Crítica de ópera: María y Draco
Anoche, en la ópera situada al sur de la ciudad de Jidoor tuvo lugar un espectáculo excepcional, inolvidable y probablemente irrepetible. El abarrotado coliseo jidooriano acogió en una única función la ópera María y Draco. Aunque la experimentada mezzosoprano María fue sustituida poco antes de comenzar sin mediar explicación por la desconocida Celes Chere, la joven estuvo a la altura y brilló con luz propia gracias en gran parte a la templanza y el saber hacer del veterano tenor Draco, que hizo que la debutante se sintiera cómoda en todo momento ante tamaña empresa y no sufriera la presión del exigente público allí presente.
La historia es bien conocida: Oeste y Este llevan tiempo en guerra. Tras la derrota del imperio occidental y la desaparición de su líder, Draco, su prometida, la princesa María va a ser obligada a contraer matrimonio con el príncipe rival, Ralse. La mujer, no obstante, nunca deja de llorar a su amado. Fue justo ahí cuando la obra empezó a trascender; tras el solemne soliloquio del héroe en el primer acto, la apenada princesa salió al escenario y demostró la intensidad de su voz como pocas veces ha tenido el placer de escuchar este humilde crítico. Su emotiva interpretación del aria Di Mezzo Carattere, dedicado a su esposo, estuvo llena de sutiles matices y supo transmitir la tristeza y desazón que atormentaban a su personaje como si fuera ella misma y no un simple papel. El final de la escena, con María arrojando el ramo de flores al viento, desató un reguero de lágrimas entre muchos de los asistentes y justificó por sí solo los gils que costaba la entrada.
En el siguiente acto vivimos la esperada reaparición del héroe, justo a tiempo de evitar que el malvado antagonista se casara con la desesperada mujer. Aunque el duelo actoral y vocal entre el tenor y el barítono resultó tremendamente épico, se percibía la sensación en la platea de que había más ganas seguir disfrutando del talento de la cantante. Afortunadamente nuestra recompensa llegó en el cuarto y último acto, cuando la pareja protagonista cantó su amor a dúo, dando ambos muestras de su sólida técnica para proyectar la voz sobre la orquesta. La atronadora ovación final dejó claro que la ópera superó nuestras altas expectativas y que nos encontramos ante el nacimiento de una estrella. La novata consiguió superar con creces la difícil tarea de hacernos olvidar a la prima donna. Su angelical presencia y portentosa voz no son de este mundo; diríase que Celes Chere ha sido creada por ingeniería genética. [10]
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Esta escena es la más icónica de Final Fantasy VI. Pero, a diferencia de otros momentos famosos de la saga, como el baile al comienzo de Final Fantasy VIII, no se trata de un bonito evento pasivo para deleitar a los sentidos y presumir de capacidad tecnológica, sino que obedece a unos elementos argumentales y narrativos. El jugador debe cantar varios versos de Celes durante su aria, eligiendo entre varias opciones, y arrojar el ramo de flores desde el balcón. Si lo hacemos mal o tardamos demasiado no se nos abucheará, sino que se nos expulsará de allí y deberemos volver a empezar. No solo esto: ya que en realidad se trata de una peculiar versión de El Fantasma de la Ópera, la accidentada obra se desarrolla mientras un villano intenta sabotearla, así que nuestro grupo de héroes apenas tiene tiempo de disfrutar del espectáculo y se ve obligado a investigar y pelear contra varios enemigos para ayudar a su amiga.
Esta set piece representa a la perfección las intenciones y méritos de Final Fantasy VI. Tras cinco entregas que seguían con respeto casi reverencial los cánones marcados por Tolkien y Dragon Quest, más algunas pinceladas propias de la saga, como las invocaciones, cristales y chocobos siempre basados en la fantasía medieval, sus creadores decidieron que ya era hora de insuflar nuevo aire a la serie: ambientación steampunk, nada de cristales de poder ni sistema de trabajos (inaugurado en Final Fantasy III). Tan rupturista fue esta sexta parte que ni siquiera el director de todas las anteriores y creador de la serie, Hironobu Sakaguchi, realizó aquí su labor habitual. Se limitó a reunir un equipo competente, ejercer de supervisor y dar la premisa básica del juego: una guerra entre dos imperios. ¿Se os ocurre algo más básico y genérico?
Afortunadamente, allí estaban dos jóvenes veteranos de la saga, Yoshinori Kitase (a la izquierda, arriba) y Hiroyuki Ito (izquierda, abajo), para llevar el proyecto a buen puerto y aportar savia nueva a una serie que corría el peligro de estancarse. El primero, que entró en Square con Final Fantasy Adventure, se ocuparía de la historia y el segundo, que había trabajado en todas las entregas, se encargaría del sistema de batalla. Aunque ambos compartieron el crédito de director, fue Kitase quien llevó las riendas y mantuvo su visión a lo largo del encargo además de ensamblar las piezas. Su intención estuvo clara desde el principio: centrarse en los personajes. Así lo reconoció el propio codirector en un interesante making of de EDGE:
Empezamos a trabajar en Final Fantasy VI con la idea de que cada personaje es el protagonista de la historia. Todos en el equipo contribuyeron con ideas para los personajes en un crisol. Teníamos muchas ganas de diseñar un juego que incluyera episodios individuales para cada personaje. De hecho, la influencia de Final Fantasy VI puede haber sido responsable del mayor énfasis en la creación de personajes en las posteriores entregas de la serie. (…) La idea era transformar los personajes de Final Fantasy en aquel momento de simples cifras para luchar a personajes reales con sustancia y trasfondos que pudiera evocar sentimientos más interesantes y complejos en el jugador. Ya que la escala de la historia individual de cada personaje se estaba ampliando, empecé a unir esto con el concepto de diferentes dramas desarrollándose en base a la elección de personajes por parte del jugador.
Fruto de esta filosofía nació el que probablemente sea el mejor y más diverso plantel de toda la saga, con catorce personajes distintos. Sakaguchi sugirió los episodios de Locke y Terra, Shadow y Setzer fueron confeccionados por el denostado Tetsuya Nomura (recordemos que suya fue también la idea del asesinato de cierto personaje en Final Fantasy VII), Kaori Tanaka (coguionista de Xenogears y esposa de su director) ayudó con los gemelos Edgar y Sabin, mientras Kitase se centró en Celes y Gau.
Square llevó tan al extremo su fórmula del reparto coral, que ni siquiera Terra, la supuesta protagonista a la que controlamos en ese inolvidable comienzo con su armadura magitek recorriendo un escenario nevado mientras suena el mítico tema central dedicado a ella, es del todo imprescindible. En casi todo momento podemos elegir qué personajes llevar en el equipo, formado por cuatro miembros, así que no estamos obligados a tener que soportar siempre a un genérico soldado amnésico o a un emo inaguantable. Eso, que puede suponer un problema en otros RPGs que presumen de exceso de personajes, como la saga Suikoden o Chrono Cross, no provoca que se conviertan en cascarones vacíos, ya que como apuntaba su director, supieron dotar todos y cada uno de ellos (con un par de excepciones) de la suficiente profundidad para que seamos capaces de encariñarnos y recordar sus historias más de dos décadas después de su lanzamiento. Square llevaba tiempo tanteando la idea de crear un RPG sin un protagonista fijo y ese mismo año, apenas unos meses más tarde, estrenó otro juego que llevó a la máxima expresión ese concepto, aunque no llegó a salir de Japón: Live a Live. Ahí, sin embargo, la estructura era diferente y no se trataba de un equipo formado por varios miembros, sino de varios episodios separados con personajes distintos en épocas y lugares diferentes.
Sin embargo, de igual forma que el Mundo del Equilibrio en la historia de Final Fantasy VI acaba colapsando, Kitase admite que él tampoco fue del todo capaz de mantener el balance entre los personajes: Celes y Kefka acabaron teniendo mayor importancia de la que él mismo esperaba inicialmente. Claro que es comprensible, pues Celes es el más trágico y complejo de todos, y el arco argumental que Kitase escribió para ella (incluida la letra de la citada ópera) es excepcional. Kefka, por su parte, se ha convertido por derecho propio en el villano más famoso de toda la saga, junto al mismísimo Sephiroth. Su apariencia de payaso psicópata rivaliza con Joker y Pennywise, y su icónica risa resulta estremecedora, aunque no puede decirse que se caracterice precisamente por su sutileza y por ser un personaje complejo y lleno de matices.
Por si todo esto no fuera suficiente, los desarrolladores decidieron que los personajes no sólo deberían diferenciarse por sus historias y secretos, sino también por su manera de luchar. Además de atacar de la manera básica, cada uno disponía de una habilidad especial que encajaba con su estilo y que podía utilizar siempre que quisiera en combate: el ladrón Locke puede robar, el samurái Cyan puede emplear técnicas de bushido y el ingeniero Edgar puede usar herramientas especiales. Este elemento dota al juego de mayor profundidad y le aporta un toque estratégico que nos hace pensar en qué personaje nos puede venir bien en cada momento o con cierto tipo de enemigo. Curiosamente, las dos siguientes entregas de la saga, dirigidas también por Kitase, además de reducir el número de miembros en combate a tres, simplificaron esta idea y la reservaron de manera puntual para los famosos Limit Breaks… aunque Final Fantasy VI también contaba ya con sus propios ataques desesperados para cada personaje.
Por todo esto, y por mucho más, Final Fantasy VI es la mejor entrega de la saga, la más valiente y la más influyente. Si llevo diecisiete años usando de avatar en multitud de webs, foros y Twitter a uno de sus personajes es por algo. Aunque su aportación más importante a la serie es otra mucho más prosaica: fue el primero en incluir a Biggs y Wedge.
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Es, junto al Yoshi’s Island y Earthbound, el juego al que más gafas tengo de la SNES Mini. Hace mucho estuve jugando, pero me quedé atascado y lo dejé… Espero que esta vez pueda acabar, ¡Qué ganas!
El mejor juego de la saga y verdadero game changer de la difunta Square. Si este juego hubiera salido con turbo gráficos súper 3D e impactantes vídeos FMV y en castellano ( o algo así…), no me quiero ni imaginar cómo se hablaría de él ahora mismo, y la gente que lo alabaría… pero al menos, así nos hemos evitado un remake por episodios. Algo es algo.
Me he estremecido leyendo el principio del artículo. Aún más cuando he puesto el acompañamiento sonoro. Porque el Tema de Terra es Final Fantasy y Final Fantasy es el Tema de Terra. Ninguna otra canción es tan representativa de lo que transmitía esta saga cuando escribía con letras doradas la historia de los videojuegos.
Como dirían en la ópera, aquella noche, bravo, bravísimo.
Me ha encantado el artículo dentro del artículo. ¡Bravo!
Siempre tendré la espinita de haberme quedado a las puertas de terminar este juego. Eso sí, fue todo un viaje, muy emocionante.
Disfrutaba mucho jugando con Edgar, con su ballesta, su taladro… Me parecía muy loco, y llegando a ciertos niveles, muy muy tocho.
¡Ahora ya no hay excusa para retomarlo de nuevo!
Solamente puedo aplaudir ante este grandioso texto.
Aunque llevo mucho tiempo leyendo Anait, acabo de registrarme. Y lo he hecho solo para aplaudir el texto sobre FFVI. Es la mejor expresión de lo que significa ese juego para los que superamos ya los 30. Fue, sin duda, el mejor. Mucho tiempo ha pasado desde que la otrora Square diseñara juegos de tan alto nivel. Demasiado.
Joder, no puedo escribir un comentario a la altura de este texto, y menos aún a lagrimón vivo.
Gran artículo y mejor juego. El único RPG que me he pasado 2 veces de punta a punta (la segunda por Shadow). Lo único que me hace dudar de acabarlo por tercera vez es que si no recuerdo mal hay una versión mejor en GBA, y me tienta darle a ese.
Me ha encantado el artículo @sabin
@boosterman
Yo creo que sí, jugablemente el genero JRPG no ha evolucionado mucho más que esto, de hecho del Final Fantasy VII al X no evolucionan apenas la fórmula. Que yo recuerde no requiere mucho grindeo y el desarrollo argumental es bastante mejor que los JRPGs que salen hoy en día (si el FFXV hubiera tenido este nivel narrativo…)
Vais demasiado rápidos. ¡No me da tiempo a ir al día con el Super Mes Mini!
@boosterman
Creo que si has comenzado a jugar «tarde» siempre va a ser al menos interesante echar la vista atras para ver que se hacia hace veintipico años, y estas «mini» son una manera bonita (y cara) de hacerlo.
Si te refieres a la saga, poco le añadiria a la respuesta de @ataulfo, si hablas en general, depende. Rondaria entre el «si rotundo» en el mejor de los casos y un «hay que, por lo menos probarlo» en los peores. Pero nunca estarán de mas, no te quepa duda.
@tylc
Para eso está el libro #publicidad
Genial texto. Añadir que es un FF con bastante buen humor. Oh no, mi cartera! O_O»
@boosterman a nivel narrativo está muy por encima de lo que se hace hoy en día. Los textos no son maduros, pero los personajes tienen una historia interesante y atrayente. En cuanto al juego, es un rpg de batallas aleatorias por turnos de los 90. Si empezaste por la 360 échale un ojo al Lost Odyssey y si te gusta ese concepto de batallas te gustará FFVI. Por último indicarte que en snes mini viene en inglés. En GBA creo que salió traducido. Si es solo curiosidad busca un emulador, y si te convence no lo dudes ni un segundo y reserva snes mini, porque Snes es, posiblemente, la consola que más juegos que enganchan ha existido nunca.
@sabin magistral no puedo decir más. Un artículo genial para uno de los mejores final Fantasy, uno de los mejores juegos de Super Nintendo y uno de los mejores videojuegos jamás creados. Aún estoy esperando un final Fantasy que rompa el listón… Sniff suerte que en menos de un mes volveré a jugarlo como manda dende en una snes.
Gloria al juego y al escritor.
Muchas gracias a todos por los halagos y comentarios. Me habéis sacado los colores.
@asterion
¿Edgar? ¡Ese es el hermano malo! 😛
@elijah
La versión de GBA es estupenda: tiene varios extras y una traducción al castellano realmente impecable. El único gran problema es que la música es bastante peor que la original, ya que el chip de sonido de SNES es infinitamente mejor que el de GBA. 🙁 Si puedes obviar ese detalle, creo que merece mucho la pena.
@boosterman
SNES es una de las mejores consolas de la historia y aunque muchas de sus sagas y géneros nacieron con NES, aquí alcanzaron el cielo. Yo tengo tres (sí, TRES) SNES y sigo rejugando de vez algunos de sus clásicos, especialmente Super Mario Kart, Yoshi’s Island y algún otro. En el caso de FF VI, si te atrae el género, creo que puedes seguir disfrutándolo hoy día. Aunque mantiene algunos clichés del género, me atrevería a decir que es el primer RPG moderno y el que sentó las bases de lo que sería la saga y la propia Square.
@guy
Cierto, el humor es una constante en el juego y olvidé mencionarlo. ¡Es que tiene tantas virtudes! El propio Ultros es un villano delirantemente genial.
Excelente artículo, no esperaba menos de esta casa.
FF6 es una muestra de todo lo que está mal con los rpg hoy en día, con sus personajes sencillos pero llenos de significado, su ambiente que oscila entre el humor tontorrón y situaciones desgarradoras, la cantidad de detalles y guiños y un lore que no está de adorno sino que se hace protagonista de la historia.
Por cierto, un detallito, el sistema de trabajos se inaugura en FF3, no en FF5. Lo que hizo esta entrega fue perfeccionarlo y hacerlo disfrutable, jugablemente hablando.
¡Vamos para bingo, señores! Cuatro artículos del Super Mes Mini y cuatro joyas. Joder, qué gustazo.
En cuanto al juego, le tengo ganas. Lo empecé hace años en el emulador pero estaban cerca los exámenes de septiembre y no jugué más que una hora. A ver si ahora y en la tele le puedo dar en condiciones.
El mejor JRPG de la historia, y a nivel subjetivo el mejor videojuego jamás realizado, que nunca envejecerá. Felicidades por este estupendo texto.
El mejor Final Fantasy.
El tan cacareado FFVII le queda pero que muy lejos a esta maravilla.
Ahora que caigo recuerdo otros dos momentos. La maldad de Kefka envenenando a todos los del castillo al más puro estilo game of thrones. Y por otra parte la misión secundaria de Locke creo que era, sólo recuerdo que fue muy emotivo, una historia de amor con Rachel (si alguien me echa un cable para recordar, lo jugué hace demasiados años)
Edit ya lo he encontrado y las emociones han vuelto . Puto juegazo un 10
Este es uno de mis juegos pendientes, lo empecé hace años en el móvil y ahí se quedó, en el limbo de los juegos inacabados. Buen texto, grandísimos artículos estáis haciendo.
@goldst
Vaya, fallo mío entonces. Ahora mismo le digo a @chiconuclear que lo corrija. ¡Gracias por avisar!
@nekomajinz
Sí, lo de Kefka envenenando Doma y SPOILER, matando con ello a la familia de Cyan es algo muy fuerte y que pocos juegos de SNES se atreverían a hacer.
@goldst
@sabin
¡Hecho!
Cuando Square lo era todo en el mundo de los videojuegos. Y lo que es ahora…ains!
Genial texto.
@sabin que sepas que nunca llegué a dominar tu técnica secreta y mortal: El Blitz
¡menudo paquete estaba hecho!
Era más fácil mandar a tu hermano a «taladrar» con «su herramienta» xD
Joder, después de releer el artículo, me jode más aun saber que no habrá reseña de Chrono Trigger. En serio chavales, si Nintendo se ha sacado de la manga ese «20+1», vosotros tenéis que hacer un «20+(3-1)» con el libro, no jodáis…
Ese tren fantasma… ¡Ay! Voy a volver a rejugarlo en mi Advance, que me he quedado sin Snes Mini 🙁
@philip_s_owen
Señoras y señores, Sabin.
@elijah
Juega al de GBA poniéndole un parche de recuperación para el sonido y los colores y tienes la versión definitiva.
@asterion
Jajaja, cierto, con Edgar era mucho más fácil, pero los blitz de Sabin creo recordar que acababan siendo más devastadores.
@philip_s_owen
Hostia, qué buenos esos comics. No los conocía. ¡Muchas gracias por mostrármelos! Y sí, todo en Undertale profesa un gran amor por los míticos RPGs de 16 bits, como ya se comentó en el artículo de Mother 3. Este homenaje a FFVI es otra maravilla.
@azuma
Creo que voy a empezar a usar esa portada como imagen de cabecera. 😛
BIBA y VRABO, Sabin. Con diferencia es el JRPG con el que más he disfrutado. Es una lástima lo que comentáis de la versión de GBA, el sonido es ciertamente regulero y no es un juego que lo merezca.
A día de hoy sigue aguantando el tirón como pocas consolas de los 90. Títulos como Super Mario World, este FF, Super Metroid o F-Zero siguen siendo igual de jugables y divertidos que hace veintipico años. Píllala si puedes, no te arrepentirás.
Os está quedando un libro cojonudo.