Primeras impresiones de Wii U

Aparte de en el nivel altísimo de las chicas que tenía contratadas Nintendo para ayudarnos en nuestra visita a su stand, lo primero en lo que uno se fijaba al entrar en el recinto de la gigante japonesa era en que había cierto aire de excitación por todos lados, una excitación densa y poderosa que se traducía además en un buen montón de gente intentando probar la nueva consola. Creo que ayer al salir de la conferencia de prensa todos pensábamos exactamente las mismas cosas: ¿pero qué coño es esto?, ¿cómo será sostener este mostrenco de mando?, ¿qué pasa con la pantalla que tenemos entre las manos?, ¿cómo puede ser Nintendo una compañía tan mágica? Esto último quizá sólo unos pocos lo pensábamos, pero de todos modos el ambiente era de duda y curiosidad. Lógicamente, el aspecto más llamativo y diferencial de la consola es su mando, esa especie de tablet con botones, altavoces, pantalla táctil y cámara integrada. El primer gran problema que le veo es su diseño, que sigue demasiado la línea Wii, como parece obvio; eso hace que, por ejemplo, haya un marco blanco de plástico rodeando a la pantalla que, estéticamente, no hace ningún beneficio al cacharro. Si la idea de Nintendo es que tengamos el mando en la mesita del salón, en el escritorio, en la terraza y allá donde vayamos de la casa, quizá haber hecho un objeto visualmente más atractivo habría ayudado a que cierto público que asocia Nintendo con infantil, casual, etc. superara la barrera y le diera una oportunidad. Cuando lo sostienes en las manos, la cosa mejora. El mando de Wü es ligero pero se nota sólido, y todas sus piezas, desde la táctil hasta los sticks (controvertidos por extraños, más planos de lo habitual), dan sensación de robustez y seguridad. La pantalla (no está claro si será multitáctil, aunque ninguna de las demos que probamos aprovechaba esta capacidad) es muy buena también, y el diseño del mando es mucho más ergonómico de lo que parecía a primera vista: una protuberancia trasera nos permite sostener el mando con firmeza. El único punto que no me convenció del todo es el posicionamiento de los botones debajo del stick derecho, pero tampoco jugamos a nada que nos permitiera comprobar si se hacía raro. La otra gran característica, la posibilidad de trasladar el juego de la tele a la pantalla del mando y seguir la partida de manera autónoma en él, funciona muchísimo mejor de lo que os podéis siquiera imaginar. Pudimos probar una demo técnica basada en The Legend of Zelda en la que podíamos controlar ciertos aspectos del escenario como la cámara, la iluminación, etc., que nos permitió además comprobar la potencia de la consola. El tránsito del juego de una pantalla a otra es automático y sorprende muchísimo lo brutalmente bien que se ve todo en la del mando. Wii U no es un ordenador de ultimísima generación con lo último en tarjetas gráficas, pero desde luego aguanta el tipo y mira a la cara y sin ningún tipo de complejos a Xbox 360 y PS3. La demo técnica que todos visteis en la que el pajarillo volaba por un paisaje japonés era, vista en la pantalla gigante del Nokia Theatre, absolutamente impresionante. Quizá no sea el mega salto tecnológico que posiblemente sí veamos en 2012 y quizá juguemos no mucho más tarde, pero es lo justo como para que Nintendo pueda tirar un par de años a poco que las third parties apoyen un poco el invento. Este fue uno de los puntos en los que la presentación de Nintendo se notó más floja: sí, hubo un vídeo con Peter Moore, Ken Levine y toda la pesca hablando de lo cojonuda que es la consola y lo bien que se lo van a pasar haciendo juegazos, y luego Riccitelo terminó de darnos seguridad saliendo al escenario y diciendo que EA apoyaría la consola, pero faltó una traca final de cierto nivel. Un Battlefield 3 corriendo en tiempo real en Wii U habría sido perfecto para calmar los ánimos de aquellos que no terminan de confiar en las posibilidades de Nintendo a ciertos niveles y dar un subidón de confianza a los usuarios de Wii que pueden estar empezando a desilusionarse. Hablando de lo que jugamos, pudimos probar unos cuantos minijuegos muy Nintendo en los que se combinaba el rollo familiar y bonito de los Miis y los escenarios coloridos con un pulso ligeramente más hardcore, en algún caso. Por ejemplo, había una de las experiencias en las que un jugador controlaba una nave con el Wümote mientras otros dos, usando el Wiimote, controlaban a dos Miis disfrazados de Samus. La nave se controlaba sólo usando la pantalla y los otros dos jugadores se partían la tele; el objetivo era destruir la nave, si jugábamos como los Miis, o eliminar a las Samus cabezonas si éramos la nave. Era divertido y se podía comprobar cómo el acelerómetro y las capacidades de la pantalla en el mando pueden ser interesantes tanto a nivel jugable como a nivel táctico: la nave no podía saber dónde estaban los Miis espiando una zona de la pantalla partida y los Miis no podían saber dónde estaba la nave. La demo técnica de Zelda, insisto, dejaba ver la potencia gráfica de la máquina, pero sobre todo nos la ponía bien dura imaginando lo que será jugar con Link en Wü. Otro juego, Chase Mii, era parecido al de la nave en el sentido de que permitía ver las posibilidades tácticas del juego con Wümote, y además introducía algún elemento como el mapa grande en la táctil que es la aplicación, quizá, más evidente para una pantalla en el mando. Por último, un juego rítmico en el que teníamos que mover la pantalla para bloquear unas flechas que nos lanzaban unos malvados piratas de dibujos animados era la parte más casualona del stand, y además tenía una canción realmente molesta que, aun con todo, aprendí a amar cuando estuve tarareándola con una de las chicas Nintendo mientras jugaba a Luigi’s Mansion 2 (pronto sabréis más de este juego). En definitiva: Wii U, en adelante Wü, tiene mucho potencial y sí, hay que jugarla para vérselo. El camino que Nintendo está tomando para innovar quizá no sea el mejor, porque no crea cosas que tengan demasiadas papeletas de estandarizarse, pero esta vez parece que el gimmick del mando no será barrera suficiente para que una posible falta de apoyo de las third hunda a Nintendo de nuevo en un territorio demasiado alejado del juego tradicional. Yo ya os lo digo: espero, deseo, REZO por poder disfrutar de Battlefield 3 en Wü.