La cultura ha sido siempre un reflejo de cada contexto social e histórico, y España no es un caso singular en este sentido. De sobras es conocido que en la creación cultural de las últimas décadas ha permeado un tema recurrente al que se vuelve una y otra vez repitiendo fórmulas y experimentando con nuevos enfoques para contestar preguntas que se ahogaron en el silencio institucional: la Guerra Civil y sus consecuencias.
Sin embargo, cabe destacar que esta temática apenas ha sido explorada por el videojuego español a pesar de la búsqueda de nuevas narrativas a la que se ha lanzado en los últimos años. Este hecho lleva tiempo llamando mi atención, sobre todo cuando lo pongo en contraposición con otras artes como el cine o la literatura. Llevo tiempo preguntándome por qué ocurre esto.
La sombra de la Guerra Civil española
El ritmo, desde hace muchos años, no para. Si una teclea en un buscador de internet el término «memoria histórica» es bastante seguro que los resultados arrojen noticias recientes publicadas en medios de comunicación españoles. Podrá gustar más o menos, pero resulta innegable asumir que la historia reciente de España, y sobre todo la huella de la Guerra Civil, sigue presente en el país de muchas maneras. Y nos lo pueden recordar estas noticias, y todas las decisiones políticas y sociales que se siguen tomando sobre la base de reparar las consecuencias de casi cuarenta años de dictadura, decisiones que no suelen permanecer ausentes de conflictividad o polémica.
Así, la Guerra Civil española se trata de un conflicto que a día de hoy, más de ochenta años después de su finalización, sigue generando multitud de debates. Ocurre lo mismo con las décadas que vinieron después, de manera que no se trata de un hecho que afecte solamente al pasado sino que sigue vertebrando en muchas ocasiones el presente de los españoles. Por ello, esta sombra de memoria ha tenido siempre su correspondiente reflejo en la cultura desde el final del periodo bélico.
A pesar de que la denominada transición política dio comienzo en 1975, después de la muerte del dictador Francisco Franco, no es hasta finales del siglo XX y principios del siglo XXI cuando comienzan a materializarse decisiones sociales y legislativas en materia de memoria histórica. Como muestra de esto, en el año 2000 se crea en España la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) y en 2007 el gobierno encabezado por José Luis Rodríguez Zapatero aprueba la Ley de Memoria Histórica, nada menos que treinta años después de que se iniciara la denominada transición democrática.
Es precisamente en este vacío que parece haber en las últimas décadas del siglo XX donde la cultura decide ocupar un espacio que la política no estaba siendo capaz de llenar. Así, como escribe la historiadora Paloma Aguilar en Guerra Civil. Mito y memoria, frente al «pacto de silencio» de la transición, el mundo cultural experimentó un «pacto de memoria» desde la llegada de la democracia, con un interés creciente en esta contienda. En una transición en la que se abogaba por no instrumentalizar el pasado con fines políticos, gran parte del ámbito cultural permanecía sujeto a otros criterios más orientados a darle voz a historias silenciadas por la dictadura.
Este interés por parte de la cultura española se reforzó décadas después, en parte, influenciado por la cuestión generacional: los nietos y bisnietos de personas que habían vivido la guerra en primera persona y que estaban falleciendo quisieron convertir esos relatos que siempre habían planeado sobre su historia familiar (e íntima) en objetos culturales que pudieran llegar a un público más amplio y alcanzar trascendencia social. Esta distanciación también propició la aparición de nuevos enfoques; siempre es más sencillo expresarse sobre un trauma cuando ha pasado el tiempo y cuando, a pesar de poder haberlo heredado, no se ha vivido en primera persona. Así pues, esta distancia generacional ha ido contribuyendo a que las inquietudes de les creadores culturales respecto a la Guerra Civil hayan ido conformando una tendencia más orientada a la «reparación» de la memoria del conflicto. En este sentido, la creación se ha ido inclinando a dar voz a historias alternativas dentro del marco de los vencidos por la guerra; historias que acabaron silenciadas por el sistema dictatorial posterior, así como relegadas al ámbito familiar e íntimo.
La cultura como altavoz de preguntas sin respuesta
Teniendo en cuenta esta convulsión social, política y cultural, no es difícil pensar ejemplos de artefactos culturales realizados en España con la Guerra Civil como principal elemento en campos como la literatura, el cine (de ficción y de no ficción) o el teatro. ¿Quién no ha escuchado alguna vez a alguien bufar «¡Otra película de la Guerra Civil!» cuando se anunciaba un nuevo estreno en salas con esta temática?
El cine de ficción es un buen reflejo de esta inclinación en la producción cultural debido a su alcance, más dirigido al público de masas y con más resonancia mediática. El estreno de la cinta ¡Ay, Carmela! (1990) marca un punto de inflexión en la producción fílmica sobre la Guerra Civil al dejar de situar al mismo nivel república, guerra civil y represión, hechos que no solían retratarse aislados hasta el momento. La película, de hecho, es una adaptación de la obra teatral homónima firmada por José Sanchis Sinisterra, a quien se considera uno de los impulsores de la corriente denominada por algunos investigadores como «teatro de la memoria».
Desde ¡Ay, Carmela!, la lista de títulos continúa hasta nuestros días, con películas como Libertarias (1996), Las 13 Rosas (2007), La voz dormida (2011) o La trinchera infinita (2019). Lo mismo ocurre en el cine de no ficción con cortometrajes como Los huesos del frío (2014) y Cuento de lobos (2014) o cintas como El silencio de otros (2018) y en el teatro con dramaturgias como Donde el bosque se espesa (2017), de Laila Ripoll, autora teatral que ha explorado en numerosas piezas la memoria histórica.
Se podrían citar decenas de ejemplos para apoyar la idea de que las últimas décadas han venido cargadas de producción cultural sobre la Guerra Civil. No obstante, cabe lanzar una cuestión –y vamos llegando así a la chicha del asunto–: ¿por qué no ha ocurrido lo mismo en el videojuego?
¿Y en el videojuego para cuándo?
¿Por qué en las decenas de historias patrias que salen a la luz cada año en España no ha habido apenas hueco para la Guerra Civil y su sombra a lo largo de los años? Investigadores españoles como Alberto Venegas Ramos han reflejado en numerosos estudios la relación entre memoria, historia y videojuego, pero en su grandísima mayoría son investigaciones basadas en títulos extranjeros, debido a que el corpus de casos españoles es más bien escaso.
En la actualidad, solo existen dos videojuegos desarrollados en España sobre este conflicto: Sombras de guerra: La Guerra Civil Española (Legend Studios, 2007) y Vaccine War (Games For Tutti, 2016). Antonio César Moreno Cantano analiza estos dos casos en su artículo Los videojuegos de la Guerra Civil perpetúan clichés y falsos mitos y, como el título de su trabajo anticipa, no salen muy bien parados en cuanto a su relación con la memoria histórica, ya que perpetúan clichés de la memoria más oficialista.
Mientras que Sombras de guerra es un título de estrategia en el que puedes elegir a qué bando de la contienda pertenecer y en el que, según sus desarrolladores, no se pretendían aportar hechos históricos, en Vaccine War se entiende el conflicto como el telón de fondo de la historia de un veterano de la Primera Guerra Mundial que se traslada a España. Más allá de su intención de entretener, en ninguno de estos títulos se puede palpar el propósito de crear un relato alternativo de memoria, y de hecho en el caso de Sombras de guerra incluso se vertieron críticas por parte de algunos familiares de víctimas de la guerra, que les acusaron de escaso rigor histórico y trivializar las muertes.
No se trata, ni mucho menos, de que cada título que se publique ambientado en este periodo histórico deba tener una intención reparadora o buscar la reflexión sobre las consecuencias del conflicto. Pero llama la atención que los videojuegos desarrollados en España se reduzcan únicamente a dos y que, además, ninguno de estos ejemplos integre un fin memorístico.
¿Exploraremos este terreno en el futuro?
Siempre se subraya el poder del videojuego para narrar historias por su componente interactivo, ya que es capaz de conseguir un vínculo con les jugadores que ningún otro medio alcanza. En este sentido, resultaría cuando menos interesante observar qué puede aportar un sector como este en los relatos que pretenden vehicular la reparación de viejas heridas trayendo a colación historias alternativas y nuevas formas de memoria. Cada año queda más que demostrado el potencial de desarrollo de les desarrolladores españoles, a pesar de que siempre haya que poner la situación en contexto y aludir a las precarias y nefastas condiciones que sufrimos la mayoría de los que trabajamos en el mundo del videojuego en España (un melón que quizás abramos otro día).
Pero, dejando penurias a un lado, me gusta fantasear con la idea de lo que la industria –sobre todo la indie– podría arrojar a la memoria cultural de la Guerra Civil española. Poco a poco van surgiendo narrativas que buscan una conexión emocional con les jugadores para llevarles a reflexionar sobre conflictos del pasado que han dejado una herencia traumática en la sociedad que sigue vigente, como podrían ser This War of Mine; Valiant Hearts: The Great Wat; Entiérrame, mi amor o Liyla y la sombra de la guerra, por citar algunos ejemplos.
Si otros creadores españoles lo han explorado en otros campos, ¿por qué no en el videojuego? La juventud del sector, sobre todo si se compara con otras industrias culturales, puede justificar que haya temáticas exploradas de manera muy escasa. Sin embargo, en los últimos años, por suerte, se ha ido dando valor a la creación y el disfrute de historias más íntimas y peculiares, en ocasiones basadas en inquietudes personales de les creadores, lo cual puede dar pie a un acercamiento más afectivo. Lo más seguro -quiero creer- es que sencillamente sea cuestión de tiempo.
Ante los porqués de explorar o no la memoria histórica a través del videojuego, es posible que enseguida se eleven voces discordantes con argumentos ya conocidos, como los que hacen referencia a que no sería algo positivo porque reabriría heridas (un argumento sobradamente repetido por cierto sector de la política española). En la web oficial de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica se hacen eco de cada exhumación de fosas comunes que se sigue llevando a cabo en España a día de hoy. Aunque no se disponen de datos de organismos públicos sobre el número total de fosas comunes, esta asociación calcula que en España hay unas 3000 fosas comunes, 740 de las cuales han sido ya exhumadas, según datos de 2018. Con estas cifras en frente, y teniendo en cuenta que en 2008 se cifró el número de desaparecidos y desaparecidas en el país entre 1936 y 1951 en más de 114.000 y que sigue habiendo personas buscando a sus familiares asesinados, es difícil hablar de heridas cerradas. Más bien se puede hablar de todo lo contrario.
Mientras se siguen buscando los cuerpos de todos esos desaparecidos en la guerra y sus años posteriores para suturar cuentas pendientes, la cultura persigue de manera constante nuevas formas de expresión para la memoria histórica. Otras disciplinas artísticas como el cine o la literatura son ejemplo de ello. El videojuego se erige, entonces, como una vía por explorar que puede arrojar nuevas luces sobre formas de vehicular la memoria de la España reciente. Ojalá, pronto, nuevas apuestas del sector para vehicular recuerdos íntimos y colectivos que construyan historias jugables que puedan arrancar nuevos enfoques para acercarnos a un pasado que sigue vigente en nuestro presente.
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Por que no somos yankies intentando vender al mundo el paquetazo que gastamos xD
Porque no se dan subvenciones a los videojuegos. Subvenciones que antes deban ser aprobadas por un comité.
Siendo sincero creo que si se hace un juego sobre la Guerra Civil que se posicione en uno de los bandos se lía parda.
Ya sé que en el cine tenemos mil películas dando su visión a favor del bando republicano pero creo que un videojuego sería recibido de forma muy diferente.
Ojalá un coop a pantalla dividida donde uno maneja a Franco y otro a Carrillo, y van resolviendo sus conflictos extramatrimoniales para que España deje de llorar.
@alexrevg
jaja, bueno, con esos protas da para un juego de decisiones morales independientemente del bando que elijas, que ambos firmaron sentencias de muerte. Yo lo titularía: «ESP: no Bros – Dont kill me, please»
Porque no venden.
Para no tener a Susana Griso y Ana Rosa hablando de ello durante semanas.
Es un conflicto demasiado local para que se haga una superproducción, no fue una guerra mundial. Tampoco se va a subvencionar en este país un juego donde haya que matar fachas.
@molekiller
Se ha escrito más sobre la Guerra Civil española que sobre la Segunda Guerra mundial.
@rvm
Escribir lo puede hacer una persona con un boli y un papel, un juego de alto presupuesto no. Aunque se haya escrito más, cuánto de lo escrito interesa fuera de nuestras fronteras?
@molekiller
Paul Preston y Hugh Thomas no son de Murcia precisamente.
@el_jugador_medio
No pregunto por los escritores, sino por los lectores, un nicho muy pequeño, me atrevo a aventurar.
@molekiller
George Orwell y Hemingway te saludan. A parte, la mayoría de ensayos históricos sobre la Guerra Civil están hechos por hispanistas ingleses de renombre internacional.
@rvm
Si si, si sé que gente muy importante ha escrito sobre ello, simplemente pregunto a cuantos «lectores» de fuera de este país realmente les interesa.
@molekiller
Obviamente a muchos, si no, las editoriales extranjeras no los publicarían :/
@molekiller
Soy de Argentina, las únicas dos películas ganadoras del Óscar, y por ende supongo que de las más vistas a nivel internacional, tienen a la dictadura militar como trasfondo, escenario y parte vital de la trama.
Blasphemous tiene cientos de cosas muy locales y es justamente uno de los atractivos principales.
No creo que pase por lo internacional o no del conflicto, sino el hecho del videojuego y su fobia política por un lado, y el relato y memoria del conflicto por el otro. Esto se ilustra muy fácil viendo la percepción que tienen las personas acerca de ambos bandos en los diferentes conflictos.
Con esto me saltó la duda: ¿Hay juegos sobre la guerra civil Estadounidense? la Guerra de Secesión que le dicen.
@juancarloso
North & South, un clasico de la epoca de NES y ordenadores de 16 bits, que encima tenia mucho cachondeo. Es el primero que se me viene a la cabeza.
@madcore
buaaaaa que tremendo hallazgo, según wikipedia está basado en un comic belga…
@madcore
Buah, que recuerdos… Yo lo jugaba con un amigo en el Amiga
@emedepan
Been there, done that. He visto que hay una versión actualizada, pero no sé si quiero arriesgarme a violar ese recuerdo.
@el_jugador_medio
No, no te arriesgues. A mí me violó los recuerdos, les escupió en la boca, les dio una paliza, les dijo que la culpa era suya por vestirse como un putón, y luego vino Vox a manifestarse en su defensa.
Creo que es un problema generacional. La mayoria de desarolladores no conocen la Guerra Civil tan bien como puede ser el caso de las dos guerras mundiales o hasta la guerra de la independencia estadounidense que se han hecho muchisimas peliculas más sobre ello. Tendrá que venir una desarolladora extranjera para hacer un juego del conflicto. Como pasó con Paul Preston en la literatura.
Bingo. La mayor parte de la población española desconoce absolutamente lo acontecido durante la guerra civil, quitando que los fachas eran muy malos y que se cantaba el no pasarán y a algunos les suena la batalla del Ebro.
Pero mientras todos conocemos la batalla de Kursk, la ofensiva de Las Ardenas o Market-Garden, muy pocos tienen interés en la ofensiva del Alto Tajuña, la batalla de Valsequillo o qué ejércitos combatieron en Belchite. Como bien dices, algún dia un guiri hará un buen juego sobre todo esto.
Puerto hurraco simulator
@valeryyy
Edición «a cazar tórtolas»
Creo que es un tema demasiado local, y los videojuegos son un nicho de por sí (cada vez menos) que no puede permitirse el lujo de descartar los potenciales clientes de todo el mundo menos un país.
Si las subvenciones fueran la mitad de la mitad que las del cine, ya habría más de uno y de dos juegos de la Guerra Civil.
@hechss
Hombre un nicho, lo que se dice un nicho… xDD
Me alegra ver un nuevo artículo de Elena por aquí. Por desgracia era previsible cómo reaccionaría mucha gente solo por el tema elegido, pero dudo que pueda hacerse con tanto tino, acierto y conocimiento. Ojalá no fuera necesario plantear estas cuestiones, pero ya que sí lo es, gracias por hacerlo.
Muy interesante el artículo. Yo diría que, generacionalmente, queda muy lejos de los intereses de la mayoría de creadores y jugadores. Tampoco veo muchos youtubers o tiktokers hablando de ello. El cine es muy diferente. Las primeras pelis, porque eran temas que hacía poco que se podían tocar y despertaban mucho interés y ahora suelen ser simples dramas de época, con un público objetivo de mayor edad.
Para mí, la única opción sería que un desarrollador tuviera una idea sobre un juego bélico y le pareciera interesante poner de telón de fondo la Guerra Civil. Algo cómo lo que hizo blasphemous con la inquisición andaluza. Pero claro, despertaría muy poco interés internacional e incluso en España, además de rechazo por una parte importante de la sociedad española.
PD: Sombras de Guerra? La guardia mora son uruk hais? La legión cóndor, nazguls? I’m in!
@kyle A mi si lo firma Sorogoyen sí. Ahora, si me lo firman Elisa Beni o Alfonso Rojo…
Muy probablemente se trata de un tema demasiado complejo como para tratarlo a la ligera con las limitaciones propias de un videojuego. Pulsa x para matar a tu vecino. Pulsa b para escapar al monte. Pulsa a para aceptar las imposiciones morales de los vencedores. Enhorabuena, has superado el modo historia.
Qué horror.
Yo me alegro de que de ello se ocupen medios culturales más capaces.
@siloe
Hombre ahí tienes ejemplos como el This War of Mine
Diría que existen bastantes problemas de cara a tomar la guerra civil española como trasfondo:
– No es un conflicto «glamuroso»
Ninguno lo es, pero el nuestro fue pobre a todos los niveles, y además nos aisló en cierto modo de lo que estaba sucediendo en el mundo por aquel entonces. Fuera de nuestras fronteras es desconocido en detalle.
– No existe consenso popular sobre lo ocurrido
La historia puede ofrecernos muchos datos recopilados que son ciertos, pero popularmente existe una idea partidista y colorista muy extraña. Lo hemos convertido en un relato de ciencia ficción barata e idealizado hasta lo indecible.
– Tabúes
Está tan idealizado todo (lo comentado anteriormente) y tan proporcionado en dos bandos, que ni aún siendo neutro satisfaría a la grande y estúpida masa que representa a los defensores de estas realidades alternativas.
– Por el mismo motivo que no se hace un videojuego sobre la invasión a Perejil
Existen mil batallas o guerras más conocidas en detalle, más emocionantes y, sobre todo, en las que existe un consenso mayoritario sobre quién fue «el bueno y el malo» o el resultado. Que puede parecer una tontería, pero no lo es. (Tenemos sucesos históricos mucho más interesantes para convertirlos en videojuegos, sobre los conquistadores, la armada invencible, la reconquista u otras tantas [y sí, de las más importantes y cruentas batallas Españolas, la del Ebro, que sí se dio en periodo de la guerra civil])
– No hay público real para monetizar un proyecto así
Es interesante, pero para una minoría. Y me atrevería a decir que, aunque Pyro jugó con la estrategia y la historia a su manera, tampoco tenemos tradición de este tipo de proyectos (que esto es secundario, pero suma).
No sé, con juegos de mesa a lo largo del tiempo si que se han producido más (tampoco un exceso, que debe haber 12 o 13). Sería interesante, sin duda, pero yo veo abocado al fracaso a un juego con esta temática, por bueno que fuese (Y ojalá me equivoque y la realidad sea todo lo contrario a lo que yo pienso).
Saludos!!
@metalman
La Guerra Civil Española es un conflicto bastante glamuroso. Desde luego entre la izquerda anglosajona se ha visto siempre como una romántica lucha contra el fascismo. Brigadistas internacionales, milicias anarquistas, nazis… En ese sentido no se puede pedir más, creo yo.
@gordobellavista
@metalman
Para corroborar que es cierto que sí tiene glamur para la izquierda anglosajona esta la canción de the class Spanish bomb… Joder si hasta lobezno a salido en comics ayudando a los maquis a liquidar fachas…
@caveleira
@gordobellavista
Bueno, es verdad, su glamour tiene (igual he sido injusto), pero quería expresarlo a modo comparativo con lo que siempre vemos en los juegos con trasfondo bélico: Omaha, Eindhoven, Polonia, Stalingrado, Iwojima… que quizá tengan más glamour por temas de exageración o de idealización, pero quería decir que no resulta tan «mítico» a ojos del gran público.
Conste que me interesa mucho (es super interesante lo que ocurrió en nuestro país y existen capítulos realmente llamativos), pero lo estaba comentando de puertas afuera.
Saludos!!
Esto me recuerda a ese juego japonés de estrategia de la megadrive en el que eres Hitler. Como la dictadura duró mucho más que la guerra, pues es un tema que todavía levanta ampollas, y por desgracia están muy vivas ciertas afinidades.
Recuerdo que hubo un mod no oficial del Call of Duty 2 de la Guerra Civil Española, pero nunca lo llegue a jugar.
La sociedad española no está preparado para ello y se armaría la de Dios, pero bienvenido sea algo al estilo Valiant Hearts como el autor ha señalado. Sólo por imaginarme la de tonterías que dirían desde las altas esferas políticas y todo el mundo repitiéndolas sin reflexionar me entra pereza. Y eso es lo malo, el hastiago de la política que inunda casi todo…
¿Pero cómo sería el final del juego? ;(
Me ha encantado el texto, por decir una tontería: yo tiendo a evitar hablar de «Bandos». En una guerra hay bandos, pero creo que nos comemos un misil submarino de lo ideológico cuando aceptamos el marco de guerra. Fue un golpe de estado y la resistencia al mismo, no?
Un abrazote.
¿La razón? Fácil: el Pacto de la Moncloa.
Y vale, prácticamente, para cualquier otro problema de mis queridos amigos y amigas ibéricos.
Sean o no Españoles xD
Tremendo artículo, muchas gracias Elena. Quedan varias cuestiones ya dichas en otros comentarios como la del guión. Sin embargo, antes de pensar por qué no hay tantos juegos que traten la memoria histórica en España porqué no preguntarnos ¿cómo tratan culturalmente el tema bélico algunos de los juegos que mencionas? Y No solo en términos de análisis cultural sino también videojuerguil. Es decir, ¿qué genero, mecánicas, narrativa, etc ayudarían a enganchar al jugador con el argumento del juego? Pienso por ejemplo, qué podría enseñar al respecto Outer Wilds, Never Alone, 1979 Revolution y Gone Home solo por mencionar un par. ¿Y Braid? Ese iba de la bomba atómica, no debería ser spoiler en 2021
Yo siempre he visto a los extranjeros interesados con el tema.
Así que si nadie se anima a hacer un juego yo creo que es por no financiación más que otra cosa.
Desde la completa ignorancia: ¿se han hecho videojuegos sobre la Guerra de los 100 años? ¿La Guerra de Bosnia? Han ocurrido muchas guerras más conocidas o con masacres mucho mayores que las de la Guerra Civil Española en contextos culturales e históricos muy distintos y creo no se han abordado desde los videojuegos. Un nexo que parece común es la no-intervención de USA en esos conflictos.
Que no se haya hecho no implica que no se pueda, claro, puedes marcarte un Tsushima y quedar como un rey. Pero si no tienes la propaganda de Hollywood ni la estética que Japón te ha vendido durante décadas (y/o la inversión para un AAA), veo difícil apelar a un gran público con un conflicto como la Guerra del Pacífico, la Guerra Civil Angoleña o la Española.
Personalmente empecé a diseñar un juego sobre un episodio muy concreto de la guerra civil hace ya 7 años. Por qué no lo empecé o hice un pequeño prototipo? Dinero. Soy consciente del riesgo que supone y no tengo ni idea de cómo o si podría financiarme. Eso junto con situaciones personales hace que de vez en cuando vaya rediseñando por si algún día puedo llevarlo a cabo.
Estoy de acuerdo en que la guerra civil española sería un tema o ambientación interesante para un juego, como lo serían tantos otros miles.
Pero no se hacen principalmente porque España supone entre un 1 y un 2% de la facturación mundial de los videojuegos, por lo que supone un mercado demasiado pequeño como para hacer un juego enfocado únicamente a dicho mercado.
Además, en España sigue siendo un tema potencialmente polémico, divisivo y un poco tabú, cosas que suelen echar para atrás a muchas empresas, publishers, inversores e instituciones que dan ayudas, crowdundings y demás fuentes de inversión.
Por otro lado, no solo en España, el contenido bélico y político suele ser muy polémico entre un sector de la prensa del videojuego y su entorno, que hacen campañas muy ruidosas de acoso y derribo por motivo de activismo político contra bastantes de estos juegos y sus desarrolladores (que no sean Call of Duty o Battlefield, no suelen meterse con EA y Activision), a menos que hagan propaganda y/o revisionismo que encaje exactamente su ideología (que es digamos un izquierdismo intolerante con el prójimo bastante pasado de rosca en diferentes temas que ahora encarna lo políticamente correcto). Polémicas que pueden transformarse en grandes éxitos, como hicieron por ejemplo Mortal Kombat, GTA, Kindong Come Deliverance o más recientemente, Cyberpunk 2077 (CD Project acaba de anunciar que incluso tras tanta devolución y quitar el juego de PSN 2020 ha batido de largo su record de ingresos para un año https://twitter.com/ZhugeEX/status/1382773684520247304).
Por tanto, si es algo que espanta a la gente que pone el dinero para hacer el proyecto y no tiene potencial comercial que justifique dicha inversión necesaria y además es algo que potencialmente genere malos rollos, es complicado que el proyecto salga adelante.
Porque otros conflictos ya tienen un relato construido a fuerza de maquinaria ideológica como puede ser toda guerra que involucre a EEUU. En un medio dónde la dimensión política se trata de esconder al máximo, la SGM es un marco dónde los desarrolladores sienten que pueden meterse y salir ilesos porque ya todo el puto mundo tiene interiorizado quienes son los buenos y quienes los malos.
Te metes en la guerra civil española y más vale que trates de hacer algo totalmente equidistante (aunque claramente no sería ético) y con un mensaje happy happy porque sino tendrás a 3/4 de la comunidad gamer diciendote rojo de mierda en Twitter.
Genial el artículo. Enhorabuena Elena y gracias.
La verdad me encantaría que se hicieran un buen puñado de títulos sobre la guerra civil y creo sería un paso adelante para la cultura del videojuego en este país.
Leo muchos comentarios sobre que no sería interesante para el resto del mundo y creo que no es así, si el juego es bueno y tiene algo que aportar seguro que hay mucha gente interesada en él. Y esto me vale también para rebatir la reflexión (con la que yo mismo he entrado al leer el titular) de que el principal motivo es el miedo al rechazo. Cierto que es un tema delicado y muy particular, pero me anima pensar qué por mucho ruido que hagan y por mucho poder que crean tener los sectores más retrógrados y cercanos al fascismo, al final los que decidimos somos nosotros apoyando el juego. Tal vez sea demasiado ingenuo pero pienso en lo que ha significado The last of us parte II… Quizás no sea el mejor ejemplo porque al fin y al cabo es una súper producción destinada a vender millones o por su modelo de trabajo, pero el apoyo que ha recibido el juego ha superado todo lo demás.
No hay por algo sencillo y que escapa a un sesudo análisis de memoria histórica: el mercado. Oferta y demanda. Dicho de otra forma, a nadie le interesa; siendo nadie la inmensa mayoría de potenciales compradores. Los jugadores son más jóvenes de media (con mucho) que los que aún se masturban con la guerra civil. Es una guerra que carece de interés para el jugador comparativamente con otras y con la que por supuesto no hay vinculación alguna más que, por desgracia, política. Un recordatorio incesante sobre una guerra que terminó antes que la 2 Guerra mundial.
Y a diferencia del cine patrio, en el mundo del videojuego no chorrean las subvenciones, así que el producto debe ser rentable. De ahí la vuelta al primer punto.
Como corolario, hay muchas épocas de la historia de España interesantes para hacer un videojuego por su atractivo y justamente esa no es una de ellas.