Satoru Iwata: Un recuerdo

Satoru Iwata, presidente de Nintendo, falleció el 11 de julio de 2015, un año después de la operación para extraerle un tumor en el conducto biliar.

«Está claro que existe un malentendido entre algunas personas. Claro que me preocupa esto. A la vista está que Nintendo se abre a los jugadores ocasionales, pero esto no implica que vayamos a ningunear a los jugones de toda la vida. Tenemos la firme convicción de que, si no conseguimos que la gente que no juega a videojuegos los pruebe, el papel del ocio electrónico en la sociedad nunca dejará de ser mirado con malos ojos. La imagen que la sociedad tiene de los juegos seguirá siendo negativa, incluidas esas historias de que jugar es nocivo, te anula el cerebro, etcétera, etcétera. Si esa situación se prolonga, llegará el día en el que aquellos que hoy disfrutan jugando se sentirán culpables por ello. Si las personas que no han probado un juego en toda su vida empiezan ahora y descubren la gran fuente de entretenimiento que pueden llegar a ser, es muy probable que esa actitud cambie. La sociedad será más tolerante con los jugones y será más fácil producir juegos «tradicionales». En realidad, a la par que Nintendo quiere seducir a aquellos que nunca han jugado, tampoco va a descuidar Zelda. Muy al contrario, hemos invertido cuatro años y una cantidad de esfuerzo inconmensurable en el desarrollo del nuevo Zelda. No hay ningún género de duda en cuanto a nuestro compromiso. Quien espere este tipo de juegos, no se sentirá defraudado. Pero creo que, si no tratamos de involucrar a los no jugadores, el futuro para los aficionados a los videojuegos pinta negro».

Esta cita es de 2011, cuando Satoru Iwata protagonizó una edición especial de sus Iwata Asks en la que era él el entrevistado, el que se enfrentaba a las preguntas de Yasuhiro Nagata, uno de los redactores de Hobo Nikkan Itoi Shinbun, la web de Shigesato Itoi (buen amigo de Iwata y creador de la imprescindible trilogía Mother). Itoi e Iwata fueron grandes amigos; en 1998, alrededor del mes de mayo, Itoi le dijo a Iwata que quería montar una página web: un mes después, pocos días antes del comienzo del Mundial de Francia, la web estaba en marcha. Satoru Iwata, que llevaba cinco años dirigiendo HAL Laboratory, uno de los estudios más prestigiosos de Nintendo, le echó una mano con la informática para conseguir montar toda la infraestructura necesaria para lanzar una web en 1998. Eran otros tiempos. 

«No sabía lo que decía», dice Itoi en una entrevista con Iwata publicada en 2007 en, precisamente, Hobo Nikkan Itoi Shinbun. «No tengo mucha idea ahora, pero en esa época no tenía ninguna».

«Creo que fue porque tenías tan poco conocimiento que pudiste decir que ibas a empezar una web en un mes», responde Iwata. «Partiendo de eso, organicé los ordenadores y los proveedores de internet, monté una red local y dije «creo que ya puedes empezar»».

En 2007, Satoru Iwata seguía siendo el informático de la web de Itoi; quizá menos implicado que en los inicios, el 11 de julio de 2015, cuando falleció, Iwata todavía mantenía el puesto.

«Si preguntas a Mogi, que está ahí sentado, el señor Iwata sigue siendo «el tío que sabe de ordenadores», más que la persona más importante de Nintendo», bromeaba Itoi.

«Sí», reconocía Mogi.

La entrevista de Itoi con Iwata es interesante porque nos permite comprobar cómo ambos compartían un sentido del riesgo similar. No me atrevería a decir que ninguno de los dos pueda ser considerado un temerario, pero sí tenían en común una cierta afición por ir un paso más allá, por tomar ciertas decisiones que de cara al público no siempre parecían acertadas de primeras. Shigesato Itoi ya era, en 1998, publicista reconocido, diseñador de dos juegos muy prestigiosos, escritor, voz de uno de los personajes de Mi vecino Totoro. «Estoy seguro de que mucha gente dijo «Tienes una carrera genial en el campo de la publicidad. ¿Por qué tirar eso y empezar algo como esto?»», dice Iwata en la entrevista.

«Mucha», reconoce Itoi. «Recuerdo que dijiste», continúa Iwata, «que «Como ‘Ahora Es Popular’ se ha convertido en la frase publicitaria más efectiva, ya no consigo encontrarle ningún sentido a la publicidad». Entendí por qué empezaste Hobonichi. La gente que no sabía lo que pensabas debió de pensar «¿Por qué internet, Itoi?» Lo mismo pasó cuando Nintendo anunció que estábamos haciendo una consola portátil con dos pantallas y un panel táctil».

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En 1982, Iwata discutió con su padre por la decisión de entrar a trabajar en HAL Laboratory tras graduarse en la universidad. En Japón, cuando uno termina la carrera en una universidad reconocida se entiende que el paso lógico es entrar en una gran empresa, cuanto más prestigiosa, mejor; HAL Laboratory era un estudio recién nacido, la compañía más pequeña en la que entró cualquiera de los graduados de la promoción de Satoru Iwata.

«Obviamente, nadie sabe cuándo es el mejor momento para cambiar. Cuando decidimos cambiar el rumbo del barco, si se me permite la metáfora, ignorábamos cuánto tiempo tardaría la gente en comprender lo que queríamos conseguir. ¿Un año? ¿Dos? ¿Tres?… ¿Cinco? Estábamos convencidos de que no había futuro siguiendo el camino convencional. Al final, todo se reduciría a una batalla encarnizada entre todos los competidores basada exclusivamente en la fuerza bruta y cada vez menos usuarios podrían acceder a los videojuegos. De modo que lo único de lo que estábamos seguros al principio era de que queríamos llevar la compañía por otros derroteros. Sin embargo, no sabíamos hasta qué punto los usuarios estarían dispuestos a aceptar este cambio. Sea como fuere, queríamos evitar los viejos derroteros porque no tenía sentido arrastrarse por ellos hasta darse de bruces con un callejón sin salida. Por eso tomamos cartas en el asunto. Partimos de la premisa de que el futuro se presentaría mucho más brillante si hubiera más jugadores interesados en los videojuegos».

Satoru Iwata, a estas alturas todos los sabemos, tuvo un papel esencial en el acercamiento del videojuego a muchas personas que tradicionalmente no se considerarían jugadoras. En 2002 fue elegido presidente de Nintendo a petición de Hiroshi Yamauchi, que se retiró ese año. En 2004, cuando salió Nintendo DS, todavía faltaban unos años para que se lanzara el iPhone. Jugar con una pantalla táctil no era lo que es hoy día: entonces era algo nuevo, algo sorprendente, algo en cierta medida revolucionario. El control táctil es mucho más accesible que los botones: lejos del orgullo de pensar que son los no jugadores los que tienen que adaptarse a los videojuegos, la Nintendo liderada por Iwata confiaba en que adaptar los videojuegos a los no jugadores era el camino a seguir. DS tenía muy poca potencia en comparación con la PSP de Sony, una máquina mucho más impresionante que la pobre portátil de las dos pantallas.

En 2006, Nintendo lanzó Wii, el equivalente en videoconsola a esos móviles para ancianos que tienen botones gigantes y solo sirven para llamar. Quizá teniendo en mente a esos no jugadores que giraban el mando cuando jugaban a Mario Kart en Super Nintendo como si eso fuera a hacer que el kart girase en la pantalla, o los que agitaban el mando en los saltos más complicados de Super Mario World, el mando de Wii se valía del movimiento para controlar los juegos. Xbox 360 y PlayStation 3 compartían gráficos en alta definición, los mejores juegos de los géneros más populares y un planteamiento mucho más tradicional.

Todos hemos sido un poco el padre de Iwata al no confiar en sus decisiones. Diez años después de su graduación, Iwata era presidente de HAL Laboratory, puesto desde el que consiguió sacar al estudio del borde de la bancarrota; veinte años después, era el presidente de Nintendo; las consolas que impulsó en sus primeros años como líder de la compañía, Nintendo DS y Wii, se convirtieron en fenómenos que cambiaron la forma en que todo el mundo piensa en e interactúa con los videojuegos.

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En medio de todo eso, a Iwata le dio tiempo a hacer muchas cosas, muchas de ellas relacionadas con su talento para la programación de videojuegos. Treinta años después de su graduación, Iwata cambió la manera en que una compañía multinacional se relaciona con sus clientes, nosotros, los que jugamos.

Había algo especial en ver al presidente de Nintendo presentándonos los futuros lanzamientos, mostrándonos el contenido de la caja de Wii U, pidiendo disculpas cuando las cosas no iban tan bien como nos habría gustado. Los Nintendo Direct no eran inmunes al cinismo del siglo XXI y a la ira ciega del homo consumericus, pero cuando Iwata pedía perdón daba la sensación de que lo decía en serio. Había algo mágico en los Nintendo Direct y los Iwata Asks, en todos esos tipos mayores y aburridos hablando con tanta alegría de videojuegos, en esa gente que creía tanto en la importancia de la felicidad y la diversión; cuanto más oscuros y exclusivos se volvían los videojuegos, más apostaba Nintendo por la inclusión y la luz.

Existe la idea de que Nintendo es una compañía que se resiste al cambio, pero que decidieran sustituir su conferencia en el E3 por un formato que les permitiera llegar por igual a su público y a los medios me sigue pareciendo un movimiento avanzadísimo, clarividente.

Todos podemos hacer una lista de varias cosas que no nos han gustado de la Nintendo de los últimos años. Quizá de las últimas décadas. El tremendo valor de las decisiones de Satoru Iwata, de la forma en que supo continuar con el legado de la Nintendo centenaria modificando el rumbo de la compañía en base a lo que él creía que era lo más conveniente dejándose influenciar lo justo por lo que hacían los demás, seguirá ahí aunque él haya fallecido. Me alegra que, aunque algo tarde, se le estén reconociendo sus no pocos méritos; vamos a echar de menos a Iwata.

«Wii es un proyecto que, en sus inicios, no sabíamos cómo iba a acabar. Lo único que estaba claro es que no había respuestas en el camino que estábamos siguiendo, así que se cambió de rumbo. Naturalmente, el tiempo es limitado, así que teníamos que seguir sacando productos, como siempre. Al volver la vista atrás a todo lo que hemos hecho, lanzar una nueva consola portátil a la vez que preparábamos otra de sobremesa, hay multitud de pequeños detalles que en su momento me hicieron exclamar: «Ojalá lo hubiéramos hecho de otra forma». Sin embargo, en el caso de la consola Wii, es algo que ni me he planteado. Puedo decir con total convicción que, si retrocediéramos en el tiempo, acabaríamos creando la misma consola».

Recuerdo haber leído en algún sitio que, cuando visitaba las oficinas de Nintendo of America, Iwata siempre cambiaba el mensaje de su Mii de 3DS y ponía un saludo en inglés para los empleados que se cruzaran con él en StreetPass. Hace unos años, en el E3, pasó a mi lado mientras yo probaba, creo recordar, Donkey Kong Country: Tropical Freeze; fue bonito ver a su Mii llegar a mi 3DS y decir «Hello E3!».

Satoru Iwata nació en Sapporo el 6 de diciembre de 1959.