Avance de Crysis 3

No hay que juzgar un libro por su portada, dicen, pero Crysis 3 tiene una portada impresionante. Como demostración de músculo va sobradísimo: es bastante inevitable no pararse a mirar alrededor, a simplemente deleitarse con el apocalíptico paisaje de Nueva York, en cuanto tenemos la oportunidad y no tenemos a un buen puñado de maleantes intentando darnos caza. Aquí somos nosotros los cazadores: también en eso Crytek parece haber puesto bastantes recursos, y sigue la estela de la segunda parte a la hora de ofrecer combates intensos, emocionantes y abiertos a una dosis muy saludable de improvisación que se agradece mucho si, como es mi caso, el sigilo en ciertos juegos no me termina de provocar más que picores raros.

Tenemos en el corazón a @Letras por muchas cosas, y una de ellas es su impagable condición de amigo y colaborador negro; otra, su análisis de Crysis 2. En él, describía los enfrentamientos contra enemigos de esta manera: Estos estilizados combates suelen tener lugar en espacios abiertos unidos por segmentos más lineales en los que se avanza en la trama mediante conversaciones y scripts: reconocerás esos momentos como la lechuga estúpida y aburrida en la ensalada de nanohostias que es cada plaza, calle o azotea en la que se abre un poco el horizonte. Son sandboxes a pequeña escala que te permiten experimentar con los enemigos de la misma manera en la que lo hacías en la precuela, solo que de una forma más fluida y sin costuras. Esta es justo la sensación que me dio la fase de Crysis 3 que pude jugar varias veces. (Podría haber escrito algo similar yo mismo, pero soy demasiado consciente de que sólo conseguiría pervertir el texto original; prefiero quedar como un vago que como un manazas.) La demo consistía, de hecho, en un pasillo y una zona abierta donde experimentar con las posibilidades estratégicas de las armas y los poderes, con un añadido importante: el arco, que nos permite atacar sin perder el camuflaje óptico.

No es menos exigente (los enemigos saben hacer daño, y no se cortan ni un pelo a la hora de jodernos a base de bien en cuanto nos detectan) pero sí más flexible, o al menos igual, que Crysis 2: como en aquél, aquí una incursión fallida no tiene que acabar en una vuelta inevitable al último punto de control, sino que una buena combinación de velocidad de reacción y los poderes del nanotraje nos puede llevar a alguna zona segura a poco que entremos en la dinámica de aprovechamiento de los espacios que pretende conseguir el juego. A mí me costó un buen puñado de muertes, pero al final lo conseguí; cuando estamos en la misma página, Crysis 3 acaba siendo una experiencia bastante disfrutable.No parece que vaya mucho más allá que el anterior Crysis en lo jugable, ya digo, pero donde no cabe duda que Crytek tienen algo especial es en lo técnico. Ayudó que mi partida estuviera convenientemente propulsada por un equipo bastante tocho (aquí al lado* tenéis exactamente qué máquina utilicé), pero tendría que hacerme demasiado el duro para no reconocer que me impresionó mucho lo que vi: sabía que iba a ser potente, pero de alguna manera no me esperaba tal profusión de detalles, tanto efectismo usado con cabeza y, lo mejor, tanta coherencia artística: juegan con la ventaja de ofrecer una versión apocalíptica, y por tanto más o menos libre, de una ciudad que ya existe, y evidentemente sólo vi una porción pequeña del todo que acabará siendo Crysis 3, pero la cosa pintaba terriblemente sólida. También impensable en consolas; hasta dónde se acerquen a lo que me encontré en el PC determinará el éxito técnico de la versión para Xbox 360 y PlayStation 3. No queda mucho para el 22 de febrero, día en que el juego estará en las tiendas. No veo especialmente difícil que Crytek se saque de la manga un Crysis 3 divertido y consistente, aunque tampoco da la sensación de que quieran llevar su fórmula más allá de lo que consiguieron con la segunda parte. No es poco.