Tiny Heist, el nuevo juego de Terry Cavanagh (VVVVVV, Super Hexagon), ya está disponible. Se puede jugar desde su web; también hay versiones descargables para Windows y Mac, y se puede encontrar en itch.io.
El juego, publicado en la última hora de 2016, es un roguelite en el que el jugador debe atravesar una serie de habitaciones zafándose de los guardias, cámaras y sabuesos y rapiñando tantas gemas e ítems como le sea posible. Aunque el estilo visual arcaico marca de la casa y los turnos podría emparentarlo un poquito más con el Rogue original, lo cierto es que es tan lite como los muchos, y muy buenos, descendientes del clásico ASCII que hemos recibido en los últimos años: es ágil, es legible y está en su salsa en las partidas cortas. Lo de distractionware quizá es un poco venderse por lo bajo, pero desde luego esa categoría le va como un guante.
«Uno de los grandes objetivos que tenía para este juego», explica Cavanagh, «era aprender sobre el diseño de roguelikes de primera mano, y definitivamente ha sido un éxito en ese sentido». Como marcan los cánones del género, la generación procedimental está en el núcleo de Tiny Heist: los pisos y las posiciones de los ítems son distintos cada vez que se inicia el juego o se cambia de habitación, así como la posición de los objetos y enemigos.
A todo trapo, Tiny Heist pasa de ser un juego pausado en el que uno se toma todo el tiempo del mundo para esquivar la mirada de los guardias y el acoso de las cámaras de seguridad a una estruendosa carrera para llegar cuanto antes a las escaleras de salida, a menudo perseguido por guardas y perros que se tropiezan con cáscaras de plátano (uno de los ítems más comunes) o nos persiguen corriendo en círculo alrededor de una columna, en una coreografía emergente a lo Benny Hill a la que solo le falta la musiquilla: probad a ponérsela mentalmente mientras jugáis.
Reconoce su creador que «muchas cosas en este juego son un desastre», entre ellas el diseño de los enemigos o la propia generación de niveles, pero «en cierto punto se hizo más importante simplemente terminar esta cosa». Las prisas hicieron que Cavanagh tuviera que recortar la ambición «para terminarlo antes del final del año», aunque «mucho de lo que me encanta de este proyecto sigue ahí, aunque esté enterrado muy profundo».
Tiny Heist no solo marca el final de 2016 para Cavanagh, sino que es un hito en varios sentidos más. Parece que será su último juego en Flash, por ejemplo. Lleva mucho tiempo usándolo con regularidad (él mismo reconoce que «que una tecnología se mantenga de 2008 a 2017 es mucho tiempo hoy en día») pero a partir de ahora su intención es utilizar HTML5 para las versiones de navegador, ofreciendo también ejecutables para descarga. Ya es el caso de Tiny Heist, en cierto modo; hay una versión HTML5, aunque «aún tiene algunos bugs y va más lenta de lo que debería».
Otro hito: es el primer «juego gratuito importante» que publica en un tiempo; lo último que había jugado de Cavanagh es el desternillante y brutal Grab Them By The Eyes, sobre la industria publicitaria y sus disparates, y creo que desde entonces, efectivamente, no había sacado nada nuevo. Eso fue a principios de 2015; ha llovido. (Por el camino también hizo Constellation Machine, publicado en enero de 2016.)
No ha estado de parranda, como se dice, sino que lleva un tiempo, según explica, «trabajando duro en un proyecto grande y serio, así que ha sido agradable ventilar y dedicarme a algo más ligero durante un tiempo». Siempre es una alegría saber que Cavanagh está haciendo cosas grandes y serias, además de regalarnos de vez en cuando estos pequeños experimentos; prestaremos atención a lo que tenga que enseñarnos.
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El Superhot de la infiltración.
VVVVVV sigue en mi olimpo de juegos indies, pero desde entonces no ha hecho nada que me haya calado tan hondo.
Pues así a lo tonto ha amenizado un descansito en el curro. Interesante.
@yayo
¿No te gustan VVVVVV ni Super Hexagon?
TODO lo que cree este caballero me parece altamente recomendable. Uno de los grandes, si de crear pequeños juegos se trata
Jugué en Android a uno gratuito suyo, Don´t Look Back, que me recordó a los clásicos plataformas de Amstrad y Spectrum. De los pocos que no he borrado del móvil después de pasarlo.
De este tío me gusta todo, hasta el experimento más chorra me resulta interesante. Había uno, Hero’s Adventure, que en tres minutos le daba una vuelta de tuerca a nivel narrativo a la mecánica de JRPG de toda la vida para presentarte el nacimiento de un PISICÓPATA. Cojonudo.
@yayo
Sin más, se me hace raro. Me parecen dos juegos cojonudos.