2011: Una retrospectiva (III)

Vaya final de año, chicos: desde septiembre hasta este diciembre que se nos va acabando, pocos años recuerdo haber tenido una sobredosis de juegazos tan pronunciada como este. La industria de los videojuegos parece haberse puesto de acuerdo para bombardearnos con sus mejores superproducciones, sus descargables más potentes y sus independientes más locos, y el resultado ha sido un tramo final de 2011 que casi acaba con nuestras vidas, de lo que hemos tenido que jugar. Vale, vale, no es ningún drama, pero realmente hemos tenido las manos muy ocupadas estos meses; y cuando queríamos dedicarnos más tiempo a algo en concreto, el destino llegaba y nos plantaba otro DVD en el lector de la consola, obligándonos a pasar a otra cosa. ¡Yo te maldito, destino! Estos son los juegos que hemos analizado en los cuatro últimos meses del año. Septiembre tuvo varios juegos buenos, sin mucha complicación pero bastante apañados: Driver: San Francisco, El Shaddai: Ascension of the Metatron, Resistance 3 y Dead Island, God of War Collection Volume II o Warhammer 40.000: Space Marine me vienen a la cabeza de inmediato, aunque para según qué filias también tenemos Los Sims Medieval: Piratas y caballeros y Tropico 4, los dos buenos en lo suyo. Mukita tuvo tiempo de hablarnos de Bloodrayne: Betrayal y Radiant Silvergun, y bien agradecidos que le estamos. Pero fue Gears of War 3 el que lanzó la bengala que avisaba al resto de que podían salir, y con él (y su jugabilidad a prueba de balas y sus más y sus menos y su modo multijugador rabiosamente divertido, de lo mejor del año) llegó la época de lanzamientos fuertes. Y entonces, ¡bam!, viene FIFA 12 y nos hace olvidar de un plumazo los anteriores FIFA, el Pro, los demás juegos de fútbol y casi, casi la tabla de multiplicar, de lo enganchados que nos tiene; y, ¡bam!, llega Rage y nos vuela la cara con su Yermo enorme y extrañamente bonito y sus disparos de primera categoría, como sólo id saben hacerlo; y, ¡bam!, llega ICO & Shadow of the Colossus Classic HD y nos pone todavía más tristes ahora que vemos que The Last Guardian pende de un hilo. Los independientes se ponen duros, y nos llega ese The Binding of Isaac que supo hacerse querer de la forma más complicada: poniéndose una bota de esquí y pateándome los huevos una y otra vez. Entre pitos y flautas nos fueron llegando Mercury Hg y Hard Reset, que gustaron con mucha moderación, y luego vino Los Sims 3: ¡Vaya fauna!, que le dio la vida a pinjed, y Dark Souls, que drenó gran parte de la vitalidad de Pep. Y entonces llega Uncharted 3, que tropieza un poco en la última escalera pero está tan guapo como siempre, y después NBA 2K12 demuestra que sigue siendo el mejor en lo suyo, muy merecidamente, y Battlefield 3 llega como la señora de Neutrex a enseñarnos un poco cómo serán las cosas en el futuro: lo que vemos nos convence, y mucho. Sonic Generations y Kirby Mass Attack nos ponen en paz con un género, las plataformas, con el que no siempre tenemos la oportunidad de pasar tan buenos ratos, y eso nos gusta mucho. Ya sabíamos que iba a ser enorme, pero de alguna forma Skyrim consiguió sorprendernos todavía más: tanto, que se llevó la tercera nota máxima del año, sin demasiadas dificultades, además. Se quedaron cerca pero no llegaron a tanto, cada uno por apostar muy fuerte por lo suyo, Modern Warfare 3 y Saints Row: The Third, dos compras que deberían venir con una calcomanía que pusiera, bien en grande, DIVERSIÓN. Me topé con PixelJunk Sidescroller, que me entristeció por estar algo desaprovechado, pero por suerte a la vuelta de la esquina me esperaba ese juego, esa obra maestra atemporal que es The Legend of Zelda: Skyward Sword. No me tembló la mano a la hora de ponerle un 10 como un templo. Peor suerte corrió Assassin’s Creed: Revelations, que no gustó demasiado, y creedme que ya ni recordaba que había salido Halo: Combat Evolved Anniversary: un poco fuera del punto de mira, me parece, aunque no es de ninguna manera un mal juego. Aunque tuve que lidiar con Tekken Hybrid y Jurassic Park: The Videogame, también tengo que deciros que disfruté enormemente viendo cómo Nintendo 3DS llamaba a los refuerzos y lanzaba, justo a tiempo para una campaña navideña de la que supongo saldrá muy reforzada, dos juegos que se merecen que una mujer hermosa los ame: Super Mario 3D Land y Mario Kart 7, dos joyas que me tuvieron, y me tienen, bien enganchado. Rematamos la faena nintendera con una de cal y otra de arena: aunque Super Pokémon Rumble me resultó una experiencia vacía y poco o nada fiel a lo que Pokémon significa, Pullblox me pareció una maravilla y me hizo ver un futuro prometedor a la eShop de 3DS, aunque eso, claro, está por ver aún y es muy dudoso. Ese problema no lo tiene la App Store, donde juegos tan buenos como Infinity Blade II son más comunes. Y con el dúo Serious Sam 3: BFE y Trine 2, dos opciones muy recomendables para aquellos que quieran poner Steam a hacer ejercicio durante las merecidas vacaciones (si es que las tenéis, claro) de Navidad, este 2011 se acaba, se nos va como arena entre los dedos, como lágrimas en la lluvia, como ese cigarrillo que se te cae de los labios mientras meas en la discoteca y encuentra su final entre vapores de pis. El año que viene nos depara grandes cosas; cuando volvamos la vista atrás y veamos esta retrospectiva de 2011 nos parecerá un año incluso mediocre, de los juegazos que saldrán. Ya lo veréis; hay que tener ilusión y esperanza. ¡A tope!