia o con límite de datos en muchos países.
Los juegos AAA no pensados como GaaS generan mucho más dinero si por ellos se pagan 60€ que si se cuando se meten en una subscripción. Sony estos últimos años está vendiendo un montón con sus AAA en sus primeros meses, como unos 10 millones (o más) de copias por juego por lo que veo imposible que quieran renunciar a todo ese dinero para casi regalarlos de lanzamiento en un sistema de subscipción.
El caso de Microsoft es muy diferente. Por un lado, tanto en consolas como en juegos MS andan bastante flojos en ventas comparados con Sony últimamente, por lo que el meter contenido goloso a Game Pass les ayuda ofrecer un producto más competitivo aunque sea a costa de perder más ventas, con la esperanza de mejorar su imagen de cara a una futura generación. Sony al ir tan «sobrado» no necesita hacer ese esfuerzo.
Por otro lado, en Microsoft tienden más al tema de microtransacciones o dlc que en Sony, por lo que pese a casi regalar sus juegos los jugadores que pillan por subscripciones pueden pagar pasta via estos otros métodos.
En condiciones normales, para los desarrolladores los juegos generan muy poco dinero en los sistemas de subscripción, por lo que no suele salir a cuenta meterlos ahí de lanzamiento (salvo en algún caso concreto como pasó con Rocket League en PS+). Suele salir más a cuenta vender el juego normalmente, hacer algunos descuentos en periodos de rebajas y cuando el juego ya no vende más, en lugar de tenerlo en la tienda sin que nadie le haga caso y no genere nada de pasta, meterlo en ese momento en sistemas de subscripción donde aunque generará muy poco, al menos generará algo.
Tienes una manera deliciosa para describir las peores desgracias (con respeto: la tuya propia inclusive), me recuerda al humor de los judíos referido a sus desgracias históricas. Muy de acuerdo y muy fan suyo.
No country for old men
@yurinka
A mí me da que lo de vender los juegos «normalmente» es más flexible de lo que parece, y que esa normalidad es mucho menos rígida de lo que pensamos (de lo que pienso yo, sin ir más lejos). En ese sentido, Sony no se caracteriza por abrir caminos sino por seguirlos, y si el estándar se convierte en estrenar los juegos en este tipo de servicios (no sé si es el caso de Doom Eternal, por ejemplo) pues Sony los estrenará en Now y aquí paz y después gloria. Entiendo que estas cosas hay que pensarlas a futuro siempre, y Sony eso lo hace bien. Es parecido al caso de PSVR, claramente el peor producto de su categoría y sin embargo el más popular (aunque yo PSVR lo recomiendo con más énfasis que PS Now, eso también te lo digo).
El tema del streaming en videojuegos no me emociona, pero salta a la vista que es la apuesta actual y el camino a seguir.
Ya me pilla Lo suficiente mayor para saber que la vida se cambio, y Lo que no cambia muere y desaparece.
@preacher
Jeje, lo típico cuando se habla de «progreso», que nunca se especifica «para quién» o «de qué tipo» (se generaliza el progreso tecnológico como progreso, siempre, y una mierda pa mí).
Y tampoco hace falta irse al siglo XIX, ahí tenemos el reciente caso de Uber y Cabify, ya sabéis, el «progreso», porque ¡Ei, tienen una app!
el futuro ha llegado, pero no es streaming sin lag, es fascismo corporarivista
Correcto.
También correcto.
Genial explicado todo @chiconuclear 😀
@majinantonio
Luego está el tema de que ya tenemos los huevos negros de ver cómo nos intentan vender humo y todavía hay gente en el Twitter flipando con una presentación de fantasía donde no se ha dicho nada concreto, solo han clavado una pica y han dicho «eh, cuidao, que vamos nosotros»
@preacher
Ojo cuidao que con cosas como este mismo PS Now, al menos en mi caso, tras probarlo he pasado del «no tengo opinión y no creo que la tenga» a «entiendo para quién va dirigido y oye, en lo suyo no está mal». Y lo de Google no lo he visto aún, pero si viene a ser un «hacemos lo mismo que otros, pero somos Google y seguramente lo podamos hacer mejor» ya es como para prestarles atención.
@preacher
Muchos lo estamos pidiendo. Y desde hace mucho.
No todos tenemos los mismos hábitos de consumo.
Solo queda esperar a que funcione bien de una puta vez xD
Yo estoy igual. Hay algunas cosas de fantasía inviable en la presentación (tipo 8K y 120+fps para el futuro, e incluso me cuesta creer que sea posible 4K 60fps de lanzamiento), pero aparte de eso yo con PS Now he visto que esto es viable pese a tener sus pros y sus contras.
El tema de las colas supongo que habrá sido algo aislado debido a que por el énfasis del lanzamiento la enorme masa sonyer que hay en España se ha tirado en barrena rollo Guerra Mundial Z al haber una semana gratis para probarlo. Supongo que eso se soluciona metiendo más servers, y si la cosa dura tras el pico inicial supongo que lo harán para subsanarlo.
Con el tema mejores servers de Google, cierto es que algo de latencia se puede sacar. Pero al final Sony, Google, Microsoft y demás suelen usar los mismos datacenters por lo que el resultado tampoco cambiará mucho. La cosa dependerá más de si te ponen uno al lado de casa y si tienes una buena conexión. Como esto no es tan viejuno como PSNow, supongo que habrán mejorado cosas tipo el codec y demás, por lo que podrán tener 1080p 60fps de forma viable en lanzamiento si juegas con cable y teniendo fibra en casa.
Como siempre, igual que cuando se empezaban a popularizar consolas, gráficos en 3D, el CD como soporte para juegos, los juegos digitales, el F2P, los juegos para móviles, juegos por detección de movimiento, el DLC, los GaaS, la VR y demás mucho jugador tradicional lo rechaza frontalmente.
Como cada plataforma, el tema subscripción y streaming tiene cosas buenas y cosas malas, irá mejorando con el tiempo en diferentes actualizaciones, plataformas y demás que vayan saliendo para ir evolucionando hacia algo mejor. Se verá que funciona mejor para unos juegos que con otros, y aparecerán nuevos juegos diseñados para este modelo, su mercado crecerá adaptándose a lo que lo hace único y llegará a ser una porción importante del mercado, pero no matará al juego tradicional en local, igual que las cosas que he mentionado antes rechazadas en su lanzamiento por los trugeimers de la época.
De momento creo que las claves para que el streaming lo acabe petando son:
-Tener un precio atractivo (como PS Now o mejor)
-Tener un catálogo enorme y variado con bastantes joyas aunque sean viejunas (como PS Now o mejor)
-Conseguir un rendimiento lo mejor posible con conexiones de calidad realista (mejor que PS Now)
-Permitir jugar offline si el juego es compatible (Stadia debería hacerlo en PC, y PS5 debería tener retrocompatibilidad con PS2,3 y 4 para dejarte bajar todos los juegos de PSNow)
-Permitirte jugar en PC, teles (via consola o Chromecast), móviles y tablets
-Sacarlo a nivel mundial, al menos a los principales mercados (que PSNow haya tardado tanto en llegar aquí es una locura, y a ver lo que tardan Stadia y MS en hacer un lanzamiento mundial en condiciones)
-Con la actual fibra o el 5G ya se consiguen resultados decentes para algunos juegos, pero hay que meter hardware dedicado para streaming como el de PS4 en todos los cacharros pero mejor, mejorar el wifi y la conexión LAN así como sacar algo mejor que el 5G y la fibra actual o la forma de como funciona internet para bajar la latencia aún más.
-Cubrir de datacenters todo el mundo para que la gente tenga uno cerca
De todas formas, siendo optimistas estas cosas tardarán unos cuantos años por lo que hasta de aquí a unos 5 años no veremos resultados en condiciones (finales de PS5, principios de PS6), y hasta de aquí a unos 10 años no lo veo como algo «dominante» que igual que ahora son los móviles, genere como la mitad de la pasta del mercado.
Siempre habrá sitios con conexión mala o límite de tráfico (como en nuestras lineas de móviles) por lo que el juego local siempre estará ahí y no desaparecerá. Sigue habiendo un mercado hoy dia para el físico e incluso para el retro, y el mercado de los juegos era muchísimo más pequeño cuando éramos niños, por lo que de aquí a 10 o 15 años incluso si el streaming es algo muy dominante y lo peta seguiremos habiendo viejunos que preferirán jugar en local.
Flexibilidad hay poca. Los juegos grandes cada vez cuestan más pasta hacerlos y cada vez es más complicado rentabilizarlos, por eso intentan buscar siempre nuevas vias de ingresos con cosas tipo el streaming/subscripciones para cuando ya no dan casi pasta, los eSports, DLC/IAP/GaaS y demás. Porque salvo enormes corporaciones que tienen los bolsillos llenos y planes malvados de dominación mundial, uno o dos grandes fallos implican tener que chapar el estudio en cuestión, por lo que tampoco por lo general no se pueden permitir el ir regalando el juego a menos que éste esté pensado para sacar su pasta principalmente del DLC/microtransacciones/etc.
Microsoft, Google, EA, Ubi y demás apuestan por el streaming porque han visto que a Sony con PS Now la cosa le funciona mejor que a los otros sistemas de subscripción, es la primera que ha conseguido pasar con éxito el modelo que en la música y el cine han conseguido Spotify o Netflix via subscripción y el streaming. Es Sony quien ha ido abriendo el camino.
Con VR pasa lo mismo: han habido otros antes, pero quitando la VR para móviles PSVR es de largo la que mejor está funcionando, la primera que saca resultados prometedores aunque tampoco no son para tirar cohetes.
Sin duda, en ambos casos la cosa está empezando y como ha pasado en todas las otras grandes novedades del sector, tardarán en ir mejorando estos sistemas a través de las diferentes iteraciones que generará la competencia.
Por ejemplo, en VR está el tema de los mareos, los cables, la resolución y los controles. Ya vamos viendo mejoras por ahí, y con PSVR2 habrán aprendido de todo esto y veremos bastantes de estas cosas arregladas o muy mejoradas además de funcionar en una consola diseñada para la VR. Eso debería ayudar a que acabe de despegar la VR, ante lo cual muchos otros gigantes se apuntarán al carro.
Con el tema PSNow es de esperar que tras lo que han aprendido en PS4 y viendo a la competencia lo mejoren bastante de cara a PS5: ofrecer 1080p 60fps con mejor input lag y mejor calidad de imagen y sonido en conexiones decentes y hasta 4K con conexiones de fantasía, y permitiendo jugar en local juegos que vayan desde PS1 hasta PS5 además de permitir filtros de búsqueda más completos o poder hacer listas de juegos más grandes, poder hacer varias y que quizás puedas compartir con otros jugadores.
Una vez tengan eso, yo integraría PS Now con los juegos del Plus y los juegos de PS5: haría que los juegos que van añadiendo a PSNow sean básicamente de PS4 para atrás y todos los juegos que compres en PS5 o recibas por PS+ los puedas jugar tb via streaming. Y por otro lado, le pondría a PSNow un descuento fijo a los usuarios de PS+.
Creo que aqui nadie esta pensando en algo tan importante como el valor de los juegos. Si tenemos miles de juegos a 15€/mes, quizas ya no le demos tanta importancia a estos, o ni nos lo pasemos porque “en fin, son 15€ al mes”.