This is the Police: corrupción, mentiras y placas de policía

El heroísmo, el sacrificio, la valentía y la profesionalidad suelen ser los rasgos que los videojuegos suelen destacar de los policías. Siempre habrá algún agente un poco errático, alguno que se ha vendido al bando enemigo o incluso algún alto cargo con la mierda hasta el cuello, pero la inmensa mayoría de juegos han tratado siempre de transmitir la idea de que las fuerzas de ley son incorruptibles y generalmente bondadosas a excepción de casos aislados. Quizá This is the Police lo enfoque todo de una forma menos benevolente, quizá el único que está limpio es el pelele con despacho, el pardillo del que todos hacen bromas, y quizá a los sesenta años de edad le ha llegado el momento de ensuciarse, de decir: «a tomar por culo».

Team17 distribuye el nuevo trabajo de Weapy Studio que está a punto de cerrar con éxito su campaña de Kickstarter. El tráiler, narrado por el sempiterno Jon St. John (la voz de Duke Nukem), nos hace una breve biografía de jefe de policía Jack Boyd, un tipo honesto y con principios al que le dieron un cargo de oficina tras lesionarse la espalda persiguiendo a un criminal por una azotea. Él mismo dice que seguramente fue por pena, pero el caso es que lleva toda su vida sepultado papeleo en su despacho, recibiendo algún que otro ascenso más para tenerle contento y alejado de lo que se cuece en el departamento, y siendo el hazmerreír de la mayoría del cuerpo.

En la policía de Feeburg hasta el más pringado tiene un coche caro, y es evidente por qué: la corrupción ha calado hasta los mismos huesos del departamento, y todos saben dónde y cómo colocar el bolsillo para que le caigan sobresueldos mareantes. Jack no. Jack jamás ha aceptado un soborno, no se ha aprovechado nunca de la ley. «Ni siquiera he robado una grapadora», admite. Pero las cosas van a cambiar. Ahora que ha cumplido los 60, su superiores le han hecho llegar la carta de retiro y tiene 180 días más de trabajo hasta su jubilación forzada. Con un hijo en la universidad, otros dos camino de ella y una suegra senil en casa, Jack se ha cansado de ser un paria, de ver como su profesionalidad no le proporciona respeto sino todo lo contrario y como todo el mundo saca caramelos golpeando la piñata mientras él redacta informes.

«Tres o cuatro años después de casarme con Laura, un día le pregunté si sería su héroe si consiguiese un millón de dólares; me dijo entre risas que lo sería incluso con medio millón. Todavía no tengo ese medio millón, pero me quedan 180 días por delante para conseguirlo, y ahora mismo estoy dispuesto a todo, a absolutamente todo». Y termina su declaración de intenciones: «a tomar por culo.»

This is the Police nos ofrece los seis últimos meses de la carrera de Jack, un más que probable descenso a la inmoralidad más convencida, una versión prolongada de Un día de furia en la que el policía buenazo se mete en el barro hasta las ingles negociando con la mafia, vendiendo drogas y armas, aceptando sobornos, falsificando expediente con tal de garantizarse una vejez digna y un porvenir para su familia. Y todo ello cumpliendo con sus obligaciones y sin levantar sospechas.

La promesa de sus creadores es un juego que mezcla aventura y estrategia y que está completamente centrado en su historia. No nos harán gestionar unidades ni otras tablas de datos o árboles de habilidades, y tampoco habrá puzles por resolver para seguir avanzando. Simplemente tomaremos decisiones y realizaremos tareas, y la ciudad de Freeburg responderá a estas acciones cambiando en consecuencia. Jack no solo tendrá que coordinar acciones de la policía, asignar operaciones, suspender, contratar, despedir o relevar, sino también afrontar las locas peticiones de la alcaldía y responder a las preguntas punzantes de la prensa. Y todo esto manteniendo esa doble vida secreta de alto cargo policial intachable de día y agente corrupto y codicioso por la noche.

Dicen en Weapy Studio que tampoco quieren encorsetarse en un género narrativo, pero lo cierto es que el tono del tráiler tiene mucho aroma a comedia oscura y que promete tocar temas muy sensibles con cierto aire satírico. Se habla de negociaciones con los sindicatos, de tensiones raciales entre el cuerpo y la ciudadanía (¿os suena?) y de casos de acoso sexual.

Si This is the Police cumple con lo prometido, tiene visos de ser otro gran paso en el proceso de maduración de los videojuegos. No se me ocurren muchos ejemplos que traten tan en profundidad asuntos como la corrupción o el poder. Quizá, y no por casualidad, los dos temas que más preocupan a la ciudadanía ahora mismo.