En septiembre de 2016 el diario británico The Guardian publicaba un artículo de Luis Miguel Echegaray sobre la importancia de la serie de videojuegos FIFA en el soccer estadounidense y su creciente influencia como deporte de consumo. Los datos no engañan: desde 2009 el interés de los jóvenes norteamericanos por el fútbol ha crecido exponencialmente y ha ido siempre de la mano del aumento en ventas de FIFA, que se sitúa alrededor del 15% interanual en territorio yanqui desde 2012. Hay más causas que han influido en esta tendencia: los éxitos de la selección femenina de EE.UU. con sus tres Copas del Mundo, el buen papel del combinado nacional masculino en los últimos mundiales, Juegos Olímpicos y Copa Confederaciones y el desembarco de estrellas europeas en declive (como David Villa, David Beckham, Ashley Cole, Bastian Schweinsteiger, Thierry Henry, Frank Lampard o Andrea Pirlo) en la Major League Soccer, factores que Echegaray prefiere no tener en cuenta.
Pero el vínculo entre videojuegos de fútbol y fútbol real se remonta casi un cuarto de siglo. Sin salir del país, el primer FIFA —que se titulaba FIFA International Soccer y era el primer juego de fútbol desarrollado en el continente americano— llegaría en el mismo año en que se fundaba en Nueva York la MLS, la liga profesional de fútbol (la North American Soccer League inaugurada en los 60 se había disuelto en 1985 por falta de patrocinadores) que arrancaría con su primera temporada en 1996, y en el verano inmediatamente anterior a la Copa Mundial de 1994 que acogería Estados Unidos. Aquel primer FIFA dobló las ventas estimadas en Europa, empezó su camino hacia el éxito en la industria y contribuyó a que la epidemia del fútbol comercial se fortaleciese donde ya había enraizado y ganase adeptos allá donde reinan otros deportes.
El caso japonés, como todo lo japonés, es un poco más complejo y difícil de interpretar. El fútbol a nivel de clubes funcionó durante treinta años como una liga semiprofesional, la Japan Soccer League, donde todos los futbolistas japoneses eran estudiantes de la universidad que ponía nombre al equipo o empleados de la compañía que poseía el club. Solo los extranjeros (brasileños, habitualmente) recibían un sueldo por jugar al fútbol, y los pocos nipones que lograron destacar tuvieron que emigrar a Europa o Sudamérica para poder vivir de su talento deportivo. En 1981 el fútbol en Japón emergió con la fuerza de un lagarto radiactivo gigante gracias al manga Captain Tsubasa, que se convertiría en un auténtico fenómeno social en la isla pero también en Occidente con su adaptación a serie de anime, que en España se tituló Campeones. En aquella época la influencia de los dramas personales y deportivos de Oliver y Benji (Tsubasa Oozora y Genzo Wakabayashi) supusieron un impacto serio para los niños de todo el mundo, y el renacer del fútbol en Japón empezó a fraguarse de distintas formas: con las series de dibujos animados (además de Captain Tsubasa surgieron otras como Ganbare, Kickers! —Supergol en España—, Moero! Top Striker o Aoki Densetsu Shoot!, aunque un precedente más lejano también señala ciertos vestigios futboleros en aquella cultura: en 1968 la revista Shōnen King estrenaba la serie de tebeos Akakichi no Eleven, que tendría su propia adaptación al anime en 1970), sobre todo con su reflejo directo en los patios de las escuelas (a partir de 1982 el fútbol empezó a rivalizar en Japón con el béisbol, deporte rey de la nación nipona) y, claro está, también con los videojuegos.
La relación de la industria japonesa del videojuego con el deporte de los 22 jugadores en el que siempre ganan los alemanes se remonta a las mismísimas raíces del nacimiento del medio: en 1973 aparecía en los salones recreativos una máquina llamada Soccer que fue diseñada en las oficinas de Taito por Tomohiro Nishikado, que un lustro después programaría el muy influyente Space Invaders. Y, aunque no todos los historiadores especializados están de acuerdo con esta afirmación, aún a día de hoy Soccer es defendido por su autor como el primer videojuego japonés jamás creado. En 1985 Nintendo publicaba otro hito importante con el mismo título: Soccer, uno de los primeros juegos del legendario Koji Kondo para el sistema NES/Famicom, se convertía en uno de los pioneros de los juegos de fútbol manufacturados en Japón.
Las décadas posteriores dejaron un larguísimo reguero de apuestas japonesas por el fútbol con muñecotes pixelados o poligonales, especialmente reconocidos los casos de Super Sidekicks, Virtua Striker o la aún activa saga Winning Eleven (que empezó con Jikkyou World Soccer: Perfect Eleven, International Superstar Soccer en Occidente, que terminaría derivando en Pro Evolution Soccer), pero a menudo se tiene en cuenta a Super Soccer como el gran detonador definitivo de esta corriente de juegos que pondrían su granito de arena en la eclosión del fútbol profesional japonés con la fundación de la Nippon Puro Sakkā Rīgu o J-League en el año 1992 para empezar la competición en 1993. La idea era dar salida a esa renovada fiebre por el fútbol, pero sobre todo generar un ambiente competitivo que aumentase el nivel de la selección nacional japonesa, algo muy en sintonía con el creciente sentimiento nacionalista nipón que aún hoy sigue cocinándose.
Super Soccer recibió el título de Super Formation Soccer en el mercado japonés y, desarrollado por Human Corporation (conocidos sobre todo por gestar el primer juego de la serie Fire Pro Wrestling, amén de lanzamientos históricos posteriores como Clock Tower, un survival horror cuasi fundacional), llegó a las tiendas en las Navidades de 1991 para SNES/Super Famicom. Seis meses después la propia Nintendo lo llevaría a Occidente con algunos cambios en el grafismo, la publicidad del estadio, el grosor de los sprites de los jugadores (más refinados y juveniles que en la versión original) y la inteligencia artificial, ligeramente más precisa en la ejecución del pase y el tiro de la CPU en la edición occidental. La intención de la gran N parecía dirigida a convertir el juego de Human en la evolución natural de su propio Soccer que Kondo había gestado un lustro antes en NES y que había pasado por revistas y estanterías sin pena ni gloria. Lo más importante, por suerte, quedó intacto.
Hay que tener en cuenta que Super Soccer corresponde a una época en que el realismo no era ni siquiera un objetivo a considerar por parte de las desarrolladoras, y a un lugar en el que la tradición futbolística no tenía todavía una imagen oficial: toda influencia salía del anime, el manga y los pocos partidos de ligas europeas que llegaban a los canales de la televisión japonesa. Esa es una de las razones de que no existiese un estándar en el ángulo de cámara con que se enfocaba el partido en esos juegos, porque tampoco existía una intención de emular las retransmisiones televisivas, que a su vez se regían por cánones de realización bien poco conocidos en Japón. Por esta y otras muchas razones Super Soccer era un juego proyectado desde lo alto de un gol del estadio —una suerte de extraña perspectiva vertical que ningún otro juego de fútbol volvió a repetir: lo habitual era lo cenital, lo isométrico o lo lateral— que adaptaba las dinámicas del fútbol a una mecánica propia y basada totalmente en la diversión. Al contrario de lo que sucede en el siglo XXI, las ínfulas del realismo todavía no dominaban el núcleo conceptual de los juegos de fútbol, así que la idea era siempre hacer algo fluido y entretenido que luego se adaptaría a los límites y las reglas que planteaba el fútbol. Y no al revés.
La conducción del balón muy por encima del pase y la llamativa decisión de que en cada equipo destacasen siempre dos jugadores (a menudo el dorsal 7 y el 10) que tiraban del equipo en los partidos mientras que el resto de jugadores tenían menos capacidades físicas, amén de las violentísimas cargas hombro contra hombro y la postura en las segadas para robar el balón, que se unen en una sinfonía de detalles que acaba desembocando en una referencia muy clara: Captain Tsubasa; todos los caminos llevaban a Oliver y Benji. La influencia de la serie de anime es algo conocido entre quienes jugaron a Super Soccer cuando salió, y no solo porque su lanzamiento coincidiese en los mismos años que la emisión de la serie (que llegó a Telecinco en marzo de 1990), sino porque realmente, a pesar de sus no pocas limitaciones, Super Soccer conserva cierta similitudes con el anime que era difícil ignorar si uno estaba, como casi todos en aquella época, obsesionado con la camiseta arremangada Mark Lenders, las locas estrategias de los gemelos Derrick o el frágil sistema coronario de Julian Ross.
Estéticamente Super Soccer era un juego que parecía poco sofisticado ya en su época, pero echaba mano del mítico Mode-7 de SNES para aplicar efectos que daban una sensación de movilidad y frescura que lograba compensar el resto. Ningún jugador estaba quieto en el campo, todos reaccionaban según la distancia del balón hasta su posición, y cuando la pelota se alejaban volvían a rondar la zona que les había sido asignada. A veces uno tenía la impresión de que las jugadas derivaban demasiado a menudo en correcalles con poco espacio (las proporciones entre jugadores y terreno de juego eran, desde luego, bastante relajadas), parecidos a los partidos de fútbol en el patio de un colegio. El poco rigor táctico del juego era también intermitente, pero a las pocas partidas uno se daba cuenta de que esas situaciones embarulladas eran precisamente lo que hacía divertido el Super Soccer.
En su versión occidental, Nintendo se apropió de la portada para darle un aire más europeo, con la ilustración de un guardameta rubio sospechosamente parecido a Oliver Kahn (portero en aquella época del Karlsruher SC, luego ficharía por el Bayern de Múnich y rubricaría hasta 86 internacionalidades) a punto de detener un chut, y también de uno de los momentos más delirantes de la historia de los videojuegos deportivos que Super Soccer tiene el privilegio de contener en su final. El modo torneo nos ofrecía una estructura de competición totalmente absurda: con el equipo internacional elegido por el jugador (no estaba España, por cierto, que se incorporaría en Super Formation Soccer II junto a Suecia y Dinamarca, dejando fuera a las selecciones de Irlanda, Yugoslavia y la mismísima Uruguay, aunque aquella secuela con aires de mera revisión no llegaría a salir de Japón) debía enfrentarse a todos los países antes de poder darse por ganador. Y en plena secuencia de final de juego, con el capitán de nuestro equipo a punto de recibir el trofeo, el pelotazo noqueaba al aparente presidente de la FIFA y un árbitro con muy malas pulgas se llevaba la copa antes de lanzar alegato de villano de James Bond: «¡Hahaha! Ganar el campeonato del mundo no os convierte en el mejor equipo del mundo. Si queréis de vuelta vuestro trofeo tendréis que jugar con mi equipo para determinar el auténtico campeón». En la edición japonesa ese equipo era el Human Team —los nombres de sus futbolistas eran, de hecho los del equipo de desarrollo—; en la occidental, efectivamente, nos enfrentábamos al Nintendo Team, en ambos casos una temible escuadra con todas las estadísticas al máximo. El chiflado giro de guion, si uno no estaba avisado, era de los que logran dejar Super Soccer clavado para siempre en el corazoncito del jugador.
Al margen de su contribución indirecta en uno de los cambios más importantes de la historia del deporte japonés, Super Soccer no era un juego de Nintendo pero sí compartía con el catálogo de la gran N algo de lo que no muchos pueden presumir, sobre todo en los juegos de fútbol: tenía alma, tenía sentido del humor, tenía una banda sonora excepcional (una canción por equipo: mención especial a las dos maravillas que sonaban al jugar con Bélgica e Irlanda) y cuando uno jugaba contra un amigo también tenía esa sensación de bienestar, de feel good, que sí ha terminado por formar parte de la identidad nintendera y que ahora es un rasgo esencial de su propuesta lúdica. Quizá Super Soccer no fue el mejor juego de fútbol de su generación, pero sí tuvo personalidad suficiente como para convertirse en el más especial de todos.
Solo los usuarios registrados pueden comentar - Inicia sesión con tu perfil.
No hay frases míticas de futbolistas
El equipo de Nintendo se convirtió en un obsesión.
En aquel entonces andaba yo super viciado a los Sensible Soccer de Amiga, que eran lo puto mejor. Creo que Super Soccer no lo he jugado nunca. Como mucho lo habré jugado un par de veces, pero no lo recuerdo.
El Super chocher, como decía el dueño de una tienda de fotografía que también vendía videojocs. Veinticinco años después, los dependientes de la Game demuestran unos conocimientos parecidos a los de aquel señor.
Incorrecto.
El portero de la portada está inspirado en Donald Trump;
EDIT: mil gracias a @firfurcio por enseñarme a cómo poner las imágenes directamente 😉
Al menos sonaba mejor que los CLOCS y PLOMPS del World Cup Italia 90
@piumunoz
:3
El juego era bueno, pero afirmar que era el más especial de su generación, teniendo a los excelsos International Superstar Soccer, no sé…
Nunca he sido de futbol pero te doy la razón para mi lo mejor que he probado nunca, international super star soccer «dilaxx» deluxe. Hace décadas que no pruebo uno, el viernes le echare un tiento al fifa de switch a ver como ha evolucionado la cosa jeje
Coño, mi brother y yo siempre creímos que el equipo final estaba compuesto por los árbitros del campeonato xD. Películas que se monta uno cuando es niño…
@yurinka
Lo puto mejor era el Kick-Off, no lo dudes ni un instante.
@piumunoz
😯 😆 😆 😆
@majere
Yo estoy con @yurinka : Sensible Soccer era una pasada. Esos efectos que le podías dar a la pelota en el disparo… 😀
Pues eso, el ISS era mejor y este más especial. ¿O conoces muchos juegos de fútbol con un giro de guion al final? ¿Y con esa perspectiva desde encima de un gol? ¿Con una estructura de torneo LOCA en la que debías derrotar a todas la selecciones?
De hecho Super Fire Pro Wrestling Special, en el que trabajó Suda51, también tiene giro brutal al final. Como Pilotwings. ¿ES REALMENTE MEJOR EL PASADO?
Era un buen juego pero para mi de los que probé de fútbol era el más flojito. Al ya mencionado ISS y los FIFA yo sumaría mi queridísimo Soccer Shootout, sus minijuegos y sus brutales partidos de fútbol sala locos.
Al menos hay otro juego que usa la misma perspectiva, el Striker. Yo lo jugué en pc, no recuerdo si había otras versiones.
https://www.youtube.com/watch?v=3gjHvLX2RSU
Que tierno joder xD Que cierto era el montarse una historia y creértela como «ahh! claro!» y ahora somos seguramente justo lo contrario, para tragarnos algo o nos dan pruebas o… ojete.
De hecho, la estructura de torneo de «liga», la tenían los propios ISS, también, se llamaba World Series, aparte de multitud de torneos, ya fueran continentales, mundiales, etc…
Pero sí, lo de jugar contra «los arbitros» (yo también los llamaba así), y lo de la OST si era algo distintivo.
Gran juego que aún conservo.
Fue un gran juego. Hay que tener en cuenta que fue de la primera hornada de juegos de fútbol, es injusto compararlo con el ISS… tenía buena base, pero le faltaba algún modo más. Lo compensaba con la banda sonora, de esas que te animan a realizar una remontada épica. Luego sí, ya llegó el ISS y marcó el listón.
Lástima que no lo disfrutemos por aquí, lo habría cambiado por un Kirby que a mi parecer sobra 😜
Así de otros juegos futboleros, recuerdo con cariño el Striker. Podías editar los equipos… muchas horas ahí metidas 😅
No, si no digo nada del juego. Solo hablo de como sonaba, los CLOCS y los PLOMPS
https://www.youtube.com/watch?v=BjnrcciyM_s
Me lio a leches con quien cometa tamaña osadia. Y ya puestos te edito el video para mayor gloria.
T E M A S O
Pa’ temaso éste y no veo aquí a nadie hacer referencia:
Tira y centra a Raafael, no lo dudes y tira hip hip hurra.
Que afición al balón, ser campeones, campeones, campeones,
ser campeones, campeones, campeones, campeones, campeones,
lanza y mete goool, otro gooooool ♪♫♬
<3 <3 <3
PD: Hubo una época en la que Tele5 fue grande xd
Enamorado de todo el artículo por el valor educativo sobre el soccer y su avance en USA y Japon. Sobre el juego… Estaba decente pero el Kick Off de Mega Drive, el que yo tenia, ere sencillamente increíble, aun juego de vez en cuando.
Que nostalgia! Me haz hecho recordar uno de los primeros y mejores clásicos de soccer en snes. La música en el año 92, el gran equipo alemán, el loco higita con una resistencia al foul tremenda y el inolvidable equipo nintendo. Lo máximo. Su predecesor lo sigo por este grupo retro: https://www.facebook.com/groups/supersoccer2/ también espero y deseo que creen una página de Soccer 1 hay mucho material que compartir con respecto a la versión americana y japonesa. Buen post. Slds!